Asegurar la inversión
Un tranquilo día prometía acabar con una tranquila noche. Su enorme apartamento en el que vivía solo estaba recién aseado y se habían encargado de llenarle el refrigerador con toda clase de alimentos, también había una cena lista para ser calentada en el microondas.
Abrió el minibar buscando una bebida y encontró una de las botellas de jugo de piña que tanto le gustaba a Sophie. Lo observó sonriendo, estaba seguro que faltaba muy poco para tener a la chica de nuevo con él, disfrutando de románticas cenas a la luz de las velas, junto a la ventana, desde la cual podían ver las luces de la ciudad.
Su picnic nocturno le había encantado a Sophie y solo era un pequeño paso para recuperarla. Más detalles como ese y estaba seguro de que ella se olvidaría por completo del otro chico, quien parecía solo ocasionarle molestias.
Dispuesto a comer viendo una película el timbre de la puerta le anunció que tenía un visitante. No tenía amigos, así que esperaba encontrarse con algún asistente del set o alguna fan que se las había arreglado para conseguir su dirección y esquivar la seguridad.
Ver al hermano de Sophie en la puerta le causó más espanto que sorpresa.
— ¿Qué haces aquí?
—Hola, ¿no estás ocupado verdad? —dijo Tiago entrando al departamento sin esperar una invitación. Recorrió el lugar con la mirada y se arrepintió de no haber entablado una amistad con el ex novio de su hermana, de haber sido así, tal vez estaría viviendo ahí en lugar de la ratonera que compartía con Ian.
—No... ¿qué quieres? —preguntó después de pensar una manera cordial de formular la misma pegunta, pero no se le ocurría ninguna.
—Solo quiero una cosa y es que vuelvas con mi hermana.
— ¿Por qué?—le era difícil imaginar los motivos de Tiago. Nunca habían conversado mucho, pero sabía por las miradas que le propiciaba que no era una persona completamente de su agrado.
—Porque no quiero que vuelva con Ian, es todo, y la mejor manera de mantenerla alejada de él, es que regrese contigo. Así que voy a ayudarte.
—Gracias, por elegirme, supongo, pero no necesito tu ayuda. Las cosas con Sophie van muy bien —dijo con seguridad.
—Si fueran bien ya estarías con ella y pasarían más tiempo juntos. Yo la conozco mejor que nadie, he soportado años y años escuchándola cómo debería ser su novio ideal y sé exactamente cómo puedes recuperarla. Además que puedo sabotear a Ian.
—Paso el tiempo justo y necesario, no quiero verme desesperado, voy un paso a la vez y te aseguro que soy el tipo de chico que quiere. Si Sophie se entera de que tú me ayudas de alguna manera me irá peor. Créeme que todo va muy bien con ella. Es cosa de días, semanas a lo mucho.
Tiago no estaba convencido, pero Steve se notaba demasiado seguro. Tal vez no era necesario intervenir todavía. Sin embargo, tomó una hoja de papel de la mesa junto al teléfono y anotó su número.
—Si las cosas no van bien o necesitas cualquier tipo de ayuda con Sophie llámame de inmediato. —Le puso el papel contra el pecho y salió del lugar. Lo vigilaría de cerca, para asegurar su inversión y no dudaría en intervenir usando los medios necesarios si veía a Ian tener la más mínima posibilidad de ganar la apuesta.
Casi tranquilo con el asunto de Steve, regresó al filo de la hora a su nueva vivienda. Ian se había negado a darle las llaves todavía así que tuvo que tocar la puerta y esperar a que su compañero tuviera ganas de abrirle.
— ¿Por qué tienes que tardar tanto? Si no vas a darme llaves al menos ábreme rápido.
—No soy tu maldito mayordomo. Te daré una copia... cuando tenga tiempo—respondió regresando a la sala, donde estaba colgando un papel blanco con letras rojas muy marcadas y llamativas.
—Querrás decir cuando tengas ganas...
—Sí, exacto.
— ¿Qué rayo es eso?—Se aproximó a ver lo que Ian había colocado—. ¿Reglas? No puedes dictar reglas, no estás a cargo, cualquier decisión la tomaremos ambos.
—En este lugar hay una jerarquía y vas a respetarla si quieres quedarte. Yo estoy primero, luego Smoothie y luego tú.
— ¡El hámster no puede tener más jerarquía que yo!—le gritó arrancando el papel para leerlo de cerca y tener posibilidad de reclamar.
—Él llego antes, además así lo decidimos en la reunión de hoy.
—No puedes hacer una reunión sin mí.
—Sí, cuando dos tercios de los habitantes del departamento estamos presentes. Smoothie y yo ya tomamos la decisión, lo sometimos a votación y redactamos las reglas —dijo burlón, yendo a recostarse en el sillón para ver televisión antes de irse a terminar sus trabajos del colegio.
Tiago refunfuñó y leyó en silencio, haciendo gestos de desaprobación ante cada regla.
—Estoy de acuerdo en lo de turnarse para limpiar, pero no con la disposición de lugares y menos con lo de no traer chicas aquí. Que tú seas un reprimido falto de relaciones por tu estúpida obsesión con mi hermana, no significa que debas sabotearme a mí.
—El lugar es pequeño y tú duermes en la sala, así que no quiero toparme contigo en una situación por la cual luego tenga que arrancarme los ojos. Si sucede, tú y tu amiga de turno se irán a la calle con lo que lleven puesto.
— ¡¿Y por qué yo tengo que dormir en la sala?! Si compartimos gastos vamos a compartir la habitación, una semana tú y otra yo.
—No —dijo tajante, sin mirarlo—.La habitación es mía y de Smoothie, ya lo decidimos, debiste estar en la reunión de la tarde para haber reclamado en su momento.
Tiago podía aceptar las reglas de Ian, pero no dejaría que él se aprovechara y viviera en mejores condiciones.
—Bien, aceptaré tus reglas, tampoco es que quiera traer a alguna chica a este basurero. Pero no voy a ceder con la habitación, apenas entro en el sofá. Así que vamos a hacer un trato, y como siempre tú saldrás ganando. Nos turnaremos la habitación y yo no le diré a Sophie que tuviste sexo con prostitutas. —Sacó su mejor carta. Ian se olvidaba que él sabía ciertas cosas que podían perjudicarlo en su relación con Sophie.
Ian apagó la televisión y lo miró serio, intentando no demostrarle que de verdad podía usar ese chantaje para obtener lo que quisiera.
—Eso fue porque el maniaco de tu abuelo creía que debía hacerme un hombre de esa manera. Él las contrataba y la mayoría de las veces no hacíamos nada.
—Qué importan las circunstancias. Tu primera vez fue con una prostituta. Eso a Sophie no le va a gustar nada, nada. —Se dio cuenta que tenía el control y lo demostró parándose firme frente al otro chico.
—Bien, tú ganas esta, pero estás jugando sucio y sabes que yo puedo jugar más sucio todavía.
A Tiago no le importó, lo empujó hacia la habitación que le pertenecería por unos cuantos días más y se alistó para su primer día de clases en la escuela N° 54
Sophie empezaba a arrepentirse de su decisión de no leer noticias en los medios de comunicación porque cada mañana parecía que todos comentaban algo sobre ella que no sabía. Y en realidad así era. Ese día algunos la señalaban con disimulo y reían. Otros la miraban de pies a cabeza con reprobación, incluso Amalia corrió al verla, directo a llorar en el baño, reacción exagerada incluso para ella.
—No quiero saber, no quiero saber—dijo en voz baja, reprimiendo el impulso de revisar en las redes sociales qué sucedía — ¡No quiero saber!—les gritó a Ian y a Alan cuando se acercaron a ella algo preocupados.
—Igual te lo voy a decir, así sabes por qué motivo matamos a Mauricio—le avisó Alan.
— ¿El idiota que me molestaba ayer? Siempre dice estupideces, es el reemplazo de Vincent, ¿por qué le hacen caso?
—Porque ayer escribió un twitter a "Cara a cara con Octavio" diciendo que te habías acostado con él.
—Cientos de chicos dicen lo mismo. —Volcó los ojos, que alguien dijera haber tenido sexo con ella no era novedad, ya ni le importaba.
—Pero a él sí le hicieron caso. Averiguaron que están en el mismo colegio y le dieron una entrevista telefónica en vivo. Ganó sus cinco minutos de fama y ahora salió en todo lado que no solo le pones los cuernos a Steve conmigo, sino también con él. Y como tiene cierta popularidad en el colegio, quedó como un héroe y tu imagen bajó cien puntos.
—Mi imagen no puede bajar más... pero ese tipo me irrita. —Se cruzó de brazos y de reojo volvió a notar las burlas a su alrededor. Realmente no les había hecho nada para que la trataran de esa manera. Cuando había entrado al colegio unos años tras la trataban así por culpa de Vincent y Camila y eso había cesado cuando les habría plantado cara. Miró a Ian y sabía que estaba pensando, que era una cobarde que como siempre se quedaría de brazos cruzados dejando al resto decir sobre ella lo que quisiesen. Como la mayoría de sus decisiones, de un momento al otro decidió que ese era el momento de poner fin a todo y restregarle a Ian en la cara que no era ninguna cobarde; además, si no conseguía ser amiga de sus compañeros del colegio, al menos ganaría respeto.
Sin decirles nada a los chicos fue directo a buscar a Mauricio. Estaba rodeado de amigos sentado sobre una de las mesas del patio, y cuando todos vieron a Sophie los silbidos y los comentarios sonaron en alto.
Alan e Ian la seguían guardando cierta distancia, dispuestos a meterse en una pelea de ser necesario, pero más curiosos por saber qué era lo que Sophie iba a hacer.
—Me enteré de lo que dijiste sobre nosotros —le dijo Sophie cruzando los brazos.
— ¿Ahora vas a negarlo? —se burló acariciándole el mentón de forma seductora.
—No —respondió con prestancia, ganado la atención de todos y confundiendo al chico—. Lo que dijiste es verdad, pero como todos los hombres la contaste a medias. Sí tuvimos sexo —afirmó frente a todos—.O si es así como puede llamarse eso... estuve como una hora intentando logar que se le parara, y cuando finalmente logró tener una erección, su pene era tan pequeño que apenas pude sentir nada durante los treinta segundos que aguantó.
Ian se aguantó de reír, el resto escuchaba asombrado al principio, luego comenzaron a reír también. No importaba si lo que Sophie decía era verdad, ya lo había humillado y todos se harían la burla, y tendrían la posibilidad de revivir el momento ya que uno de los amigos de Mauricio había filmado la escena y ya lo subía a internet.
Sophie sonrió con malicia y se abrió paso, caminando sin apuro, mientras Mauricio pensaba rápidamente qué responderle, pero las burlas de todos no lo dejaban pensar.
—Eso fue genial —la felicitó Alan mientras caminaban al aula.
Ian asintió, contento porque al fin Sophie comenzaba a reaccionar y a comportarse como antes de ser famosa.
Gracias por seguirme leyendo! ya la historia se va a volver más interesante y romántica desde este punto, Sophie de verdad ya no va a estar tan deprimida por lo mal que le va en la vida y pues Tiago... puesta tendrá un cambio muy drástico de vida, amistades y novias XD.
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