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~Capítulo 32: Encuentros malévolos.

¿Cuántos días llevaba ahí?

Unos cuantos pero se le hacían los más largos y eternos, todo era oscuridad, humedad y el repugnante olor a óxido de las rejas lo mareaba, estaba sumamente preocupado pues desde aquel día que salió en busca de su esposo todo se volvió oscuridad y  ahora estaba en un lugar que no sabía identificar, no había visto a nadie...una vez al día alguien le extendía un plato de horrible comida pero al fin y al cabo comida, necesitaba saber que estaba pasando...no tenía idea donde estaba y el silencio comenzaba a ser insoportable, se recostó en la desgastadas y sucias telas en ese pedazo de concreto que hacía de "cama" e intento cerrar los ojos para dormir, con eso su atormentada mente se desconectaba de todo, debía salir de ahí a como diera lugar, Milo no aguantaría mucho en esas condiciones y el mucho menos.

El hambre comenzaba a ser insoportable, lo cual indicaba que ya habían pasado las 24 horas correspondientes y no tardaba en llegar alguien a extenderle un plato con algo de alimento, cada vez se sentía con menos fuerzas, estar embarazado teniendo ese tipo de alimentación y en esas condiciones nada óptimas no era nada favorable a su plan de salir de ahí a como diera lugar pero ¿Cómo? No podría hacerlo por si solo... no sabía que hacer o como llego ahí, con cada segundo sentía que la cordura lo abandonaba.

Quería pensar que Kardia se encontraba bien,  el era fuerte y como siempre lograría salir airoso de cualquier adversidad,  esperaba así fuera, aunque muy en el fondo sabía que apartir de ahora nada sería como antes.

Escucho los pasos acercarse y dió la espalda, ya había intentado averiguar por qué se encontraba ahí pero nunca le daban respuesta a sus interrogantes, esperaría que dejarán su comida y seguiría pensando que hacer.

—¿Como estás Versau?...—Degel abrió los ojos en grande al escuchar esa voz. ¡Claro! Cómo no lo pensó, el que el estuviera en ese lugar era obra de Hades, de seguro quería eliminarlo por ser parte de la minoría que se oponia a sus métodos—Valla...yo que pense que con el pasar del tiempo te habías echo más educado, dar la espalda cuando te hablan es de muy mala educación no me digas que tú padre no te lo enseño, bueno es entendible ya que murió muy pronto—Rio—Veo que disfrutas tu nueva cama, lo mejor para mí querido miembro del consejo.

—Deje su absurdo sarcasmo—Dijo con molestia mientras se ponía de pie rápidamente para encararlo, estaba frente a frente con Hades, sentían sus respiraciones y lo único que los separaba eran esos barrotes, Hades sonreía con cinismo mientras Degel se intentaba mantener estoico—¿Que es este lugar y que hago aquí?

—Valla...para ser un prisionero eres bastante altanero niñito—Seguia riéndose, al peliverde se le hacía insoportable su burla.

—Sepa usted Señor gobernador que no soy ningún niñito, soy el heredero Versau y miembro importante del consejo ateniense. Mucho menos soy un prisionero pues mi expediente esta intacto y no he echo nada malo, pero las equivocaciones ocurren, le perdonaré su confucion y todo quedará en el olvidó, tiene suerte de que yo sea una persona pacifista y no lleve este suceso a mas allá de lo que realmente es...una simple confucion.

—Jum...muy buen discurso, pero esto no es ninguna confucion, todo aquel que ayude a ese bandido enmascarado es un criminal como el.

Degel controlo sus expresiones para no hacer un gesto que lo delatara y dejara expuesto, ahora era el quien reía.

—¿De que está hablando?—Pregunto calmando su risa—Señor de verdad que está muy confundido ¿Ayudar yo a ese bandido? Su concepto es bastante errado, suelteme ahora y perdonaré su torpeza.

Hades no soportaría más su conducta, lo tomo del cuello de su camisa y lo apego a la celda con brusquedad, Degel reprimió un quejido de dolor.

—No voy a permitir que te burles de mi. Escoria Francesa, se muy bien que lo conoces...lo conoces tan bien que es tu amante, si quieres salir de esta mazmorra con vida más te vale decirme quién es ese sujeto, así que por tu bien ¿Quien es el enmascarado? Dímelo ahora y te doy mi palabra de hombre que te soltaré en este mismo instante.

—¡Está loco! No sé quién es el enmascarado y si supiera tampoco se lo diría, aquí el único criminal es usted, cuando salga de aquí lo demandaré con la corona, exijo que me suelte ahora—Dijo sobresaltado...

—Asi que esas tenemos...¿Enserio cres que saldrás de aquí con vida si no me das lo que quiero? Ya veremos cuanto tiempo aguantas Versau, te sacare la verdad a como de lugar.

Tiro frente a los ojos del menor la comida que le llevaba al suelo y se alejó con calma, Degel se mantuvo con el rostro en alto hasta que la llama de la antorcha dejo de iluminar el lúgubre lugar, una vez se supo solo abrazo sus piernas temblando de frío, su estómago gruñía y su bebito la debía estar pasando terriblemente ya que tenía mucho malestar. Tocó su vientre aún plano y lo acarició con cariño.

—Milo... perdóname por hacerte pasar por esto, tienes que ser fuerte mi niño, por lo que más quieras no me dejes—Sollozo sintiéndose un inútil, no quería que su hijo dejara de existir sin siquiera haber nacido—¿Dónde estás Kardia?

~🌿~

Después de haber navegado por días al fin se encontraba en el lugar donde residía Fudo Bossi, el primo de su amado Asmita, entre averiguaciones en el pueblo ateniense logro dar con el peliverde pero lamentablemente no con su rubio, era como si la tierra se lo fuera tragado pero el sabía que Fudo sabría dónde estaba Asmita.

Tocó y espero que está fuera abierta, instantes después se fue abriendo la puerta de la humilde morada por un lindo chico de cabellos  negros largos y ojos azules.

—Buenas tardes que se le ofrece—Pregunto el pelinegro extrañado, no eran de recibir muchas visitas.

—Vengo a buscar a Fudo Bossi, soy su conocido—Dijo con amabilidad, al chico le transmitió confianza así que le sonrió y le abrió la puerta, al hacerlo Defteros noto que estaba embarazado.

—Mi esposo sale en unos momentos del trabajó, puede pasar a esperarlo. Por cierto mi nombre el Shiryu.

—Un gusto conocerlo, yo soy Defteros Gemak—Hablaron por unos minutos, a Defteros le hacía ilusión imaginarse a Asmita embarazado pero al juzgar por el tiempo lo más seguro es que ya haya tenido a su bebé, haberse perdido el embarazo de Asmita lo llenaba de tristeza, pero lo importante ahora era saber su paradero y no seguir perdiéndose momentos importantes.

Hablaron un poco más hasta que se escucharon las llaves abriendo la puerta—Shiryu amor ya llegué—Entraba Fudo a su hogar y al ver a Defteros no daba crédito—¿Que haces aquí?—Pregunto a la defensiva.

—Tambien me da gusto verte Fudo—Dijo con sarcasmo—He venido a hablar seriamente contigo—Endureció su semblante averiguaría el paradero de Asmita a como diera lugar.

—Amor nos puedes dejar a solas por favor—Pregunto dulcemente al pelinegro que asintió y se retiró para darles privacidad—¿Que te trae por aquí?

—No juegues Fudo, no permitiré que sigan burlando mi vida con Asmita, por estúpido perdí a lo que más amaba. Tu sabes muy bien qué hago aquí, exijo que me des su ubicación, estoy enterado que tengo un hijo y tengo derecho como padre así Asmita no me quiera cerca.

—Asmita si te quería cerca... Defteros hice algo muy tonto de lo que ahora me arrepiento, ahora que estoy por ser padre te entiendo, no espero tu perdón pues lo que hice no lo merece—Estaba arrepentido, si el hubiera echo ese favor a su primo las cosas serían muy diferentes ahora.

—¿A qué te refieres?—Pregunto confundido, Fudo se puso de pie y volvió instantes después con una hoja entre sus manos, se trataba de la carta que Asmita había dejado para Defteros hace más de un año, el moreno la recibió extrañado pero al abrirla reconoció esa caligrafía de inmediato—Asmita se encuentra en el Taj Mahal de la India.

Le dijo, ahora que Shiryu estaba por darle un hijo no se imaginaba su vida sin ver crecer a su bebé y estaba seguro que el moreno lo sentía igual, tuvo que estar en sus zapatos para entenderlo.

Las lágrimas de Defteros corrían por sus mejillas sin control, su hermoso ángel pensó que lo traicionó casándose con Degel y lo que es peor pensaba que no se hizo cargo de su bebé, salió de la casa sin decir algo más, no tenía nada que hablar con Fudo.

Ahora que sabía dónde estaba Asmita debía ir y arreglar las cosas.

~🌿~

Por haberse levantado con tanta brusquedad su cabeza comenzó a dar vueltas así que se vio en la necesidad de volverse a recostar, cerro sus ojos y por unos momentos el tormento de no saber nada de si mismo o de su alrededor cesó al caer en el mundo de Morfeo.

~En un esplendido Campo floreado se encontraban juntos, el aire era fresco y el sonido de los pájaros y la cascada inundaban sus sentidos, sus manos tocaban con devoción un rostro que no podía apreciar pero sabía era el de la persona que amaba, su piel era blanca y tersa el simple contacto lo hacía estremecer.

—Kardia te amo...—Dijo aquella persona llenandole de plenitud, estar a su lado era sentir paz y seguridad.

—Tambien te amo, De...~

Antes de decir su nombre se despertó sobresaltado, no sabía nada de lo que acontecía a su alrededor pero de algo estaba completamente seguro, debía encontrar a la persona que le profesaba amor y a la que aún sin recordar del todo provocaba tantas cosas en el.

A pesar de no recordar nada sentía un extraño sentimiento de inseguridad, como si lo estuvieran siguiendo, se levantó de la cama y a pasos torpes comenzó a caminar para alejarse de ese lugar, salió sin ser descubierto y pudo notar a unos jóvenes jugando con un pequeño que apenas daba pasitos en la grama, apesar de verse confiables no sentía seguridad con nadie, solo se sentiría pleno cuando encontrará a la persona de su sueño.

Salió de la mansión Caprino sin ser visto por los empleados o por el Cid o Sísifo, sus habilidades seguían siendo las mismas, caminaba sin rumbo fijo. No sabía a dónde iría o por dónde empezar a buscar pero necesitaba saber quién era.

Todos en el pueblo miraban extrañados al hombre que se encontraba con el torso y la cabeza  vendada caminando desorientado, el heleno se sentía como un pequeño perdido hasta que escucho una suave voz llamándole.

—¡Kardia!—Volteo hasta donde escucho ese nombre que recordaba perfectamente de su sueño, el debía llamarse así.

Por su parte Sasha al salir del consultorio del curandero que ya había confirmado su embarazo vio a su futuro esposo caminando por el pueblo, en vez de entrar a su carruaje decidió acercarse, después de todo necesitaba apresurar las cosas cuanto antes para que ese estúpido reconociera a ese bastardo como un Antares.

Le impresionó bastante verlo en ese estado tan deplorable pero realmente no le importaba que sucediera con el, pero lo que más le asombro fue lo que le pregunto.

—¿Te conozco?—Dijo el heleno con desconfianza.

—Mi amor que te sucedió, debemos ir a qué te revisen—Fingió preocupación, debía portarse como la joven dulce y buena que era para engancharlo con facilidad.

—¿Mi amor?—Preguntaba aún más perdido, no saber nada era desesperante.

—Asi es, nosotros somos prometidos mi Kardia—Sonrió dulcemente mientras lo tomaba de la mano para llevarlo al curandero, si sus sospechas eran ciertas sus planes serían más fácil de ejecutar.

Kardia solo la seguía sin poner resistencia, era una joven bella y sin dudas muy dulce y se notaba su preocupación por el, su piel blanca le recordaba a la de su sueño además si eran prometidos era obvio que se trataba de ella, sin embargo no sentía lo que sintió con una simple representación de su subconsciente.

Al llegar fue nuevamente revisado por un curandero que dió el mismo diagnóstico que el doctor de la familia Caprino, una vez termino de revisar al peliazul pidió hablar con la jovencita Ifrad en privado, Kardia se quedó sentado en la camilla mirando todo con extrañeza estaba completamente ido.

—Señorita Ifrad ¿que es usted para el joven Antares?—Pregunto el doctor para poder dar diagnóstico.

—Soy su prometida—Respondió con seguridad, el hombre comenzó a hablar con más confianza pues ella era la persona indicada para cuidar al joven en su condición tan delicada.

—El paciente presenta varios hematomas menores y fisuras pero sin duda el más preocupante y el que trajo consecuencias fue el de su cabeza, por lo visto ya fue revisado pero debía guardar más reposo, se encuentra en un estado en que su mente a bloqueado sus recuerdos, lo que le recomiendo es no soltar información de golpe pues le haría daño a su psique, será cuestión de tiempo para que vuelva a la normalidad, aunque no aseguro que regresen sus recuerdos por lo visto deberá vivír su cotidianidad e irse acoplando nuevamente desde cero, deberá tener mucha paciencia pues es posible que no la recuerde ni a usted que es su prometida—Sasha termino de escuchar el diagnóstico con semblante preocupado pero sonreía para sus adentros.

¡Esto no podía ser mejor!

Ya tenía su vida resuelta, manipularia a Kardia Antares a su antojo y conveniencia, en el estado que se encontraba era solo un títere ya no se resistiría más a sus encantos y muy pronto sería Sasha de Antares.

—Entiendo doctor, cuidare muy bien de Mi prometido y el padre de mi bebé—Agradeció por los servicios y se acercó al heleno que la miraba con persistencia buscando recordarla, vio como la joven extendió su mano y sin dudarlo la tomo con confianza después de todo era su prometida.

—¿A dónde vamos?—Pregunto levantándose.

—A nuestra casa mi amor...—Sonrió.

Su tío Hades estaría muy complacido.

Gifer1710🌟













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