Antes de la filmación de ese día, Sophie tendrían una reunión con Susan y el elenco. Entró de mala gana a la camioneta de la productora. Odiaba a Susan, no se preocupaba en ocultarlo y detestaba verla, así que reunió ganas y disminuyó sus instintos asesinos para soportar una reunión con ella.

Además de Steve, quien era la única persona en ese lugar que podía alegrarle la jornada, llegaron los actores habituales: Sherry, quien desvió la vista de Sophie con desprecio; Duncan, uno de los actores mayores, quien aparecía como el jefe de Sophie en una organización secreta, creando la permanente sospecha de ser el padre biológico del personaje que interpretaba Sophie, lo cual se revelaría como una gran sorpresa al final de la temporada, aunque todos los fans ya lo sabían. Detrás de él vino Anabela, otra de las actrices mayores y por último el grupo de jóvenes, que formaban parte del elenco principal. Mariana era la mejor amiga de Sherry, y desde un principio hubo un acuerdo implícito entre ella y Sophie de ignorarse mutuamente. Leonardo era otro amigo de Sherry, un chico simpático que hacía del personaje cómico de la serie y Candela, su
novia y por ende parte del grupo de amigos de Sherry.

Todos se saludaron con cierta distancia, a diferencia de otros programas de televisión donde el cast terminaba siendo casi una familia, en el programa de "La vida secreta de una espía" eso no sucedía. Los actores mayores interactuaban poco con los jóvenes, y los menores se habían
dividido gracias a la rivalidad entre Sherry y Sophie. Steve era el único neutral, no era enemigo de nadie, pero además de Sophie, tampoco tenía ningún amigo.

—Bien, ya que estamos, nos tomaremos veinte minutos antes de filmar para conversar un poco sobre relaciones públicas y su imagen ante los medios —empezó Susan con la reunión, todos, especialmente los mayores, pusieron cara de aburridos—. Sabemos que ha habido algunos escándalos con un miembro del reparto —disimuladamente todos miraron hacia Sophie—. Un escándalo mal controlado puede significar la cancelación de la serie, o una disminución en los rankings. Como sucedió hace poco gracias a Sophie y su vida amorosa. Nuestro mayor público son adolescentes y pre adolescentes, quienes son controlados
por sus padres, y quienes no quieren saber que los ídolos de sus hijos están involucrados en alcohol, drogas o escándalos sexuales. —Miró directamente hacia Sophie al decir lo último.

— ¡Yo no tengo escándalos sexuales! –se defendió.

— ¿Ah no? ¿Y lo que pasó esta mañana? —la reprendió prendiendo la televisión y mostrando un video de lo ocurrido en el colegio.

El elenco miró con atención y Candela y Leonardo rieron intentando no hacer mucho escándalo.

—Bueno, eso fue porque dijo mentiras en el programa de Octavio, todos en el colegio empezaron a decir que de verdad me había acostado con él. ¿Qué se suponía que debía hacer? Al menos ahora ya no me van a molestar con eso.

—Siempre habrá chicos que digan haberse acostado contigo, drogado contigo, bebido contigo. Todos buscan llamar la atención, y la mayoría de las veces la gente no hace caso o se olvida rápido. Solo cuando un rumor se hace grande es que yo entro en acción. Octavio le dio una entrevista telefónica a ese chico para que contara su supuesta aventura contigo porque una modelo le falló y no tenía qué pasar en el programa. Nadie le prestó demasiada atención, pero este video estuvo en internet por tres horas. Afortunadamente la mayoría de fans de tu programa estaban en clases y los padres no buscan estas cosas, así que lo retiramos antes de que tuviera muchas visitas. Tuvimos suerte, este tipo de cosas puede causar problemas en la cadena. Esto va para todos: Jamás, nunca, pero nunca admitan tener relaciones sexuales. Para ustedes eso no existe. Los padres no tienen problema con la violencia moderada, pero sí con la más mínima mención sobre sexo. Así que sobre todo Sophie debe mantenerse en su papel de niña virginal. ¿Me entendiste?

—Sí —masculló apretando fuertemente los dientes e intentando transmitirle con la mirada todo su rencor.

—Cuando pasen estas cosas no digan nada, llámenme y yo me encargo.

— ¿Es todo? —interrumpió Sherry, cansada de la reunión.

—Sí es todo Sherry, pueden ir a los camerinos.

— ¿Así que perdimos el tiempo porque Sophie no sabe mantener ni su boca ni las piernas cerradas? —mencionó recogiendo su libreto.

Sophie no lo pensó y se abalanzó sobre ella. Duncan la detuvo y los otros chicos miraron sorprendidos.

— ¡Cierra tu maldita boca!

Susan volcó los ojos y se retiró, mientras no fuese en público, le importaba muy poco que Sophie y Sherry se arrancaran los ojos.

—Sophie no hagas caso, mejor vámonos, así terminamos antes —la calmó Steve.

La chica decidió no darle más importancia. Ya en algún momento pensaría en una venganza.

—Yo creo que fue gracioso. —Los alcanzó Candela—. No lo que dijo Sherry, de verdad se pasó tres pueblos. Lo que le dijiste a ese chico. Yo tampoco me habría quedado callada.

—Gracias —dijo extrañada, Candela nunca le hablaba.

—Generalmente te dicen que la violencia no resuelve nada, pero a veces es necesaria para hacerte respetar. Cuando estaba en el colegio actuaba en una telenovela y me molestaban igual, yo no decía nada al principio. Luego me di cuenta que no podía ser una sumisa que aguanta ser molestada. Si hacían una crítica negativa, me les unía, pero resaltaba partes buenas del programa, de esa manera suavizaba las cosas, y cuando decían mentiras les restregaba la verdad en la cara, con mi puño. Ya en la universidad entré con esa actitud y aunque mis amigos detestan el programa, me respetan, hasta lo miran solo por mi. Nos pasa a todos, no te dejes —le dijo con ánimo y aceleró el paso para darse encuentro con Leonardo.

—No sé si le pasa a todos, la gente siempre busca motivos para odiarme, pero de verdad ya me casé. Cuando digan algo sobre mí que es mentira, voy a golpearlos hasta que digan la verdad. —Golpeó su puño contra su palma, asustando un poco a Steve, quien empezaba a notar que desde la llegada de Ian, Sophie empezaba a convertirse en otra persona.

— ¿No le harás caso verdad? Solo vas a meterte en problemas e involucrarte en peleas que tal vez no puedas ganar. Creo que lo mejor es ignorarlos y cuando todo se salga de control llamar a Susan —le aconsejó.

— ¿De qué lado estás? —Se detuvo a confrontarlo—. ¿Hacer lo que Susan dice? ¿Ahora le haces caso?

—No es cuestión de equipos ni tenemos por qué hacer todo lo contrario a lo que ella dice.

—Sí, cuando no dice cosas razonables. Te he explicado miles de veces como me tratan en el colegio. Pensé que después de todo tendrías algo de empatía conmigo, pero se nota que no puedes, porque nunca has vivido lo mismo que yo. —Con bronca se dio la vuelta, decepcionada de Steve.

El chico la siguió de inmediato. De verdad no podía entender a Sophie, y no le agradaba como empezaba a comportarse. Un tiempo atrás cuando estaba más relajada, sin importarle lo que otros dijeran de ella, se veía más feliz, y desde hacía días, que parecía estar enojada y hostil siempre. Sabía quién era el culpable de ese cambio de actitud en la chica y ahora, además de su meta por recuperarla como novia, haría que Sophie volviera a ser como era cuando estaban juntos.

Ian al final le dejó a Tiago su copia de la llave oculta en una maceta. Recordó que llegaban en distintos horarios y ni siquiera él era tan cruel de dejarlo por tres horas esperando afuera. Alan lo acompañaba ese día, por primera vez vería donde vivía.

Tiago miraba la televisión, se notaba que no tenía nada mejor que hacer, a diferencia de los otros dos chicos, quienes tenían un montón de tareas y cosas que estudiar.

—No sabes cómo agradezco tener una casa y padres que pagan todo —comentó Alan después de ver el pequeño departamento, que no estaba tan sucio como esperaba, pero sí era mucho más pequeño. Solo había una habitación, un baño y un área que servía de cocina, sala y comedor.

Ian abrió el ropero para cambiarse el uniforme y no encontró ninguna de sus cosas ahí.

— ¿Por qué pusiste tu ropa en mi lugar? Ya te di la cómoda —reclamó a Tiago yendo a abrir los cajones para devolver la ropa a su lugar.

Tiago lo detuvo.

—Porque te cambie de ropa.

— ¿Para qué?

—No puedo ir con mi ropa a ese colegio, parece un reformatorio, hoy un chico me sacó una navaja, de la nada, y estoy seguro de que van a robarme.

—Tú te metiste ahí, las escuelas reflejan el barrio en el que están, y no vivimos en el mejor lugar. No vuelvas a tocar mi ropa.

—Por favor —pidió serio—. Somos de la misma talla y mi ropa es como dos veces más cara que la tuya. Te conviene.

— ¡No me importa, quiero mi ropa!

— ¿Quieres que me maten?

—Sabes, si vuelves a tu casa y aceptas lo de irte a Inglaterra te evitarías todo esto —intervino Alan.

— ¡No voy a volver! Solo quieren deshacerse de mí. Fue así desde un principio. El nuevo bebé ni siquiera ha nacido y cuando nazca dormirá al menos un año en la habitación de mis padres. No había necesidad de quitarme mi habitación tan pronto, y eso de no poder meterme a otro
colegio es una excusa, no hicieron ni el más mínimo esfuerzo. Si no me quieren ahí no les daré el gusto de que me envíen donde quieran.

—Solo pusieron a Daniel en tu habitación para que dejaras de llevar chicas en la noche. Y de verdad que era casi imposible que te metieran a un colegio nuevo con el año escolar ya comenzado y habiendo sido expulsado. Yo que tú aceptaba irme. Vivirías en un lugar mejor.

—Este lugar no esta tan mal —consideró—. No es a lo que estamos acostumbrados, pero no tengo horarios de llegada...

—Sí los tienes —dijo Ian, revisando su nuevo guardarropa y resignándose al cambio.

—Sí, pero no es por capricho, solo porque es peligroso. No tengo quien me dé órdenes, además del tirano de Ian a quien pienso ignorar de ahora en adelante, puedo entra al baño a media noche sin tener que luchar una hora con el estúpido seguro de bebés, puedo sacar leche del refrigerador seguro de que es de vaca y no de mi madre, tampoco tengo el temor de llegar temprano a casa y encontrar a mis padres a punto de tener sexo en la sala.

—Como sea, vamos. Ya no hay comida y debemos conseguir provisiones. —Ian terminó de vestirse y les abrió la puerta mientras Alan hurgaba en las gavetas y le mostraba la bolsa con hierba que había descubierto.

—Eso es de Ian —dijo Tiago.

—Eso es del hámster, mis antiguos y muy estúpidos compañeros lo volvieron adicto.

—Sí... claro, ¿y esto también es del hámster? —preguntó sacando un paquete de condones de la misma gaveta.

—Patético —Tiago le arrebató los condones y los guardó en su bolsillo— ¿De verdad creías que volverías y tendrías sexo con mi hermana? Mejor me los quedo yo, porque tú no vas a tener acción en años.

—Ni tú tampoco, porque aquí no vas a traer a nadie —respondió ocultando el poco de vergüenza que le daba la situación. Alan se reía de ambos—. ¿Y tú de qué te ríes? Estas peor que ambos, tu novia te dejó por casarse con otro.

Alan dejó de sonreír y puso un gesto dubitativo. Después de un corto silencio, solo dijo un "vamos" y salió junto con sus amigos.

Antes de entrar al supermercado revisaron cuánto dinero tenían para comer esa semana, no era demasiado así que sus opciones eran limitadas.

—Solo cosas que llenen, que sean baratas y no necesiten cocinarse —les avisó Ian.

Tiago levantó una bolsa de papas fritas.

— ¿Estás loco? ¿Sabes cuánto cuesta eso?

— ¿Y esto? —Alan le mostró fideos instantáneos.

— ¿Y dónde se supone que vamos a cocinar eso? No tenemos ni donde hervir agua.

—Yo creo que a este paso van a alimentarse de agua embotellada.

—El agua embotellada es muy cara, podemos tomar de la pila.

Tiago y Alan se miraron. Ya no se animaban a tocar nada, o era demasiado caro para su presupuesto, o no podían cocinarlo.

— ¿Ven? esto es perfecto. —Ian se acercó a la sección de frutas y llenó el carro con bananas.

— ¿Vamos a comer solo esto? —preguntó Tiago, comenzando a considerar el pedirle a Sophie que robara comida de su casa para ellos.

—Sí, son baratas, alimentan, no ensucian platos... y esto—tomó una bolsa de pan—. Vayan a pesar esto y aumenten hasta que lleguemos al monto de dinero que tenemos.

— ¿Me estás diciendo en serio que solo vamos a comer bananas, pan y agua de la pila?

—Sí, cuando consigas un empleo y aportes para la comida podrás añadir algo a la lista de compras. Además esto será de lunes a viernes, los fines de semana comeremos mucho mejor.

— ¿Qué, robaremos sobras de un restaurante? —preguntó con sarcasmo.

—No... los fines de semana hay fiestas de quince años. No podía ir solo, pero ya contigo...

— ¿Van a colarse a quince años para comer gratis? —se burló Alan. Todo le parecía tan surreal que apenas se lo creía, estaba a punto de compadecerse y pagar la comida por ellos, pero cambió de opinión por darse el gusto de saber cuánto tiempo aguantaría Tiago.

—Sí, o a bodas, si decimos que somos hijos de alguien, seguro nos dejan pasar.

Tiago consideró la idea, no era mala y sonaba divertido. Además esa situación duraría unos días, después conseguiría un trabajo y podrían comer mejor, o al menos comprar un hervidor de agua.

Cuando eres más pobre que una rata y no puedes ni hervir agua :D

Si llegamos a 200 comentarios, subo otro capi hoy. así que comenten pofa!!