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No se porque Wattpad me sacó el capítulo pero lo vuelvo a publicar
⚠️PRECAUCIÓN⚠️
Éste capítulo cuenta con palabras muy específicas,
están advertidas.
Procedan y no me maten por lo último 😉😈
Las estaré leyendo el
próximo lunes.
"Mi frío corazón sucumbe
ante una de tus sonrisas,
la frialdad se deshace ante
la calidez que me brindas
¿Será que tu eres para mí?
¿Seré tan afortunado de tener
tus sonrisas en la mañana,
sólo para mí?
°§°§°§°
Unos días antes...
Un Daiyoukai caminaba con paso seguro por el bosque, se encontraba tranquilo pues su día no había sido amargado por su padre. Ahora sólo quería buscar a aquella humana que había osado a desobedecerle y tocarle, admitía que era algo obstinada y cabezota, pero algo había cautivado su atención.
No estaba seguro del porqué de ese sentimiento que embargaba su corazón, una sensación cálida se apoderaba de él cada vez que veía de lejos a la humana, sí, había estado observandola desde que lo curó ése día, cada una de sus expresiones que ponía, sin darse cuenta, las guardó en su memoria.
Ella era humana y él un Daiyoukai, parecía un cliché, pero aunque no lo admitiera estaba enamorado de ella, una sonrisa imperceptible se dibujo en su rostro, esa humana hacía sacar lo imposible de él.
Siguió caminando, la luz empezaba a irse, llegaría de noche para cuando estuviera con Rin, pero no le importaba, nada le impediría llegar con ella.
Por otra parte, la pelicafé se encontraba en casa de sus padres, la habían comprometido con un joven por conveniencia, ella estaba algo triste y el recuerdo de aquel Daiyoukai que había curado rondaba en su mente, empeorando su mal de amor.
-Rin, te casarás con el joven Souki Yoshida, el hijo menor de Hakudoshi Yoshida, el terrateniente de la aldea -
-Padre, no quiero casarme, sólo tengo 17 años -
-Es por tu bien, Rin. Él te cuidará cuando nosotros no estemos -
Rin se levantó, con el pretexto de recoger leña para la cena, la joven miró el cielo estrellado con melancolía, algo en su pecho dolía. La fría brisa de la noche acarició su rostro, meciendo su cabello que fue acariciado por una mano con filosas garras. Rin volteó un tanto preocupada pero sonrió al ver el rostro de Sesshomaru...
-Señor Sesshomaru, me alegro de volver a verle- hizo una pequeña inclinación - ¿Que hace aquí? -
-No hace falta que lo hagas... He venido a verte -
-Ohh... ¿Se le ofrece algo? Debe de estar cansado después del largo viaje hasta aquí -
-Algo, sí. -
-Sigame, por aquí-
Rin le tomó de su mano derecha, guiandole hacia su cabaña propia, que estaba algo lejos de la de sus padres, abriendole la puerta para que pudiera descansar, cerca de la calidez de la hoguera del fuego que mantenía la cabaña caliente.
-¿Quiere algo, señor Sesshomaru? -
-Un poco de agua- dijo mientras se recostaba en la pared de la cabaña.
-Entonces, iré a traerle agua fresca del río-
Rin tomó un balde y salió de la choza, dirigiéndose al río, saltó con cuidado sobre las resbalosas piedras del río, el señor Sesshomaru seguramente estaba muy sediento por el largo viaje, con el balde yendo hacia la cascada para conseguir agua fresca. Se agarró de una rama para no perder el equilibrio, no quería mojarse tan tarde, se estiró poniendo el balde en el chorro de agua, casi terminaba de llenarlo cuando la rama de las que se sostenía cedieron y cayó mientras daba un pequeño grito.
Maldijo por lo bajo, ahora pescaria un resfriado, se levantó y sacudió sus brazos, salió del agua con dificultad pues el kimono se le pegaba a las piernas y además la corriente del agua le arrastraba, llegó a la orilla y fijó la vista en el balde cuidando que el agua no se derramara, pero justo cuando alzó la vista se topó con dos orbes doradas que la miraban fijamente.
-Se-Señor Sesshomaru ¿Que hace aquí? -
-Tu grito me alertó -dijo con su típico tono frío pero su voz era más ronca de lo normal.
-Ohh fue una pequeña caída, sólo fue eso... Am, aquí está el agua, señor Sesshomaru - le tendió el balde con el agua.
Sesshomaru la miró pero luego sus ojos se posaron más abajo, Rin lo notó y miró si tenía algo en el cuerpo, pero cuando lo hizo supo que estaba mirando el demonio, su kimono a causa de estar mojado, se pegaba a su figura, sus pechos se remarcaban y sus pezones se endurecieron, haciendo que fueran visibles. Se sonrojó por no poder controlar su cuerpo y volvió a mirar a Sesshomaru, éste se acercó poco a poco a ella, sus pupilas se dilataron por el deseo que estaba invadiendo su cuerpo. Rin se quedó quieta en su lugar, con el balde en sus manos, el Daiyoukai terminó con su cara cerca de la suya, podía sentir el aliento rozar su rostro, la mano de Sesshomaru subió y tomó su mentón, besandole hambrientamente, en ese momento Rin perdió la paca cordura que tenía y soltó el balde, salpicando las vestiduras de Sesshomaru, que poco le importó y siguió besando a la chica, tomándola firmemente por la cintura haciendo que se acercase a él, ella le abrazó por el cuello, enredando sus dedos en las hebras de platinadas.
El ambiente se tornaba erótico, el beso se volvió una danza entre lenguas, pasión, era el sentimiento en el que sus dueños se empeñaban en demostrar, pero el aire empezaba a faltarles y tuvieron que separarse. Sin embargo eso no fue impedimento para Sesshomaru, que empezó a besar, lamer y morder el cuello de la chica, saboreando el dulce sabor de su piel.
Sesshomaru aún conservaba un poco de cordura para no tomar a la humana en ese mismo instante, pero los jadeos y gemidos involuntários de Rin cerca de su oreja le estaban nublando la vista, su sangre demoníaca se removía inquieta por la situación a la que estaban llegando, pero tenía que controlarse...
-Ahh S-señor... Se-Sesshomaru... Mhhh-
Y esa fue la gota que derramó el vaso...
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