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EXTRA

Este capítulo al igual que el epílogo transcurren durante la luna de miel.

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Jimin llevó una mano hasta su pecho, como si de esta manera pudiera hacer que su corazón dejara de latir como loco.

Se estaba muriendo de los nervios por lo que vendría a continuación. Y es que, a pesar de su propia euforia y de que no tenía razón alguna para dudar de que su esposo compartiría su sentir, aun así no lograba deshacerse de la ansiedad que lo había embargado horas atrás.

¿Y si era demasiado pronto? ¿Y si Yoongi había cambiado de idea?

Sacudió la cabeza de derecha a izquierda para esfumar ese tipo de cuestionamientos antes de tomar una gran bocanada de aire.

Ya todo estaba listo. No podía posponerlo más.

Se armó de valor y asomó la cabeza fuera de la recámara de aquella cabaña rentada, en donde se estaban hospedando durante su luna de miel para observar en dirección hacia donde estaba el azabache conversando por teléfono con el abuelo Min, quien muy gentilmente aceptó ayudar al rubio con su plan.

--¡Yoonie! -exclamó desde el marco de la puerta, apresurándose luego a esconderse tras la misma cuando escuchó a su mayor musitar un "Hablamos luego abuelo, Minie me solicita".

Como era de esperarse, el veterano dio por terminada su misión de distracción y colgó, desconcertando un poco a Yoongi ya que, en primer lugar, ni siquiera entendía la razón de la llamada .

Optando por no darle vueltas al asunto, el azabache se puso en pie y se encaminó hasta la recámara donde se topó con un camino de pétalos de rosas amarillas, cuyo rastro se perdía en el cuarto de baño.

De inmediato, sintió su sangre correr más de prisa y con destino a un punto específico de su anatomía. Avanzó a la par que se deshacía de su polera. Una sonrisa traviesa, producto de la anticipación, se dibujó en sus facciones.

Entornó los ojos y frunció el ceño al adentrarse al opulento cuarto de aseo, notando que no había rastros del menor allí. Hizo amago de darse la vuelta, pero entonces su mirada recayó de forma inevitable sobre el borde de la bañera, donde los pétalos dejaban de estar esparcidos para dar forma a un círculo casi perfecto.

Picado por la curiosidad, se acercó hasta notar dos pequeñas tiras plásticas que no supo reconocer en primera instancia, por lo que se quedó mirando ambos objetos sospechosamente antes de tomarlos en sus manos.

--Sé que hasta hace poco hablamos al respecto. -resonó la tímida voz del menor a su espalda, provocando que se girara en su dirección --Pero dijiste que lo querías todo conmigo. -continuó, empuñando con su diestra una porción de la suave tela que se encargaba de cubrir su desnudez.

Titubeó unos segundos tras notar la obvia confusión en el rostro adverso y en cómo las obscuras orbes alternaban entre ambas pruebas de embarazo y su persona.

Mordió con insistencia su labio inferior, expectante de la reacción en el contrario y sintiéndose desfallecer unos breves segundos antes de que la confusión diera paso a la sorpresa.

--Minie... ¿t-tú..? -artículo con la voz estrangulada por la emoción
--¿Nosotros...?

--Los donceles somos muy fértiles. -explicó con una sonrisa cauta y sus sentidos alertas.

–Un bebé... -musitó Yoongi apenas, acrecentando la incertidumbre del rubio --¿Seré papá? -cuestiona aún sin poder creerlo, sintiendo la alegría desbordarse de su ser tras recibir un asentimiento --¡Seremos padres! -vocifera, llegando de varias zancadas hasta al menor para tomarlo entre sus brazos y elevarlo en aire, girando sobre su eje mientras Jimin se carcajeaba feliz con el corazón inundado de tanta dicha que apenas le cabía en el pecho.

--¡Dios, Minie! Bebé, mi amor... -farfullaba a la vez que se arrodillaba a la altura del plano abdomen para depositar varios besos cariñosos
--Papás... -articula en un susurro. Saboreando cada letra que componen la palabra y sintiendo un tenue ardor en sus ojos.

--¿Estás feliz, Yoonie? -entona el menor con voz pausada, dejando suaves caricias sobre las hebras de quien permanecía extremadamente quieto, pero con un férreo agarre sobre su cintura.

--¿Feliz? -repite tras dejar escapar un suspiro de felicidad --No creo que exista una palabra para describir todo lo que siento. -se incorporó hasta estar nuevamente en pie --Me siento el hombre más afortunado de la tierra... Gracias. -dijo antes de besar dulcemente los apetitosos labios frente a él, fundiéndose en un beso cálido y amoroso que intentaba transmitir todo el mar de sentimientos que cada uno sentía por el otro.

Sin despegar sus labios, se desnudaron mútuamente antes de adentrarse a la bañera. Despegando apenas sus labios para gemir gustoso ante la deliciosa sensación del agua caliente en sus pieles a medida que se sumergían.

Yoongi se sentó, apoyando la espalda en el borde y acomodando al rubio entre sus piernas, haciendo que se reclinara de espaldas hacia él.

Durante varios minutos permanecieron en silencio, simplemente disfrutando de la cercanía de sus cuerpos, hasta que un suspiro profundo escapó de los finos labios del blanquecino.

--¿Qué pasa? -musita con suavidad Jimin, intentando conectar su mirada con el mayor por sobre su hombro.

--Nada. -responde este, dejando escapar otro suspiro que inquieta más al rubio, quien ahora intenta apartarse para darle el frente, pero es rápidamente impedido de hacer aquello --Es solo que apenas llevamos un año juntos y me has dado tanto que... no sé, no puedo evitar sentir que no merezco ser tan feliz.

--No digas tonterías. -le riñó, liberándose de su agarre para estar cara a cara. Se le encogió el corazón al notar la gatuna mirada llena de culpa y melancolía --Mereces ser feliz, ¿entendido?

--No es verdad, no después de haber sido un maldito contigo. Jimin, yo...

--Sssht. -lo acalló, besándolo de forma delicada y breve en los labios --Eso es el pasado, así que olvídate de el. -esboza una sonrisa afectuosa --Yo ya lo hice porque prefiero vivir el presente, donde soy extremadamente feliz a tu lado. Y deseo hacerte igual de feliz a ti.

--Eres un ángel, ¿lo sabías?

Jimin niega divertido --No lo soy, es solo que te amo demasiado y sé que tú me amas igual.

El azabache alarga sus brazos para acercar el cuerpo adverso hasta el suyo hasta juntar de nueva cuenta sus labios en un beso pausado --¿Cómo es que no noté de inmediato lo maravilloso que eres?

El rubio no puede evitar reír quedito, suspirando de puro gusto cuando el mayor lo arrulló entre sus brazos.

--Quizás porque lo nuestro no fue amor a primera vista. -explica, sin darle mucha importancia al asunto.

--Bueno, aunque no me enamoré de ti de ti de inmediato, admito que sí me pareciste alguien muy tierno.

--¿En serio?

--Por supuesto. Creo que ahora entiendo porqué mi abuelo siempre ha dicho que soy un idiota. -dice riendo por lo bajo al recordar todas la veces que el mayor lo llamó de esa manera.

--No creo que seas un idiota por no enamorarte de mí desde la primera vez. Yo tampoco caí enamorado de ti desde el primer momento.

--Auch. -se quejó en broma --Y yo que creí que mi encanto era irresistible.

--Tonto. -ríe tiernamente --Aunque sí llamaste mucho mi atención. -agregó, dibujando con su índice figuras imaginarias en la piel del pelinegro
--Supongo que en ese momento me era imposible pensar que alguien como tú fuera a amarme en verdad.

--Mmmm... -tararea pensativo
--¿Quieres saber la razón por la que rehuía de las relaciones estables? -cuestionó, recibiendo por respuesta la curiosa mirada del menor
--Cobardía. Crecí viendo los estragos que el amor causaba en las personas más cercanas a mí, así que hice todo lo posible por no caer flechado por nadie. -elevó su diestra para retirar los dorados y húmedos mechones que se pegaban a la frente del joven doncel
--Pero entonces llegaste tú... -sonrió con la mirada cargada de aquel inmenso amor que albergaba en su corazón y que le brotaba hasta por los poros --Y eclipsaste mi mundo. Tú con toda esa dulzura, tu espíritu fuerte, con el alma más noble que he conocido jamás. Un pervertido total con rostro de ángel...

--¡Oye! -se quejó entre risas el rubio, golpeando de manera juguetona el pecho contrario --Que no soy un pervertido.

Yoongi se impulsó de manera imprevista hacia adelante, acunando entre sus pálidas manos los abultados cachetes. Por su parte, Jimin había dejado de reír para posar su mirada entre sorprendida y expectante sobre él
--Y simplemente me fue imposible no enamorarme de tu ser entero porque viniste a mostrarme que eras tú precisamente todo lo que quería en mi vida... Quizás no te amé desde la primera vez que nos vimos, pero difenitivamente te amo cada día un poquito más que ayer. -termina de decir con la voz cargada de sinceridad.

 --¿Quieres ponerme sentimental? -cuestionó, con voz temblorosa y mirada empañada a causa de tantos lindos sentimientos llenando su pecho de tal manera que apenas le cabían allí.

--No. -negó levemente con la cabeza
--Solo quiero que sepas cuán enamorado me tienes. Te amo, Jimin. Gracias por también amarme a mí.

El rubio no pudo contener las lágrimas que, si bien eran de dicha y felicidad, lo tenían sollozando bajito.

Yoongi se encargó de barrer las saladas gotas con sus pulgares a la par que elevaba el sonrojado rostro adverso, eliminando de a poco la escasa distancia que separaba sus bocas antes de fundirse en un beso lento donde sus lenguas saboreaba la boca ajena con lentitud, simplemente embriagándose de aquel sabor adictivo y disfrutando de la suave textura de la otra. Permitiendo a sus manos mimar la piel contraria con devoción, imprimiendo en cada toque un implícito "te amo".

[.]

Jimin se desperezó sobre el suave y mullido colchón cuando el delicioso aroma del desayuno se coló por sus fosas nasales, tentándolo de sobremanera a permitir que sus orbes vieran la claridad de ese nuevo día, pero a la vez negándose a moverse ni un ápice de su posición.

Se sentía tan confortable, abrazado al cuerpo de Yoongi, tan excesivamente suave...

--Buenos días. -le recibió la rasposa voz del azabache, provocando que el menor se apresurara a posar su mirada somnolienta en él. Recién descubriendo que en realidad estaba solo en la cama.

--¿Qué es esto? -cuestionó al notar que se encontraba dentro de una especie de barricada hecha de almohadas dispuesta en todo su alrededor, a excepción de una, la cual él mantenía entre sus brazos --¿Y todas estas almohadas, Yoonie?

--Las puse para que estuvieran cómodos y protegidos mientras ordenaba el desayuno. -explicaba a la vez que hacía espacio sobre la cama para sentarse y colocar la bandeja a su lado --Vamos, acércate. -le instó, palmando su regazo para que el rubio se sentara allí, acunando el menudo cuerpo entre sus brazos una vez lo tuvo lo suficientemente cerca.

Yoongi tomó un trocito de mango del bol que contenía diversas frutas picadas en pequeñas porciones. Ofreciéndoselo a Jimin, quien abrió la boca gimiendo encantado cuando la dulce jugocidad invadió su paladar. El mayor se disponía a tomar esta vez una uva cuando el de mejillas abultadas la interceptó, acercándola hasta los labios del mayor para que este la comiera.

De esta manera, terminaron alimentándose el uno al otro, alternando cada bocado con un pequeño beso de buenos días.

--Minie. -llamó Yoongi a quien ahora se encontraba recostado sobre su blanquecino pecho --¿Te molestaría si acortamos nuestra luna de miel? Es que quiero darle la noticia cuanto antes a mi abuelo.

--¡Oh! Cierto. -exclamó el menor, poniéndose en pie de inmediato para ir hasta el closet.

--¿Qué haces, amor? -le cuestiona extrañado al verlo descolgar la ropa.

--Tenemos que regresar a Corea. Le prometí al abuelo que estaríamos allá hoy en la noche.

--¿Le prometiste? -frunció el ceño sin entender --¿Cuándo?

--Pues ayer. -contestó sin dejar de recoger tanto sus prendas como la de Yoongi para acomodarla en ambas maletas de viaje.

--Espera... -pide el mayor, poniéndose en pie --¿Él abuelo ya sabe que estás embarazado?

--No. Pero creo que lo sospecha y por eso no me insistió mucho cuando le pedí que te llamara para tener tiempo de prepararte la sorpresa.

--Vaya, así que solo me llamó para distraerme. ¿Por qué será que no me sorprende? -comentó, acercándose hacia el más bajo para abrazarlo por la espalda y depositar un beso en la curvatura de su cuello. Jimin río tiernamente por aquello, maravillando -sin ser consciente de ello- aún más al pelinegro en el proceso.

[.]

Su regreso a Seúl fue rápido. Aunque el plan inicial era aguardar hasta la noche para ir a la mansión Min, ninguno estuvo dispuesto a esperar hasta entonces para darle la buena noticia al veterano hombre.

 --¡Tomatito! -exclamó la siempre energética voz del abuelo Min, quien hacía su entrada hasta la sala de estar tras negarse a recibirlos en su recámara ¡Como si fuera un viejo decrépito para estar todo el día en la cama! --No los esperaba tan pronto.

--Yoonie y yo decidimos regresar cuanto antes. -explicó Jimin con una sonrisa encantadora en sus abultados labios --¿Recuerda la sorpresa que le comenté?

El canoso hombre asintió repetidas veces, tratando de contener la ansiedad y la emoción que estaba sintiendo.

Porque ¡vamos!

Él era lo suficientemente listo para deducir de qué iba aquello.

--Abuelo. -le llamó el pálido --Minie y yo seremos padres.

Un jadeo exagerado abandonó la boca del abuelo de Yoongi, quien simulaba estar sorprendido por la noticia, acercándose primero al pelinegro para darle un muy efusivo abrazo y varias palmadas en la espaldas acompañadas de un rostro que conmovería a cualquiera...

...Que no lo conociera lo suficiente.

--Ya lo sabías, ¿no, abuelo?

Una sonora carcajada resonó en las cuatro paredes, provocando que Yoongi negara divertido y que Jimin soltara una risita por lo bajo.

--Bueno, en mi defensa... -comenzó a decir el mayor de los tres --Era bastante obvio. -se encogió de hombros mientras se acercaba a Jimin para tomarlo de la mano --Quiero agradecerte, pequeño tomatito.

--¿A mí? -cuestionó el rubio algo confundido --¿Por qué?

--Por todo. -aseguró con una expresión solemne que ni siquiera Yoongi le había visto antes --Por amar al tonto de mi nieto...

--¡Abuelo! -replicó el pálido, siendo ignorado en el acto.

--Por darme la dicha de ser abuelo en esta vida. -continuó diciendo --En serio creí que tendría que buscar la forma de renacer para ver el día en que este tonto por fin sentara cabeza. Gracias por permanecer a su lado.

Jimin no sabía qué decir o hacer, jamás se había topado con esa faceta del abuelo de su esposo. Parecía hablar tan en serio...

--Una vez me referí a ti como un diamante en bruto. -prosiguió, rompiendo el silencio que se había instaurando unos segundo atrás --Me retracto de ello. -sonrió tenuemente, dando varias palmadas a la mano contraria que aún sostenía entre las suyas --Siempre has sido una gema preciosa en todo su explendor. Única e invaluable tal cual eres. Jamás lo olvides. En cuanto a ti... -se giró para mirar al de mirada gatuna --Más te vale que no estropees las cosas. Tienes un tesoro en tus manos, Yoongi. Aprécialo como corresponde.

--Lo sé, abuelo. -aseguró, posicionándose al lado de su esposo cuando el hombre mayor se alejó de este --Amo a Jimin con toda mi alma. -miró con adoración al nombrado, quien estaba bastante sonrojado en ese momento --Me ocuparé de que no lo olvide mientras viva.

--Yoonie...

--Más te vale. -espetó en tono amenazante, sonriendo luego al constatar que el par frente a él se encontraban sumergidos en su propia burbuja de amor, así que optó por dejarlos a solas.

Sin borrar la sonrisa de sus labios, el patriarca de los Min hizo su recorrido hasta su recámara, el par de tórtolos había llegado justo a la hora en que tomaba su siesta. Y, aunque siempre renegaba de ella, lo cierto era que la estaba añorando.

¡Vaya que la necesitaba después de tantas emociones juntas!

Sí que estaba feliz.

Por fin los tontos que tenía por nietos demostraron tener algo en el cerebro.

Tal parecía que tanto la inteligencia como la descendencia de los Min prevalecería unos años más.

----☆☆☆----

Creo que con este extra ya sí podemos dar por finalizada esta historia. Espero les haya gustado😊

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》

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