Mi Zorro Feroz X
Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia de caperucita, obviamente, no me pertenece, pero si las locas cosas que pasan por aquí.
Advertencia: Escenas violentas, lenguaje soez, posible sexo explícito (que sé que les gusta cochinillos XD) y si hay algo más, iré avisando.
Historia corta (creo), Algunos personajes OoC.
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Mí Zorro Feroz
§
Hinata se apretó mas fuerte al torso de su abuela cuando el caballo se movió con violencia. Sus cuerpos se ladearon a un lado cuando el caballo dobló a gran velocidad. Hinata vió a Kurama correr al lado de ellas.
De repente el bosque parecía temblar, a sus oídos llegaron esos ruidos de estampida y miró sobre el hombro de Kaguya. Se arrepintió en seguida, de su boca saliendo un gritó de terror.
Esos ojos...
Ojos rojos profundo y brillosos.
Ojos llenos de sangre y furiosos.
—Maldita sea—, murmuró Kaguya mientras acomodaba a Hinata para que mirará al frente, sus piernas a horcajadas sobre el lomo del caballo—. Agárrate fuerte—, gritó cerca de su oído.
Hinata hizo una mueca, su abuela no usaba silla de montar ni riendas. Ella sólo pudo cerrar sus dedos en el crin del caballo. Montar sin silla era doloroso cuando no estaban acostumbrado. Hinata agradeció que su abuela le haya insistido en enseñarle a hacerlo. Ella se asustó cuando miró sobre su hombro, Kaguya se había separado de ella y eso no era todo.
Kaguya estaba parada sobre el lomo de su garañón, apuntando a la enorme creatura que iba hacía ellas con grandes zancadas. Hinata observó a su abuela, anonadada, su boca parcialmente abierta mientras veía su cabello largo y gris volar tras ella. Por primera vez se preguntó ¿quién era realmente su abuela? Por más dura que fuera, ella no podía ser tan dura como un roble a su edad.
Hinata bajó la cabeza, de forma inconsciente, cuando su abuela disparó, el ruido de la escopeta siendo ahogado a medias por los sonidos de los cascos de los caballos, las garras del animal en el suelo y los jadeos duros de éste. Otro disparó y hubo un fuerte estruendo a su espalda. Hinata sólo llegó a ver qué la criatura rodaba para terminar a un costado del camino que habían tomado ella.
Kaguya se volvió y se sentó de nuevo, ella hizo el ruido que siempre usaba para controlar a su caballo y este giró sin dudar a la derecha, nunca deteniendo la furiosa carrera.
—No bajes la guardia—, le dijo a su oído después de que Hinata suspirara aliviada.
—Me explicarás que está pasando—, exigió Hinata, ya cansada que nadie le dijera nada.
Kaguya hizo un ruido de desinterés y siguió controlando al caballo cuando se volvió a escuchar al aullido. A los segundos se escuchó otro, que hizo que Hinata mirará hacia atrás. Ella reconoció el segundo ruido como el de su chico zorro.
—Naruto—, murmuró.
—¡Cuidado!
Hinata miró al frente justo cuando el caballo se encabritaba, sus dedos perdieron su agarre mientras su cuerpo golpeaba contra el del caballo para ser impulsado hacía atrás una instante después. Sus ojos se abrieron sorprendidos al no sentir a su abuela a su espalda y cayó en el suelo. El golpe fue duro y la dejó sin aliento, no sólo cayó, se preocupó en moverse rápido y rodó a un costado de los caballos mientras estos seguían levantando las patas, amenazantes contra la creatura mitad lobo mitad hombre de ojos rojos.
Ella se quedó en el suelo boca abajo, pero levantó la cabeza para mirar y buscar a su abuela con la mirada. Los ojos de Hinata fueron al lobo cuando lanzó un manotazo a los caballos, pero nunca los tocó, se mantuvo alejados de ellos. Su mirada de agrando cuando de repente, desde arriba, su abuela cayó sobre la espalda del cambia forma.
Kaguya tenía en una mano un machete y lo hundió en el cuello de la criatura su rostro desfigurado en furia, parecía otra persona. Ella gritó mientras metía y sacaba el machete una y otra vez, Hinata jamás la había visto tan colérica. La voz en su cabeza repetía la pregunta una y otra vez...
¿Quién era esa mujer? ¿Cómo podía hacer eso a su edad?
La mano/pata del lobo agarró a Kaguya que estaba sobre su hombro y la mandó a volar hacía adelante. Los ojos de Hinata siguieron a su abuela mientras su cuerpo giraba y ponía sus pies en suelo, estos deteniendo su avance justo antes de llegar a los caballos. Ella sabía que Kaguya era ágil, mucho más ágil que Hinata misma que era muchísimo más joven, pero su abuela de repente parecía una muchacha mientras sacaba el otro machete de su cadera.
El lobo rugió, haciendo que el mismos suelo donde estaba temblará, el propio interior de Hinata tembló.
—¡Corre!— le gritó su abuela sin mirarla.
Hinata intentó levantarse, dándose cuenta que no podía mover un brazo. Se miró el hombro y sus ojos se quedaron clavados en su brazo laxo y en una posición extraña.
—¡Corre Hinata!— volvió a gritar antes de lanzarse hacía el lobo.
Hinata se levantó con la ayuda del otro abrazo y se giró para correr a la otra dirección. A penas podía respirar con su corazón palpitante en su garganta, ni siquiera era consciente de que estaba llorando.
Otra vez..
Estaba pasando otra vez...
El sol estaba casi escondiéndose y se le dificultaba ver entre los árboles. Ella se chocó con una rama y cayó. Gritó cuando aterrizó sobre su brazo herido, el dolor fue casi cegante. Hinata no pude levantarse, ya no tenía fuerzas para seguir huyendo. Ella se había prometido que no huiría de esa criatura y una vez más, estaba dejando los problemas a alguien más.
Primero su padre, que había muerto. Luego Naruto, que su abuela lo había disparado. Por último Kaguya, que estaba peleando con un simple machete contra un cambia forma.
Hinata levantó la cabeza cuando escuchó un ruido amenazante cerca, ella vió ojos brillar y una sensación de alivio la llenó. Los ojos eran celestes rasgados.
Naruto.
Hinata sintió que podía llorar de agradecimiento. Él estaba entre las sombras, pero no sé movió para acercarse. Ella se preocupó que no lo hiciera y se sentó, haciendo una mueca adolorida por su brazo.
—Naruto—, lo llamó—. Ven. Perdóname por lo que hizo mí abuela—, le dijo haciendo señas con su brazo bueno.
Ella se quedó congelada cuando Naruto dió unos pasos hacía ella en su forma de zorro. Pero eso no le sorprendió. No.
Naruto tenía los ojos entrecerrados y peligrosos, llenos de rencor cuando la miró bajo una rayo de luz. Hinata se tensó cuando Naruto le mostró los dientes e hizo ese ruido de amenaza de nuevo. Ella dejó caer su trasero contra el suelo cuando él le gruñó bajo y vibrante, acercándose con pasos lentos.
—¿Naruto?— susurró ella, intentando ver si él estaba allí, llena de miedo.
El zorro abrió la boca, mostrando sus largos y puntiagudos dientes, de su hocico cayó un hilo de baba y Hinata lo vió demasiado desencajado. Ella recordó lo que le había dicho su abuela. "Su zorro tomaría el control y te matará..."
Ella vió como el pelo del lomo comenzaba a ponerse en punta y alzaba la cola.
La pose de ataque. Ella ya lo había visto.
Hinata cerró sus ojos cuando vió que el zorro preparó sus patas para saltar hacía ella. Un extraño pero bienvenido sentimiento de paz la llenó cuando escuchó que él saltaba.
Continuará...
Mañana se termina (?)
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