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El rostro escondido del amor


La gente del elenco no sabía cómo reaccionar, si molestándose o volviendo a tomar asiento para meditar la situación. Para Steve la noticia era casi devastadora, el único motivo por el que seguía en ese país era gracias al show, y sin él, su vida actoral era incierta.

— ¿La cancelaron? Pero estamos a mitad de la temporada y los ratings no han bajado —consideró Sophie, sintiéndose más triste de lo que hubiera pensado.

—Sí, pero no va a ser una cancelación inmediata —las palabras de Susan calmaron al resto—. Tenemos muchos contratos, escenografía y vestuario preparados, cancelar ahora sería una gran pérdida para el canal, así que vamos a filmar tres capítulos más, para dar un cierre al programa. Después, las series juveniles en el canal van a cancelarse y comenzarán a producir una telenovela para reemplazarnos en el horario estelar.

Tres capítulos no era demasiado, eso significaba alrededor de tres semanas más de filmación. Tras una discusión calmada debida a la tristeza generalizada, los actores comenzaron a retirarse, hablando entre ellos sobre la posibilidad de conseguir un papel en la nueva producción del canal.

Sophie recogió su bolso, con un sabor agridulce en la boca ¿así acababa todo? Su corta vida como estrella llegaría a su fin y al salir del colegio sería una chica universitaria más del montón. Tal vez eso era lo que había querido en ese último tiempo, ya que andaba harta de que se metiesen en su vida, pero ahora que la cancelación del show era una realidad, ya no estaba tan segura, después de todo, el sueño de su vida había sido sobresalir en el escenario.

Amistosamente tomó el brazo de Steve, pensando conversar con él sobre el asunto, ya que él era el más afectado. A medio camino hacia la puerta, Susan y el productor del canal les pidieron quedarse.

—Siéntense un momento por favor. —El productor les señaló sus asientos y los jóvenes se acomodaron de nuevo—. No quisimos decirlo frente al resto, para no crear conflictos, pero ambos tienen un papel en la nueva telenovela. La directora de casting les tiene reservados dos espacios. Nos son los protagónicos ya que es una novela para adultos, pero sí son papeles secundarios importantes y recurrentes. Pensamos llevar a sus fans hacia esta nueva producción, ambos son demasiado valiosos para perderlos.

— ¿Un papel en una telenovela? —preguntó Sophie, aquello nunca había estado en sus planes, y tampoco le agradaba demasiado.

—Sí, ¿no es genial? Participarán en una producción más adulta, es un gran salto en sus carreras. Además, una vez que entran al elenco de una, es muy posible que sigan consiguiendo papeles en otras novelas, y quien sabe, tal vez sus nuevas apariciones en un par de años sean con papeles principales de nuevo. —Sonrió tanto que a los chicos les parecía que él había estado esperando con ansias darles la noticia—. La novela se llamará "El rostro escondido del amor", es muy interesante, trata de una joven mujer que viene del campo a la ciudad para ayudar a su familia y termina trabajando en la casa de la familia más rica de la ciudad. Ahí conoce a José Alejandro, el hijo mayor y heredero de la fortuna de los "Campo verde".

—¿Y se enamoran, pero la familia de él tiene prejuicios y aparece una ex novia también millonaria que se interpone en el romance? —continuó Sophie, creyendo que le tomaban el pelo.

—Sí, eso, o algo así. Claro que la trama es mucho más compleja, los personajes secundarios tienen historias intrincadas también, y es ahí donde ustedes entran. Steve será el hermano menor de José Alejandro, a quien sus padres mandaron a vivir al extranjero y a su regreso conoce a la bella Perla Santander, una joven que es prácticamente su vecina, pero es hija del dueño de la empresa enemiga de su padre, haciendo el romance de estos dos jóvenes algo prohibido; y no solo eso, Miguel, el personaje de Steve, también empieza a tener sentimientos por Florencia haciendo que entre en la encrucijada de luchar por Perla, o por Florencia, quien puede convertirse en la manzana de la discordia con su hermano mayor. Claro que al final se queda con Perla —explicó como queriendo tranquilizar a Sophie.

—Wow... —Sophie suspiró ¿de verdad quería eso, protagonizar a Perla Santander? Tal vez al no tener el papel protagónico, los medios desviarían su atención hacia la pobre desdichada que protagonizaría a Florencia y a ella a dejarían más tranquila. Aún así la idea no terminaba de agradarle, pese a ser fan de películas y novelas literarias de romance, nunca había soportado ver una telenovela completa.

—No estoy muy seguro —dijo Steve, quien también lucía poco convencido.

—Tienen tiempo de pensarlo —intervino Susan, quien lucía seria y no muy contenta, para ella la idea de trabajar como publicista de una telenovela tampoco era algo de su entero agrado.

Prometiendo tener una pronta respuesta ambos salieron de la sala.

— ¿Qué crees que debo hacer? —Sophie le preguntó a Ian estando acurrucada en el sillón de su departamento.

—Acabar los capítulos que te quedan y preocuparte por la universidad —respondió secamente.

— ¿Tú crees? Pero es que eso sería renunciar por completo a mi sueño.

— ¿Y desde cuando tu sueño es ser actriz de telenovela?

—Desde nunca, pero saliendo por completo del mundo del espectáculo, va a ser más difícil ser cantante luego.

—Sophie ya te tuvieron engañada con eso por dos años. Empezarás a actuar en la novela, luego ésta acabará y te pondrán en otra y luego en otra, y con suerte te dejarán cantar la canción de inicio de alguna. El colegio acabará en cinco meses y no has siquiera elegido universidad. Debes ver las prioridades.

—Supongo que tienes razón, pero si decidiera actuar en la novela ¿me apoyarías?

— ¿Me quedaría otra? —le respondió con otra pregunta—. Si quieres hacerlo tendré que apoyarte, aunque no me agraden nada las telenovelas y no prometo verla, menos porque de nuevo vas a tener tus escenas románticas con el yankee. Ya estaba pensando que lo sacábamos de nuestra vida para siempre.

—No seas así con él —lo golpeó—. Lo que te pasa es que estás celoso ¿no? No te agrada que tenga que seguir fingiendo mi relación con Steve y que tenga que andar de enamorada con él aun cuando solo sea para la pantalla.

—Por supuesto que no me agrada. —Puso un gesto que decía: eso es más que evidente—. Eres mi novia y tengo que estar contigo a escondidas para que los medios no nos molesten ¿Qué vamos a hacer luego? Cuando vengas conmigo.

— ¿Vaya contigo? —pensó a qué se refería. Ian la tomó de la mano y le mostró su anillo, que ahora Sophie llevaba orgullosa.

— ¿El plan sigue en pie, no? Al entrar a la universidad viviremos juntos. Estoy ahorrando para que vivamos en un buen lugar, donde no esté Tiago. ¿Qué dirás frente a cámaras?

Sophie lo soltó y se sentó a su lado, no lo había pensado, es más, casi ni recordaba la promesa que le había hecho a Ian unos años atrás. En ese tiempo el acabar el colegio era algo muy lejano y ahora se le avecinaba vertiginosamente.

—No sé, los planes antes eran distintos. Ni siquiera se lo he dicho a mis padres, menos sé qué diré en público. Tampoco había pensado a qué universidad enteraré. Antes tenía planeado irme a Inglaterra, pero es cierto que ahora no hay motivo. Tú vas a conseguir una beca aquí y no quiero irme tan lejos. —Exhaló, poniéndose nerviosa por todo lo que venía y no había tomado en cuenta—. Supongo que tienes razón, no debería aceptar el papel y dejar que la gente se olvide de mi o al menos le deje de importar mi vida amorosa. Por otro lado, de verdad quiero cantar y si no me mantengo con el canal, veo complicado surgir sola.

—Ya veremos la forma. —La consoló acariciándole la mejilla a tiempo que apartaba uno de los mechones de su cabello. De verdad hubiera dado cualquier cosa con tal de ayudarla, pero eso estaba muy lejos de sus capacidades—. Tal vez podamos grabar algo y buscar disqueras, de la forma tradicional, o subir un video a Youtube, con todos los fans que tienes ahora no será difícil hacerte notar.

—Puede ser. —Tímidamente abrió su bolso y sacó un pen drive—. Desde hace tiempo que tengo algunas canciones, las escribí yo, pero no sé, tal vez no son tan buenas, no me he animado a mostrárselas a nadie, aunque necesitaré una opinión honesta y capaz aquí hay algo que pueda llevar a la radio o al internet.

—No sé... —Puso un gesto de desgana y lo borró al notar que Sophie se veía ofendida—. No es que no quiera escucharlas, pero sabes que voy a ser brutalmente honesto contigo y si no me parecen buenas voy a decírtelo.

—Sí, ya lo sé, por eso quiero tu opinión, mejor tú a que luego se ría de mi todo el mundo. Me costó mucho escribirlas así que a lo mejor soy la peor compositora del mundo. Aun así quiero saber.

Segura de lo que hacía le puso el pen drive en la mano y la cerró, pidiéndole que escuchara las canciones cuando estuviera solo. Acto seguido lo tomó coquetamente del brazo y se fue acercando hasta que sus labios se dieron encuentro. Al separarse para coger aire posó sus pequeñas manos sobre el pecho del joven y pidiéndole permiso con la mirada deslizó sus manos hasta el broche de su cinturón, cuando comenzaba a abrirlo con manos nerviosas, Tiago entró al departamento.

— ¡Ah, no! ¡De eso nada! —Les gritó acercándose y levantando a su hermana—. Si yo tengo prohibido traer chicas aquí, tú tienes prohibido estar a solas con mi hermana.

Sophie lo empujó para que la soltara y a punto de gritarle una injuria, Ian la detuvo.

—Al cuarto, quiero hablar contigo a solas —le ordenó seriamente a su compañero.

Dejando a Sophie sola en la sala se encerraron en la habitación, intercambiando miradas retadoras. Solo el sonido de Smoothie royendo una semilla de girasol los acompañó hasta que Tiago habló, adelantándose a Ian, quien quiso hablar casi al mismo tiempo.

—Primero abróchate los pantalones —le dijo señalándole el cinturón con la mirada. Mientras Ian hacía caso, continuó—: No traigas aquí a mi hermana.

—Aquí vivo y puedo traerla si quiero, la regla es solo para ti. Y te agradecería que a partir de ahora toques antes de entrar.

—Es la puerta principal, no tengo por qué tocar y ya hablamos en que como yo pago la mitad de este lugar, las reglas son para ambos.

—Lo único que no quieres es que esté con Sophie, así que no importa si es aquí o en otro lugar siempre vas a buscar la manera de fastidiarnos.

—Por supuesto que no quiero que estés con ella. Ya la hiciste sufrir mucho, pero lo he pensado y al final no es mi problema, si Sophie es feliz, no puedo hacer nada.

Ian relajó los músculos de su cuerpo, hasta ahora tensos, y escuchó abiertamente a Tiago, quien parecía estar entrando en razón.

—Ella será una masoquista, pero yo no, y el verla sufrir me lastima a mí también. Así que si la abandonas de nuevo, te mato; si la dejas, te busco y te mato; si al haces llorar, te mato y si la embarazas te mato, busco la manera de resucitarte y te mato de nuevo.

— ¿Ya acabaste tu discurso de hermano sobreprotector? —Arqueó una ceja—. Sabes que no va a pasar, ni la haré sufrir, ni la dejaré de nuevo, ni la voy a embarazar, al menos no de momento —dijo lo último encogiendo los hombros y poniendo a Tiago, quien no le hallaba la gracia, muy molesto.

—Por supuesto que no va a pasar de nuevo, porque sabes que si lo haces, te mato. Voy a pretender que no me molesta que estén juntos, solo porque quiero a mi hermana... y porque eres mi mejor amigo y si Sophie tiene esa tendencia a escoger idiotas como novios, que al menos sea un idiota en quien confío —confesó bajando el tono de voz con la esperanza de que Ian no lo hubiese escuchado del todo bien, o pretendiera no haberlo hecho.

—Qué tierno. —Se le burló.

—Sí, y el momento tierno ya acabó. Solo no tengas esas muestras de afecto tan abiertas e indecentes con Sophie en mi presencia, o me veré forzado a arrancarme los ojos. —Dando por concluida su charla, sacó algo de su bolsillo y se lo lanzó—. Ten, te lo ganaste. —Ocultando lo mucho que eso le molestaba dirigió su atención a la puerta. Ian abrió la mano y ahí estaba la llave de un auto.

Al abrir la puerta de la habitación, Sophie casi cae dentro, delatando que los había estado escuchando detrás de la puerta. Ian rápidamente guardó la llave en su bolsillo.

—Te llevo a casa —le dijo volcando los ojos y haciéndose al desentendido.

— ¿Qué te dio al último? —preguntó mientras agarraba sus cosas.

Tiago los observó de brazos cruzados, esperando a ver si Ian le decía sobre la apuesta.

—Un abrazo —respondió rápidamente, haciéndole olvidar a Sophie el asunto y rogándole con la mirada a Tiago que le guardara el secreto.


Hola! quieren seguir leyendo??? pues diganlo XD un besote!!!


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