Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 27: Celos

Estaba esperando a que la última clase del lunes terminara, para así correr a buscar a Jack.

Cuando el timbre sonó, me levanté con mis cosas, me despedí de Corah sin permitir que preguntara algo y salí de la sala en un tiempo récord para luego correr por los pasillos hacia la sala de Jack.

Cuando llegué al segundo piso, vi a Jack parado el pasillo hablando con una chica. Me quedé esperando sin perderlo de vista y cuando se separaron, corrí hacía él.

—¡Jack!

—¿Qué pasa, estación del año?

—Qué chistosito —dije con una sonrisa—. ¿Puedo ir contigo a tu casa?

—Claro... ¿por qué?

Debía decir una mentira.

—No quiero ir a mi casa —le dije tomándolo del brazo—. Paso mucho tiempo sola y es aburrido.

Él me miró dudoso. Jamás en la vida le había dicho algo como eso, por lo que suponía que lo sonaba a una mentira. Mientras no cuestionara más allá, era suficiente.

—Bueno. Vamos entonces.

No lo solté del brazo hasta que llegamos a su auto y nos subimos.

Cuando llegamos a la casa, Harry estaba en la sala, acostado en el sofá lanzando una pelota de tenis hacia arriba.

—Jack.

—¿Qué quieres?

Harry comenzó a enderezarse.

—Vendrá una amiga... —se detuvo cuando me vio.

Yo lo saludé con la mano y le di una sonrisa divertida.

—¿Qué amiga? —preguntó Jack.

—Laurie...

—¿La rubia tonta?

—Sí, esa.

—Qué bueno que lo dices, así no saldré de mi cuarto y me ahorraré sus coqueteos mal hechos.

Al menos supe Jack no la quería de cuñada... ¿pero por qué me importaba eso?

Dejé mi mochila en un sofá vacío y me senté junto a Harry, quien me miraba como si me temiera.

Me solté un poco la corbata, abrí un poco mi camisa y además la saqué de debajo de la falda. Así me sentía mucho más cómoda... y me veía mucho más ardiente.

Tomé el control remoto y comencé a cambiar la televisión sin fijarme realmente en lo que estaban dando.

—Estaré arriba si quieres verme, Summer —me avisó Jack, subiendo las escaleras.

—Perfecto —le dije—. Gracias, Jack.

Cuando Jack se encerró en su pieza, Harry habló:

—¿Qué haces acá?

—Olvidé mis llaves en casa y sabes que mis padres vuelven después de las siete o quizás más tarde... depende del día.

—¿Por qué no fuiste a la casa de Corah?

—A Corah no le gusta llevar a nadie de imprevisto a su casa.

—¿Por qué?

—Porque no le gusta que vean sus rituales satánicos sin limpiar del día anterior —bromeé.

En realidad, a Corah no le gusta llevar gente por su hermana, la cual no cerraba la boca si había algún invitado (aun cuando a mí me conocía desde dos días después de nacer), o sea, no tenía nada que ver con sus rituales satánicos.

—Ah...

En ese momento sentí la mirada de Harry sobre mí y no precisamente sobre mi cara.

Yo fingía no darme cuenta de que el chico a mi lado me estaba comiendo con la mirada y seguía cambiando los canales de televisión.

Harry tomó uno de los cojines del sofá y lo puso sobre su entrepierna.

—¿Qué pasó? —pregunté, fingiendo inocencia.

—¿De qué hablas?

—Pareces nervioso.

—¿Nervioso? —negó—. Estoy perfectamente bien.

—¿Me prestas una de tus camisas?

—¿Ah? —preguntó confundido.

—Me molesta estar con él uniforme —mentí.

—A-ah... Claro.

Le di una sonrisa, me levanté del sofá y subí por las escaleras para luego ir al cuarto de Harry. Estaba mucho más ordenado que de costumbre, probablemente porque no podía estar ahí.

Comencé a desvestirme rápidamente hasta quedar en ropa interior.

No me preocupaba que los señores Roberts llegarán y me vieran solo con la ropa de su bebé encima, pues su hora de llegada a casa era aún más tarde que la de mis padres.

Busqué una prenda que me agradara en el armario y la tomé. Una camiseta negra, lisa, y con mangas cortas. Me la puse y me miré al espejo, me quedaba como un vestido, pero si levantaba los brazos se le alcanzaba a ver la ropa interior, aunque no me importaba.

Una vez que terminé de verme al espejó, recogí mi ropa para llevarla al primer piso, salí del cuarto y cerré la puerta detrás de mí.

La verdad era sentía mucho más cómoda y fresca así, pues la camisa, la falda y esos gruesos calcetines me hacían morir de calor. Debía ser ilegal que nos obligaran a usar esos gruesos uniformes en verano.

Harry me miró de reojo cuando aparecí en la sala y luego giró su cabeza hacia la televisión.

Una vez que guardé mi ropa en la mochila, me volví a sentar a su lado, más pegada a él, pero justo en ese instante se oyó el sonido del timbre.

—Yo voy —le dije, parándome de golpe.

—¿Así? —me preguntó.

—Debe ser Laurie... no me importa.

Sin decir más, fui hacia la puerta principal.

Vi por la cámara, primero, para asegurarme que era Laurie y no cometer un error que podía lamentar. Cuando lo confirmé, le abrí la puerta.

—Hola —la saludé, apoyándome en el marco de la puerta, lo que había provocado que la camisa se levantara un poco.

Ella me miró de pies a cabeza, parando un momento en mis lindas pantis de encaje color fucsia.

—H-Hola... —saludó, nerviosa—. Vengo por Harry.

—Pasa. Está en la sala —le dije, amablemente.

Laurie entró a la casa y fue en dirección a la sala, yo iba detrás de ella.

—Iremos a mi cuarto —me avisó Harry.

—Claro.

Laurie lo ayudó a levantarse y juntos fueron al cuarto de invitados que Harry estaba usando.

En ese momento comencé a lamentar no haber revisado si había condones ahí o no.

Me senté en el sofá dispuesta a esperar a que salieran, pero los minutos pasaban y no habían siquiera asomado sus cabezas hacia afuera.

Revisaba la hora cada cierto tiempo, desesperada porque los otros dos salieran. Imaginaba que, si pasaba más de una hora, ya habrían hecho lo que tanto temía.

«Ese no es tu problema, Summer». No, no lo era, pero no podía evitar molestarme.

Ya suficientemente correcta estaba siendo con aguantarme el no ir a molestarlos, estaba teniendo más autocontrol del que esperaría haber tenido. Además, en mi defensa, Laurie no merecía nada de Harry después de haberlo tratado como lo había hecho, mejor que consiguiera a otro chico guapo y que, según ella, fuera más útil e inteligente.

A la media hora, Laurie salió del cuarto, no muy feliz.

—Adiós —me dijo molesta y en unos segundos estaba fuera de la casa.

Cuando Harry salió, lo quedé analizando.

—¿Se te perdió algo? —me preguntó Harry.

—¿Qué hicieron? —pregunté.

—Hablar.

—¿De qué?

—De cosas que no te incumben.

Harry se sentó a mí lado, unos centímetros más allá, suponía que con la intención de que hubiera algo de distancia.

—¿Cosas privadas? —estaba decidida a descubrir que había pasado entre ellos dos.

—Algo así... ¿por qué te metes tanto?

—¿Desde cuándo a ti te molesta tanto hablar de tu vida?

—Contigo no me gusta hacerlo.

Eso no era cierto, él siempre me había hablado de su vida sin problemas. Yo sabía de sus negocios ilegales, de sus bromas de mal gusto a otras personas y de varias chicas con las que había estado que no muchos sabían, incluso sabía sus complejos que tenían que ver con su hermano.

—¿Por qué? —cuestioné.

—¿Qué te importa?

Comenzaba a hartarme de que me respondiera así.

—Tiene que ver conmigo, así que me importa.

—Pues qué pena. Yo no diré nada.

Ambos nos quedamos mirando con odio. Quería matarlo y estaba segura de que él quería hacer lo mismo conmigo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro