Nada es más doloroso, nada se compara con ver una parte de ti, de tu ser, muerta... Mi querido, mi indefenso e herido hermano, ¿ por qué su vida tuvo que terminar de esta manera? Verlo en aquel ataúd sin vida, rompió en mil partes mi corazón. En pocas palabras, rompió mi alma.

Muchas personas creen que es fácil, pero no lo es.¿Cómo creen que algo así se puede superar tan rápido?
Soy fuerte o eso es lo que quiero hacerme creer a mí misma. ¿Cómo una persona puede vivir, cuando no sabe para qué vive? ¿Cómo puede seguir cuando se pierde el sentido de la vida? ¿Dónde quedan tus sueños? ¿Dónde queda todo eso?  

Nada, pero nada hará que ese dolor que sientes, se vaya. Aunque cambies tu ropa, te mudes, llores cada noche hasta dormirte o intentes dejar de lado todo este dolor, te perseguirá hasta que tus huesos se conviertan en cenizas.

Hay muchas palabras que quisiera decir, muchos sentimientos y dolor que compartir pero debes saber que sentir este dolor, te quitará hasta las ganas de respirar.

Muchas personas creen que quitándose la vida, este dolor disminuirá, pero les aseguro que ni estando en el mismísimo infierno, esto cambiará. Tal vez producirte dolor al cortarte, te haga sentir mejor pero ¿hasta cuándo? Sabes que ni bien te dejes de cortar, te limpies o desinfectes esas heridas y las escondas para que nadie las vea, el dolor volverá a golpearte y tal vez más fuerte. No puedes ocultarte y mucho menos rechazarlo.

 La vida o lo que queda de ella sigue su transcurso, a pesar de que uno quede estancado en ese momento o en ese día que todo cambió. La persona que perdiste no volverá, tú no volverás a ser la misma o el mismo que antes. Entonces ¿Por qué estresarte en hacer creer a las personas que has superado todo esto tan rápido? Puede llevarte años superar esto, o tal vez nunca lo superes, pero es normal, nadie se prepara para la muerte tan anticipadamente. En mi caso, cuando me enteré de su pérdida, mi mundo se vino abajo ¿No es así cómo se siente uno? Durante su despedida, no paré de llorar, de mirarlo por última vez, de hablar, de abrazar y consolar a mi madre, hermano y familiares cercanos. Simplemente a veces sentía que esto era una pesadilla, que en cualquier momento iba a despertar, que él me abrazaría, que él volvería a escribirme como cada mañana “Hola hermanita ¿Cómo estás?" Pero aunque espere día tras día ese mensaje, ese abrazo, no sucedió y no sucederá. Todavía no entiendo hasta qué punto mi vida cambió.

Muchas personas me dirán que debo seguir adelante, pero es una tarea difícil cuando todo a tu alrededor te recuerda a él, a su forma de ser, a su persona.

Sé que mañana al levantarme de nuevo, sentiré nuevamente un vacío enorme en lo profundo de mi corazón porque él era una parte del mismo, porque  duele como el infierno extrañarlo y no poder hacer nada para que vuelva.

 Esta es mi vida, bienvenidos.