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17

"La verdad siempre sale a la luz,
es inevitable, el momento
llegará y tendrás
consecuencias"

°§°§°§°

Después de la inesperada aparición de Inu No Taisho, los dos jóvenes demonios decidieron dejar al inconsciente Daiyokai en la aldea más cercana (dónde sabían habían unos guardias Youkai que buscaban al Hanyou), pero el demonio lobo lo haría para no poner en peligro a su amigo. 

Inuyasha se volteó en dirección a la cueva del lobo, iría por Kagome y su cachorro, que seguramente estaría muy preocupada por él. Sólo esperaba que su padre no recordara el haberle visto y rogaba que tampoco hubiera olfateado a su compañera y pupilo, no lo soportaría si viniera por ellos para tenerlo a él.

Corrió rápidamente, guiándose por su olfato, que lo llevó al otro lado del bosque, detrás de una cascada se encontraba la antes dicha cueva, donde además de Ayame, toda la manada de Koga se encontraba, con cuidado de no resbalarse en las piedras mojadas por los salpiques sel agua de la cascada, cruzó el risco por el que tenía que caminar hacia dentro de la cueva.

Apenas con un pie puesto dentro, las risas de su cachorro inundaron sus orejas, haciendo que sus labios se curvaran en una sonrisa, siguió caminando a pesar de las miradas asesinas de muchos lobos, se encontró con la tierna imagen de Kagome acostada entre unas pieles de animales con Hoshinki sobre su estómago mientras le hacía cosquillas.

-¿Te gusta que tu mamá te de mimos, nene?- la voz de Ayame hizo eco en las paredes de la cueva.

-¡P-papá!- dijo el cachorro mientras miraba a todas partes y agitaba su pequeña nariz.

- Oh ¡Inuyasha! ¡Has vuelto! Ya estaba empezando a pensar que algo te pasó, me alegro de que estés bien- Kagome se levantó con el pequeño en sus brazos, corrió hasta él dándole un abrazo, el nombrado los abrazó a los dos.

-Ya estoy con ustedes, no te preocupes Kagome- le dio un pequeño beso en la frente a ambos.

-Papá... Pa... pa... Mam-má- los dos adultos rieron por el balbuceo de Hoshi.

-Bueno, supongo que volverán a su casa ¿Verdad?- preguntó Ayame.

-Sí, lamento todo el alboroto, Ayame, pero te agradezco el haberte llevado de allí a Kagome-

-No fue problema, la verdad -

-Inuyasha ¿Dónde está Koga?-  preguntó Kagome un poco preocupada. 

-Koga tardará un poco en venir, se está haciendo cargo de "Ya sabes quién"- dijo Inuyasha viendo a la loba, Ayame asintió rápidamente.

-Perdóname por haberle dicho todo a él, creí que eras tú- 

-Ya está hecho, además tarde o temprano esto sucedería... Ahora, creo que sería mejor regresar, Hoshi y Kagome seguramente estarán cansados-

-Bien, pronto iré a visitarlos... Cuídense mucho-

-Tú igual, Ayame -

Los tres se retiraron del lugar, Inuyasha cargó a Kagome en su espalda y ésta envolvió bien a Hoshi en sus brazos, al estar cierto tiempo saltando entre las copas de los árboles, Inuyasha tuvo que bajar al suelo, unos Youkais sobre una nube de tormenta pasaron surcando el cielo y no se veían contentos.

Caminando alerta entre la espesura del bosque, las orejas perrunas del Hanyou mayor se movieron frenéticas en busca de un sonido amenazante, parando bruscamente por el movimiento de un arbusto frente a ellos.

-Kagome, ponte detrás de mí y cubre a Hoshi- susurró Inuyasha.

El Hanyou se puso en posición de ataque, listo para defender a su familia de cualquier peligro, en este caso; lo que se encontrase detrás de ese arbusto. Una maraña de pelos naranjas salió despavorida de su escondite, Inuyasha sacó sus garras de inmediato y se hubiera lanzado sobre la criatura de no ser por Kagome.

-¡Espera Inuyasha!-

-¡¿Cómo que espere?!-

La bola de pelos se había quedado quieta, pero se podía apreciar un leve temblor en ella. Kagome se acercó y posó una de sus manos en el pelaje naranja, con Inuyasha detrás de ella, nervioso por que algo pudiera pasarle.

-Hey, no temas, no te haremos daño...-

La bolita se deshizo, haciendo posible escuchar los sollozos de un niño, Kagome apartó los mechones de pelo que le impedían ver, era un niño de entre 3 y 4 años, cabello de un naranja colorado, patitas de zorro y unos preciosos ojos esmeralda empañados por lágrimas.

-Es un Kitsune, un demonio zorro en otras palabras- explicó Inuyasha al ver la confusión en Kagome, a la vez que guardaba sus garras.

-¿Cómo te llamas, pequeño?-

El niño hipó un poco antes de contestar-- S-Soy Shippo -

-Bien, Shippo ¿Qué haces tú solo aquí, en el bosque? Podría pasarte algo ¿Dónde están tus padres?- 

-Mis padres murieron protegiéndome de Los Hermanos Relámpago, yo quedé solo con la manada y ellos me abandonaron, dijeron que yo era muy débil para estar con ellos - más lágrimas amenazaron con salir.

Kagome miró triste a Inuyasha que estaba a su lado en cuclillas igual que ella.

-No podemos dejarlo solo, Inuyasha, es sólo un niño, si algo lo llegara atacar no sobreviviría-

-¿Y qué quieres hacer con él? -

-¿Podemos llevarlo con nosotros? -

Inuyasha miró al niño, sintió mucha compasión, no tenía el valor de dejarlo solo a merced de algún Youkai hambriento.

-Está bien... ¿Te gustaría venir con nosotros, Shippo?-

-¿Puedo?- los dos adultos asintieron- S-sí... Muchas gracias-

-Ven pequeño- volteó al bebé entre sus brazos, enseñándoselo a Shippo- Él es nuestro cachorro; Hoshinki, pero puedes decirle Hoshi- 

Hoshi miró fijamente a Shippo antes de tenderle los brazos y enseñarle las encías en una sonrisa, Shippo imitó su acción y abrazó al pequeño cachorro, Inuyasha y Kagome se miraron, sonriendo por el acto entre los dos menores. Sin más, Inuyasha cargó a Shippo en uno de sus hombros y Kagome a Hoshi en sus brazos, casi al llegar a la choza los dos niños se habían quedado dormidos, Kagome limpió un poco sus pies, dejó a los niños en un futon y luego trajo una pequeña tinaja con agua para que Inuyasha se lavara los suyos, la cabaña estaba limpia y no quería ensuciarla, al acabar los dos tomaron asiento en los cojines de la pequeña sala.

-Inuyasha ¿No crees que me debes una explicación?-

-¿Qué habría de explicar?- 

-¿Quién era el Youkai del que huías y nos escondiste?- 

Inuyasha se tensó, no quería contar su pasado ¿Porque el pasado volvía ahora que había olvidado todo? Sin ninguna escapatoria, suspiró y procedió a contarle todo.

-Escucha Kagome... Yo... Yo no soy quién tú crees...-

<< Yo soy el hijo menor del General Inu No Taisho, el rey que gobierna el territorio del Oeste y el más poderoso Daiyoukai... Soy un algo así cómo un príncipe... Escapé del palacio de mi padre buscando libertad, conocer tierras lejanas, soporté 19 años en ese lugar, encerrado, sólo viendo lo que no podía visitar... Pero tomé la decisión de dejar todas las comodidades de ese lugar... Recorrí muchas aldeas con tal de alejarme, mucha gente me maltrató física y verbalmente, por ser un Hanyou- bajó sus orejas, le era difícil recordar esa parte- No encajaba entre los humanos y en algún momento pensé que si tenía que seguir viviendo así... No quería hacerlo más... A pesar de que estaba empezando a detestar a los humanos y destrozar una aldea completa, al verte a ti; tan débil y sucia, tuve compasión contigo>>

-... Y me alegro de haberte encontrado, Kagome, tú me aceptaste tal y cómo soy, ahora tú y Hoshi son mi familia, lo que más amo en esta vida... Por eso le dije a Ayame que te llevara con ella, no sé que planea mi padre, pero sí sé que es capaz de llevarte a ti y nuestro pequeño con tal de que yo vuelva, así que perdóname por no decirte esto antes-

Kagome permaneció callada, asimilando todo lo que su esposo le había dicho, Inuyasha temía ser rechazado, sin embargo Kagome sonrió.

-Inuyasha... Gracias por haberme sacado de ese lugar... Y no, no estoy enojada por que me hayas ocultado eso, entiendo que es algo que prefieres mantener en el pasado, y aprecio mucho que quieras protegernos- calló un momento, frunciendo un poco el sueño- Aunque ahora entiendo cómo pudiste conseguir todo ésto- señaló las telas de los kimonos, la vajilla en la que comían, los cojines y los futones.

-Oh, bueno... No pude evitar aprovecharme de mi antiguo título. Byakuya; el mercader de la familia real, me reconoció y dejó que tomara lo que necesitara... Si lo veo algún día, saldaré mi deuda con él-

-Espero que lo hagas, no me gustaría que te tuvieran rencor por no pagar lo que debes- lo abrazó y él también, aspirando su olor, que lo calmaba - Inu ¿Que haremos con Shippo?-

El chico suspiró - Si te parece y él quiere, se quedará con nosotros, lo criaremos junto con Hoshi-

-Entonces, bienvenido a nuestra familia Shippo - dijo con cariño Kagome mientras pasaba su mano por la cabeza del joven zorrito en una caricia maternal.






































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Bueno, eso ha sido todo para éste capítulo, espero les guste tanto como a mí.

Muchas gracias por leer.

Besos y abrazos 😘

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