¡Yo seré el "Rey" de los piratas!
¡Mi Vida en One Piece!
Arco: Romance Dawn
Capítulo 01
¡Yo seré el "Rey" de los piratas!
Los personajes de One Piece no son míos, les pertenecen a Eiichiro Oda.
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Riqueza, Fama y Poder.
El Hombre que había conseguido todo eso en este mundo,
El Rey de Los Piratas Gold Roger.
Las últimas palabras que dijo justo antes de morir, enviaron a mucha gente a los mares.
"¿¡Mis Riquezas y Tesoros!?"
"Si lo desean se los daré..."
"¡Encuéntrelo! ¡Los escondí todo en ese lugar!"
Muchos hombres, se han dirigido al "Grand Line", en busca de sus sueños.
¡El Mundo ha entrado en la Gran Era Pirata!
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Capítulo dedicado a JovannyAlonzo
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Ese era el día por el cual tanto había esperado, recogía sus pocas pertenencias para partir. Ya que ese mismo día comenzaba su tan añorada aventura con el fin de lograr sus sueños, convertirse en el rey de los piratas. Pero tuvo que pasar por muchas cosas... Pero al final todo había valido la pena.
Era una persona completamente diferente al Luffy original y a la chica que alguna vez fue, ya no le incomodaba estar en un cuerpo masculino. Total, desde que había reencarnado había tenido que acostumbrase; y de eso hace ya diecisiete años atrás. Al final había logrado aprender a convivir con su compañero, compadre, socio, o como sea que los hombres en general se refirieran a su cosa.
Luffy estaba en excelente condición física, ¿Y cómo no? habiendo tenido que sobrevivir al tortuoso e infernal entrenamiento, al cual había sido sometido por Monkey D. Garp, el Héroe de la marina, su cariñoso pero aterrador abuelo, que tenía como objetivo convertirlo en un marine.
En algunas noches, Luffy era atacado por pesadillas. Pesadillas que le hacían recordar el entrenamiento, se estremeció ante los meros recuerdos.
A Luffy le agradaba bastante su nueva apariencia; y no era por presumir pero, si él volviera a ser una mujer y viera su actual cuerpo se violaría sin dudarlo.
Luffy era muy atractivo, sus brazos eran musculosos pero no exagerados, su pecho era plano y sus abdominales estaban bien marcados y sus piernas eran fuertes y bien definidas.
En su niñez había sufrido mucho con el hecho de que su cabello era corto; y no largo como estaba acostumbrada en su vida pasada. Así que había decidido dejárselo crecer, y vaya que no fue un tarea fácil, tanto Dadan como su abuelo, habían intentado en incontables ocasiones cortárselo, claro que al final él había resultado vencedor en cada una de las ocasiones.
Por los momentos su cabello era tan largo que llegaba a sus muslos y la mayoría del tiempo lo ataba en una coleta baja, su pelo era lacio, muy brillante y lleno de vida; y eso era un milagro, si se consideraba que vivía prácticamente en una jungla.
Claro que para Luffy, Makino era un ángel caído del cielo, dado que cada cierto tiempo ella lo visitaba y le traía shampoo y acondicionador, Luffy no sabía que habría sido de su cabello sin Makino.
Le tenía mucho cariño a su cabello; ya que eso le recordaba que en algún momento de su existencia fue una mujer.
Como una persona que había sido mujer, la moda era algo importante para él.
Llevaba puesto un conjunto de ropa que había comprado especialmente para ese día, y consistía en unos zapatos deportivos rojos con una raya blanca en la suela (no tenía nada contra las sandalias que siempre usaba el Luffy original, pero prefería ir más deportivo) un pantalón negro ajustado y por último, tenía puesta una chaqueta de roja abierta mostrando una camisa blanca.
Y para finalizar su atuendo, lo más importante e indispensable su querido tesoro, su sombrero de paja.
Tomó su bolso con sus pocas pertenencias y se lo llevó al hombro, sin prisa camino hasta la puerta deteniéndose allí. Giró la cabeza levemente y con melancolía observó la habitación.
El cuarto era pequeño y no tenía nada de especial, en el suelo de manera desarreglada estaban tres viejos futones. Luffy sonrió con cariño ante el recuerdo de las noches en las que dormía ahí junto a sus hermanos.
Corrió la cortina de la puerta y salió, dio un pequeño salto para bajar del cuarto, el cual se encontraba arriba de la habitación que compartían todos los bandidos.
Y hablando de los bandidos, todos ellos estaban sentados en lo que era la sala-comedor. Siendo Dadan la única en darle la espalda.
—Ya es hora de que me vaya. Quiero agradecerles todo lo que hicieron por mí —inclinó la cabeza en forma de respeto, a pesar de todo los altos y bajos, los bandidos habían cuidado de él desde que tenía ocho años de edad.
—¿Por qué solo no te vas? ¡Ah! ¡Mocoso! —dijo Dadan aparentemente molesta e indiferente.
—No digas eso, Dadan ¿Por qué no dejas de ser tan amargada y te unes a mi tripulación pirata? —le preguntó en forma de juego como muchas veces antes.
—¿¡Ah!? Luffy, yo soy una bandida ¿Por qué querría ser yo una pirata?
—Mmmm no lo sé, tal vez para vivir aventuras, encontrar tesoros o simplemente para ser libre... —Luffy se cruzó de brazos y se encogió de hombros recostándose en la entrada.
—¿¡Libre!? —Dadan se giró levemente para verlo.
—No tienes por qué contestarme ahora —dijo Luffy ignorando a propósito su pregunta—. Al fin y al cabo para ser el rey de los piratas necesito ir al Grand Line*. La última isla antes de llegar a Red Line* es Loguetown, si cambias de opinión puedes esperarme en la isla... Bueno, adiós —se dio la vuelta y salió de la casa, pero al dar unos pasos fuera recordó un pequeño detalle, con una sonrisa en su rostro Luffy regresó—. ¡DADAN! —llamó—. ¿Sabes? Yo ODIO a los bandidos.
—¿¡Y!? ¡Ya lo sabía!... —Luffy pudo saber que había un poco de dolor en las palabras de la mujer a la cual consideraba una madre—. ¡Para lo que me importa! —se quejó en voz alta—.
—¡PERO, A USTEDES LOS QUIERO! —cuando terminó de decir eso, Luffy pudo escuchar claramente a Dadan llorar. Con una sonrisa en su rostro salió de la casa de los bandidos, despidiéndose de todos con un movimiento de mano.
Luffy en ese momento se encontraba en lo más remoto de la selva y para llegar al puerto, era un camino bastante largo pero, su entrenamiento no había sido una pérdida de tiempo.
—Soru* —susurró.
Corrió a una velocidad súper humana, un ojo humano normal no podría percibir seméjante velocidad y; en un santiamén llegó al puerto sin soltar una sola gota de sudor.
Al llegar al puerto Luffy pudo ver que allí casi todo el pueblo estaba reunido. Entre todas esas personas pudo distinguir a Makino y al Alcalde.
Luffy sin dudarlo se apresuró a ir con ellos, aunque su objetivo era Makino. Ella abrió los brazos invitándolo a abrazarla, Luffy ni siquiera lo pensó, él rápidamente la envolvió en un fuerte abrazo.
—Adiós, Makino. Gracias por todo. —Le susurró al oído.
Ella en respuesta lo estrujó más fuerte, Luffy realmente quería mucho a Makino. Ella fue como una especie de hermana mayor, ella siempre le inventó excusas a Garp cuando este quería lanzarlo al bosque, ella siempre lo arropó en las noches antes de que tuviera que ir a vivir a donde Dadan, ella siempre lo consintió preparándoles todo tipo de platillos con carne o simplemente variados postres, ella fue su protectora en su niñez, su todo antes de conocer a Ace y a Sabo.
Al separarse Luffy pudo ver que Makino se contenía para no llorar, a pesar de que tenía los ojos brillosos con lágrimas sin derramar.
—Cuídate mucho Luffy.
—Lo haré —le respondió con una sonrisa consoladora.
Caminó hasta el pequeño barco pesquero que era el elegido para comenzar su viaje, a diferencia del Luffy original, él sí acepto la oferta del pescador con respecto a la barcaza. Saltó al barco tambaleándose un poco, dejó su bolso a un costado y se giró para despedirse de todos.
—¡Minna!* Me voy... Hasta pronto —le sonrió a todos mientras agitaba las manos alegremente.
—¡Mocoso! —llamó el Alcalde—. ¡Será mejor que no hagas locuras!, siendo un pirata ya avergüenzas suficiente a la aldea.
—Adiós —se despidió Luffy ignorando las palabras del anciano. Luffy ya se sabía el discurso de memoria, soltó la vela y se fue alejando poco a poco, volteo a ver a la isla y todos estaban dándome ánimo—. ¡MINNA! —gritó para llamar su atención—. ¡KAIZOKU-ŌU NI! ¡¡¡¡ORE WA... NARUUUU!!!!*
Después de ese potente grito Luffy se sentó dirigiendo su vista al vasto océano, de repente el agua al lado del bote se fue turbando y de pronto salió a la superficie un rey marino.
Parecido a una anguila gigante de color marrón y dos grandes ojos rojos, era específicamente el rey marino que se había comido el brazo de Shanks.
Luffy pudo escuchar el jadeo de sorpresa y de miedo de los aldeanos cuando vieron a la criatura, pero a pesar de la amenaza Luffy estaba tranquilo. Esperó hasta que el animal se acercara lo suficiente y cuando lo hizo Luffy fijo su mirada en los grandes ojos rojos.
Luffy soltó una ola de Haki* para demostrar quien mandaba.
El rey marino se congeló en el acto, pero inmediatamente después comenzó a retroceder de puro miedo, Luffy sonrió al ocurrírsele una brillante idea.
—Espera, ven aquí —el rey marino se tensó en su lugar, pero aun así no se movió—. ¡Ahora! —ordenó firmemente, la criatura se acercó con cautela y mucho miedo—. Hoy estoy comenzando mi aventura pirata y estoy buscando nakamas* —le informó con una sonrisa. Una mano se alzó para tocar el gitanesco hocico y acariciarlo, Luffy hizo todo esto sin dejar de mirarlo a los ojos—. ¿Quieres ser mi nakama?
La incredulidad surcó en el rostro del animal.
—Te prometo que te cuidare y te protegeré de cualquier peligro, mientras yo viva nadie te hará daño ¿Qué dices? —el rey marino se alejó de su toque, Luffy pensó que rechazaría su invitación pero, la serpiente marina se acercó y comenzó a lamerle la cara dejándolo llena de baba, eso era un sí ¿Cierto?—. ¡Jajaja! tomaré eso como un sí.
Tomó una cuerda que estaba en el barco y ato un extremo en el cuello del animal y el otro extremo al mástil y así, su primer nakama comenzó a remolcarlo. Luffy volteó para ver por última vez a la isla y no pudo evitar reírse al ver las caras de incredulidad de los aldeanos.
//SALTO DE ESCENA//
Había pasado un día desde que salió de la isla para comenzar con su aventura, y no tenía ni la más remota idea de cuándo iba a encontrarse con el remolino que se había tragado a Luffy en la historia original, además estaba el detalle que el Luffy anterior no tuvo un rey marino para remolcarlo.
Y hablando de reyes marinos...
—Ahora que lo pienso necesitas un nombre —dijo, la criatura volteó su cabeza ligeramente para mirarlo—. Mmmm... ¡Ya sé! te llamaré Princesa —pudo escuchar perfectamente el gruñido que hizo su nakama, no parecía contenta con el nombre—. Sí, Princesa se quedara —dijo muy seguro, no iba a aceptar un no como respuesta al fin y al cabo se supone que él era el capitán y su palabra era ley. Escuchó un suspiro y vio a Princesa negar con la cabeza, seguro que estaba pensando en qué diablos se había metido.
Después de eso nada interesante pasó, realmente estaba aburrido y ya le comenzaba a dar hambre, su reserva de comida ya casi estaba vacía y eso que apenas había pasado un día y ya necesitaba restablecerse.
—En serio necesito a Sanji para dejar de preocuparme por la comida.
Luffy necesitaba localizar ese remolino y así poder pasar junto al barco que atacaría Alvida para poder encontrarse con Coby y Nami, se emocionaba con solo pensar en por fin conocerlos, podía usar el KenbunshokunoHaki* pero no conocía las presencias de ellos, así que sería una pérdida de tiempo y esfuerzo.
De un momento a otro pudo sentir que Princesa había cambiado el curso repentinamente y pudo ver el dicho remolino que había estado buscando.
—¡Princesa! Por esta zona debería haber un barco trata de encontrarlo.
Princesa asintió con la cabeza entendiendo la orden, miro en todas direcciones a la vez que olfateaba buscando algún rastro que pudiera seguir. Después de un par de minutos sintió un leve aroma y lo siguió, en la dirección en la que iban a lo lejos se podía ver un barco.
—Bien hecho, Princesa —elogió Luffy—. Acércate, yo subiré y tú llevaras el barco a un lugar seguro y esperaras que yo te llame —ella asintió entendiendo las órdenes—. ¡Ha! Y asegúrate de sumergirte para que nadie te vea.
Una vez estuvieron cerca del barco Luffy estiró sus brazos, tomo el barandal con las manos y salió disparado a la nave. Aterrizó sin hacer el menor ruido y observo a su alrededor notando que no había nadie a la vista, se asomó por la borda y le hizo una señal a Princesa, la serpiente marina se sumergió arrastrando el bote consigo, a simple vista el pequeño bote se veía a la deriva.
Luffy caminó por la cubierta del barco, quería ver si podía localizar a Nami, o al menos ese era su objetivo hasta que su nariz olfateó un ligero olor a comida que flotaba por el aire, como perro tras un hueso siguió el rastro, claramente tenía hambre.
Entró a lo que suponía era la cocina la cual estaba vacía, el sonido de una bala de cañón llego a sus oídos pero no le dio importancia y comenzó a buscar una bolsa para poder robar toda la comida posible, al fin y al cabo era un pirata.
—Hola ¿Hay alguien aquí? —Luffy escuchó una voz, se giró para ver a un muchacho pequeño de cabello rosa y gafas, no cabía duda... Era Coby. Trató fallidamente de contener la brillante sonrisa que se posó en su rostro.
—Si... Yo estoy aquí.
Coby dio un salto del susto.
—M-Me asu-asustaste —Tartamudeó a la vez que intentaba disminuir el latir de su acelerado corazón.
—Lo siento, no era mi intención —Luffy sonrió a la vez que se disculpaba—. Por cierto ¿Puedes ayudarme a buscar una bolsa? Es para meter comida.
—¡No es el momento para eso! Están atacando este barco, deberías huir —informó alterado.
—No me importa que ataquen este barco, mientras no me molesten a mí, ¡Ah mira! ¡Encontré una bolsa!
—Oye enano ¿Encontraste algo de valor? —preguntó un sujeto, siendo seguido por otros dos.
—Eh... pu-pues yo —tartamudeó Coby, a la vez que bajaba la cabeza.
—¿Quién eres? —preguntó uno de ellos, apuntando con una espada a Luffy.
"Malaidea", pensó Luffy.
—No tengo por qué decírtelo —le contestó fríamente, no le gustaba que cualquier desconocido usara ese tono con él, les dio la espalda y caminó como si nada al almacén de comida.
—¡Maldito mocoso! ¡No nos ignores!
Luffy no tenía que ser un genio para saber que los sujetos se le venían encima, pudo ver que Coby había cerrado los ojos del miedo, con aburrimiento usó su Haki y se escuchó uno, dos y tres golpes sordos.
—Ya puedes abrir los ojos —avisó Luffy a Coby, no pudo evitar la sonrisa al observar la cara del pequeñín al ver a los tres sujetos en el suelo.
—Increíble —murmuró con los ojos bien abiertos.
—Eran unos debiluchos, no tenían oportunidad contra mí —tal vez sus palabras se habían escuchado algo engreídas pero, mentiras no eran.
Luffy camino hasta el almacén con Coby detrás de él, una vez adentro Luffy no perdió el tiempo en llenar la bolsa de comida, a la vez que comía una que otra cosa.
—¿Quién eres tú? —preguntó Coby.
—... —Luffy consideró contestarle pero a su mente le llegaron unos recuerdos borrosos de una conversación de Sasuke y Neji—. Es descortés pedirle el nombre al alguien cuando tú mismo no te has presentado.
La vergüenza invadió a Coby— ¡Ah! lo si-siento mi nombre es Coby —se presentó haciendo una reverencia.
—No importa. Mi nombre el Monkey D. Luffy.
—Así que Luffy-san ¿Cómo hiciste para derrotarlos? —había tomado confianza muy rápido el pequeñín.
—Imponiendo mi voluntad sobre la de ellos —respondió sinceramente.
—¿Cómo? —la duda era clara en su rostro.
—Algún día lo entenderás, por cierto... ¿Quiénes están atacando el barco? Me entró curiosidad —le preguntó más para sacar conversación que por curiosidad.
—Los piratas de Alvida-sama, mejor conocida como «Alvida masa de hierro» —respondió algo temeroso.
—Ah, con que Alvida masa de hierro... Cinco millones —repitió Luffy, a la vez que pensaba en su recompensa.
—¿Eh?... Ahh... Sí, cinco millones es la recompensa de Alvida-sama —contestó adivinando lo que pensaba.
—¿Y tú eres su nakama? —Luffy ya había terminado de llenar la bolsa.
—No en realidad...
Coby le relató a Luffy que un día había salido para ir a pescar pero cuando se montó en el bote, había resultado que era de los piratas de Alvida; y desde entonces llevaba dos años trabajando para ella como su navegante haciendo todo tipo de trabajos a cambio de que no lo mataran.
—Sinceramente eres un completo idiota —Luffy no dudó en decir eso—. ¿Por qué no has huido?
—Me da muchísimo miedo.
—Tu definitivamente no eres un cobarde —Coby lo miró sorprendido—. Eres una gallina.
Bajó la cabeza deprimido— Puede que tengas razón —murmuró bajito, a Luffy le salió una gotita en la cabeza, tal vez había sido muy rudo con él—. Luffy-san ¿Por qué estás aquí? ¿Qué te hizo salir al mar?
Voy a ser el rey de los piratas —contestó mecánicamente, sin siquiera pensarlo—.
La cara de Coby era muy graciosa, tenía la boca abierta a más no poder y una mirada de incredulidad, esa expresión no tenía precio, Luffy maldijo el momento en que dejó su Den-Den Mushi* con cámara incorporada en el bolso.
—¿¡QUÉ!? ¡Rey de los piratas! Espera... ¡Luffy-san! ¿Eres un pirata? —preguntó alterado, definitivamente perdiendo los estribos.
—Sí, soy un pirata, él que se convertirá en el rey de los piratas y encontrara el One Piece.
—Eso es imposible, imposible, muy imposible, realmente imposible —Coby comenzó a repetir apresuradamente. Con una venita en la frente Luffy le propino un coscorrón que llevo al pequeño besar el suelo—. ¿Por qué me pegaste? —un chichón comenzó aparecer.
—Porque colmaste mi paciencia, agradece que no te di más fuerte —el menor de los Monkey tomó aire para calmarse, tomó a Coby por el cuello y lo ayudo a sentarse—. Mira, yo hago esto porque quiero y no me importa morir en el intento.
Y eso era verdad, cuando llegó a ese mundo no estuvo nada contenta en estar en el cuerpo de un hombre y mucho menos que ese hombre fuera Monkey D. Luffy. El protagonista de la historia y peor aún tener que cumplir con la meta de ser el rey de los pitaras.
Pero no contó que conocer a Shanks le haría cambiar de opinión, él quería cumplir con la promesa que hizo con el pelirrojo. No, iba a cumplir con la promesa de convertirse en el rey de los piratas y nadie le iba a quitar ese título, así tuviera que machacar a todo aquel que se atravesara en su camino.
Además, no sobrevivió al horrible e infernal entrenamiento de Garp los últimos tres años por nada, es más estaba seguro de que podría hacerle frente a cualquiera de los tres Almirantes de la Marina, no creía derrotarlos pero ellos, ilesos no saldrían de la batalla.
—Me pregunto si yo también puedo hacerlo —esas palabras sacaron a Luffy de sus pensamientos.
—¿Qué cosa? —no tenía ni idea de que estaba hablando.
—Unirme a la Marina —contestó Coby. Y Luffy ya veía hacia donde se dirigía la conversación—. ¿Crees que puedo hacerlo?
—No lo sé —lo miró a los ojos—. Eso es algo que solo tú... —lo señaló con el dedo índice—. Decides... El que lo logres o no, depende de ti, tienes que esforzarte por tus sueños, porque nadie más lo hará por ti.
—¡Es verdad Luffy-san! —Coby mostró una mirada de decisión—. Lo haré, saldré de aquí y haré mi sueño realidad.
—Ya veo —contagiado por la emoción de Coby, Luffy sonrió—. Pues te ayudaré a salir de aquí, vayámonos.
Luffy tomó la bolsa de comida colocándola sobre un hombro y ambos salieron de la cocina, aunque se tardaron un poco ya que Coby dijo que fueran cautelosos para no encontrarse con ningún pirata, subieron a la cubierta del barco pero su camino fue bloqueado por una mujer verdaderamente gorda.
"¿Cómo demonios puede estar de pie?", se preguntó mentalmente Luffy.
—Coby —siseó la mujer—. ¿Qué estás haciendo? —preguntó, Coby dio un chillido de terror y se ocultó detrás de Luffy.
—Coby ¿Quién es esta gorda? —preguntó Luffy señalándola, ya se imaginaba quien era.
Todos los piratas reunidos dejaron caer su mandíbula hasta el piso y los ojos se le salieron, toda la escena era bastante cómica.
"¡En serio! ¿Dónde está mi cámara cuando la necesito?", pensó Luffy.
—¡Maldito Mocoso! —gritó Alvida furiosa.
Ella levantó su brazo derecho donde su mano sujetaba un gran mazo de hierro, lanzó el arma en dirección al sombrero de paja, pero él lo sujeto con su mano desnuda antes de que impactará en su cabeza. Bostezo con aburrimiento, aunque era más teatro que otra cosa.
—Eso es peligroso, podrías haberme despeinado el cabello o peor, dañar mi sombrero —en su otra vida fuera sido peor dañar su cabello pero, ahora tenía en su poder el sombrero de paja que todo otaku* y admirador de One Piece desearía tener, así que lo tenía que cuidar con su vida.
—Una persona normal se preocuparía por el daño de su cabeza, no por despeinarse el cabello o dañar un viejo sombrero —dijo la mujer mientras alejaba el mazo.
—Lo siento, no soy una persona normal y no tiene nada de malo que me preocupe por mi apariencia —contestó Luffy a la vez que jugaba con unas hebras de cabello.
Pueden que la sacaran de su cuerpo de mujer para meterlo en el cuerpo de un hombre pero jamás sacarían a la mujer que había en su interior.
—¿Quién eres tú?... ¿Qué haces aquí?... ¿Eres el caza recompensas Roronoa Zoro?... ¿Vienes por el dinero de mi cabeza?
—Demasiadas preguntas a la vez mujer, y para comenzar es de mala educación preguntar el nombre de alguien cuando nos has dicho el tuyo.
—Que insolente —Alvida sonrió—. Pero me agradas, Coby dile quien soy.
—E-Ella es Al-Alvida-sama la mujer más fuer... —Coby se calló de repente, recordando las palabras de Luffy, con una mirada valiente se enfrentó a la mujer—. Ella es Alvida, la mujer más fea y gorda número uno del mundo.
—JAJAJAJAJAJAJAJA —la risa invadió a Luffy cuando al ver el rostro contraído de Alvida.
"¡Por Enel! Después de esto, no voy a volver a salir sin mi cámara", pensó Luffy sin dejar de reír.
—¡Muere!
Furiosa la enorme mujer apuntó su mazo de hierro en dirección a Coby, Luffy dejo de reírse y sin perder el tiempo tomó a Coby con su mano izquierda y con la derecha tomó la bolsa con la comida, dio un gran salto hacia atrás esquivando el golpe, el cual había abierto un gran hoyo en la madera.
Por el rabillo del ojo Luffy observó a una muchacha de cabellos naranjas que cargaba una gran bolsa, sonrió, esa era Nami, soltó sus cargas.
—Alvida para contestar tu pregunta yo soy Monkey D. Luffy el hombre que se convertirá en... ¡El rey de los piratas!
—¡Grrrr! —gruñó la mujer corriendo en dirección a Luffy con su mazo en alto.
—¡GomuGomu no Pisutoru*! —el brazo de Luffy se alargó golpeando el mazo destruyéndolo; y en el proceso golpeando a Alvida en el estómago mandándola a volar como una estrella fugaz.
Lo último que vio Luffy de ella fue el destello que apareció en el horizonte, todos los piratas lo veía incrédulos. Liberó un poco de Haki controlando a quien darle, esto era un poco difícil pero no imposible; y así poco a poco cada uno de los integrantes de la tripulación pirata cayó inconsciente con excepción de Coby.
—¿¡Eh!? ¿Por qué están inconscientes? ¿Eso fue lo que pasó allá bajo? ¿Luffy-san? —preguntó realmente consternado Coby.
–Sí —contestó rascándose la cabeza, Luffy estaba incómodo—. Pero es un secreto así que no se lo puedes decir a nadie —le dijo seriamente, no quería que nadie se enterara que podía usar el Haki, bueno por lo menos hasta que llegara al Grand Line.
—¿Por qué?
—Eso es por qu... —no pudo terminar la frase porque una bala de cañón cayó justo al lado del barco meciéndolo violentamente—. ¡Mierda!, ¡Es la marina! —tomó a Coby del cuello con una mano arrastrándolo antes de que dijera otra cosa más. Con la mano libre tomó la bolsa de comida y comenzó a correr a otro extremo del barco—. Coby espérame hasta que regrese.
Luego de decir eso lo soltó al igual que la bolsa, Coby gritó en la caída hasta que aterrizo en un pequeño bote, donde estaba una mujer de cabellos naranjas. Luffy se quitó la chaqueta y también la lanzó.
—Coby, coge mi chaqueta, ya vuelvo —le sonrió, se dio la vuelta y vio tres buques de la marina, podría simplemente huir de ellos pero necesitaba comenzar a armar una reputación y que mejor que empezando por destruir tres buques llenos de marines—. ¡GomuGomu no Roketto*! —salió disparado y aterrizó en uno de los barcos.
—¿Quién eres tú? —preguntó un marine.
—Soy Monkey D. Luffy el hombre que se convertirá en ¡El rey de los piratas! —al terminar de decir su frase estiró su puño y mandó a volar al marine.
—¡ATAQUEN! —gritó un marine, y a continuación un número considerado de marines salieron de todas partes del barco.
—Será divertido —susurró a la vez que saltaba en el aire—. ¡GomuGomu no Ono*! —estiró una pierna hacia el cielo y luego la llevó hacia abajo provocando un gran golpe en el barco destruyéndolo por completo—. Geppo*
Luffy saltó en el aire dejando a más de uno con la boca abierta, se dirigió hacia el siguiente barco, los disparos comenzaron de un momento a otro, impactando en su cuerpo para luego revotar y golpear a los que dispararon.
Al ver que las pistolas no servían los marines dispararon los cañones, Luffy recubrió sus piernas en Haki, a pesar de que aún le resultaba difícil controlar el recubrimiento en cualquiera de sus extremidades, y aún más difícil en dos, podía mantener el recubrimiento por unos minutos.
Aún en el aire la chica reencarnada comenzó a patear las balas en dirección a los barcos destruyéndolos a todos, entre saltos en el aire regreso al barco. Una vez en la cubierta corrió hasta el extremo donde deberían estar Nami y Coby, lo cual debería ser entre ese barco y el barco del Alvida.
Cuando llego a la barandilla bajo la mirada y pudo ver a ambos, aunque parecían que estaban discutiendo. Cuando iba a saltar se le ocurrió algo. La tripulación de Alvida estaba inconsciente y posiblemente lo estarían por horas, y la capitana estaba volando, solo Enel sabría donde se encontraba ahora, así que el barco estaba solo, los ojos de Luffy se convirtieron en estrellas.
Luffy estiró sus brazos enrollándolos alrededor de Nami y Coby, ambos estaban muy sorprendidos; soltó una risa y los subió dejándolos en el barco pirata, volvió a estirar sus brazos una vez más hacia abajo para subir las bolsas y colocarlas en la cubierta una vez hecho esto, él saltó hacia ellos.
—¿¡Qué significa esto!? —preguntó muy molesta Nami.
—Sí, Luffy-san ¿Qué está pasando?
—Es que lo estuve penado, para que huir en esos pequeños botes cuando nos podemos ir en este barco —contestó con una gran sonrisa.
—¡Eh! ¿Quieres robar el barco de Alvida-sa... —se corrigió Coby—. ¿De Alvida?
—Claro, al fin y al cabo ella no está aquí y su tripulación esta inconsciente ¿Qué dicen? —Luffy dirigió su vista a Nami–. Por cierto soy Monkey D. Luffy ¿Tú eres?
—Soy Nami, pero no comprendo muy bien ¿Por qué debería ir con ustedes? —preguntó cautelosa.
—Tendrás más posibilidades de huir conmigo a tu lado, además yo hice eso —apuntó a los tres barcos en llamas y envueltos en humo que se hundían, las mandíbulas de Coby y Nami cayeron al suelo y sus ojos se salieron, Luffy tuvo que morderse la lengua para no reírse a carcajadas, fue un terrible error no traerse la cámara, jamás superaría el hecho de haber presenciado reacciones tan valiosas y no haberlas fotografiado.
—Tú-Tú... Hi-hiciste e-eso —tartamudeó Nami.
—Sí, y estoy seguro de que llamaron refuerzos, por lo que no podemos quedarnos más tiempo aquí.
—Es-Esta bi-bien —sonrió ante la afirmación de la chica—. Por el momento suban en ancla y desplieguen las velas que nos vamos —ambos hombres parpadearon confundidos—. ¿¡Qué esperan!? ¡Ahora! —dijo con voz mandona.
Luffy corrió en dirección donde estaba el ancla para comenzar a subirla, mientras que Coby se encargaba de desplegar la vela, lo siguiente que sucedió fue una locura para todos, Nami daba órdenes a diestras y siniestras, todo había resultado bastante difícil, navegar un barco tan grande con solo tres personas.
Al final habían conseguido atrapar una corriente de aire que los fue alejando poco a poco— ¡Mierda! —exclamó Luffy al recordar que le faltaba un nakama.
—¿Sucede algo Luffy-san? —preguntó Coby.
—Sí, se me olvido alguien —dijo con una gotita en la cabeza.
—¿¡Qué!? No pienso dar la vuelta me oyes —habló la navegante cruzándose de brazo.
—No creo que tengas que hacerlo, con que me escuche todo estará bien.
—¿Qué quieres decir con que téescuche?
—Ya lo verán —Luffy tomó la barandilla del barco y dio una gran bocanada de aire—. ¡PRINCESAAA! —gritó con todas sus fuerzas.
—Luffy-san... —el tonó de voz de Coby era preocupado.
—¿Estás loco? —preguntó Nami con los brazos cruzados.
A lo lejos se podía ver un pequeño barco pesquero acercándose.
—Ya viene —señaló al barco Luffy.
—¿Eso es un barco pesquero? —preguntó incrédula la ladrona.
—Parece que si —le confirmó el pequeño del trío.
Cuando el barco estuvo al frente de ellos, Luffy se giró y los miro a ambos— Nami, Coby, no quiero que se asusten.
—¿Asustar? —dijeron al mismo tiempo, dando un paso atrás.
—Así es, quiero presentarles mi nakama, Princesa —al terminar de decir el nombre Luffy escuchó un fuerte sonido de algo saliendo del mar y también pudo sentir pequeñas gotas de agua caer desde arriba, al alzar la cabeza pudo observar la majestuosa figura de su querido rey marino—. Princesa, quiero presentarte a Nami y a Coby.
Ambos soltaron un chillido de miedo y se abrazaron cayendo al suelo llorando a mares muy asustados, Princesa acercó su cabeza y lamió la cara de cada uno llenándolos de baba, él mugiwara* supuso que esa era su forma de ser amable.
Princesa se acercó a su capitán en busca de cariño— Yo también te quiero, hiciste un buen trabajo al seguir mis órdenes —palmeó su cabeza—. Princesa no se los va a comer, así que no tiene por qué tener miedo ¿Verdad? —preguntó viendo al animal el cual asintió con la cabeza, ante eso ambos se calmaron un poco.
Nami se paró de repente y se colocó delante de Luffy con las manos en las caderas, se podía ver claramente que estaba moleta.
—¿Quién rayos eres tú? Como para tener a un rey marino de mascota.
Ese comentario le molestó un poco a la chica reencarnada; y por el gruñido de Princesa supuso que se encontraba igual que él.
—Princesa no es una mascota, es un nakama.
—Eso no quita el hecho de que esta domesticado, además, ¿Quién le pone a un rey marino Princesa de nombre? —contraatacó cruzándose de brazos, esta vez Princesa le dio la razón a Nami.
"¿De qué lado estaba Princesa? Además ¿Qué tenía de malo el nombre Princesa?", pensó Luffy confundido.
—En fin, dejemos esta conversación para después, vámonos antes de que la marina llegue —dijo el capitán para terminar esa absurda plática.
A pesar de todo lo ocurrido, todo había terminado relativamente muy bien, lo único que necesitaba ahora era convencer a Nami de ser su navegante e ir a la isla donde se encontraba Zoro.
"Sí, todo comenzó de maravilla", pensó el capitán con una sonrisa.
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Aclaratorias:
Grand Line: Gran Línea.
Red Line: Línea Roja.
Soru: Afeitar / Movimiento veloz imperceptible.
Minna: Todo el mundo.
Kaizoku-Ōu Ni Ore Wa Naru: Seré el rey de los piratas.
Haki: Es la capacidad de sentir y utilizar la energía espiritual. Se puede traducir también como: ambición, fuerza de voluntad, unidad, aspiración etc.
Nakama: Amigos, camaradas etc.
Kenbunshoku no Haki: Otorga a los usuarios un sexto sentido del mundo que los rodea e ilimitada capacidad cognitiva.
Den-Den Mushi: Son animales que constituyen el principal método de comunicación en el mundo de One Piece. Existen unos diez tipos diferentes que sustituyen a los teléfonos, faxes y cámaras.
Otaku: Persona que es aficionada al anime y manga.
GomuGumo no Pisutoru: Pistola de Goma.
GomuGomu no Roketto: Misil de Goma.
GomuGomu no Ono: Hacha de Goma.
Geppo: Paso lunar / Salto en el aire.
Mugiwara: Sombrero de paja.
Nota de Autor:
Capítulo reescrito.
Beta:
Besos.
SaraDragonil1
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