Capítulo 15: La Jerarquía Escolar
El vaso con agua que tenía en la mano se movía como si hubiera un terremoto en ese momento. Estaba metida en la cocina fingiendo que buscaba algo, pero en realidad sólo quería huir de Cory y su presencia.
No podía soportar como Cory evitaba mis miradas. Era tan obvio que hacía que quisiera llorar.
Me sentía tan mal por hacerlo sentir incomodo que incluso estaba considerando seriamente en marcharme a mi casa. Nunca me hubiera imaginado lo que podía causar un comentario de mi ser en estado de ebriedad.
—Oye —era Jack. Probablemente había notado que me estaba demorando mucho—. Vamos a la sala... Muéstrale a Cory la chica lista y divertida que eres.
—Lista no soy, divertida tal vez.
—Vamos, Summer —Jack puso sus manos en mis hombros—. Si eres lista, todos tenemos facilidades en distintas cosas. No sientas que eres demasiado poco para Cory o algo por el estilo.
—Pero sí soy demasiado ridícula para él... —aseguré—. ¿Se te olvida el video?
—Claro que no —respondió—, pero si yo fuera él, me reiría de eso. Es solo un video... Si él le da tanta importancia, entonces deberías olvidarte de él.
Sonaba triste y doloroso, pero quizás Jack tenía razón.
Solté un suspiro y lo miré a los ojos. Al menos, con él ahí me sentía un poco más apoyada y segura.
—Está bien. Volvamos.
Jack tomó mi mano con delicadeza y volvimos a la sala. Corah y Harry estaban riendo con los demás, en especial Corah. Yo podía apostar que a alguno de ellos le gustaba mi amiga, ¿quién no querría salir con una porrista rubia, gótica y divertida como ella?
En todos esos años, Corah solo había tenido una relación realmente seria con alguien de afuera de la escuela, un amigo de uno de sus primos y no había salido muy bien. Él la había dejado para salir con otra chica y Corah, al ser tan sensible, había quedado bastante asustada de volver a tener algo serio con alguien, por lo que solo tenía relaciones informales. Yo esperaba que algún día encontrara a alguien que la amara y la tratara como merecía.
Jack se sentó en un sofá y me tiró del brazo para dejarme sentada junto a él. Me di cuenta de que Cory nos miró... y entonces Dios, Alá, Buda, Satán o quien fuera, me iluminó. Podía llamar la atención de Cory, solo tenía que convivir con otros chicos y mostrarle que podía llamar la atención de los demás hombres. Además, así él pensaría que él no me importaba realmente.
—Jack, eres brillante —le susurré.
—¿Y yo que hice? —me preguntó, en susurro.
—Nada más que existir.
Jack me dio una sonrisa, sin entender, pero no hizo más preguntas.
[...]
Durante toda la tarde me divertí con distintos chicos del equipo. Todos me conocían de vista y nombre desde antes, pues yo era la nueva ayudante del entrenador, pero ellos eran muchos, por lo que había podido aprender muchos nombres que no sabía.
La mayoría de los jugadores del equipo eran de las clases de ultimo años, aunque habían algunos de mi edad o menores, incluso.
—Mañana podemos hacer algo —propuso Max. Un chico de piel oscura, el más alto y fuerte de todo el equipo.
—Claro. ¿Día de piscina? —preguntó Jack.
Todos asintieron felices.
—Corah, Summer. ¿Van a venir? —preguntó Max.
—Claro —respondió Corah.
—Ah... —yo comencé a dudar.
La verdad era que no sabía si tenía ganas de salir tanto y de perder más tiempo, en especial porque seguía un poco estancada con mi pesa obra de teatro que muy pronto debería entregar.
Entonces, todos comenzaron a rogarme.
Debía admitir que se había sentido genial. ¿A quién no le gustaba que un grupo de personas tan atractivas le rogara?
—Está bien —terminé por aceptar.
Todos festejaron y comenzaron a darme palmadas en los hombros como si fuera parte del equipo.
Cuando todos los jugadores se habían ido, Jack nos llevó a Corah y a mí a nuestras respectivas casas. Corah vivía más cerca, por lo que la dejó a ella primero.
—Les agradaste mucho —me dijo Jack, cuando íbamos camino a mi edificio.
—A mí también me agradaron.
—Debes estar feliz, ser consentida del equipo es una ventaja.
—¿Por qué?
—¿Bromeas? —preguntó con una sonrisa—. Nadie se atreverá a decirte algo, ningún chico te molestará y lo más probable es que ahora vayas a llamar la atención de muchos.
—No soy buena con la lógica de las jerarquías escolares.
—Es simple. Los equipos masculinos de basquetbol y fútbol son los más populares. Los porristas también lo son, en especial las mujeres porque sus uniformes son sexys. El grupo más bajo es el de los inteligentes que demuestran ser inteligentes todo el tiempo, junto con los frikis y los del grupo de lectura.
—¿Por qué los de lectura?
—Nadie entiende de qué hablan o sus referencias a libros —hizo una pausa—. Los de en medio son los normalitos, gente no popular, pero tampoco nerd. Gente como tú.
—¿O sea que soy tan invisible como el hijo de en medio? —supuse.
—Algo, pero lo bueno es que tienes oportunidades, puede bajar o subir de rango dependiendo de con quienes te rodees. Nadie te rechazará, ni los nerds, ni los populares.
—¿Esto está escrito en algún libro o qué diablos?
Jack soltó una risa.
—No, solo es obvio. Es la misma jerarquía en gran parte del mundo.
—Incluso en las películas.
Las películas de adolescentes de Netflix, Disney o de donde fueran, siempre mostraban las mismas divisiones escolares. Por ejemplo: High School Musical, The DUFF o Mean Girls.
—Exacto.
—¿Qué hay con el coro? —pregunté recordando esa serie que alguna vez fue muy popular: Glee. En esa serie, el coro era la bajeza de las bajezas, pero en la vida real no parecía ser así.
—¿El coro? Ellos y los del club de teatro dan un poco de vergüenza ajena.
—¿Por qué?
—Todos son raros y dramáticos. Una vez salí con una chica de teatro... —me contó—. Sentí que estaba interpretando una obra por la forma en que me hablaba.
No pude evitar soltar una risa.
—No seas malo. No todos son iguales.
—Lo sé, pero cuando encuentres uno normal, me lo presentas —bromeó.
En parte, Jack sonaba como el típico chico popular que veía a los otros menos populares como inferiores, pero sabía que no era así. Jack se relacionaba muy bien con todos y jamás trataba a alguien mal por sus gustos o su apariencia. Hasta ese momento de mi vida no recordaba ni una vez haber escuchado a alguien decir algo malo de Jack Roberts.
En ese momento llegamos frente a mi edificio.
—Nos vemos mañana, entonces —me dijo Jack, con una sonrisa.
Yo asentí.
Me despedí de Jack con un beso en la mejilla, bajé del auto y subí en dirección al departamento.
Apenas entré, me encontré con mi mamá en el comedor. Estaba recogiendo los platos que debían haber usado en la cena.
—¿Dónde estabas a esta hora? —preguntó mi madre, un tanto preocupada.
—Tranquila —le dije—. Estaba con los Roberts y Jack me trajo.
—¿Hiciste a Jack venir hasta acá? ¿Por qué no nos llamaste? —cuestionó.
—Él se ofreció, yo no le dije nada —le aclaré—. Además, fue a dejar a Corah también.
Eso pareció dejarla un poco más tranquila.
—Está bien.
—Iré mañana también —avisé, metiéndome a la cocina.
Mi mamá me siguió.
—¿Otra vez?
Asentí, sirviéndome agua en un vaso.
Mi mamá se cruzó de brazos y me miró, como analizándome.
—¿Te gusta uno de los Roberts? ¿Jack Roberts?
Escupí el agua en el lavaplatos por la pregunta tan repentina.
—¡No! —exclamé—. Jack es mi amigo solamente.
—¿Harry entonces?
—¡No! —volví a negar rotundamente—. Harry ni siquiera parece mi amigo ahora... Además, ya te he dicho que Cory es el chico que me gusta.
Soltó sus brazos y apoyó una de sus manos en mi hombro.
—Pero si con Cory apenas cruzas palabras, amor. Deberías olvidarte de él.
Lindas palabras de apoyo de mi madre.
—Yo veré que hago —le dije, algo molesta.
No me gustaba que opinara respecto a mi vida amorosa. Yo sabía que a ella nunca le había convencido mucho mi flechazo por Cory, porque él nunca me había dado indicios de que fuera reciproco y, aun más, porque era un chico muy silencioso e introvertido.
Por otro lado, mi mamá se hubiera sentido muy satisfecha con que le dijera que me gustaba Jack o Harry.
Sin decirle nada más, fui a mi cuarto y tomé mi laptop. La puse en la mesita del balcón y me dispuse a escribir una escena de la obra.
"Escena 6:
(Personajes: Harley, Mac y Mitchell)
Harley y Mitchell hablaban sin notar que Mac estaba atrás mirándolos a lo lejos.
Harley: Estoy enamorada de Mac... no sé si pueda dejar de estarlo nunca.
Mitchell: (toma sus manos) Pero quizás yo pueda ayudarte con eso.
Harley: (confundida) ¿Cómo podrías hacer eso?
Mitchell: (se acerca a Harley lentamente hasta pegar sus labios con los de ella, segundos después se separan) Dejándome entrar en tú corazón...".
Me detuve de golpe. ¿Acaba de escribir que el personaje basado en mí era besado por el personaje basado en Jack?
—Iugh —dije, fingiendo un escalofrío—. Solo es una obra, solo es una obra...
Yo jamás podría imaginarme con Jack como pareja. Él había sido toda mi vida como una figura de hermano mayor, el que me defendía, me protegía y me hacía reír cuando estaba triste. Aunque no compartiéramos lazos genéticos, me parecía desagradable solo imaginarme una situación romántica con él.
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