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Capítulo 3

- Son la misma persona... - Dije en voz alta como si alguien pudiera escucharme.

La primera sesión había concluido. Permití que los pacientes hablaran sobre sus experiencias, gustos, ideales, todo para lograr crear un ambiente cómodo, un ambiente donde se puedan sentir seguros de compartir lo que piensan y lo que sienten sin tener miedo de ser juzgados.

Es importante que logren confiar en los otros para poder luego hablar de sus miedos, malas experiencias, inquietudes, porque nadie habla de lo que más le afecta con alguien en quien no confía. ¿Cierto?

Ahí es donde quiero llegar, quiero lograr que cada uno de ellos tenga la confianza suficiente para compartir aquello que se guardan para sí mismos, sus pensamientos más profundos, que se expresen con libertad, quiero que se desahoguen, que aprendan de sí mismos y sus propios problemas, que se comprendan y ayuden mutuamente.

La sesión hubiera sido un total éxito si Kim TaeHyung hubiera al menos dicho una palabra. Durante las dos horas que duró la terapia, sí, debido a Taehyung la sesión se extendió un poco más porque estaba bastante concentrando explicando el por qué "Tata", que parecía ser un personaje animado de BT21, tenía una cabeza en forma de corazón.

Como decía, durante esas 2 horas se había mantenido mirando sus pies sin decir una sola palabra, no se mostró ni un poco interesado en la conversación ni en conocer a sus compañero.

Intenté integrarlo preguntándole su opinión varias veces, pero en cada oportunidad era ignorado monumentalmente, siendo Yoongui quien respondía en cada oportunidad.

Ahora me encontraba en una pequeña y escondida área verde que pertenece a la unidad de rehabilitación y fisioterapia,¿Por qué? Básicamente porque necesitaba relajarme, necesitaba ordenar mis pensamientos, que para mí sorpresa iban todos dirigidos a "Kim TaeHyung".

Sentado en una de las bancas del lugar, con mi cabeza recostada en esta y mis ojos cerrados trataba de comprender el mar de sentimientos que me estaba ahogando en estos momento.

--El chico de hermosos ojos y de voz angelical son la misma persona...- Dije con una pequeña sonrisa en mis labios y los ojos aún cerrados, me había cautivado la misma persona sin saber que lo era.

- ¿Estás hablando de mí?

Abrí mis ojos como platos y me levanté de la banca como si esta quemara. Había escuchado nuevamente esa voz tan melodiosa que hacía tantos estragos en mi interior pero está vez estaba tan cerca que toda mi piel se erizó. Ahí estaba el dueño de mis pensamientos desde que entré a este hospital, sentado en la misma banca donde me encontraba segundos antes.

- ¡Oh, lo siento! No quería asustarte... - Se veía tan angustiado, como si hubiera hecho algo realmente malo.

Ahora que lo tenía en frente y podía escuchar su hermosa voz saliendo de sus labios, me daba cuenta que no sólo su voz transmitía cierto dolor, sus ojos también lo hacían.

Se veían opacos, sin ningún ápice de brillo en ellos, unos ojos en los que si mirabas bien, podías ver el sufrimiento en ellos.

- Estoy bien, no te preocupes, sólo me tomaste desprevenido. -Me apresure a decir, no quería que se sintiera mal, él solo asintió y llevó su vista hacia el suelo y comenzó a jugar con sus blancas y delicadas manos-Adorable- Nuevamente dije en un susurró.

Ya calmado tomé asiento nuevamente, tomando un poco de distancia claro. Me sentía nervioso por alguna razón, había escuchado nuevamente su voz pero ya no tendría que imaginarme su rostro.

Aunque su voz ya no sonara tan rota como la primera vez que la escuché, aún transmitía dolor a través de ésta.

- ¿Vienes mucho por aquí? - Excelente SeokJin ¿No se te pudo ocurrir algo más ingenioso? ¿Venir mucho por aquí? Tienes que mejorar tus estrategias comunicativas.

- En realidad no conocía este lugar, es realmente hermoso... -Tae observaba todo con cierta fascinación, sus hermosos ojos se desplazaban por todo el lugar.

- Realmente lo es... - La pequeña área transmitía una paz que no sabría describir, no sé si la razón era porque no había nadie más que nosotros dos aquí o quizás podría ser el sonido del agua corriendo que provenía de la pequeña fuente justo frente a nosotros, no lo sabía, pero era muy relajante.

- Entonces... ¿Si estabas hablando de mí? - Salí de mi ensoñación y me di cuenta que Tae ya no estaba mirando el lugar sino que me miraba directamente, sus hermosos ojos puestos en mí una vez más, tan grandes y llamativos, el es precioso.

Cuando mi cerebro dejó de estar idiotizado por su hermosura pude analizar lo que me acababa de preguntar y mis ojos casi se salieron de su órbita. ¡Mierda, me había escuchado! ¡Piensa Jin!...¡No puedes dejar que tu paciente sepa que no has podido dejar de pensar en lo hermoso que es, no sería nada ético de tu parte!

- Oh...pues lo que escuchaste era sobre...- Había desviado mi vista hacia otro lado buscando algo que me ayudara a inventar una historia creíble.

- ¡Una historia! Sí, sí, un libro de ficción que estoy leyendo - Quería salir corriendo de allí, era la peor excusa que había inventado en mi corta vida pero me las arreglé para sonar lo más seguro posible aunque mi mano derecha masajeando mi nunca en señal de nerviosismo me delataba completamente.

Estoy seguro de que si Jimin estuviese aquí se estaría burlando de mi patético intento de mentir. Ese enano siempre me ha dicho que soy como un libro abierto, las personas me leen con facilidad, lo que hace casi imposible que pueda decir una mentira.

- Entiendo...- Dijo Tae antes de desviar su mirada hacia el suelo nuevamente, parecía algo ¿decepcionado?

Estaba comenzando a odiar verlo así, con su mirada perdida, tan decaído. No podía evitar imaginarme cómo sería Tae sin ese maldito trastorno, sus labios formarían la sonrisa más bella que pudiera existir, estoy seguro de eso, sus ojos grandes y negros como la noche seguro parecían estrellas recién creadas, esas mejillas delicadas como la porcelana y tan blancas como la nieve, se tornaría de un color rojizo por el exceso de timidez.

Dios mío, su risa debe sonar como el canto de mil ángeles.

Ese chico era simplemente hermoso, un ángel en la tierra, pero al mismo tiempo toda su belleza era opacada por su triste aura. Tae no podía brillar por sí solo y eso rompía mí corazón.

Quiero ayudarlo, quiero cuidarlo, quiero ser la persona que esté a su lado en cada paso hacia su recuperación, quiero estar ahí con él cuando pueda mostrarse como verdaderamente es, quiero estar ahí para ver su sonrisa... Sin darme cuenta estaba tomando decisiones que me llevarían a un camino sin retorno.

- Si no conocías este lugar, ¿Cómo llegaste hasta aquí? -Tenía curiosidad, este lugar se encontraba apartado del área donde se estaba hospitalizado.

-Solo te seguí...Espero no te moleste.

- Ah, solo me seguis...Espera ¿Qué? - Estaba totalmente sorprendido. ¿Había escuchado bien? ¿Kim Taehyung me había seguido, a mí? ¿Por qué? La terapia había terminado hace 3 horas atrás, ¿Me ha estado siguiendo desde entonces?

Creo que mi cara en ese momento era un poema porque ese peli-negro se llevó las manos a su boca y soltó una risa divertida que duró muy poco. Y por todos los cielos, mis oídos habían sido bendecidos por tan glorioso sonido, no pude evitar sonreír ante la imagen que tenía frente a mí, un Tae con sus mejillas levemente sonrojadas.

- De verdad lo siento, pero quería disculparme por mi actitud durante la terapia. Fui consciente de tus intentos por integrarme, pero como ya sabrás, no me gusta estar rodeado de personas.

- Yo no... - Sabía que no le gustaba porque mi sunbae lo mencionó el día de ayer cuando estábamos en su habitación, de otra manera no lo habría deducido, realmente no lo noté incómodo durante la sesión, solo callado y desinteresado. Además, estábamos conversando sin ninguna tensión de por medio... ¿Será que lo hace creer como mecanismo de defensa?

- Eras tú el día de ayer ¿Cierto?, el acompañante del Dr. Jeon. - Estaba impresionado, cómo se dió cuenta si estaba seguro no pudo verme desde su posición y estoy seguro no hice ningún ruido...Entonces...¿Cómo?

- ¿Cómo lo... - No pude terminar de formular la pregunta cuando me interrumpió.

- Sólo lo adiviné - Dijo para después dedicarme una pequeña sonrisa.

Sentí mi corazón latiendo tan rápido que pensé que saldría disparado de mi pecho justo hacia sus manos. ¿Como una persona podía tener tanto poder en mí con solo sonreír? Esto de verdad me estaba volviendo loco.

- Lo siento, no quería entrometerme pero en ese momento estaba con mi Sunbae y bueno...Estábamos en una conferencia y...Solo se dieron así las cosas... - Mis nervios no me dejaban organizar mis ideas para decir algo coherente.

- No te preocupes por ello, lamento que hayas escuchado lo que dije...-Mencionó avergonzando entrelazando sus finos y largos dedos. ¿Ya dije que son muy lindos?

- Oh...¿Habías dicho algo? estoy seguro que no pude escuchar nada desde donde estaba. - Le sonreí.

Tae me sonrió de vuelta entendiendo mi intento de hacerlo sentir mejor, juraría que no había visto una sonrisa tan hermosa en alguna otra persona, era único ante mis ojos, se veía tan frágil y a la vez tan fuerte.

Si no hubiera escuchado sus anteriores palabras llenas de dolor y leído su historial médico, juraría que la persona que se encuentra sentada a mi lado no sufre de ningún tipo de trastorno psicológico.

Es increible como una persona puede verse tan fuerte en su exterior y estar completamente destrozado en su interior.

Nos habíamos quedado en silencio, solo observando nuestro alrededor y de vez en cuando dandonos miradas fugaces, a diferencia de como pensé que sería, no estaba nada incómodo con su presencia y él parecía estar igualmente a gusto.

Quería seguir con la conversación, quería seguir escuchando su voz y quizás poder ver un poco más de esas hermosas sonrisas pero no sabía como hacerlo, estaba nervioso. En estos momentos estaba odiando ser tan introvertido.

- Entonces...¿Por cuánto tiempo estarás dirigiendo el grupo de apoyo?- Preguntó llamando mi atención.

Agradecí de que Tae tomara la iniciativa, me alegraba el hecho de que también quisiera conversar.

- Ya que solo se me asignó para mis prácticas...Será aproximadamente por dos meses.

- Oh...Te veías tan seguro de ti mismo y tan profesional que no imaginé que aún eras un estudiante. -Comentó.

Eso me sorprendió ¿De verdad me veía de esa manera? pero si estaba más nervioso que el día que tuve que despertar a RyuJin de su siesta, y créanme, nadie quiere despertar a esa pequeña demonio, es como firmar una sentencia de muerte.

- Gracias...La verdad, es que estaba bastante nervioso... -Sentía que podía ser sincero con él, a pesar de no conocer a Tae más allá de lo que los informes médicos me decían, podía confiar en él.

- Serás un magnífico doctor Jinie - ¿Jinie? ¿Escuché bien? Mis mejillas están a punto de derretirse, podía sentir lo caliente que estaban, estaba seguro que estaba más rojo que un tomate.

Nunca pensé que fuera de las personas que se sentía en confianza tan rápidamente, ¡Incluso me puso un apodó! Si intentara describir la felicidad que sentía en esos momentos sería imposible, mi corazón se sentía cobijado con una manta calentita y cómoda.

Al parecer notó el estado en el que me encontraba y abrió sus ojos de sobre manera al darse cuenta lo que había dicho.

- Yo... lo siento...no quise...perdón... siempre lo arruino todo -Intentó levantarse para huir del lugar pero no se lo permití.

- Tranquilo Tanie, puedes llamarme como quieras... -Dije con una gran sonrisa en mi rostro para transmitirle tranquilidad - ¿No te molesta que te llame así? no quiero que te sientas incómodo.

- Claro que no lo hago, me gusta mucho Tanie...de verdad...- Pude ver como se relajó y nuevamente apareció esa bella sonrisa en su rostro. ¡Por Dios, cómo puede ser tan hermoso?!

Sentía que sufriría un ataque cardíaco en cualquier momento, su belleza era demasiada para mi sensible corazón.

¿Acaso no se da cuenta de los estragos que hace en mi interior? Siento que puedo ser feliz la vida entera con solo mirarlo unos minutos al día, lástima que su sonrisa no llegara a sus ojos.

- Entonces Tanie... ¿Quieres contarme algo sobre ti? -Tenía que aprovechar esta oportunidad, tal parece que no le gustaba hablar cuando muchas personas podían escucharlo y no sabía si en las siguientes sesiones participaría como los demás.

-No soy muy bueno hablando sobre mí...Me gusta leer y odio la comida del hospital. - Dijo haciendo un puchero que hizo que me derritiera de ternura. Se veía tan delicado y tierno que provocaba tomarlo en brazos y llenarlo de mimos.

Debería detenerme ahora que aún puedo hacerlo-Pensé, pero al mismo tiempo me ignoré completamente. No quería detenerme.

-En cuanto a la comida no hay mucho que yo pueda hacer, a mi tampoco me gusta- Solté una pequeña risa cuando su puchero se hizo aún más pronunciado- en cuanto a que te guste leer, puedo hacer algo con eso... -Abrí el maletín que llevaba conmigo y saqué un pequeño cuento ilustrado.

-Ten, esto podría gustarte, es uno de mis favoritos y lo llevo a todos lados.

"Si necesitas llorar, en un camino lo harás y más fuerte serás; si feliz deseas continuar, en otro camino valorarás lo que es la felicidad; y, si te caes en otro de los caminos, ten la seguridad que pronto te levantarás. Al final, cualquier camino que tomes te llevará al lugar que siempre quisiste estar"

"El señor mordido" era uno de mis cuentos favoritos, mi mamá solía leerlo para mí cada noche hasta que me quedaba dormido. Decidí traerlo conmigo porque pensaba leerlo para los chicos en una de las sesiones debido a que es una historia que invita a reflexionar sobre el poder de la imaginación, el valor del amor y la lucha emocional para librar la abismal batalla contra los demonios internos.

- ¡Muchas gracias Jinie! lo cuidaré muy bien...-Se veía tan entusiasmado mientras ojeaba las ilustraciones que una paz inmensa me invadió.

Estaba comenzando a creer que nunca me había sentido más vivo que hasta ahora, es que haber logrado que se sintiera así de entusiasmado por regalarle un simple cuento me hacía muy feliz... de ahora en adelante quiero seguir siendo el dueño de sus sonrisas.

Oh Kim Tae Hyung...¿Qué has hecho conmigo?

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