El embarazo normal de una humana duraría nueve meses, pero el de una mujer loba dura solamente cinco, aunque no todo es tan bueno ya que lo que sentimos es el doble; así que, volvemos locos a los hombres con nuestras hormonas y deseos.

Y yo... ya llevaba dos meses de embarazo, aún no entiendo como es que Jake consigue aguantarme.

Por ejemplo, ahora mismo lo tenía haciéndome masajes en mis pies luego de haberme comprado un helado, es que cargar con este estomago abultado es bastante pesado, mis piernas duelen y yo quería relajarme.

Por suerte, mi sexy lobo me ayuda con todo y complace todos mis caprichos a pesar de ser alguien muy exigente y complicada, más en estos momentos.

Entonces, sentí bastantes inseguridades con respecto a la tolerancia de Jake hacia mi. Estoy pidiendo mucho a cada rato... ¿No está cansado?

No sé si fue por la marca que pudo sentirlo o yo hice algo pero él levantó la cabeza mirándome directamente y pareció preocuparse.

- ¿Vane... Amor? ¿Qué sucede... ? -

- ¿Eh... ? - Toqué mi mejilla dándome cuenta de que estaba llorando - Y..Yo... -

Un sollozo salió de mis labios, Jake se levanta y rápidamente se acerca a mi y me abraza delicadamente.

- ¿Qué pasa? Puedes decirme... -

- Yo... Es que... bueno... - Resoplé tratando de calmarme - ¿No estás cansado de mi? -

Él me mira sorprendido por mi pregunta y a la vez confundido, supongo que no se esperaba que fuera eso lo que me pasara.

- Claro que no... ¿Por qué piensas eso? - Cuestiona.

- Pues... te exijo mucho sin pararme a pensar en como te sientes... Lo siento, no quería ser muy pesada con todo y... y yo... -

Él me quita el helado de las manos al ver que estas comenzaron a temblar, se acerca más y besa mi frente a la par que me abraza nuevamente con firmeza.

- No tiene nada de malo que me pidas cosas; yo quiero cumplir con todos tus deseos aunque sean muchos, así que no te preocupes que yo jamás me cansaré de ti, mi Luna... -

Yo me aferré a él y suspiré tratando de calmarme, él me susurra cosas tiernas mientras lo consigo y entonces, al estar ya calmada, suspiré y me separé para verlo.

- Aún así... intentaré no pedirte demasiado - Sonreí leve.

- Mi Luna... estás es un momento delicado y que te toma mucho esfuerzo, sé que los embarazos no son fáciles así que... soy yo quien te pide que me pidas lo que quieras, ya que no me gusta la idea de que tú sola cargues con todo -

Sonreí más ampliamente y lo besé, él me toma la cintura y se acomoda para no caer sobre mi en aquel momento.

- Te amo, Jake... -

- También te amo, Vane -

Ambos permanecimos abrazados un tiempo más hasta que finalmente me separé un poco para mirar como él veía mi abultado vientre y comenzó a acariciarlo. Se acercó a este, arrodillándose en el suelo junto a mi y acostó su cabeza en mi estómago.

- Creo que será igual de hermosa que su madre - Menciona.

- ¿Cómo sabes que será ella y no un él? - Se encoge de hombros mientras sigue acariciando mi estómago.

- Instintos de padre, supongo -

- Seguro... -

Llevé mis manos hasta él y con una acaricié su cabello mientras que con la otra pasaba levemente mis uñas por él haciéndole caricias que parecían gustarle.

- Oye... - Llamé su atención - Ven aquí - Palmeé el lugar junto a mi en la cama.

Él me mira un momento mientras yo sonreía para insistirle, entonces sonríe y asiente antes de levantarse y acomodarse de nuevo pero esta vez, sobre la cama. Yo guié su cabeza hasta acostarlo en mi pecho pero él podía seguir mirando y acariciando mi estómago.

Volví a hacerle caricias al igual que él a mi y ambos compartimos de este momento juntos en los que ambos nos mimábamos el uno al otro.

Supongo que después de tanto tiempo exigiendole cosas a él, ya era el momento de que yo también le diera su momento de calma y caricias.

- ¿Huh? - Murmuré cuando él se detuvo y su respiración se volvió más lenta.

Sonreí con ternura al darme cuenta de que él se había quedado dormido, agarré el borde de la manta y lo cubrí lo mejor posible sin despertarlo, realmente me agradaba esto.

Además de que cuando él estaba tranquilo, yo también lo estaba, y así igual estaba nuestro bebé.