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19

"El sacrificar lo único que
deseas por una causa,
la cual amas, te hace
digno de ser una
persona pura"

°§°§°§°

—¡Malditos! — el grito de furia y desesperación hacía eco en las paredes de las mazmorras.

Los dos jóvenes demonios estaban encerrados en diferentes celdas, Inuyasha aún no había regresado a su estado normal, por lo que los guardias aún no sabían quién era.

Sin embargo, habían castigado a Koga a golpes por robar la bodega junto con él, que muy pronto también sería golpeado.

—¡Déjenlo, malditos! ¡Basta! — siguió gritando.

—¡Tú callate! Que luego sigues—

Los soldados dieron otros golpes más al demacrado rostro del lobo antes de volver a dejarlo en su celda. Koga aún maltratado, no quito su expresión de odio hacia los guardias, desearía no estar atado con esos malditos grilletes para darles una buena lección.

—¡Koga! ¡¿Estás bien?! —

—Ésto no es nada, no te preocupes— dijo débilmente mientras hacía muecas por el dolor que le ocasionaba su labio partido.

—Ahora ven tú, te enseñaremos a no volver a invadir los terrenos de su alteza— sin más que brusquedad, sacaron a Inuyasha y le aporrearon, de rodillas y con las manos atadas detrás de su espalda, el Hanyou se limitaba apretar los dientes y jadear de dolor de vez en cuando.

—¡Ya es suficiente, déjenlo! — Koga se agarró de los barrotes —¡Inuyasha! ¡Perdón! — se disculpó por no poder hacer nada, ni siquiera podía romper la reja con sus garras, estaba hecha de un metal especial que los Youkais no podían destrozar.

Los soldados que estaban golpeando al otro pelinegro dejaron de hacerlo, quedaron en shock al oír ese nombre, rápidamente uno de ellos tomó a Koga por el cuello.

—¿Q-qué?... ¿Que-é has dicho? —

—Él es Inuyasha... Es... El príncipe menor... El hijo desaparecido de Inu No Taisho... — contestó con dificultad Koga.

El Youkai lo soltó asustado y miró a su compañero, éste agarró el cabello y flequillo de Inuyasha y le hizo levantar en alto la cabeza, pudo ver que en el cuello de éste había un hilo de oro, lo tomó y vio el dije de oro fundido en forma del escudo de armas de la familia, lo volteó y leyó el nombre "Inuyasha" escrito con perfecta caligrafía.

—Demonios... Nos matarán a nosotros pero... Debemos decirle a su alteza —

Metieron nuevamente a la celda al joven y se fueron cerrando todo, dejando a los dos chicos algo cansados.

Inuyasha miró a Koga, éste sólo bajó la cabeza con vergüenza.

—Lo siento, era lo único que podía hacer para que dejaran de golpearte —

—Ya no importa... Ahora sólo has lo que te diga, muy pronto él vendrá y yo tendré que quedarme...—

°§°§°§°

—¡Su alteza! —

Un guardia entró en el salón del trono, interrumpiendo la conversación de Inu No con su esposa, llamando la atención también de Sesshomaru que se limitaba a escucharlos.

—A qué se debe la interrupción, soldado— habló autoritário el Daiyoukai, provocando un escalofrío al Youkai de menor rango.

—Señor, hace unas horas, capturamos a unos ladrones... Tratando de robar la bodega donde se encuentra las medicinas... Se les llevó a las celdas donde se les propició un castigo... —

—¿Y bien, cuál es el problema con eso? — dijo con una ceja alzada, Inu No.

—Que... —Tragó pesadamente— Uno de ellos es... Su hijo, Señor— el soldado se encogió en su lugar esperando la reacción del mayor.

Hubo un momento de silencio tan largo que Irasue y Sesshomaru voltearon a verlo.

—¡¡¿QUEEEEEEÉ?!! — el grito de furia se escuchó por todo el palacio.

El Daiyoukai se irguió en toda su imponente altura, asustando a todos los presentes con el aura aterradora que lo rodeaba, a paso apresurado bajo las escaleras que daban a las mazmorras directo a buscar a su hijo y a castigar duramente a los que osaron golpearlo.

Irasue miró con los ojos abiertos a su hijo, que la miraba con su semblante inquebrantable pero por dentro estaba igual que su madre, los dos se levantaron de sus asientos y siguieron a Inu No.

°§°§°§°

En las celdas, los dos jóvenes se miraban sin decir nada, uno estaba lamentándose por lo idiotas que fueron al pensar que no los atraparían, pero ambos pensaban en sus familias, alguno de los dos tendría que quedarse...

—Bueno... Debería despedirme... Sería lo mej... —

La puerta se abrió con increíble fuerza, haciendo que Inuyasha dejara al aire sus palabras por el sonido estridente, los dos chicos pegaron sus caras todo lo que pudieron a los barrotes para ver quién se acercaba a donde estaban ellos.

Inu No caminó por el pasillo de baldosas de piedra, iluminado por antorchas de fuego, que hacían ver todo de un color amarillento, el mismo guardia lo guió hasta las celdas ocupadas, viendo cada uno de los reclusos que estaban ahí hasta llegar a las dos últimas.

Su andar se detuvo, dos ojos avellana lo veían en la oscuridad, con algo de lentitud le arrebató la antorcha a su soldado y alumbró la celda. Arrodillado, con un corte sobre una de sus cejas haciendo que la sangre le escurriera por el rostro, el cabello azabache enmarañado y las manos juntas por grilletes, ahí estaba; Inuyasha, su hijo.

Con un movimiento de su mano, la celda fue abierta, importándole poco ensuciarse, Inu No se arrodilló frente a él, que sólo se quedó observándolo fijamente.

—Inuyasha... —susurró pasando una de sus manos por la cara del chico.

Inuyasha dudo en apartarse o dejar que lo tocara, pero Inu No no le dejó escoger, se había quitado su estola y la había puesto sobre sus hombros, luego lo abrazó con mucho cariño, dejando al pelinegro perplejo.

El patriarca se sentía feliz de volver a ver a su cachorro, se separó de él para ver de nuevo su rostro. Como si el día escogiera el momento perfecto para aparecer, Inuyasha volvió a tener su aspecto de Hanyou, alegrando aún más al peliplata mayor.

—Me alegro de verte de nuevo, pensé que ya no lo haría —

—Es una muy buena bienvenida la que me has dado —

Inu No frunció su seño — Yo no he mandado a que te castiguen, Inuyasha—

—Pero tus soldados lo hicieron, golpearon a Koga y a mí — dijo mordaz.

—¿Koga?— miró a su espalda y efectivamente, ahí estaba el moreno, con el mismo aspecto de Inuyasha.

—Ahora... Sólo quiero pedirte un favor... O mejor dicho un trato—

Inu No volteó con rapidez, mirando con atención a su hijo...

°§°§°§°

Ñeee, me van a matar pero bueno, querían que actualizara rápido ¿No?

Así que no se quejen
😆😈

Bye Bye

Besos y abrazos 😘

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