~Capítulo 31: ¿Quién soy?
Sasha cepillaba su larga y suave cabellera lila, estaba alistándose para irse a dormir, se dió una ducha larga después de haber estado íntimamente con aquel hombre que la llena de satisfacción, ese hombre que la hacia gritar de placer y además era un exelente aliado para lograr su objetivo de casarse con Kardia Antares para después deshacerse de él y quedarse con su gran fortuna.
Ese hombre era su tío Hades.
Río con descaro al imaginarse que dirían sus fallecidos padres si supieran que su amado tío la hacia suya todas las noches, le encantaba que fuera tan frívolo y sobretodo que la ayudara en su camino de hacerce rica con la fortuna Antares, termino lo que estaba haciendo y se iba a ir a dormir cuando noto algo extraño en su cuerpo, su vientre estaba hinchado y sus pechos más sensibles comenzó a preocuparse pues tenía un retrasó, no podía estar embarazada pues eso arruinaría sus planes con Antares.
Si lo estaba abortaría, no podía tener un hijo de su tío pues este no lo aceptaría y ella quedaría sin un centavo, aunque viéndole el lado positivo de las cosas si apresuraba lo suyo con Kardia podía hacerle creer que el bebé era suyo y así tener la herencia Antares asegurada.
¡Era perfecto!
Esperaría los resultados y fuera el que fuera todo tendría un mismo desenlace, ella casada con Antares para después ser rica.
~🌿~
Aspros había conseguido un hotel gracias a Asmita, no era bilingüe pero el rubio lo había ayudado a comunicarse y había dejado todo pago por lo cual no se vería en la necesidad de entablar conversación con los encargados, habían pasado varios días en los que hizo de turista y no le agradaba la idea de irse de la India lejos de Asmita, ocasionalmente cuando paseaba con los gemelos pasaba por la plaza donde se encontró con el por segunda vez y mantenían charlas triviales en las que aprovechaba deleitando su existencia con la voz y accionar de ese joven.
Hoy no sería la excepción, pasaría por esos lares "casualmente" y está vez quería mantener una conversación más larga, suspiro y se preparó psicólogicamente para lo que vendría a continuación.
—Niños a bañarse—De manera inmediata empezaron a correr por todo el amplio cuarto del hotel, les gustaba las duchas pero les divertía más que su papi jugará con ellos a las atrapadas.
Aspros sonrió negando y procedió a atraparlos, no era muy difícil pues éran pequeños de un poco más de dos añitos, Saga se ocultaba entre la cortina transparente de la habitación mientras Kanon lo hacia detrás de una columna de concreto que al ser tan estrecha lo dejaba completamente al descubierto, sin embargo a el le parecía un lugar ideal, una vez los tuvo en brazos les quito la ropa y lleno la gran ponchera de cerámica con agua tibia que había pedido recién, por suerte la mucama le entendió con un par de señas, la servidumbre podría alistar a sus terremoticos pero a él le gustaba hacerlo el mismo para disfrutar tiempo con ellos, les dió sus carritos de madera pintado de fina acuarela y con eso les basto para distraerse mientras su padre lavaba sus suaves cabellos con delicadeza, disfrutaba de hacerles peinados locos con la espuma del shampoo y los gemelos reían de su igual, bañarse con papá era muy divertido.
Una vez los vistió con ropas frescas los dejo jugando en la sala Mientras el se ducho y vistió a la velocidad de la luz, ya listos salieron del hotel rumbo a la plaza, ya se hacía la tarde y según sus cálculos Asmita debía encontrarse ahí, no tardó mucho en notar la presencia del blondo que sonrió al verlo.
—Que gusto verte, Aspros—Dijo Asmita poniéndose de pie para saludarle, el pequeño Shaka empezó a unir sus manitas aplaudiendo con emoción cuando vio a Saga y Kanon.
—¡Oh Asmita que coincidencia!—Rio intentando parecer natural sin embargo esto no daba crédito a su encuentro casual.
—Si—Sonrio—Me alegra verlos, ya iba de salida pues quería pasear un rato con shakita—Aspros noto que ya había guardado su poca mercancía y una idea surco su mente.
—¿Les gustaría pasear con nosotros?—Pregunto con una sonrisa, Asmita pareció meditarlo y al ver a su tranquilo bebé tan emocionado y risueño no dudo en aceptar, además a el también le agradaba la compañía del mayor.
—Nos encantaría—Acepto entusiasmado.
—A dónde pensabas ir, la verdad no conozco mucho y prefiero que tú elijas el lugar—Dijo tomando en brazos a sus hijos que le hacían caritas raras al bebé sacándole risotadas.
—No muy lejos de aquí hay un parque muy acogedor, tiene una vista preciosa, unos columpios y amplio césped para que los pequeños jueguen, no se si te parezca.
—Esta perfecto, te seguimos Asmita—Empezaron a caminar y en un par de minutos lograron divisar el parque del que hablaba el rubio, habían muy pocas personas y unos columpios de madera que los gemelos querían ocupar—Es un lugar muy bonito—Aspros miraba todo facinado, era tanta la simpleza del lugar que lo hacía único y agradable.
—Lo sé...vengo aquí seguido con mi bebé, el clima no es tan caluroso por la cantidad de árboles y está lleno de ambiente familia y paz—Expreso poniendo una tela bajo la sombra de un árbol que se encontraba cerca de los columpios para no perder de vista a los menores que ya estaban jugando, Asmita saco de sus pertenencias un cojín y lo acomodó en la tela que estaba en el suave césped para dejar allí a Shaka que estaba tomando su respectiva siesta, dormía con sus brasitos y piernas extendidas lleno de tranquilidad—¿Te gusta?—Le pregunto tomando asiento en la tela e invito al mayor a hacer lo propio.
—Si me encanta, sobretodo a ellos—Dijo refiriéndose a sus hijos que reían contentos en los columpios, apesar de haber perdido a su madre eran unos niños llenos de vida, travesuras y felicidad—Me impresiona la simpleza e inocencia de los niños, disfruto solo de observarlos divertirse con algo tan sencillo, mis hijos son mi todo—Su mirada topacio se perdió entre los columpios, se avergonzó un poco al exponer de ese modo sus sentimientos con Asmita así que sus mejillas adquirieron un leve carmín—Lo siento.
—¿Por qué? Es tan bello el amor de un padre hacia sus hijos, la manera en como los miras, cuidas y amas es simplemente bellísima, casi siempre las madres ocupan ese rol pero tú eres un gran padre, estoy seguro que tus hijos se sienten dichosos, debe ser lindo tener un papá como tú, me gustaría Shaka tuviera uno como tú o como el mío pero...—Su sonrisa desapareció y se quedó callado pensando, nuevamente llegaba Defteros a su mente y el hecho de que no estaba junto a su bebé pese a que el no le prohibió acercarse—Perdóname, me deje llevar.
—Si no te molesta te puedo preguntar ¿Que paso con el padre de Shaka? No estás obligado a responderme si no gustas.
—El padre de mi hijo...—Dijo acariciando los cabellos dorados del menor que dormía ajeno a todo muy cómodamente—Yo ame a ese hombre y le entregué todo, siempre le estaré agradecido pues el me dió el mejor de los obsequios, no le guardo rencor u odio pero solo es eso...el no quiso ser parte de la vida de Shaka y aunque me fuera gustado no importa, mientras me tenga a mi que lo amo con toda la fuerza de mi espíritu no le hace falta nada más, el padre de mi hijo no nos quiso en su vida y me desplazó para casarse con mi amigo, es difícil tener un bebé a una edad tan temprana como la mía aún más cuando no se sabe nada de la vida pero vale la pena cada día cuando despierto con mi niño a mi lado.
—No entiendo cómo hay hombres que no se hacen responsables de sus hijos, creeme Asmita que ese sujeto se está perdiendo de lo mejor de su vida, el tener tu amor y proteger a este hermoso bebé sería un honor para cualquiera, hasta para mí...—La "verdad" de Asmita lo lleno de irá, como alguien podría abandonar a esos querubines, se dejó llevar por sus emociones y expreso su mas sincero sentir, tal vez había arruinado todo pero no cambiaría sus palabras ni las retiraría.
—Que dices Aspros...—Dijo Asmita con las mejillas ruborizadas ¿Acaso esto era una confección?
—Asmita, aquel día que te conocí llamaste mi atención y basto convivir contigo estás semanas para que me encantaras con tu esencia, mi esposa murió hace años y jure no volverme a enamorar para dedicar mi vida entera a mis hijos, sin embargo no puedo controlar esto, siento que eres un regalo del universo y mi oportunidad para volver a amar y ser amado, eres una persona maravillosa llena de cosas hermosas y yo estaría encantado de ser ese hombre en quien confíes, dueño de tus pensamientos y sobretodo protegerlos a ti y a Shaka, que sepan que no están solos, mis hijos no carecen de amor pero se que hay roles que solo una madre puede cumplir y me encantaría que fueras tú—Termino de hablar con la respiración acelerada y el corazón latiendo con intensidad, tal vez se apresuró pero si no decía lo que sentía no podría estar tranquilo, mucho menos sabiendo que Asmita era una persona a la que la vida lo había golpeado fuerte, el quería hacerlo feliz—Claro que esto te debe parecer repentino y descabellado, no espero que me correspondas solo quería hacerte saber lo mucho que te admiro y anheló.
—Aspros...la verdad que esto si es repentino, no tienes idea lo especial y halagado que me siento, sin embargo mi corazón aún ocupa a esa persona pero no puedo seguir de ese modo, quiero volverme a enamorar y ser feliz, creeme que me encantaría amarte pero ahora no puedo, ¿Podrías tenerme paciencia?—Pregunto esperanzado, era hora de dejar atrás al fantasma de Defteros y ser pleno sin pensar en el ayer.
—Te esperaré todo lo que sea necesario Asmita, voy a hacer que me ames eso te lo juro—Sonrio en grande, había avanzado mas de lo que pensó, se encargaría de enamorar a ese joven, solo era cuestión de tiempo.
Lejos de aquel lugar donde Asmita y Aspros compartían miradas y tímidas sonrisas Defteros navegaba en busca de alguien que sin dudas debía saber el paradero del rubio y de su hijo, iría a ver a Fudo que se encontraba lejos de Atenas y le sacaría la verdad, tenía que volver junto a su amado y darle todo el amor y protección que tenía a su bebé.
Aunque tal vez el tiempo y el destino no eran sus amigos...
~🌿~
La familia Caprino iba en su carruaje rumbo a su mansión, se encontraban en una reunión de la familia del Cid pero no sé quedaron hasta muy tarde pues el pequeño Aioros de más de un año había caído rendido del cansancio y Sísifo que estaba en espera de su segundo hijo Aioria debía descansar de manera adecuada y no desmandarse, el cochero conducía el carruaje mientras la feliz familia se encontraba en espera de llegar a su hogar.
—Aioros es todo un angelito—Murmuro Sísifo enternecido acariciando las suaves hebras castañas de su bebé que dormía en los brazos de papá.
—Como tu Sisi...es un niño lleno de dulzura y humildad, esas cualidades la heredaron de tí.
—Y de ti también Cid, has sido un padre y esposo maravilloso, soy afortunado de que estés a nuestro lado haciéndonos feliz cada día—Dijo dulce tomando el mentón de su apuesto marido.
—El único afortunado soy yo por tenerlos en el día a día, conocerte fue lo mejor que me pasó en la vida, me haces sentir el hombre más dichoso y me diste los mejores regalos de mi vida, nuestros hijos...—Acaricio la pequeña pancita de cuatro meses del castaño y de manera lenta y dulce junto sus labios con los de su esposo, sus bocas se movían en una misma sincronía, se complementaban y amaban como a nadie—Te adoro Sísifo.
—Yo te amo Cid.
La tranquilidad y serenidad que los envolvía se acabó de manera brusca e inmediata cuando el carruaje freno de golpe con fuerza, Cid sostuvo a tiempo al bebé y sirvió de protector a su esposo evitando que se lastimara, frunció el entrecejo molesto ante la repentina acción del cochero y sobretodo su irresponsabilidad, abrió la pequeña ventanita de madera que dejaba ver al hombre que conducía y hablo con molestia.
—Que es esa manera de estacionar, pudo ocurrir un accidente—Dijo con molestia pero no recibió respuesta inmediata enfureciendolo aún más—¿¡Que no me oíste!?
—L-lo siendo Señor pero no podía seguir avanzando y tuve que parar de ese modo—Dijo pálido y nervioso.
El pequeño Aioros se despertó asustado por el repentino movimiento y lloraba en los brazos de su mamá que lo intentaba calmar con cariños para que se le pasará el susto y volviera a dormir, oír a su hijo llorar no le ayudaba a calmarse en absoluto y el que su cochero no fuera directo lo enfurecia aún más, suspiro para calmarse y evitar ser grosero con su trabajador.
—Tranquilo, pero aún faltan un par de kilómetros para llegar a la mansión y comienza a hacer frío, arranca por favor—Pidio amablemente.
—Señor es que creo que hay un cadáver en el camino—Logro decir al fin, el pobre hombre era muy nervioso con esas cosas.
—¡¿Que?!—Exclamo incrédulo con intensión de bajar para mirar de lo que hablaba su empleado.
—¿Que sucede Cid?—Pregunto el castaño que arrullaba al pequeño en sus brazos, había dejado de llorar pero se aferraba a su madre con los ojos llorosos.
—Vuelvo en un instante, por favor quédate aquí con Aioros—Pidio y el menor obedeció, el Cid bajo con lentitud y algo de temor y al ver la escena frente a sus ojos no podía creerlo—No puede ser...—Exclamo incrédulo poniendo su mano en la boca.
En el suelo, lleno de raspones con la camisa desecha y el rostro magullado se encontraba Kardia Antares, quizas para su buena o mala suerte la corriente del Río era tan potente que daño sus ropas y mando su máscara al demonio, con todas las fuerzas que le quedaban logro salir de las aguas pero una vez tocó tierra cayó inconsciente, Cid actuó y desesperado reviso su pulso para asegurarse de que siguiera con vida, era débil pero aún lo estaba, no tenía ni idea como un hombre rico y de renombre como Antares había terminado en aquella situación pero ya tendría tiempo de preguntarle, no lo dejaría ahí.
Con esfuerzo lo levantó y lo llevo hasta el carruaje y ordenó a su cochero andar cuánto antes a su mansión, allí el curandero de la casa lo revisaría, Sísifo se sorprendió en sobremanera al ver que su marido entraba al vehículo con aquel joven tan malherido.
—¡Por los dioses pero que le pasó...tiene que ser atendido cuánto antes!—Expreso el castaño preocupado, por suerte su hijo se había dormido y no tendría que ver a ese hombre tan en mal aspecto.
—No tengo ni la menor idea amor pero pronto lo descubriremos—Los minutos que parecieron eternos al fin habían concluido y se encontraban en su hogar, mientras Cid llevaba en la espalda al joven Antares hacia una habitación de huéspedes Sísifo dejo al bebé con las mucamas y mando a llamar cuanto antes al curandero—Se ve bastante mal...—Dijo el azabache mirando al joven que yacía inconsciente en la cama—Aun no me explico cómo acabo de ese modo.
—Todo indica a que cayó hacia el río, tuvo suerte de no morir con esa caída, un verdadero milagro—Decia mientras salían para darle espacio al doctor, no conocían al joven sino por vista y les caía un poco mal al ser uno más de los que se dejaba manipular por Hades pero no por eso le negarian la ayuda.
—Tuvo suerte de no golpearse la cabeza con una piedra y morir al instante.
Lo que ninguno sabía es que si se había golpeado fuertemente en la cabeza.
Después de largas horas llenas de incertidumbre por parte de los Caprino en espera del diagnóstico al fin el curandero salia de la habitación bastante agotado, se tuvo que esforzar mucho para no perder la vida de ese joven.
—¿Cómo está doctor?—Pregunto Sísifo con preocupación, apesar de morir de sueño no podía acostarse sin saber sobre el estado de Antares.
—Estaba en un estado lamentable pero por suerte no perdió la vida—Ambos suspiraron aliviados—Sin embargo no tengo idea de las consecuencias que traerá un golpe de esa magnitud, estará en coma unos días y yo estaré al tanto de su evolución, cuando despierte se verán las secuelas...
Apesar de un diagnóstico no muy alentador Kardia Antares estaba vivo y eso era lo importante, pasaban los días y este se rehusaba a abrir los ojos, fue un día cualquiera que la familia estaba en el jardín de la mansión pasando tiempo juntos que los párpados del heleno fueron abriéndose, se vio en la necesidad de parpadear repetidas veces para adaptarse a la luz que lastimaba sus ojos, intentó moverse pero tenía los músculos entumecidos, miraba todo confundido sin entender que hacía allí.
—¿Quien soy?—Pregunto suavemente para si mismo ya que su voz no salía de su garganta, intentaba responder esa no tan simple cuestión, intentaba buscar algo en su memoria pero no había nada...
No sabía quién era.
~🌿~
Sasha salía del consultorio del doctor del pueblo con una sonrisa casi imperceptible, era un hecho. Estaba embarazada de su tío Hades pero esto jamás lo sabría alguien, debía apresurar las cosas con Antares para hacerle creer que ese hijo era de el.
—Me serás de mucha utilidad—Dijo tocando su abdomen plano, aún no sabía cómo lograría su objetivo pero Kardia Antares reconocería a ese bebé cómo suyo y se casaría con ella.
Gifer1710🌟
¡Feliz año!🎆
En el próximo capítulo veremos qué pasó con Degel.😚
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