16
Jimin caminaba cabizbajo hacia la salida al lado de un Yoongi enojado sin razón aparente.
El tímido doncel no solo estaba desconcertado, sinó que, también, atemorizado. Es decir, no es que tenga razones para creer que el pelinegro fuera capaz de hacerle daño físicamente, sin embargo, se notaba sumamente enojado y alterado.
¿Y si se salía de control y lo golpeaba?
No, debe dejar de tener ese tipo de pensamientos tan negativos.
Yoongi no sería capaz de lastimarlo, ¿verdad?
Tan ensimismado iba en sus pensamientos, que casi cae de bruces cuando, de la nada, el mayor se detuvo; sujetándolo del brazo segundos después para que hiciera lo mismo. Más perdido que nunca, levantó dubitativamente la mirada, descubriendo los felinos ojos aún refurgientes de rabia mirando hacia el frente, Dios sabe qué o a quién. Cuando quiso mirar en la misma dirección, el pelinegro reanudó nuevamente la caminata, por lo que no pudo notar que la mirada asesina de su esposo estaba puesta en otro hombre que, a su vez, lo observaba a él con ojos morbosos.
Una vez llegaron al auto de Yoongi, este le abrió al menor la puerta del copiloto para que entrara, cosa que hizo sin cuestionar, tragando grueso ante su desconcierto por no tener idea de qué ocurría, pero con su instinto asegurándole que era mejor permanecer en silencio.
Tras poner el auto en marcha, Yoongi se obligó a mantener su vista al frente todo el tiempo, ignorando al tembloroso doncel a su lado que permanecía en silencio y con su mirada perdida observando a través de la ventana.
Con los nudillos blancos debido a la fuerza que ejercía sobre el volante, reprimió una maldición. No sabía qué pasaba con él. Lo único que sabía era que tenía unas ganas inmensas de dar la vuelta e ir a partir la cara de dos sujetos en particular.
***
Una vez el auto fue estacionado, el castaño se apresuró a bajarse, temeroso de provocar, de alguna manera, aún más enojo del otro.
Por el rabillo del ojo se percató del momento en que Yoongi se posicionó nuevamente a su lado por lo que, sin pensarlo, caminó hacia la entrada del lujoso edificio en el cual vivían.
Entraron al elevador con la misma mudez que los había acompañado desde que abandonaron la fiesta. Al llegar a su piso correspondiente, ambos salieron del estrecho cubículo para adentrarse a su departamento. Una vez allí, Jimin corrió hacia la recámara con la intención de refugiarse y poner distancia entre él y el pálido, pero no contó con que este lo seguiría.
Dio un respingo involuntario cuando escuchó la puerta ser cerrada, conectando, sin querer, su asustada mirada con la afilada de Yoongi.
--¿Quieres dejar de comportarte como si me temieras? -gruñó de manera ruda y tan abrupta que provocó, no solo mayor agitamiento al ya sofocado estado del menor, sinó, también, que este se apresurara a rehuirle la mirada, posando sus pequeños y acuosos orbes en cualquier lugar que no fuera esos dos pozos negros que tanta irritación transmitían.
Esto solo hizo que el pálido tensara la mandíbula al punto de hacer que sus dientes casi chirriaran.
Estaba siendo muy brusco y lo sabía, así como también sabía que Jimin estaba asustado. Pero, simplemente, era tal el grado de su enojo, que sentía que en cualquier momento se saldría de su propia piel.
Intentando verter en algo más su molestia, empezó a quitar el nudo de su corbata sin delicadeza alguna, continuando luego con su saco, el cual lanzó sin miramientos hacia un sillón, gruñendo cuando este terminó cayendo al suelo.
Con notable fastidio, empezó a retirar uno a uno los botones de su camisa, cesando su acción en el momento en que se percató de unos ojos levemente enrojecidos que lo observaban con mucha curiosidad. El castaño se apresuró a desviar, una vez más, su abochornado rostro tras haber sido descubierto.
--¿Por qué apartas la mirada, Jiminie? -cuestionó con voz juguetona, desconcertado al joven doncel --¿Te gusta mirar?
--N-no. -respondió escuetamente, puchereando sin siquiera notarlo.
--Entonces, solo te gusta que te miren a ti. -acusó venenosamente.
--Tampoco. -su voz siendo apenas un trémulo susurro debido a las inmensas ganas de retomar su llanto. Pensaba en lo irónico que resultaba el que se haya pasado los últimos años de su vida intentando pasar desapercibido y que, justamente, sea acusado de querer llamar la atención.
--Pues a mí me pareció que disfrutabas las miradas lividinosas que te lanzaban en la fiesta. -espetó con desdén, terminando por arrancar los últimos dos botones de su camisa que se habían resistido a ceder.
--No es así... -se defendió en un arrebato de valentía, alzando un poco más la voz para dejarlo en claro, pero no logrando evitar que un sollozo se le escapara --Tú fuiste quien insistió en que te acompañara... -sollozó, ya sin ganas de retener sus lágrimas --N-ni siquiera q-quería usar esta rop-ropa... pero tu amigo insistió...y yo...yo solo....
Escuchar el corto pero coherente alegato ser teñido de tartamudeos mientras que las lágrimas salían a montones de los azulados ojos, le sentó como una bofetada de realidad al azabache.
"Por Dios, como he podido ser tan idiota".
--No, bebé... -suplicó tras llegar de varias zancadas hasta la cama donde Jimin lloraba como si no hubiera un mañana --Diablos no, no llores. Lo siento, soy un idiota, perdón... -suplicaba mientras acunaba el rostro empapado debido al llanto de quién se negaba a mirarlo a la cara --...Solo perdí el control... -explicaba a la par que barría con sus pulgares cada nueva lágrima que abandonaba los hinchados ojos --No quiero que nadie más te toque, amor. Solo yo... soy un imbécil, perdóname, por favor.
--N-no hic-ce n-nada m-malo, Y-yoongi. -aseguró entre espasmos.
--Lo sé, bebé... lo sé... -repetía sin parar, sacudiendo su cabeza y sintiéndose el más idiota de todos los idiotas --Eres la persona más pura e inocente que conozco, eres incapaz de hacer algo indebido.
El ceño de Jimin se frunció tras esas palabras, saboreando el amargo de una verdad que ha callado durante años y que tanta insertidumbre e inseguridades le ha causado.
Era ahora o nunca.
Estaba decido a contarle, al menos a Yoongi, su más oscuro secreto. Pero, justo cuando estaba apunto de hablar, su boca fue súbitamente atacada por la ajena, sientiendo el salado de sus propias lágrimas cuando la lengua del mayor se adentró a su cavidad bucal sin pedir permiso.
Rápidamente, tanto los motivos de su previo llanto como lo que estaba a punto de revelar desaparecieron de su cabeza, siendo ahora las sensaciones que le producían aquel beso lo único en lo que podía pensar.
Un delicioso estremecimiento recorrió su espalda cuando su belfo inferior fue mordido y estirado, provocando que rompiera el contacto de ambos labios al echar hacia atrás su cabeza, colocando sus palmas sobre la cama de modo que pudiera soportar el peso de su cuerpo levemente reclinado.
Suspiró sonoramente cuando los tibios labios contrarios tomaron otro rumbo, siendo ahora la cremosa y suave piel de su expuesto cuello quien disfrutaba de atención. La acción de su diestra yendo a parar a la parte posterior de la cabeza de Yoongi fue como una acto reflejo de su cuerpo que ya estaba a merced y disposición del azabache.
Se sentía tan terriblemente excitado y necesitado de aquello.
Jadeó en alto tras sentir su sensitiva piel ser levemente mordisqueada.
"Sí, sí... eso se siente tan bien".
Estaba tan concentrado en las sensaciones que lo embargaban, que no notó el momento en el que pasó a estar totalmente acostado sobre la cama, con Yoongi metido entre sus piernas y succionando con gula su labio superior.
Todo su cuerpo se sentía caliente, anhelante de más caricias, más contacto, más de lo que sea que pudiera obtener esa noche.
--¡Arghhhh! -exclamó Jimin al sentir el roce de ambos miembros erectos.
Buscando obtener más placer, empezó a mover sus caderas al mismo ritmo que el azabache, sonriendo satisfecho para sus adentros cuando este gimió guturalmente.
Nuevamente sus bocas se unieron en un beso casi salvaje. Los jadeos y gemidos aumentaron, labios hinchados debido a las insesantes succiones y mordidas anteriores, mientras que ambas lenguas disputaban una batalla innecesaria por dominar el beso.
--Y-yoongi... -llamó en medio de un jadeo cuando sintió el lóbulo de su oreja ser lamido, estremeciéndose dulcemente por la sensación del aliento mentolado del otro en esa zona tan erógena. Sentía que su cuerpo tenía voluntad propia, su mente se había sumergido en una bruma sensual, donde lo único que podía hacer era retorcerse de placer, gemir, suspirar y pronunciar el nombre de quien lo había llevado a tal estado.
No fue hasta que sintió como era despojado de su camisa que recobró un poco de cordura, la cual le instó a detener los avances del pelinegro antes de que llegaran al punto de no retorno. Más esta no fue lo suficiente para evitar que volviera a sucumbir ante Yoongi, tras sentir la forma en que este usaba hábilmente su lengua para estimular sus pezones.
Nuevamente se vio privado del habla, solo gemidos abandonaban su boca, sintiéndose perdido y a la deriva mientras pequeños espasmos sacudían todo su frágil cuerpo.
A la mierda todo, ya no era capaz de parar nada.
Con desesperación, terminó de despojar al mayor de su camisa, relamiendo sus labios ante la vista de los dos rosados botones que adornaban la blanquecina piel.
Moría de ganas por probar, por tocar.... por ser poseído.
Aprovechando la falta de inhibiciones en su persona, deslizó ambas manos por el pálido torso, deleitándose a su vez con la tibieza de la piel bajo sus palmas y sintiendo como su boca se secaba mientras reunía el valor necesario para atreverse a hacer justamente lo que tantas veces había imaginado. Lamentablemente, no tuvo la oportunidad de lograr su cometido porque el mayor tomó sus dos manos y se las colocó por sobre su cabeza, inmovilizándolo de esta manera y atacando de nueva cuenta su cuello a la vez que simulaba embestidas.
--Y-yoongi~. -gimió ronco, siendo acallado de inmediato con otro beso.
"Oh, Dios. Necesito..."
--¿Te gusta esto? -cuestionó el pálido a la par que iba dejando un camino de besos desde la mandíbula hasta el abdomen de un sobre-excitado Jimin que apenas logró dar un "mmmmm" como respuesta --No me pidas que pare. -suplicó, conectando sus miradas por un segundo antes de volver a besarlo de manera lenta y profunda --Quiero hacerte el amor. -Yoongi sentía su miembro latente y apunto de explotar. Necesitaba... no.... quería y anhelaba con todas sus fuerzas enterrarse tan profundo en su virginal esposo, que no se supiera donde iniciaba uno y terminaba el otro.
Fue en ese momento que todas las alarmas de Jimin se encendieron, provocando que su cuerpo se tensara.
--Trataré de que no te duela. -aseguró el de mirada gatuna, con la certeza de que la reacción del menor era debido al miedo que le provocaba ser desvirgado.
--Sé que no me dolerá. -fue la respuesta que obtuvo y Yoongi no pudo evitar reír nasalmente.
--Cariño, no soy precisamente pequeño, pero agradezco tu confianza en mí.
--Yoongi, detente... -pidió con voz ansiosa, recibiendo un casto beso del contrario en un vano intento de lograr que se tranquilizara.
--Estarás bien, prometo ser cuidadoso y hacer de tu primera vez algo inolvidable. -prometió, besando esta vez la abultada mejilla.
Esas palabras hicieron la función de un valde de agua fría sobre el menor, haciéndolo espabilar mientras sopesaba las palabras que marcarían un antes y un después en su relación.
--No será mi primera vez. -declaró con cautela, sintiendo su labio inferior temblar a espera de la reacción del contrario.
--¿Qué? -cuestionó el mayor, seguro de haber escuchado mal.
--No soy virgen.
----☆☆☆----
Muchos ya lo sabían y otros al menos lo sospechaban. Pero por si había alguien que no lo veía venir ¡sorpresa!
Les cuento, estaba super feliz porque casualmente me fijé en los votos por cada capítulo y fue tipo "¡wow, casi 400 votos en tan sólo un capítulo! (el cap 15) pero entonces llegué al número 9... ¡¿Que pasó?! Jajajaja hice ese capítulo con todo mi amor y dedicación, igual que el resto.
♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡
《Akina》
Pd: Respeto tu decisión de no votar. Sin embargo, eso no significa que esté de acuerdo o apoye esa costumbre.
#NoALaCulturaDeLecturaFantasma
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