— Ok, está es la situación, atrapada en una especie de Hyrule paralelo o en el pasado —

Prunia miró este nuevo paisaje que se extendía delante suya junto a T.E.R.R.A.K que descansaba en sus brazos.

Podía ver claramente los lugares que se convertirían en los lugares que ella había frecuentado tantas veces con Zelda.

— Con recursos limitados y sin forma de regresar —

Tenía a su colega de investigación así que no estaba sola pero su tableta estaba rota, lo que significaba un serio tropiezo en su plan por encontrar a Zelda.

— La opción lógica sería no intervenir con los demás para no crear una paradoja —

Levantó a T.E.R.R.A.K en busca de alguna respuesta en forma de sonidos pero el pequeño guardián permaneció en silencio, mirando atentamente a su dueña.

— Tienes razón mi amigo, no hay tiempo que perder, ¡Aguanta Zelda que vamos por ti! —

Gritó Prunia mientras se apresuraba a bajar la pequeña colina en la que se encontraba.

Resbalando y rodando todo el camino hasta la base de esta.

— Que bueno que nadie vio eso —

Dijo mientras se ponía de pie antes de caminar sin un rumbo fijo mientras su confiable compañero de investigación caminaba a su lado.

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— ¿Tuviste una buena semana, hija? —

— Fue complicada —

Zelda no sabía que responder exactamente mientras su mirada se centraba en la caña de pescar que ahora sostenía en sus manos. 

Estaba usando aquel vestido azul que había querido vestir tantas veces por curiosidad, en un lugar que parecía ser un pequeño estanque mientras a su lado estaba su madre o almenos eso quería pensar. 

— Creo que hice algo malo — 

— ¿Quieres hablar de eso? —

— No lo se —

No sabía si era un sueño o una extraña nueva realidad pero quería que aquel momento fuera eterno, aunque estaba teniendo bastantes problemas para intentar que fuera lo más natural. 

Felicidades, has llegado al final de la historia.