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Las armas del chantaje

— ¿Entonces me están diciendo que los alienígenas regresarán en la siguiente temporada y en realidad toda la historia se centrará en la tecnología encontrada en los primeros episodios? —preguntó el reportero en la entrevista exclusiva a Sophie y Steve tras el lanzamiento del álbum navideño.

—Sí, no podemos dar más detalles, pero la serie va a dar giros muy inesperados—afirmó Steve—. Van a llevarse una sorpresa, los episodios no suceden como historias separadas sino que están relacionadas por una trama más compleja.

Sophie sonreía y afirmaba, Steve sonaba más convincente y menos nervioso mientras explicaba lo que habían pensado con ayuda de Alan y Tiago para darle más profundidad al argumento.

Nunca había salido tan contenta después de una entrevista, nada de preguntas personales incomodas, más que unas cuantas respecto a Steve, como cuándo habían comenzado a salir y para eso tenían un argumento escrito por la productora. Además ya pronto sería navidad y su primer disco de música se vendía hasta en el exterior. No era el tipo de álbum que había deseado sacar toda su vida, pero era algo.

—Todo está saliendo como planeamos. —Se alegró Sophie, mirando su teléfono esperando recibir una llamada del productor, preguntando por la entrevista y de dónde había sacado esos supuestos adelantos de la serie. Ya tenía lista su respuesta: si no querían decepcionar a los fans y hacerlos quedar como mentirosos, no le quedaría más opción que incluir sus ideas en el guión. Era una buena forma de manipular a la cadena.

Tras un minuto de mirar fijamente al teléfono se decepcionó al no recibir nada. Tal vez les daban un descanso y los problemas comenzarían el mes próximo, cuando sus vacaciones terminaran y tuvieran la primera reunión anual antes de comenzar con las filmaciones.

—Tranquila, todo va a salir bien —la alentó Steve y asegurándose de que estaban completamente solos le dio un beso en los labios. Al acabar sacó un paquete de su bolsillo y lo depositó en manos de la chica—. Feliz navidad.

—Habíamos quedado en darnos regalos cuando vuelvas.

—Sé que eres impaciente y quería dártelo ahora. Espero que te guste —dijo ayudando a Sophie a abrir una caja de terciopelo y sacó del interior un brazalete de diamantes.

Sophie no se lo podía creer, nunca le habían regalado algo tan costoso. Extendió el brazo y dejó que su novio lo colocara en su muñeca.

—Es precioso, gracias.

Se despidieron más fríamente porque ya el chofer de la productora llamaba a Steve para llevarlo al aeropuerto. Steve viajaba a Estados Unidos para pasar el resto de la vacación con su familia, y regresaría cuando empezaran las filmaciones a principios de febrero.

Sophie se despidió con la mano y corrió al auto de su padre, quien esperaba para llevársela. Miró el brazalete y suspiró, era un regalo muy romántico y sentía tanta emoción como tristeza por tener una relación a larga distancia. Recién llevaba con Steve tres semanas y ya debían separarse.

Como toda la producción del programa estaba de vacaciones por las fiestas, esa navidad de Sophie no fue televisada y la pasó con normalidad; muchos regalos, mucha comida, mas nada interesante. Evitó salir lo más posible para tener un descanso de gente que la perseguía

Aprovechó de practicar con la guitarra y escribir partituras y frases sueltas, con la esperanza de hilarlas en un futuro y tener al fin sus propias composiciones.

—Maldito niño del demonio. —Tiago la interrumpió una noche en la que aprovechaba el silencio poco usual en su casa. Como si ella no existiera colocó unas mantas y una almohada en el piso y se echó, tapándose hasta la cabeza.

— ¿Hola? ¿Qué haces aquí?

—Voy a dormir aquí, no aguanto a Daniel. Sacó mi ropa y cuando se la quité se quejó con mamá y ella le dio la razón, ¡dice que puede quedarse con mis chaquetas favoritas porque ya no me quedan y le sirven a él!

—Pues tus chaquetas no te quedan y no las usas, ¿Por qué no se las pasas a Daniel?

— ¡Porque son mías! Y no quiero que el mocoso se vista como yo.

—Claro, van a confundirlos— ironizó guardando su guitarra, resignada a no poder componer esa noche—. No seas tan egoísta con él. Por desgracia eres su modelo a seguir y hace de todo por ser como tú y estar cerca.

— ¡Por supuesto que no! quiere fastidiarme, si quisiera estar conmigo no me habría hecho escapar de mi propia habitación.

— ¿Qué te hizo? —Escuchar las peleas y venganzas de sus hermanos se había vuelto cosa de rutina. Tiago no quería ceder y Daniel aprovechaba de hacerlo sufrir. Estaba segura de que si Tiago no se resignaba y comenzaba a tratar mejor a Daniel, tenía perdida la batalla. Su hermano pequeño tenía una mente mucho más maliciosa y pensaba más antes de actuar, no resolvía todo a golpes y amenazas como hacía Tiago.

— ¡Puso un parlante con la canción de Barney escondido en algún lugar, no lo apaga y no encuentro de dónde sale el sonido! ¡Me está volviendo loco!

—Qué tontería —masculló y apagó la luz. Tal vez era hora de correr apuestas con sus padres, dos a uno a que Daniel terminaba volviendo loco a Tiago antes del fin de semana.

Poco rato después escuchó el sonido de una video llamada. Se había olvidado por completo que a esa hora conversaba con Steve. Todavía no le había confesado a su familia que su relación con él iba más allá de solo pretender frente a los medios para ganar audiencia. Cuando le preguntaban daba respuestas ambiguas y aunque sabía que sospechaban, seguía esquivándolos. Como le había dicho a Steve, a su familia debía importarle poco con quien saliera, y mantenía esa afirmación, solo esperaba un momento adecuado, tal vez cuando Steve regresara.

Decidió no moverse y hacerse a la dormida para que Tiago no la descubriese.

— ¿Quieres contestar eso de una maldita vez? —Tiago se levantó de pronto, irritado por el sonido.

Sophie acercó su celular de golpe y antes de que su novio pudiera saludarla apagó el aparato.

— ¿Quién era?

—Nadie, equivocado.

— ¿Cómo que equivocado?

—Buenas noches. —Lo ignoró completamente y se tapó haciéndose la dormida, pretendiendo que no escuchaba las preguntas de su hermano.

Tiago refunfuñaba en la oscuridad. La alfombra de la habitación le daba comezón y la actitud de su hermana era extraña, más de lo normal. Sabía que le ocultaba algo y se desesperaba al no saber qué. Toda la situación respecto a Sophie, Steve y Aaron le inquietaban, sobre todo el asunto de Aaron. Cada noche daba vueltas al asunto, algo extraño había con él.

No soportaba el rostro de satisfacción de su hermano menor a la mañana siguiente. Mientras él había dormido en el suelo de la habitación de Sophie, Daniel había pasado una tranquila noche en una cama cómoda y caliente.

—Me las vas a pagar —lo amenazó aprovechando que sus padres estaban distraídos con los gemelos.

—Ya veremos —respondió desafiante, seguro de sí mismo. Tiago había empezado la guerra, podían haber compartido habitación en paz y haberse llevado bien, pero él había empezado con las quejas y a no dejarle ni acercarse a sus cosas, además de haber impuesto reglas porque seguía considerando que dormía solo y Daniel estaba de intruso.

Sophie los observaba mientras bebía de un cartón de jugo, al principio había intentado mediar con ellos, luego se rindió, prefería estar en paz con ambos y no tomar partido por ninguno.

Después de presenciar la pelea silenciosa de Tiago con Daniel, era el tuno de Tiago con sus padres. Ya se lo veía venir, unos días antes, su hermano había mencionado una fiesta de fin de año, a la que asistirían los chicos de último año del colegio. Todos sabían cómo eran esas fiestas: beber sin control hasta que alguien llamaba a la policía. Le parecía hasta ridículo que Tiago pidiera permiso para ir, no había posibilidad de que le diesen permiso.

— ¿Entonces vas a darme el dinero? —preguntó a su padre de forma casual. Sophie se acomodó, sería interesante ver qué excusa inventaba Tiago.

— ¿Dinero para qué?

—Para la fiesta, le lo mencioné ayer.

—No recuerdo. —Nicolás se notaba algo cansado, los gemelos no les habían dado una buena noche y lo que menos quería escuchar tan temprano en la mañana era a uno de sus hijos pidiéndole dinero.

—Te lo recuerdo, necesito dinero para pagar la entrada para una fiesta de fin de año. Puedes írmelo reduciendo de mis próximas mesadas. —Intentó restarle importancia y evitó el contacto visual, untando una tostada con mantequilla.

— ¿Fiesta dónde y con quién?

—Con amigos, en un local.

— ¿Que amigos? —intervino Thaly y Tiago no podía mentirle a ella.

—Una amiga de último año, es fiesta de su curso...

—Entonces no —lo interrumpió su padre.

— ¿Por qué no?

—Porque no voy a ir a la madrugada a recogerte ebrio de algún lugar. Sé cómo son esas fiestas y solo tienes quince. Veremos si vas cuando tengas edad.

— ¡¿Cómo que veremos?!... ¡mamá!

Sus hermanos aguantaron de reírse, Tiago siempre quería hacerse al mayor y en esos momentos demostraba que seguía siendo un niño dependiente de su madre.

—No vas a ir —aseguró Thaly. No importaba cuándo te suplicara, a veces cedía frente a él, para contrarrestar lo estricto que era Nicolás, pero en esa ocasión no iba ni a pensarlo.

— ¡Estoy harto de que me sigan tratando como a un niño! —Berreó y se retiró golpeando una silla a su paso para demostrar lo molesto que estaba.

No le parecía justo en absoluto, ya era maduro e independiente y debía pedir permiso para cualquier cosa. En cambio dejaban a Daniel y a Sophie hacer lo que quisieran.

Se encerró en su habitación y despotricó contra la puerta al recordar que le habían quitado el seguro para que no dejara a Daniel afuera. La pateó una última vez y se recostó en su cama con los audífonos puestos y música al volumen suficiente para no escuchar a nadie.

Ya apunto de dormirse vio a Daniel en la puerta observándolo con un aire burlón.

—Tú qué quieres, déjame en paz un momento.

—Te dejo, pero entonces te perderás la oportunidad de negocios que estaba por ofrecerte.

Permanecieron mirándose un rato, esperando quien cedería y acabaría con el silencio. Fue el mayor quien se desesperó antes.

—Bien, ¿qué negocio?

—Yo puedo darte el dinero que necesitas.

— ¿De dónde vas a sacarlo?, recibes menos que yo y siempre te suspenden la mesada.

—Mi mesada no es mi mayor fuente de ingresos, gano mucho con mercadería de Sophie que vendo en el colegio —dijo sacando un fajo de billetes de su bolsillo.

Tiago no se lo podía creer, Jamás se le había ocurrido vender cosas de su hermana, sabía que Daniel distribuía algunas cosas en la primaria, pero no sospechaba que se estaba forrando de dinero.

— ¿Qué tengo que darte a cambio?

—Nada de momento, luego voy a cobrarte un favor. Pero vas a firmarme un recibo. —Lo señaló amenazante, no era tonto y sabía que luego podía no recuperar su inversión.

Dándose cuenta que Daniel era su única solución firmó un acuerdo detallado de la cantidad de dinero prestado, los motivos del préstamo y la forma de pago. Todo escrito con su puño y letra, así Daniel tendría el arma máxima de chantaje frente a sus padres. Tiago había firmado tan desesperado que no lo pensó con detenimiento, teniendo ese documento en su poder, Daniel podía esclavizarlo de por vida.

A diferencia del año anterior en el que Sophie había tenido que asistir a la fiesta de fin de año de la KTV, esta vez pasó un año nuevo tranquilo. Iba a faltar, total, todas las estrellas adultas de telenovelas de la cadena estarían ahí, los paparazzis tendrían carroña de sobra y no la echarían de menos, además que sin Steve no era noticia.

Alistó una pila de películas, pizza, palomitas y bolsas de dormir, aunque no las necesitarían, ya que ella y Alan pasarían la noche en vela disfrutando como antes.

— ¿Y la bolsa de Tiago? —preguntó Alan mientras se acomodaba en la sala frente a la televisión.

—Tiene otros planes, piensa escaparse para ir a una fiesta —le explicó Sophie. Tiago no guardaba ese tipo de secretos con ella. Además lo ayudaría con su coartada. Sus hermanos pequeños pasarían la noche en casa de su tía y sus padres tenían una fiesta aparte. Bastaba con asegurarles que su hermano estaba ahí con ellos, enfadado todavía por no haberlo dejado salir.

—Ya me voy —apareció de quien hablaban, listo para salir—. Última oportunidad para cambiar de opinión —le dijo a su primo, quien también había sido invitado, pero no tenía intenciones de ir.

— ¡No lo corrompas!, ve solo a tu orgía o lo que sea, Alan es una persona decente —reaccionó Sophie.

— ¿Cuál orgía?, bah, olvídalo. —No iba a tener esa discusión con su hermana que a veces le parecía demasiado puritana, o exagerada—. Si llaman a media noche, diles que estoy muy enfadado para contestar.

Respondió con un mohín y atacó las palomitas, furiosa prendió la televisión.

— ¡¿Por qué no puedes ser más decente?! —Interrumpió el inicio de la película. Alana brincó en su lugar, haciendo caer su comida.

—Solo va a una fiesta, seguro va a embriagarse, tus padres se enterarán y lo castigarán.

—No va solo a beber, sé lo que hace, se acostará con esa amiga que lo invitó o con toda chica que se le cruce. Eso hace siempre, usar a las chicas sin importarles sus sentimientos. No entiendo cuál es el sentido de tener sexo con quien sea cuando sea, menos que haya mujeres que se dejen usar así por mi hermano.

Alan detuvo la reproducción y se dirigió a su prima.

—Tiago no es tan promiscuo como crees. Solo tiene cierta fama y se asegura de mantenerla. No tiene sexo con cualquiera, es una fachada.

— ¿Estás diciendo que no lo hace? ¿Todavía es virgen? —preguntó emocionada.

—No, tampoco, pero no se acuesta con tantas, solo con una, o dos máximo. En especial con una tal Andrea que está en nuestro paralelo, es su amiga con derechos —dijo haciendo comillas con los dedos.

—Pero siempre sale con una chica diferente y luego todos saben que lo hicieron, es como el desvirgador oficial del colegio.

—Claro que no. Te voy a contar un secreto, no se lo cuentes a nadie y menos le digas a Tiago que te dije. —Se puso serio y no continuó hasta que la chica le juró de todas las formas posibles que no diría nada—. En algunos grupos si eres virgen eres una perdedora y tienes que haberte acostado con alguien para encajar.

—Estúpido, pero cierto —comentó cruzando los brazos.

—Pero la mayoría de las chicas piensan como tú. Así que salen con Tiago. Tienen una cita, algún besuqueo y es todo. El resto de sus amigos piensan que una salida con Tiago es un boleto a la cama y dejan de fastidiarlas con el tema pensando que ya lo hicieron. Tiago no afirma ni niega nada, ni las chicas con las que sale tampoco, solo se crean suposiciones. Encima cada chica con la que Tiago no se acuesta cree que es la única que tuvo una salida inocente con él, nunca se dan cuenta de la realidad.

Sophie no se lo podía creer. Al final toda la fama de playboy de su hermano no era más que una ilusión. No iba a decir nada como había prometido, pero esa información le serviría de mucho, tanto para hacerlo entrar en razón, como para chantajearlo si es que se volvía a meter en sus asuntos personales.

Ya es fin de año, otra naviodad sin ian XD el la pasó solo comiendo maruchan :v

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