Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17

--¿Qué...?

--No soy virgen.

Inmediatamente, Yoongi se puso en pie, posando su oscura y analítica mirada en el más bajo, buscando encontrar, de alguna manera, cualquier indicio de que solo se trataba de una broma.

Una de muy mal gusto, pero broma al fin.

--Es una broma, ¿no? -cuestionó, resistiéndose a tan siquiera creer por un segundo que el otro hablaba en serio, más la mirada avergonzada y el rostro contraído por la amenaza del inminente llanto le dió su respuesta.
--Me estás jodiendo... -bufó, jalando su cabello con fuerza a la espera de una explicación de quien ahora se limitaban a observar como sus pequeñas manos puestas en su regazo temblaban visiblemente. --Tú... -señaló con su dedo índice, callando al instante tras notar el sobresalto que le causó al menor.

¡Demonios! ¿Cómo diablos era posible que no fuera virgen cuando todo en él apuntaba a que sí lo era? Su inocencia, su timidez, la pureza que irradiaba... ¿todo era fingido?

Se sentía desconcertado. Como si desconociera por completo a la persona que tenía delante de sí, ese que, en tan poco tiempo, había transformado su rutina de vida, haciendo de su frío departamento un hogar para ambos y metiéndose de tajo en su corazón.

Y no era verdadero. Jimin no era el chico puro e inocente que creyó.

¿Qué más era una mentira?

Necesitaba malditamente una respuesta, pero estaba tan furioso por sentirse engañado que no creía poder controlar del todo sus acciones y palabras.

Decido a marcharse de allí antes de hacer cualquier estupidez que luego lamentara, tomó su camisa y se la puso, saliendo de la recámara sin siquiera haber puesto el primer botón.

Cerró la puerta de un portazo, causándole un respingo al pequeño castaño que no pudo más que hacerse un ovillo en la cama mientras daba riendas sueltas a toda la borágine de sentimientos que oprimían y hacían doler su pecho. No pudiendo evitar recriminarse el ser tan iluso al haber tenido la más mínima esperanza de que en Yoongi encontraría la redención que tanto anhelaba.

--S-soy un i-idiota...

***

Yoongi iba por su sexto Martini cuando notó la presencia de su mejor amigo a su lado.

--Hermano, te ves horrible. -dijo este a modo de broma, notando al instante que algo malo pasaba cuando no recibió respuesta alguna. Así que, tomando asiento junto al pálido, le indicó al bartender que le sirviera un trago --¿Me vas a decir qué te ocurre? -cuestionó, pero no obtuvo respuesta --¿Cuánto has tomado ya, Yoongi?

--¿A quién le importa? -contestó de mala manera, tomándose de un solo trago el contenido de su vaso e indicándole al chico tras la barra que le sirviera nuevamente.

--¿A Jimin, quizás? -aventuró a decir, elevando una ceja cuando el azabache hizo un gesto de disgusto --¿Qué pasó con Jimin?

--No te pedí que vinieras para hablar sobre Jimin. -contestó tajante, queriendo dar por terminada la conversación.

--Está bien. -respondió en tono conciliador --¿Para qué me pediste venir entonces?

--Solo para beber. Así que bebe y cállate, Nam.

--Esto será muy aburrido, ¿no crees?

--No, me parece perfecto así.

--¿Sí?

--Sí.

--Genial entonces.

***

--Yoongi, creo que has bebido suficiente. Sea lo que sea que te ocurre no lo vas a resolver ahogándote en alcohol. -sentenció Namjoon tras una hora de observar en silencio como su amigo se dedicaba a emborracharse.

--Estoy bien, Nam, aún no estoy lo suficientemente borracho. -contestó arrastrando las palabras.

--¿Qué tan borracho necesitas estar?

--Solo lo necesario para olvidar hasta mi nombre.

--¿Y si mejor me cuentas qué te pasó? -volvió a intentar, sonriendo cuando el de mirada gatuna suspiró, pues sabía que su insistencia había funcionado.

--Me engañó. -reveló en tono bajo, provocando que Namjoon frunciera el ceño tras no comprender a qué se refería.

--Hermano, necesito que seas un poquito mas específico, ¿sí? Vamos, intentémoslo otra vez.

--Jimin me engañó. -aclaró con un gruñido, masajeando sus sienes a causa del terrible dolor de cabeza que empezaba a sentir.

--¿Cómo que te engañó? -cuestionó totalmente perdido --¿Te fue infiel? -volvió a cuestionar, esta vez con cautela. Sinceramente no creía al tímido chico capaz de eso, pero no sería la primera vez que errara al suponer que una apariencia inocente era sinónimo de fidelidad.

--No, idiota. -siseó, arrastrando las palabras debido a lo pastosa que estaba su lengua --Me mintió.

--Ah, ya entiendo... -dijo soltando una risita tonta que molestó a Yoongi --¿Y cómo lo descubriste?

--¿Cómo descubrí qué? -volvió a gruñir.

--Que te mintió. -obvió con calma. Yoongi era lento cuando tomaba.

--Él me lo confesó. -su tono de voz le dejó saber al otro cuán dolido estaba.

Namjoon se sintió perdido, intuía que el asunto era mucho más complejo de lo que imaginaba, pero a la vez, era consciente de que Yoongi no quería revelar demasiado.

--¿Y no vas a decirme en qué te mintió? -insistió de todos modos.

--No, porque no te incumbe.

--Está bien. No tienes que enojarte. -pausó, hilando en su cabeza un buena respuesta a partir de la poca información que tenía --Escucha, Yoongi, está claro que no quieres revelar detalles de tu vida íntima y lo entiendo, pero creo que necesitas hablarlo con Jimin. -aconsejó --La comunicacion es la clave para que un matrimonio funcione...

Justo en ese momento, el teléfono del más alto sonó, interrumpiendo sus palabras.

Por su parte, Yoongi observaba con cierta diversión a un boquiabierto Namjoon que mantenía su vista fija en la pantalla encendida --¿A dónde vas? -cuestionó cuando este se levantó abruptamente dispuesto a irse.

--A estrangular a Seokjin.

--Claro, la comunicación es la clave. -ironizó cuando estuvo nuevamente solo.

***

Yoongi llegó a duras penas a su departamento. Maldiciendo por lo bajo cada vez que tropezaba con algo y pateando todo aquello que se "interpusiera" en su camino.

Jimin, que hasta el momento había permanecido despierto a espera de que el mayor regresara, se apresuró a salir de la recámara cuando escuchó las maldiciones y el alboroto causados por el mismo.

--Yoongi... -llamó con voz preocupada al notar como se tambaleaba.

Sin pensarlo dos veces, el pequeño doncel se apresuró en llegar hasta el pálido, sosteniéndolo antes de que se cayera y lastimara. Con dificultad lo ayudó a llegar al sofá donde Yoongi simplememte se desplomó sin delicadeza alguna.

--Mira nada más lo borracho que estás. -comentó más para sí mismo, sabiendo que el estado de embriaguez del otro no le permitiría procesar sus palabras. Lo dejó un momento para ir a la cocina a preparar un café bastante cargado y amargo para que se le pasara la borrachera --Yoongi, despierta. -llamó al encontrarlo dormitando --Tómate esto. -pidió, sarandeándolo un poco y observando cómo se quejaba y pedía que lo dejara dormir --Tómate esto y podrás dormir.

--Pero mira nada más... -pronunció el mayor tras abrir los ojos --¿Eres un ángel? -cuestionó, reincorporándose lo suficiente para tocar con su índice el rostro del castaño y casi pinchándolo en el ojo debido a la mala coordinación de sus movimientos.

--No. -respondió con una leve sonrisa Jimin, algo entretenido con su comportamiento --Soy Jimin.

--Ah. -dijo entonces con desgano --Jimin, el esposo perfecto, ¿no? -balbuceó sarcástico, volviendo a cerrar los ojos por lo que no presenció el gesto dolido dibujado en las facciones de su joven esposo --Mi adorable... -bostezó --Pero falsante esposito. -se dejó caer nuevamente sobre el sofá, quedando dormido al instante.

Jimin limpió una solitaria lágrima que se desplazaba por su mejilla.

Siempre supo que tendría que enfrentarse al rechazo y a recibir miradas de decepción cuando confesara su verdad. Pero jamás pensó que se sentiría como una puñalada en el corazón.

Concluyendo que ya todo había acabado y que no tenía nada más que hacer allí, se dispuso a recoger sus pertenencias. Si bien era de madrugada y no podría marcharse de inmediato, al menos haría algo productivo aparte de llorar el fin de su matrimonio.

***

Yoongi se despertó con una dolor taladrando su sien que apenas sí le permitía abrir sus ojos.

--Maldición... -dijo cuando, sin querer, derramó el café que Jimin había preparado para él horas antes.

Sintiendo su cabeza a punto de explotar, caminó hasta su recámara.

Necesitaba una ducha y una aspira urgentemente.

Al abrir la puerta lo primero que notó fue la castaña cabellera de su esposo, lo segundo fue la pequeña mano aferrada a una maleta a su lado.

--¿Jimin? -cuestionó con sus sentidos aún adormecidos. Notando la hinchazón de los ojos contrarios cuando este levantó la mirada para observarlo --Jimin, ¿qué...? -retomó la palabra dejando a medias lo que iba a decir para mirar la maleta con extrañeza.

--Regresaré a Busán, con mis padres. -sentenció con voz ronca, -producto de haber pasado toda la noche llorando- mientras observaba con pesar los oscuros orbes que tan solo demostraban confusión.

Quizás Yoongi no fue consciente de lo que verdaderamente implicaba lo que el castañito acababa decir. Quizás era el alto consumo de alcohol de la noche anterior que mantenía aún adormecido a su cerebro.

Pero lo cierto es que nada de eso era relevante. No cuando, tras romper el contacto visual, Jimin se encaminó hacia la salida mientras el pálido simplemente lo dejaba marchar.

----☆☆☆----

Solo diré que, si creen que todo este embrollo es simplemente por el tema de la virginidad, están equivocados.

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》

#NoALaCulturaDeLecturaFantasma

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro