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-Yū Nishinoya-


Nota: ambientado en la primera temporada.

El sonido de los balones rebotando era lo que reinaba en la cancha, pronto sería el torneo de primavera y cada miembro del equipo de Karasuno se estaba esforzando al máximo para mejorar su técnica. 

— ¡Hinata!, levantas demasiado la cadera — le reprendió Kageyama después de fallar una recepción.

Sin embargo, cuando este fue a responder se vio interrumpido por las respiraciones profundas del profesor Takeda, al parecer había ido corriendo. En cuanto el resto se dio cuenta de su presencia se reunieron entorno a él, dejándolo en el centro.

— ¡Chicos!, he conseguido un partido de prácticas — anunció con la voz entrecortada por el cansancio.

— ¡Genial! — varios gritos de emoción salieron de Nishinoya, a quien pronto se le unieron Hinata y Tanaka.

Mientras unos celebraban y otros se cuestionaban contra quien jugarían el profesor buscaba en sus hojas el nombre del equipo rival, el cual le resultaba especialmente difícil de recordar al no ser japonés.

— Bien, aquí está... — el resto quedó en silenció a la espera de quienes serían sus contrincantes —. El equipo Estrellas Fugaces.

— Ese nombre no parece de ningún lugar cercano, ¿de dónde son? — cuestionó Daichi.

— Al parecer es un equipo europeo.

La sorpresa era fácilmente perceptible  en los rostros de los jugadores, sería la primera vez que jugarían contra un equipo no japonés y se preguntaban si sus técnicas eran muy diferentes.

— ¿¡Eh!?, ¿Qué hace aquí un equipo europeo? — preguntó Tanaka dirigiéndose al profesor.

— Su representante me llamó, parece que están aquí de vacaciones pero no querían pasar tanto tiempo sin entrenar, así que intento contactar a varias escuelas para un partido de práctica. Debió costarle bastante, según me dijo hemos sido los únicos que han aceptado.

Sugawara se dio cuenta del nerviosismo que reinaba entre sus compañeros, todos estaban preocupados por no saber con que se encontrarían. Era un partido completamente a ciegas.

— Podemos con esto, incluso si sus jugadas son nuevas nos adaptaremos y ganaremos — dijo, haciendo que su equipo sonriera y compartiera miradas cómplices.


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El día del encuentro llegó y daría lugar en su mismo gimnasio, después de todo era el único lugar disponible que tenían. Shimizu se encargaría del contador. Por fortuna también encontraron un arbitro en el último momento.

— ¡Atentos!, los rivales estarán aquí dentro de poco así que vamos a ir practicando recepciones — anunció el entrenador Ukai, aunque no se encontraba en el gimnasio cuando el profesor dio la noticia no dudó en apuntarse cuando se enteró.

Pasaron algunos minutos cuando dos desconocidos hicieron aparición en el lugar. De inmediato el profesor se percató de ello yendo a recibirles. 

— ¿Nikola? — preguntó, buscando a quien se había puesto en contacto con él.

— Sí, ese soy yo — respondió sonriendo —. Usted debe de ser Takeda.

El profesor asintió para confirmar que no se equivocaba.

— Buenas tardes, yo soy Daniele, entrenadora del equipo — se presentó la otra figura al lado del Nikola.

— Déjenme presentarles al equipo de Karasuno, ¡chicos! — con un gesto llamo la atención de estos, quienes una vez cerca realizaron las presentaciones pertinentes.

Takeda y Nikola mantenían una conversación animada, mientras que entrenador y entrenadora se retaban con la mirada, ninguno estaba dispuesto a perder ese partido. Para Karasuno iba a ser su primer enfrentamiento con un equipo no japonés, pero para Estrellas Fugaces iba a ser el primero contra uno no europeo.

—  Disculpe entrenadora Daniele, pero... — interrumpió Azumane, quien se encontraba ansioso por saber como eran sus oponentes —. ¿Dónde está su equipo?

— Oh, les pedí que esperaran fuera por si nos habíamos equivocado de lugar, ahora mismo les llamo. 

Esta se asomó al umbral de la puerta y miró a su alrededor, hasta que ubicó a su equipo y lo llamo.

— ¡Chicas!, ¡Podéis pasar!

— Espera... ¿ha dicho chicas? — susurró Nishinoya para sí mismo y, aunque fue el único que habló, todos se encontraban igual de pasmados.

Estrellas Fugaces no tardó en entrar, pasando cada jugadora detrás de otra, mientas que el equipo masculino las observaba con un ligero sonrojo.

— Son guapas — dijo Tanaka en voz baja, de manera que solo Nishinoya le escuchara.

— Sí, pero no tanto como Shimi... — fue a responder, pero una de las jugadoras le había quitado el  habla.

Por otro lado, el profesor se dirigía al representante con molestia por no haberle informado de que se trataba de un equipo femenino.

— Si se trataba de un equipo femenino hubiera sido mejor que contactara con el mismo de esta escuela.

— Lo intenté, pero como le dije por teléfono usted fue el único que aceptó y una vez aquí no cancelará el partido, ¿verdad? — respondió Nikola con algo de arrogancia.

— Eso lo decidirán mis jugadores.

— Está bien — habló Daichi adelantándose al resto —. Independientemente de que sean mujeres el partido debería seguir sirviendo para practicar, ¿están de acuerdo? — preguntó al resto de los miembros, recibiendo un asentimiento de su parte.

Cada equipo se marchó a realizar el calentamiento, sin embargo, dos personas no podían evitar mirar a la otra con desagrado.

— Más les vale a tus chicos no reservarse porque sean chicas — advirtió Daniele a Ukai.

— No lo harán.

El tiempo pasaba y el calentamiento iba llegando a su fin, era hora de que comenzara aquel inesperado partido. Cada equipo se reunió con su entrenador para discutir la alineación inicial, donde cada jugador se ocuparía la posición que tomaba habitualmente. Una vez colocados su atención variaba entre los rivales, unos intentaban averiguar quien era más peligroso mientras otros solo esperaban al pitido de salida. Sin embargo, la mirada de Nishinoya estaba centrada en una única jugadora colocada en la línea delantera, la misma que había capturado su atención momentos antes.

El primer saque fue a manos de Daichi, quien mandó el balón en dirección a una jugador de la línea trasera, para la cual no fue problema pasarlo a su armadora y que esta levantara el balón justo delante de Hinata. Los chicos se encontraban expectantes de quien remataría cuando aquella chica que tanto observaba Nishinoya saltó, al igual que Kageyama, Tanaka y Hinata, formando una defensa consistente. Parecía que aquel remate iba a ser imposible, hasta que el  balón pasó entre un hueco de los bazos de Hinata  se dirigió a la esquina delantera izquierda, donde ni siquiera Nishinoya llego a salvarlo.

Las expresiones de asombro no tardaron a aparecer en los rostros masculinos, aquello les había pillado por sorpresa, no solo atravesó la barrera sino que también dirigió el balón al único punto descubierto de la cancha. Puede que no fuera especialmente alta, pero con su técnica no le era necesario.

— ¡Hey, tú! — gritó Nishinoya señalando a la chica —. ¡Eso ha sido impresionante!, ¿Cómo te llamas?

— _____ — respondió ella.

Con ese nombre en mente, el líbero se encontraba realmente motivado: "No sé como has hecho eso, pero a la próxima lo pararé", pensó. Mientras tanto el entrenador Ukai se encontraba confuso, sabía que mientras Hinata estuviera en la línea delantera podría haber huecos en la barrera, pero si lo cambiaba perderían mucho poder ofensivo, no sé percato de como Daniele le miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

Era el turno de saque de Estrellas Fugaces, sin embargo, el balón volvió a no durar mucho en juego debido a uno de los ataques divinos de Kageyama y Hinata dejando al equipo femenino con la misma expresión que habían tenido ellos momentos antes. "Así es, nosotros también tenemos un arma", pensó Nishinoya con los ojos puestos en aquella chica, a la cual se la notaba especialmente molesta.

Punto a punto fueron anotando ambos equipos, el patrón era siempre el mismo, mientras Hinata y ______ estaban al frente estos no tenían demasiada dificultad en anotar y cuando se encontraban en la línea trasera el resto de jugadores estaban demasiado igualados tanto en técnica como en fuerza como para conseguir una gran ventaja. Así fue como llegaron a un marcador de 24-23, donde Estrellas Fugaces iba en cabeza.

Aunque todos parecían estar satisfechos por la dirección que había tomado el partido, especialmente los entrenadores por el esfuerzo que debían poner sus jugadores, alguien no lo estaba. Nishinoya no había podido parar ninguno de los remates de la chica, era como si supiera exactamente a que puntos no iba a poder llegar.

— Así es nuestra rematadora, siempre hay un hueco libre y ella lo encuentra — dijo Daniele en alto, a propósito para que Ukai la escuchara.

Este no respondió a la provocación, ya había usado un tiempo muerto para intentar detener esos ataques pero había sido en vano.

— ¡Si hay un hueco libre yo lo taparé! — alzó la voz Nishinoya, quien también la había escuchado.

— No puedes — repondió la rematadora —. Se llama hueco libre por algo, ni corriendo con todas tus fuerzas llegarás.

— ¡Eso ya lo veremos!, ¡detendré tus remates cueste lo que cueste!

Ella no se molestó es responder, mientras que Nishinoya tenía en mente las palabras que le dedicó Daichi al equipo tiempo atrás: "Nadie es invencible". Acto seguido, la rematadora volvió a anotar consiguiendo el set, había llegado tarde otra vez.

El segundo set no se diferenció demasiado del primero, el equipo masculino intentaba bloquear los remates de la chica sin éxito, al igual que el femenino con los de Hinata. De esta manera, se volvieron a encontrar con la puntuación de 24-23. ______ estaba preparada para marcar el match point  y acabar con aquello, el balón se dirigía al suelo a todo velocidad cuando unos brazos lo detuvieron. Esta vez, cuando recuperaron el balón fue una de sus compañeras quien marco y finalizó el partido. 

Mientras todos los jugadores se retiraban de la cancha había dos que se  encontraban hipnóticos mirándose el uno al otro. "La ha parado, ¿a caso me equivoqué?", se repetía la chica en su cabeza constantemente. Por otro lado, Nishinoya la observaba orgulloso, habían perdido pero también había aprendido a moverse más rápido gracias a ella. Al final aquel partido no solo sirvió para practicar como dijo Daichi, también para mejorar.


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Habían terminado de recoger y ambos equipos se encontraban en las afueras de la escuela preparados para marchar. Puede que nadie lo dijera en voz alta, pero todos habían disfrutado de aquel partido y el hecho de que probablemente no volverían a enfrentarse les entristecía.

— ¡______! — llamó Nishinoya a la rematadora, quien ya había dado la vuelta para empezar a marchar —. Da igual el tiempo que pase, la próxima vez detendré todos tus remates.

— Eso me gustaría verlo — respondió con un tono amable que no había usado antes, sorprendiendo al chico — Así que asegúrate de no retirarte hasta que nos volvamos a encontrar.

Y con esas palabras cada uno se fue por su lado, deseando que sus caminos se cruzasen de nuevo.


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