Barley se levantó del piso, mientras que algunos aplausos de los pocos trabajadores que no pudieron salir huyendo.

Esas personas se acercaron a los chicos felicitándolos, Barley sentía una sensación interna de felicidad que lo inundaba por dentro era la primera vez que le felicitaban así y lo mismo decía de su hermano.

-genial ya no tenemos que derrumbar la fuente-dijo un sátiro

-pero aún toca reparar esa escuela- dijo otro entre risas.

-oye chico- irrumpió un trol enorme golpeando levemente el hombro de Barley.- tenías razón no debíamos derrumbar esa fuente, el dragón nos hubiera comido.

-hay que hacer un informe de esto, nadie lo creerá-

-tranquilo lo grabe todo con mi teléfono-

- y tú tienes que enseñarme eso- le dijo una sátiro a Ian

-ah sí, hablando de eso, ay algo que tengo que hacer -Ian comenzó a moverse entre la gente, Barley no sabía lo que estaba haciendo, el elfo intentó ponerse de puntitas para alcanzar a ver pero la gente no se lo permitió.

-tienen que contarnos la historia completa-

-¿de dónde sacaste la espada?-

-de una tienda de empeño, pero no es nuestra es prestada-

-muy padre, pero debo irme- dijo otro elfo- si llegó temprano me darán amor

-a mí no me darán amor, pero mi esposa me va a matar si llegó tarde-

Los trabajadores comenzaron a dispersarse, mientras que Barley veía a su hermano regresar sosteniendo la gema fénix en su mano.

El elfo corrió hacia su hermano para abrazarlo con fuerza.

-lo hiciste-le dijo sonriendo dejándolo de abrazar y poniendo sus manos en sus hombros.

-bueno lo hice gracias a tu ayuda... por cierto- dijo mientras que revisaba sus bolsillo sacando un cuaderno.

-¿Qué cosa?-

Ian sacó la libreta con la lista de cosas por hacer que había escrito.

-mira-El joven elfo se la mostro, Barley vio como casi todas las cosas estaban tachadas por una línea de en medio, lo que quería decir que ya había renunciado a ella.

-oye, que te acabo de decir, ya tenemos la gema, solo hay que...

-no, no Barley mira bien al inicio-

Barley miro la hoja con más detenimiento Ian había palomeado toda la lista de las cosas que planeaba a hacer con su padre.

-¿Cómo?...- Barley sacudió su cabeza no entendía- no entiendo.

-todo eso todo lo que escribí en esa lista lo hice a lo largo del día de hoy y de ayer, mira sé que actué mal hace rato pero, cuando vi esa hoja y recordé todo eso me di cuenta de algo, mira yo no recuerdo a papá y tú tienes... un recuerdo muy doloroso atorado, mira no sé cómo hubiera sido si papá hubiera estado con nosotros, pero si como somos ahora, quizás no lo tenemos pero si nos tuvimos el uno al otro y pese a lo de anoche, me di cuenta de que te necesitaba a ti y... no pude verlo hasta ahora-

A Barley no se le había ocurrido todo lo que Ian le estaba diciendo, él siempre había visto a Ian como alguien especial a quien cuidar y a quien enseñarle, aunque se portara de forma muy ruda con él.

-si... te tardaste mucho aunque tampoco lo hice bien, fui demasiado rudo contigo desde pocos años para acá, quizás fue mi rabia interna, no lo sé y no debí.

Ian se quedó callado unos segundos antes de ver la piedra fénix en su mano y decir.

-crees que él lo sepa-

-¿Quién? ¿Qué cosa?-

-papa, sabía lo que iba a pasar y que viviríamos así, digo quizás vio el futuro y con lo de la carta quería que reviviéramos al otro mago de la maldición y que entre ambos lo venciéramos...

-y que fuéramos a buscar la otra gema fénix- terminó de decir Barley la frase de Ian- eso hay que averiguarlo-

-y se enojará, cuando le digamos que somos gay-

-eso también lo sabremos dentro de poco.

-bien entonces- Ian levantó el báculo y lo colocó dentro de la gema fénix en el báculo, cuando la base del báculo comenzó a calentarse y a brillar con una luz roja, la luz roja lo recorrió todo, Ian antes de explotar, Ian sintió el dolor de la madera explotando en su mano antes de soltarlo de forma instintiva.

-pero que...

Barley sintió como comenzó a flotar en el aire y como se elevaba tres metros antes de caer al piso en una dolorosa caída boca abajo con suerte el césped estaba suave.

Antes de que Ian pudiera reaccionar su cuerpo quedó completamente inútil mientras que comenzaba a flotar hacia atrás.

-vaya, sí que tardaron mucho en llegar- dijo Caleb que había aparecido junto a ellos sin que los hermanos lo vieran llegan, ya que había removido el hechizo de invisibilidad que había levantado.

Barley se levantó del piso colocando sus manos en el césped antes de impulsarse hacia arriba y poder levantarse, instintivamente el elfo hizo además de buscar la espada.

-¿buscabas esto?-preguntó el hechicero haciendo levitar mediante magia la espada.

-¡dámela!-

-no lo creo.

Caleb hizo levitar a la madre de ambos hermanos colocándola al lado del hermano menor antes de proseguir.

-tú tienes algo que yo quiero, obvio que vas a regresármelo.

Con otro hechizo Caleb hizo levitar la gema fénix que estaba en el piso.

-esto es muy simple, un intercambio, una gema por otro, dame la gema vampiro y yo te doy la gema fénix, si no me la entregas...- la espada comenzó a girar dirigiendo su punta hacia Laurel-los convierto a ambos en huérfanos-

Barley sintió como todo el mundo se le caía, se había olvidado de él y que sabía dónde vivía, no se le ocurrió en ningún momento que iría a buscar a su madre, Ian tenía razón al no confiar del todo en él ahora no solo no tendría su padre iba a perder a su madre, no Ian también la iba a perder.

-no te decides, bien te ayudare, diez, nueve, ocho.

-¡tú ganas!-

Barley metió la mano en el bolsillo de su chaleco de ahí saco la gema, estiro la mano entregándosela al mago.

Caleb uso la magia para hacer que la gema vampiro volara de la mano de Barley a su propia mano y que la gema fénix volara a la mano de Barley.

Barley cerró la mano y guardo la gema fénix en el bolsillo.

-¡bien déjalos ir!-

-oh no creo, esa fue la primera parte del trato, veras, necesito a alguien a quien quitarle la vida para que pase a ser mía, pero no sé a quién elegir- volteó a ver a sus rehenes- al chico- volteó a ver a Ian, o la madre- volteó a ver a Laurel.

Barley sintió como el miedo lo dominaban sus pies temblaban y no podía moverse, no podía reaccionar, estaba inmóvil y la culpa lo recorría.

-por qué no eliges por mí, hazlo y seré yo quien reviva a Wilden Ligthfooot, o a cualquiera de ellos dos y si me juras lealtad buscaremos otras gemas fénix para regresarlos a la vida una vez más y otras gemas vampiro para que vivan los cuatro juntos como familia por más tiempo, aunque no te garantizo nada-dijo mientras que comenzaba a reírse

El elfo comenzó a respirar de una forma acelerada, Barley temblaba, sintió como comenzaba a orinarse del miedo la presión era mucho.

-el tiempo corre Barley así que te ayudo, diez, nueve,

La mirada de Barley se fijó en su mamá que no tenía la culpa de nada y que los había cuidado a ambos desde toda la vida

-ocho-

Luego se fijó en los ojos de Ian a quien había protegido toda su vida y a quien ahora quería más que a nadie.

-siete-

No había garantía de que Caleb fuera a revivirlos y si optaba por esa opción Barley estaba seguro de que todos quedarían decepcionados de ellos.

-seis-

-¡a mí!-

-sin... ¿Cómo, cómo?-

-to... toma mi vida ¡déjalos en paz!-

-excelente elección-

-bien pero antes de eso, necesito que le des la gema fénix a uno de ellos porque desaparecerás junto con ella al momento de lanzar el hechizo.

Barley sacó la gema fénix de su bolsillo y Caleb comenzó a hacerla levitar hacia su mano, el hechicero el dejo flotando en el aire.

-para que veas que no hay truco, ahora-

El hechicero colocó la gema vampiro en el báculo y la apuntó hacia Barley.

-vitalia transferil-

-ahora debes ofrecer tu vida-

El báculo de Caleb comenzó a llevar la magia hacia la gema que comenzó a brillar.

-ahora repite después de mi... yo Barley Lightfoot ofrezco mi vida

-yo... Barley Lightfoot ofrezco mi vida-

Caleb iba a continuar cuando un pesado cuerpo que nadie vio venir choco contra el derribándolo al piso y el báculo de mago también cayó al piso dejando de brillar junto con la gema vampiro.

Esa cosa fuera lo que fuera cayó boca arriba en una zona poco apartada de dónde estaba el césped suave.

-uy mi espalda- dijo Corey

-carajo, no pude adivinar que este se pondría difícil- se quejó Caleb mientras que se ponía de pie, en esoo su mirada se fijo en el atardecer que estaba a punto de llegar.

-¡no!-

Este se volteó de un lado a otro buscando su báculo en el piso, hasta que se dio cuenta de que estaba justo dónde fue emboscado, el hechicero comenzó a correr hacia el.

Barley tardó unos segundos en reaccionar no sabía lo que estaba haciendo solo supo que de repente avanzó y agarró el báculo de Caleb.

-¡bien chico pásame el báculo para lanzar el hechizo!-

Caleb corrió lo más rápido que pudo para alcanzar a Barley, pero el elfo sin pensarlo lanzo el báculo con todas sus fuerzas hacia un lado dejándolo caer hasta el patio de la escuela, fuera del alcance de Caleb, quizás si le daría tiempo de alcanzarlo pero no de lanzar el hechizo.

-¡No!-

-hagamos un trato yo libera a mi familia del hechizo y correré para traerte el báculo después lanzaras el hechizo o te romperé la cara, al fin y al cabo el hechizo es de larga distancia alcanza los cien metros-

La cara de Caleb se puso roja de toda la furia que tenía, era obvio que eso no era verdad el hechizo no funcionaba así debía estar a unos cinco metros de distancia a o mucho.

-¡traidor!-

Caleb vio con horror como su única esperanza se había esfumado, volteó a ver el solo su día estaba a segundos de terminar.

Barley dio varios pasos alrededor de el, como si lo amenazara.

-al final perdiste, aunque fue por mera suerte pero perdiste, o quizás el destino-

-¡tonto yo no creo en el destino! Y tu pagaras por eso-

De su bolsillo saco un cuchillo, Barley se puso en posición de pelea listo para evitar el golpe del cuchillo y desarmar al mago, estaba a unos cuatro metros de él podía evitar el impacto, pero lo que Barley no sabía que pasaría fue que en un giro rápido Caleb se dio la vuelta y enterró el cuchillo en el torso de Ian.

Cuando el hechicero sacó el cuchillo del cuerpo de Ian, este comenzó a reírse, mientras que decía.

-bien chico idiota para que matarte cuando puedo verte sufrir...

En eso el tiempo de Caleb se terminó mientras que se su cuerpo comenzó a brillar antes de su cuerpo comenzara a desaparecer como si se convirtiera el polvo // Lo borro Thanos//.

El hechizo que sostenía a Ian y a Laurel se liberó dejándolos caer a ambos, Laurel pudo caer bien, pudiendo quedarse de pie, pero Ian tan solo se quedó de pie antes de comenzar a tambalearse mientras que su sangre comenzaba a salir de su cuerpo.

Barley corrió hacia el, a tiempo para poder sostener a Ian en sus brazos antes de que cayera al piso.

Ian respiraba muy entrecortadamente, su herida sangraba mucho debía ser muy profunda.

-no espera, resiste, todo...

-¡Barley!- le gritó Laurel entre rabia y tristeza-que significo esto, que fue lo que...

-¡ahora no mamá!-

No estaba de humor para discutir, había sido un tonto ya no tenían el báculo y en lo que iba por el báculo de Caleb Ian podría morir.

Ian no podía hablar la herida pudo haber estado acompañada por algún hechizo, ya que este solo respiraba.

-estás conmigo Ian, recuérdalo, no tengas miedo no me iré...- en eso volteó a ver a su mamá- ¡que esperas llama a una ambulancia!-

Laurel no podía hacer eso, había dejado su celular en su casa y el teléfono público estaba lejos de ellos.

-Ian...-

Ian los miraba a ambos este estiró la mano tocando las mejillas de su hermano mientras que sus ojos se cerraban.

-¡Ian tu no!- gritó la madre de los elfos

Ese momento fue muy fuerte en eso el elfo comenzó a llorar en silencio, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

-¡hermano!-

//Barley derramaba las lágrimas más masculinas del cine//

El mayor recargo su cabeza sobre su hermano mientras que ponía su mano sobre la mano de Ian que había colocado su otra mano sobre su herida.

Sin pensarlo Barley comenzó a recitar hechizos de curación, uno tras otro, sin el báculo no funcionarían y menos porqué Barley no poseía magia dentro de él, había perdido a su hermano, al mor de su vida.

- Ian te amo-

En eso la astilla que se había picado Barley el día anterior cuando intentó lanzar el hechizo reaccionó al sentimiento de Barley.

La astilla comenzó a brillar, un brillo que nadie pudo ver en el momento, también la astilla que estaba enterrada en la mano de Ian.

Ambas astillas brillaron activando uno de los hechizos que Barley decía intentando curar a Ian.

La herida de Ian comenzó a cerrarse, provocando que el joven elfo abriera los ojos.