epílogo
──¿Así que Suwon?
──Suwon.──Sana se dejó caer junto a Tzuyu en el sillón, mientras ella jugaba con Minju sobre su regazo.── ¿Estás de acuerdo?
──Pues... Sí. Es un lugar lindo.
──Lo adoro. Es tan tierno, y tengo un empleo, y la gente es muy agradable, ¿Y sabes cuál es la mejor parte?
──¿Cuál?──Tzuyu seguía jugueteando con las manitas de su hija, que estaba sentada en sus piernas frente a ella, babeando.
──No hay mafias aquí.──Susurró la castaña, y Tzuyu giró la cabeza para arquear una ceja en su dirección.
──Lista.
──Te amo.──Con una risita, Sana se inclinó sobre su novia y besó su mejilla antes de ponerse de pie nuevamente y caminar hacia la cocina para terminar de acomodar los restos de la cena de esa noche.
Al pasar frente a Tzuyu, esta estiró una mano y le pellizcó el trasero, haciéndola pegar un salto y soltar un chillido.
Sana la fulminó con la mirada de manera juguetona antes de entrar en la cocina.
──Suwon será... ──Murmuró la azabache mientras depositaba a su hija sobre el carro y caminaba hacia donde estaba Sana.
──¿Nena?
──¿Sí?
──¿Puedo hacerte una pregunta?
Sana la miró extrañada ante el evidente nerviosismo de la azabache, pero no dejó de refregar los platos.
──Claro.
Tzuyu inspiró hondo, y comenzó a rebuscar algo en el bolsillo de sus jeans.
──¿Podrías dejar los platos?
──¿Qué...?
──Sana, deja eso.──La castaña le frunció el ceño, pero obedeció, dejando la vajilla a medio enjabonar y secándose las manos mientras se giraba hacia su novia.
──¿Qué sucede?
──Bien... Iba a preguntártelo esta noche en algún restaurant, pero... No puedo esperar más.
──¿Qué, Tzuyu?
Sana observó incrédula cómo Tzuyu se ponía de rodillas frente a ella, alzando una pequeña caja negra frente a ella.
──Cásate conmigo.
El aire se le atascó en la garganta y los ojos se le llenaron de lágrimas.
──¿Sana? ──Tzuyu observó, con un creciente nerviosismo como su novia abría y cerraba la boca sin decir nada.──Más te vale decir que sí.
Finalmente, la castaña soltó una carcajada antes de acercarse a ella para acariciar sus cabellos oscuros.
──Mandona.
──Sí, lo soy.──Sana se mordió el labio inferior con fuerza, mientras lentamente se dejaba caer frente a ella, de rodillas también.──Todavía no me has respondido.
──Estoy disfrutando... Creo que nunca te había visto tan nerviosa.──Murmuró juguetona, pegándose más a ella.
──Eres una mujer malvada.
──Aprendí de la mejor.──Tzuyu rodó los ojos mientras abría la caja de terciopelo, revelando un anillo precioso.
──Cásate conmigo, nena.
Sana sonrió lentamente.
──Sí, amor, me casaré contigo.
Tzuyu volvió a respirar profundamente desde que se había decidido a pedirle matrimonio, y colocó ceremonialmente el anillo en el dedo de su ahora prometida.
La rodeó con sus brazos, apretando sus nalgas entre sus grandes manos.
──Te amo, cariño.
──Te amo todavía más, Chou.
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6 AÑOS MÁS TARDE.
──Minatozaki Sana, ni se te ocurra.
La castaña le frunció el ceño a su esposa, pero ignoró la orden y siguió encaminándose a la enorme piscina del jardín.
──Vuelve aquí ahora, maldita sea, podrías resbalarte y partirte el cráneo.
──No me caeré.
──Ese suelo es resbaloso.──Masculló Tzuyu, indignada, caminando detrás de su esposa.
──No voy a quedarme allí adentro encerrada cuando tenemos esto en nuestro jardín, tengo calor.──Protestó, sin disminuir en su marcha.
──Ya te caíste aquí una vez, no seas cabezota.
──Eso fue hace tres años, y estaba distraída.
──Pero no estabas embarazada.
──Y justamente porque ahora estoy embarazada estaré más atenta.
Sana decidió no discutir cuando el brazo de su esposa rodeó su cintura, ayudándola a bajar los tres escalones que guiaban a su paraíso personal.
──Creo que soy la única estúpida a la que se le ocurre construir una piscina en un lugar en donde sale el sol dos veces al año.
──Sabes que lo hiciste para consentirnos a MinMin y a mí, y te lo agradecemos mucho.──Respondió la castaña, melosa, mientras giraba el rostro para depositar un besito en la mandíbula de Tzuyu.
Ella bufó.
──¿Hablaste con MinMin hoy?──Preguntó, mientras veía a su testaruda mujer quitarse la enorme remera que llevaba puesta, revelando su vientre de ya siete meses.
──Sí, está feliz de pasar estas vacaciones con sus tías, pero le he dicho que será sólo una semana. No puedo tenerla lejos de mí tanto tiempo.
Tzuyu sonrió.
Su testaruda y sobreprotectora mujer. Cuánto la adoraba.
──¡Sana!
Tzuyu corrió hacia ella cuando la vio tambalearse levemente en el camino a la piscina, y la tomó de la cintura para estabilizarla.
──Tzuyu, tranquilízate. A este paso, te llenarás de canas prematuramente, cariño.
Tzuyu bufó.
──Claro, y será culpa tuya.
Sana soltó una carcajada, girándose para besar sus labios brevemente.
──No puedes vivir sin mí.──Sentenció, antes de girarse y meter ambos pies en el primer escalón de la enorme piscina.
Tzuyu la vio tantear el agua, y caminar de un lado al otro esperando a acostumbrase a la temperatura, mientras se acariciaba el vientre distraídamente, y se agachaba para quitar las pequeñas hojitas verdes que habían ido a parar allí dentro.
──No, no puedo... ──Susurró finalmente, antes de seguirla dentro del agua.
Fin.
Y colorín colorado este cuento se ha acabo 👩🏻🦽
Realmente espero les haya gustado esta historia, ya no hay más partes ni tampoco temporadas, por lo que hasta aquí queda c:
Gracias por haber llegado hasta aquí!
Bye bye ~ ♡︎
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