
Epílogo
El brillo solar que nos regala Munich esta mañana, es perfecto para poner de buen humor a cualquiera, aunque debo confesar que hace casi un año mi vida es solo alegrías y risas interminables.
Lucas es un hombre maravilloso, que a cada segundo que pasa, me enamora más con todas sus atenciones y sobre todo con su inconmensurable amor hacia Olivia y hacia mí.
Hace casi cinco meses que volvió a jugar fútbol y debo decir que poco a poco ha ido recuperando su nivel y eso me hace sentir muy orgullosa de compartir mi vida con un hombre tan fuerte y valiente como él.
El entrenador le está dando cada vez más minutos de juego, por lo cual él está muy feliz y lleno de ganas de llevarse el mundo por delante. Aunque para mí, ir al estadio a verlo jugar siempre será una montaña rusa de emociones, pues no puedo dejar de temer por su seguridad, cada vez que le hacen una falta o que lo veo caer al césped. Sin embargo, él es siempre tan adorable, que cuando se levanta, dirige su mirada hacia el palco en el que estamos Olivia y yo, para enviarnos un beso volado y regalarnos una de sus hermosas sonrisas que amaré todos los días de mi vida.
—Mi alma ¿estás lista para irnos? —su aterciopelada voz me sacó de mis pensamientos y sonreí ampliamente antes de responderle.
—Sí, claro ya estoy lista.
—¿Dónde estabas hace unos segundos? —preguntó sonriendo y tomando mi mentón entre sus dedos —parecías distraída o tal vez debería decir, que estabas muy concentrada mirando el árbol de la terraza. —bromeó.
—La verdad estaba pensando en todo lo que hemos vivido y estoy muy feliz de compartir mi vida contigo. —respondí, poniendo mis brazos alrededor de su cuello.
—Yo también soy muy feliz, cariño. Vivir con ustedes, es un sueño hecho realidad. —afirmó tomando mi cintura y luego me besó apasionadamente. Sus besos son maravillosos y siempre nos cuesta mucho trabajo separarnos, sin embargo, esta mañana no podemos tomarnos unos minutos, pues tenemos una cita muy importante que me tiene demasiado emocionada.
—Mmm esta mañana estás extremadamente sexy, mi dulce alma, haces que sea muy difícil salir de esta habitación. —confesó mi guapísimo esposo, mientras deja besos en mi cuello e intenta al mismo tiempo, alejarse de mí para que podamos llegar a tiempo a la oficina del abogado.
—Esta noche te lo compensaré, pero ahora demos irnos o llegaremos tarde ¿está bien? —sugerí sonriendo y alejándome de sus brazos para volver a peinar mi cabello y retocar mi labial.
—Eso no lo dudes, preciosa. —bromeó, y luego de recoger sus llaves y celular de la mesita de luz, tomó mi mano y salimos de nuestra habitación.
Bajamos las escaleras y encontramos a nuestra preciosa Olivia jugando con su nana y Agnes. Nuestra adorada señora Collins ríe a carcajadas por las ocurrencias de su «pequeña princesa» como llama ella a Olivia desde que nació.
Agnes está quedándose con nosotros por unas semanas, ya que poco tiempo después de la boda, ella volvió a Farnham para hacerse cargo de los departamentos que arrienda. Yo hubiera querido poder apoyarla con eso, sin embargo es imposible para mí volver a ese lugar por todos los malos recuerdos que me trae. Lucas se ofreció a apoyar a la anciana, contratando a un contador especializado en el rubro inmobiliario, pero ella rechazó la oferta respondiendo que de esa manera se mantiene activa y nosotros podemos tener nuestra intimidad en casa, sin una anciana «dando vueltas alrededor».
—¡Buenos días! —exclamé alegremente y luego corrí a tomar en mis brazos a mi hermosa bebita.
—Buenos días, mi niña. Buen día, Lucas. —saludó Agnes, levantándose de la alfombra en la que estaba sentada para jugar con Olivia.
—¡Buen día, Agnes! —exclamó Lucas —¿Cómo está la princesa de papá? —preguntó sonriendo ampliamente y luego Olivia levantó los brazos para que su papá la sostenga. Ya es una costumbre para mí, que mi pequeña princesa prefiera a Lucas, la verdad es que no la culpo, porque él es encantador y adorable, como un niño y su delicada manera de tratar a Olivia hace que se me acelere el corazón.
—¿Agnes, ya te sirvieron el desayuno? Discúlpame por no quedarme esta mañana contigo.
—Tranquila querida, aún tengo algunos días más para que podamos compartir juntas. Quiero disfrutar de Olivia antes de volver a Farnham. —respondió dirigiendo su mirada hacia la bebita que ahora ríe alegremente en los brazos de su papá.
—Me gustaría que reconsideres la oferta de nosotros y te quedaras aquí, ya sabes que yo te amo como si fueras mi madre y Lucas también te quiere mucho. Además, Olivia está más que feliz de que estés aquí. —afirmé, tomando las manos de la dulce anciana a quien le debo muchísimo.
—Yo les agradezco mucho su oferta, mi niña. No obstante, ustedes son una pareja joven y tienen muy poco tiempo de casados, es por eso que deben disfrutarse el uno al otro, así como también disfrutar de su pequeña hija y vivir los tres una vida de familia. Yo siempre estaré para ustedes cuando me necesiten, pero por ahora debo permanecer en Farnham, en mi casa y con mis inquilinos.
—Está bien, pero antes de que te niegues, quiero pedirte que extiendas tu viaje hasta el día del bautizo de Olivia. Ya sé que falta un mes y medio, pero yo necesitaré mucha ayuda con la organización, considerando que Marianne también está muy ocupada con sus casos y no podrá venir hasta dentro de dos semanas. Yo tendré que dividir mi tiempo entre los preparativos del evento y la organización del restaurante. —insistí muy ilusionada y recordando el maravilloso día, hace casi un mes, que mi amado esposo llegó a casa con una maravillosa novedad.
—¡Emi! ¡Tengo maravillosas noticias, cariño! —escuché su voz desde la cocina y sonreí ampliamente, pues siento que nunca dejaré de sentir que el corazón se acelera en mi pecho, cada vez que escucho su voz. Cubrí con un paño de cocina, la masa de pan que estaba preparando, luego me limpié la harina de las manos y fui en busca de Lucas.
—¡Hola mi amor, bienvenido a casa! ¿Cuáles son esas maravillosas noticias? —pregunté ansiosa, después de besar sus labios, me quedé abrazándolo y él sonríe de manera encantadora como siempre.
—Emi, quiero contarte algo que espero te alegre tanto como a mí, pues de hecho, lo vengo persiguiendo hace varios meses para ti. —confesó con timidez y sus ojos brillan, lo cual me emociona cada vez más, y no puedo esperar para escuchar la hermosa novedad que trae mi amado esposo esta tarde. —ven, por favor siéntate conmigo.
Tomó mi mano y nos dirigimos a la mesa del comedor y hasta este momento noté que lleva en la mano un sobre grande, de esos que se usan para documentos.
—Lucas, mi amor ¿dime qué es todo esto? —pregunté, apretando su mano sobre la mesa.
—Mi alma, hace dos meses mientras conducía de regreso a casa desde el entrenamiento, vi un pequeño restaurante que llamó mucho mi atención. Era un lugar pequeño, con un aire familiar y rústico, que por alguna razón me recordó a ti. Quise detenerme para ver qué tipo de comida servían y aunque estaba cerrado, pude ver que era una cafetería. —confesó ilusionado y yo sonreí al escuchar su relato —Al día siguiente, volví a pasar por ahí y lo encontré abierto al público, sin embargo, estaban a punto de cerrar a pesar de ser aún bastante temprano.
—Cariño ¿te gustó algo de lo que servían? ¡Se me ocurre que podríamos ir juntos! —sugerí sonriendo.
—Mi amor, la verdad sí probé el café y es muy bueno, pero no es de eso de lo que quiero hablarte. Cuando pedí el café, me lo sirvió un anciano muy amable. Le pregunté por el lugar y me contó que había sido el sueño de su esposa cuando eran jóvenes, también dijo que ellos lo construyeron y manejaron juntos desde el inicio, hasta que ella falleció hace poco tiempo. —me entristeció escuchar eso, sin embargo dejé de Lucas continuara hablando, pues honestamente no tengo idea de cuál es la razón por la que me está contando esta historia. —El anciano me habló de los tres hijos que él y «su amada» tuvieron, los cuales ahora son adultos y tienen familias.
—¿Ellos lo ayudan con su negocio, ahora que se quedó solo? —pregunté.
—Sí, bueno cuando su madre falleció sí lo hicieron, le dieron su apoyo y también se turnaban entre ellos para abrir la cafetería. Sin embargo, es muy difícil que continúen haciéndolo, porque cada uno tiene obligaciones personales, es por eso que él se quedó solo y casi no puede abrir el local y tampoco pagarle al personal. —afirmó apretando mis manos y con un brillo en sus ojos que me aceleró el corazón, por alguna razón siento que ya sé a dónde va con todo su relato.
—Amor ¿Qué fue lo que hiciste? —pregunté sonriendo ampliamente, pues puedo sentir su emoción.
—Mi alma, ese lugar es perfecto para ti, es el lugar que soñabas de niña. ¿Recuerdas que me hablaste de lo que sentías cuando tu abuela y tu mamá cocinaban? Recuerdo bien que dijiste que amabas la reacción de la familia cuando ellos probaban la comida y esa es la razón por la decidiste ser chef. —la forma en la que me habla y recita una a una todas las cosas que le conté la primera vez que cocinamos juntos, me hace sentir tan amada, que no encuentro las palabras para expresar todo el amor que siento por él en este momento. —¿Emi? ¿me estás escuchando, preciosa? —preguntó tomando mi rostro entre sus manos.
—Sí, te escuché muy bien, Lucas, es solo que a veces no puedo creer que seas real y que estemos juntos. —confesé acariciando sus mejillas.
—Es real, amor mío, todo esto es muy real. Te amo con toda el alma y quiero que seas feliz, es por eso que voy a ayudarte a hacer realidad tu sueño. Mira, estos son los documentos que acabo de firmar con los abogados. Yo le conté al anciano que el amor de mi vida, la mujer más maravillosa que existe, es la mejor chef del mundo y que yo necesito que ese lugar sea el primero de todos los restaurantes que abrirá en su exitosa carrera. —las lágrimas de emoción caen por mis mejillas mientras lo escucho hablar y leo los documentos que tengo en frente —Él no pudo negarse y solo me hizo una solicitud, debemos invitarlo de vez en cuando. —afirmó muy emocionado.
—Lucas, no puedo creerlo ¿tú me compraste un restaurante? —pregunté totalmente abrumada por esta maravillosa noticia.
—Uhm, si quieres llamarlo de ese modo, sí lo hice. Aunque a mí me gustaría que lo tomes como una inversión. Yo soy el socio capitalista que permanecerá en silencio todo el tiempo y confiará ciegamente en tus decisiones. ¿Qué opinas, mi cielo? Emi, por favor no lo tomes a mal, yo solo quería hacerte feliz. —insistió avergonzado y ese simple gesto es adorable.
Me pregunto cómo puede pensar que yo tomaré a mal este hermoso gesto.
—¿Qué opino? ¡Mi amor, esto es lo más hermoso que nadie ha hecho por mí jamás! ¡Eres un hombre maravilloso y jamás podré agradecerte lo suficiente por todo tu amor! ¡Te amo, Lucas! ¡Te amo tanto, mi alma! —exclamé visiblemente emocionada y sin poder contener el llanto, luego lo abracé muy fuerte. —¡Gracias, cariño!
—No hay nada qué agradecer, Emily, tú eres mi esposa, la madre de mi hija y yo te amo muchísimo, jamás dudes de eso. —afirmó y yo lo besé apasionadamente.
Sonreí al recordar ese hermoso día y luego tuve que volver a la realidad por las palabras de Agnes.
—Claro que sí, mi niña. Si tú me necesitas aquí, yo me quedaré a ayudarte en todo. Estoy tan feliz de que estés a punto de hacer realidad tu sueño. —declaró la anciana, estrechando mis manos.
—Te agradezco mucho, Agnes. Sinceramente todo esto es gracias a Lucas y su incansable personalidad que, desde el día en que me dio la maravillosa noticia de que había comprado el local, no me ha dejado «descansar» por la enorme cantidad de ideas que se le ocurren todo el tiempo. —confesé muy feliz y Agnes compartió las risas conmigo.
Unos minutos después, Lucas y yo salimos de la casa para la importante reunión con los abogados recomendados por Marianne, quienes son los asesores legales de la empresa, en la cual, a solicitud de mi esposo, yo soy la gerente general.
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—¿Entonces, con estos documentos Emily puede hacerse cargo de todas las decisiones y trámites legales del restaurante? —preguntó Lucas, después de firmar el último documento.
—Correcto, Sr. Hernández. Nosotros nos encargaremos de legalizar todos los documentos y en un par de semanas, la señora Hernández podrá firmar y hacerse cargo de todo. —informó el hombre mayor, quien es un gran amigo de Rick y Marianne. Definitivamente, ellos nunca nos hubieran recomendado a una persona que no sea de su entera confianza.
—Perfecto, muchas gracias por todo, Sr. Williams. —añadió Lucas.
Después de intercambiar algunas opiniones y de que el abogado respondiera todas mis preguntas, pudimos salir de las oficinas.
—¡Mis felicitaciones, Chef Principal! —exclamó alegremente, el hombre al que amo con toda el alma.
—¡Muchas gracias, cariño! Aunque la verdad es que es solo un pequeño restaurante familiar. —respondí riendo ante su exagerada felicitación, sobre todo porque estamos en medio de la calle y a punto de subir al auto.
—Este es solo el inicio de tu exitosa carrera, mi amor. Eres una excelente chef y estoy seguro de que tendrás mucho éxito. —Lucas se acercó y me dio un efusivo beso, el cual estoy segura que dentro de unos minutos estará en todas las redes sociales.
Últimamente, nos hemos convertido en la «pareja favorita» de los portales de espectáculos. Lo cual, debo confesar, no me agrada mucho, pero Lucas parece disfrutarlo, así que es una de las pocas cosas que intento «soportar» del hecho de ser la esposa de un futbolista famoso, solo espero que esto no se convierta en un obstáculo para tener una vida normal de familia.
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Un mes después
Observo a Emily mientras se termina de arreglar y se ve absolutamente hermosa, esta noche es la inauguración de su restaurante y debo confesar que me siento muy orgullosa de todo lo que ha logrado hacer ella sola.
Primero, se encargó de dirigir todas las refacciones que necesitaba el local, luego compró todo el mobiliario y decoró el lugar de una manera tan hermosa, que es imposible no sentir su maravillosa personalidad en él.
Además de eso, organizó un menú con platos y postres deliciosos, sin dejar de incluir mis platos favoritos, como el maravilloso «Apple pie» que es su especialidad, el cual servirá tal y como me lo sirvió a mí, la primera vez que lo probé.
—Mi alma ¿ya estás listo? —preguntó amorosamente y sonriéndome a través del espejo en el que se está terminando de maquillar.
—Aún no cariño, la verdad es que estaba distraído observándote, porque te ves preciosa.
—Muchas gracias, amor. —respondió y noté un aire de tristeza en su mirada.
—¿Estás bien? ¿Qué sucede, cariño? —me senté a su lado y tomé su barbilla entre mis dedos, ayudándola a mirarme a los ojos.
—Tengo miedo, Lucas. —confesó avergonzada y tomando mis manos entre las suyas.
—¿Miedo? ¿Por qué, mi alma?
—Es posible que esto te parezca una tontería, pero hace algunos días que estoy teniendo sueños que me perturban.
—¿Qué tipo de sueños? Emi, cuéntame por favor.
—Se parecen mucho a los que tenía en Farnham cuando estaba sola, mucho antes de que tú me encontraras. Estoy en un bosque huyendo de alguien o tal vez de «algo» la verdad no sé bien de qué se trata, pero sí sé que me aterra. Siempre despierto con una sensación de terror horrible.
—¿Se lo has comentado a tu doctora? Es posible que tenga que ver con todo el stress que has estado viviendo en estos últimos días, por la inauguración y el bautizo de Olivia. Emi, no es necesario que tengamos una gran fiesta para el bautizo, lo más importante es tu salud.
—Hablé con la doctora la semana pasada, le conté sobre mis pesadillas y ella dijo lo mismo que tú. Sin embargo, yo creo y siento que hay algo más, es como si todo el tiempo me sintiera observada y con mucho miedo. —confesó aterrada, yo la tomé en mis brazos intentando transmitirle calma.
—Mi alma, nada malo va a pasar, debes estar tranquila porque ahora que estamos juntos, yo cuidaré de ustedes. —susurré en su oído, mientras ella me abraza con fuerza.
—Tengo tanto miedo de que mis pesadillas sean porque tengo problemas mentales ¿Y si me estoy volviendo loca? —preguntó con tristeza y ansiedad, aferrándose a mis manos.
—Mi amor, no digas esas cosas, tú no te estás volviendo loca. Lo que sucede es que sufriste varios traumas y es por eso que es muy importante que continúes con tus sesiones semanales de terapia, ya has progresado mucho porque las pesadillas se habían ido.
—Sí, lo sé y ahora han vuelto a aparecer. —lamentó bajando la mirada y yo necesito que ella vuelva a sonreír, mi mundo se apaga cuando ella está triste.
—Y volverán a irse muy pronto, porque yo te ayudaré ¿De acuerdo? ¿Cuándo es tu próxima sesión? —pregunté, llevando sus manos hacia mis labios para dejar besos amorosos.
—La semana que viene, el jueves.
—Yo iré contigo y luego podríamos ir a cenar ¿Qué te parece esa idea? La señora Collins podría cuidar a Olivia por una noche. —sugerí sonriendo y mi alma se ilusionó ante mi comentario, su rostro se iluminó y sonrió ampliamente.
—¡Me encanta la idea! Hace varios meses que no salimos juntos.
—Entonces es una cita. Ahora, quiero que olvides todo lo malo y te concentres en esta maravillosa noche, en la que tú eres la estrella, mi estrella. —declaré acariciando suavemente su mejilla.
—Te amo, Lucas. Muchas gracias por todo, no sé qué sería de mi vida si tú no estuvieras conmigo.
—Yo siempre estaré contigo, mi alma. —nos besamos por algunos segundos y luego terminamos de arreglarnos para la noche especial de mi hermosa esposa.
Necesito hablar con la doctora para asegurarme de que estemos haciendo todo bien, en relación a la salud mental de Emi. Mi alma es muy joven y tenemos toda una vida por delante, así que es mi deber como su esposo, asegurarme de que nada la perturbe.
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El restaurante luce simplemente hermoso, cada uno de los detalles que Emily diseñó a su gusto, forman parte de un todo que convierte este lugar en el lugar perfecto para compartir un desayuno de negocios, un almuerzo en familia o una cena íntima de pareja. Me siento tan orgulloso, que parece que el pecho se me ha inflado desde que llegamos aquí.
Bebo un sorbo de mi copa de champagne, mientras contemplo con devoción a mi esposa, quien ríe y bromea al lado de algunas de las esposas de mis amigos de la selección francesa. Me alegra mucho saber que desde que se conocieron en nuestra boda, ellas la han aceptado con los brazos abiertos y han formado un grupo de amigas muy bonito, en el que comparten sus vivencias como esposas de futbolistas, madres y también mujeres que de vez en cuando deben lidiar con los chismes de la prensa amarilla.
—Si no cierras la boca, entrará una mosca, Luqui. —bromeó Theo, mi querido hermano a quien le agradezco muchísimo por estar conmigo en todos los momentos importantes, le he preguntado muchas veces cuánto dinero está gastando en viajes privados a Munich, sin embargo él nunca me responde. Solo debo decir que me siento muy afortunado de tenerlos, tanto a él como a mi madre.
—Ja-ja-ja muy gracioso, hermanito. La vedad es que no puedo dejar de mirar a Emi, se ve tan radiante y hermosa, que me cuesta mucho trabajo dejar de hacerlo.
—Ustedes dos se ven muy bien juntos y eso me alegra mucho, pues ella te hace feliz.
—Por supuesto que lo hace, a cada segundo del día, solo tengo que mirarla sonreír y mi día está completo. Ella y Olivia son mis ángeles. —afirmé, luego nos unimos a el grupo en el que están mis amigos y disfrutamos mucho con ellos, hasta que llegó el momento central de la noche, Emily cortará la cinta que dará por inaugurado el lugar.
Tomé a Olivia en mis brazos, acomodando el hermoso vestido blanco que su madre eligió para ella, nuestra hija se ve absolutamente adorable. Di unos pasos y me ubiqué al lado de Emi para escucharla decir unas palabras de agradecimiento antes de cortar la cinta.
—Buenas noches, primero quiero agradecerles a todos por estar aquí esta noche, sé que algunos de ustedes viajaron desde otros países para acompañarnos y eso es algo que siempre atesoraré en mi corazón. También quiero darles las gracias a mi familia por todo su apoyo en estos meses de trabajo, pues nada de lo que hoy ven, hubiera sido posible sin su ayuda. Por último, pero no menos importante, quiero agradecerle y dedicarle todo nuestro futuro éxito a mi esposo, el hombre maravilloso que Dios puso en mi vida y que me hizo el regalo más hermoso de todos, nuestra pequeña Olivia. Te amo, cariño y no tengo palabras para agradecerte por hacer realidad mi sueño de niña, eres el hombre más maravilloso que existe y, Olivia y yo tenemos mucha suerte de tenerte. —mi alma limpió una lágrima que cayó por su mejilla y luego continuó con su hermoso discurso, mientras Olivia limpia de mis mejillas las lágrima que yo no sabía que había derramado —Ahora y sin más preámbulo, declaro inaugurado «Emilia's». —Emi cortó la cinta de raso color rojo con una enorme tijera y luego todos brindamos por el éxito del lugar, al cual ella decidió ponerle el nombre que yo le asigné a ella cuando la conocí.
Todos nuestros amigos y familiares brindan y celebran con nosotros, mientras degustan los platos de toda la carta del restaurante, los cuales yo misma cuidé y supervisé en la cocina, junto a mis ayudantes.
—¡Emi, esto es delicioso! Eres una magnífica chef. —exclamaron mis amigas, luego brindamos juntas, mientras les doy algunos tips de cocina para sus cuentas de influencers.
—Señoras, yo lo siento mucho, pero necesito llevarme a mi esposa por unos minutos. —la voz seductora de mi guapísimo esposo, nos sorprendió y, luego de que fuimos víctimas de algunas bromas del grupo de mujeres, pudimos alejarnos por unos minutos.
—¿Qué sucede, mi amor? —pregunté, mientras caminábamos hacia la puerta del restaurante.
—Hay alguien que quiere felicitarte, Emi. —informó Lucas.
Dimos algunos pasos más y encontré a mi madre en la puerta, sosteniendo un ramo de rosas amarillas. Lucas me susurró al oído que nos dejaría solas y luego se alejó de manera prudente.
—Hola, mi cielo. Muchas felicidades, querida. —declaró la mujer que me dio la vida, a la cual no he visto en varios meses, pues a pesar de que la autoricé a estar cerca de Olivia con mi supervisión, ella casi no ha venido a ver a su nieta.
—Hola madre, gracias. —respondí seriamente. Ella me entregó las flores y las acepté de forma educada, luego permanecí en silencio y esperando a que ella diga algo.
—Querida, sé que no he estado cerca de ustedes, pero ha sido muy difícil después de lo que pasó con tu padre. —confesó con tristeza.
Mi papá nos dejó hace casi cinco meses y yo aún no puedo creerlo, pues aunque él estuvo un poco más de un año en coma, yo siempre guardé la esperanza de que algún día ocurriera el milagro y se despertara como Lucas, no obstante, eso no ocurrió y él falleció.
—Entiendo. De hecho no era necesario que viajaras hasta aquí ahora.
—Yo quería estar presente en este día, Emi. Desde que Marianne me lo comentó, yo sentí que debía venir a darte mi apoyo y también a decirte lo orgullosa que estoy de ti. —sus palabras suenan sinceras, pero hay algo dentro de mí que aún no me permite confiar en ella, sin embargo cuando estaba a punto de responder algo muy frío, recordé las palabras de Lucas hace dos noches:
«Es tu madre y siempre lo será, no puedes retroceder el tiempo para borrar el daño que te hizo, pero sí puedes darle una oportunidad de enmendar su error para que juntas construyan una nueva historia en memoria de tu padre.»
Las palabras de mi esposo resuenan en mi mente y decidí hacerle caso, pues esto ya no se trata de mí ni de ella, sino de mi hija, que necesitará a su abuela.
—¿Te gustaría pasar y probar la comida? Me gustaría tu opinión. —señalé esbozando una sonrisa, a la cual mi madre respondió alegremente.
—Nada me haría más feliz, mi cielo.
—Vamos, pasa adelante por favor. —la invité con entusiasmo y ella se nos unió a la celebración.
Cuando estaba a punto de cerrar la puerta del restaurante, algo jaló mi mirada hacia la acera de en frente, una mujer de cabello negro y lentes oscuros me observa con detenimiento, su apariencia es algo sencilla y su rostro no me es familiar, sin embargo sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al sentir su mirada.
—Mi alma, vamos adentro. Todos nos están esperando para hacer un brindis. —la voz de Lucas me obligó a desviar mi mirada de la misteriosa mujer. —¿Está todo bien? ¿Qué sucede? —preguntó extrañado quizás por la expresión en mi rostro.
—Uhm, sí. Es solo que esa mujer me pareció muy extraña... —respondí volviendo a dirigir mi mirada hacia la acera de en frente, pero ella ya no está ahí.
—¿Una mujer? ¿Cuál? —preguntó Lucas.
—La que estaba en frente, pero ya no, era muy extraña y me estaba mirando.
—Tal vez le gustó el restaurante y vendrá a comer aquí. ¡Será tu primera cliente! —exclamó alegremente y eso me hizo sonreír.
—Sí, tienes razón, es posible que le haya gustado como luce «Emilia's». —afirmé poniendo mis brazos alrededor de su cuello.
—A mí me encanta como luce «mi Emilia» —declaró y luego me besó.
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—Eres la mujer más hermosa del mundo ¿lo sabías? —preguntó mi guapísimo esposo mientras acerca cada vez más nuestros cuerpos desnudos.
Estamos acostados en nuestra cama después de hacer el amor y este el momento más maravilloso de todos mis días, cuando Lucas me toma en sus brazos y declara su amor eterno mientras nos entregamos el alma y cuerpo.
—Y tú eres el hombre más guapo del mundo. Me encantan tus ojos y tu hermosa sonrisa que me enamora cada día más. —declaré, sentándome sobre él.
—Mmm señora Hernández, qué cuerpo tan maravilloso tiene. —afirmó, sentándose en la cama, ese movimiento hace que yo lo sienta muchísimo más profundo en mí.
—Señor Hernández, me imagino que le encantará saber que mi cuerpo y mi alma, siempre serán solo suyos. —respondí seductora y luego él me volvió a tomar.
Hace un año nos juramos amor eterno frente a Dios y a nuestras familias, hoy lo volvemos a hacer juntos y solos, sabiendo que este es solo el primero de todos los años que viviremos juntos, construyendo nuestra maravillosa historia de amor y devoción, que estoy segura durará para toda la vida.
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¡Hola a todos, mis adorados lectores!
Este fue el epílogo de este hermoso segundo libro de la, ahora denominada «Trilogía Fragilidad». Espero que les haya gustado mucho y que esperen el tercer libro, que viene lleno de amor, algo de misterio y todo el drama al que ya están acostumbrados.
¿Cuáles son sus teorías?
¿Creen el la sinceridad de Emma?
¿Quién es la mujer misteriosa?
¿A qué se deben las pesadillas de Emily?
Déjenme sus comentarios porque amo leerlos.
Les quiero agradecer con toda el alma a todos ustedes, mi hermosos lectores, por todo su aor y apoyo en todos estos meses, ha sido un viaje hermoso a su lado y no puedo esperar para enseñarles lo que viene como cierre de esta hermosa historia.
Los quiero mucho y siempre les estaré agradecida por todo su amor.
Con amor, Grizzi.
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