~Capítulo 26: Idilio, orgullo y ¿celos?
Los rubios cabellos se mecían con la brisa cálida de aquella tarde en la India, sus ojos miraban el inmenso cielo azul que tanto le recordaba a ese universo zafiro del hombre que le dió y le quitó todo, había pasado más de un año desde la última vez que lo vio. Sin embargo aunque intentará y por más que se lo proponía no podía dejar de amarlo.
Defteros...su primera vez en todo y el padre de su pequeña adoración.
Shaka.
Su bebé de cinco meses era el que le daba fuerzas para levantarse cada nuevo amanecer y salir adelante como padre soltero, al irse de Grecia abordo el barco que lo llevará lo más lejos de aquel pueblo que lo vio caer, por azares del destino termino en la India dónde nació su hijo y dónde el con esfuerzo se estableció.
Fueron los meses más duros de su existencia, la vida lo obligó a madurar en tiempo límite. Trabajo hasta el último momento de su embarazo y como consecuencia fue un parto difícil, sin embargo gracias a su arduo trabajo tenía una cabaña en medio de un prado floreado en las calientes tierras de la India.
Miro el sol y por cómo se encontraba en el cielo suponía que ya pasaba el mediodía, se levantó de aquella roca donde descansaba y después de anunciar su retirada de la panadería dónde trabajaba como ayudante se dispuso a buscar a su hijo donde su vecina lo más pronto posible, nuevamente se quedó perdido en sus meditaciones y el tiempo no le jugó a favor.
Sus sandalias pisaban fuertemente la arena mientas que su sencilla túnica ondeaba con el viento, debía haber estado en casa hace quince minutos aproximadamente, por fin diviso su pequeño hogar pero no fue ahí donde se detuvo, lo hizo en la casa que estaba a unos cuantos metros.
—¡Lo siento mucho! Nuevamente se me hizo tarde, juro que no volverá a suceder—Dijo apenas la puerta se abrió, respiraba agitado llevando aire a sus pulmones después de la carrera que dió por todo el pueblo hasta el prado.
—Asmita...sabes que no tengo problema en cuidar de Shaka en las mañanas pero en las tardes tengo que trabajar. Ahora llegaré tarde por tu irresponsabilidad—Le dijo con firmeza la pelinegra, aunque suavizó su semblante cuando vio que el rubio frente a ella se veía sumamente avergonzado—Que no vuelva a suceder querido, pasa y busca a tu bebé que está dormido entre los cojines...
—Muchas gracias en verdad Gioca, no tienes idea lo mucho que me ayudas viendo de mi bebé, tengo la suerte de que Shaka sea bastante tranquilo pero no podría trabajar en paz temiendo que algo le pase en la cocina—En las mañanas trabajaba en la panadería y en las tardes buscaba a su bebé que dejaba al cuidado de su vecina para llevarlo consigo a su otro trabajo que consistía en vender velas e inciensos que el mimo hacía, se sentaba en la plaza bajo la sombra y mientras cuidaba de Shaka conseguía dinero extra que le era de mucha ayuda.
—No tienes que agradecerme lo hago con mucho gusto. Tú hijo es tan tranquilo que ni se siente, solo duerme, come y cuando despierta se entretiene con cualquier cosa de la sala—Mientras hablaba se adentraban al hogar de la azabache—Allí está dormido.
—Mi bebé...—Se acercó a pasos sigilosos.
Entré los suaves cojines descansaba el pequeño cuerpecito regordete de un hermoso bebé de tez blanca y cabellos rubios, físicamente eran muy parecidos, Gioca Siempre le decía que era su mini copia. Apesar del color de sus cabellos y piel clara Shaka tenía algo que a diario le recordaba a Defteros y lo hacia su hijo. Sus hermosos y brillantes ojos zafiro, tan puros y soñadores...siempre amo los ojos de Defteros y fue una de las principales cosas por las cuales cayó rendido a sus pies, ahora su primogénito tenía esa misma mirada como eterno pacto de que es hijo de lo que alguna vez fue un amor verdadero.
Lo tomo en brazos de manera suave sin interrumpir su sueño, dió un beso en su suave cabellera mirandolo con devoción, cada hora que pasaba lejos de él se le hacía eterna. Amaba a su hijo y después de meses en melancolía al fin se sentía pleno, todo gracias a su mayor motivación.
—Los veo mañana Asmita, adiós bebé—Se despidió la azabache de los rubios, Asmita volvió a agradecerle y se retiró listo para ir a la plaza.
Gioca los vio partir y sonrió...ayudaría a Asmita en lo que estuviera a su alcancé, era solo un jovencito que a los 16 años se estrelló con un muro de realidad llamado vida, ella más que nadie fue testigo de todo lo que pasó en su embarazo y lo mucho que se esforzaba a diario.
Asmita llegó a la plaza donde establecía su improvisado puesto y para cuando terminó de acomodar las velas y los inciensos su pequeño fue abriendo sus párpados de manera lenta para adaptarse a la encandecente luz que otorgaba la claridad del sol de la India.
—Hola mi pedacito de cielo, tu papi te extraño mucho—Lleno sus abultadas mejillas de besos mientas que el pequeño Shaka sonreía feliz con los mimos de su progenitor.
A unos cuantos kilómetros de ahí Aspros llegaba con sus gemelos.
Las vacaciones nuevamente llegaron a su vida y disfrutaba de ellas pasando tiempo de calidad con sus hijos, hace unos meses viajo a la India y quedó maravillado con su cultura y hermosos paisajes y edificaciones, le pareció un lugar exelente para hacer de turista con sus pequeños terremotos.
Llegó al hostal dónde había mandado un recado meses atrás informando de su llegada reservando una habitación para su estadía en esos meses. Aprendió que no debia soltar a sus hijos si no quería que murieran arrollados por un carruaje, así que tomo las maletas y a los menores con bastante esfuerzo.
Ya a media tarde por fin diviso el hotel para su suerte y la de los pequeños gemelos que estaban bastante agotados al no estar acostumbrados al clima tan cálido del verano de la India, vio sus mejillas sonrojadas por el calor así que antes de desempacar hablaria con el encargado para que le diera agua fresca.
—Mas agüita papi—Pidieron los acalorados gemelos de más de dos años, por suerte para Aspros ya hablaban mejor y le era más fácil saber que querían.
—Claro que si mis niños, esperen un momento—Los dejo sentados en las bancas de recepción y se encaminó a el hombre que estaba en la barra—Disculpa, podrías por favor darme más agua.
El hombre maldijo entre dientes antes de contestar—Escucha, aquí no es beneficencia pública. Ya te di agua ahora lárgate, esto es un hotel de categoría y tener una guardería da una mala imagen para el lugar, así que toma a los mocosos y vete.
Reunió toda la paciencia que poseía para no hacer un escándalo en dónde perdería los estribos, no le gustaba que sus hijos lo vieran alterado, suspiro antes de contestar.
—Primero que todo yo no le estoy faltando al respeto para que me hable de este modo, no le permito que en su boca ponga a mis hijos, deme la habitación que reserve y aprenda a ser profesional.
—No está en la lista—Dijo con firmeza mirándolo desafiante.
—¿¡Que demonios!? Ni siquiera revisó—Dijo completamente enfurecido.
—No hace falta, aquí no se permiten niños, como le dije da una mala imagen al lugar. Ahora sí fuera.
—¡No! exijo ya mismo hablar con el encargado, anuncie mi venida y confirmaron mi estadía y esto que está haciendo es una completa falta de respeto hacia mi persona.
—¡Le dije que se fuera con sus mocosos!—Grito enfurecido.
—¡Dije que a mis hijos no los pongas en tu sucia boca!—Completamente fuera de si golpeó con todas sus fuerzas a aquel irrespetuoso recepcionista, la tranquilidad de Aspros se iba por el caño cuando de Saga y Kanon se trataba.
—Papi...—Lo veían asustados.
—Perdon hijos...en verdad perdón, vámonos de aquí—Tomo nuevamente las maletas y se fue de ese lugar. No permitiría que lo ofendieran de ese modo.
Aunque ahora estaba sumamente preocupado y no sabía que haría, no hablaba muy bien el indio y ese hotel era bilingüe, le sería difícil encontrar otro hostal siendo que ya caía el atardecer.
Caminaba por doquier bajo el encandecente sol en busca de algún lugar donde quedarse, tenía a cada niño en su hombro ya que no podían caminar más de lo cansados que estaban, además llevaba las maletas y eso complicaba aún más su búsqueda.
—Exelente Aspros ¡Bravo! Bonito lugar para vacacionar—Ahora por aventurero e ir a un lugar donde no manejaba bien el idioma por el siemple hecho de que le gustó y le parecía muy bonito a la vista estaba metido en un gran problema.
Aún si devolvía sus pasos para volver a su hogar los barcos saldrían a las dos semanas, suspiro completamente agotado sentándose en una piedra, quería que fueran unas vacaciones inolvidables para sus hijos y ahora pasaban por penurias.
—Papi me siento mal...—El gemelito mayor estaba bastante mareado y veía borroso, sufría de un golpe de calor al estar tanto tiempo bajo el sol sin hidratarse de manera correcta, no paso mucho tiempo para que se desmayará ante la mirada asustada de Aspros y Kanon.
—¡Saga!—Lo sostuvo antes de que se estampara con el suelo, sus nervios se alteraron, el mismo se ponía muy mal cuando algo le pasaba a sus hijos. Desde que murió la madre de los gemelos temía algún día ellos también se fueran...
—Papi...—Lloraba Kanon, sentía lo alterado que estaba su padre y ver a su gemelo inconsciente lo lleno de pavor...además también estaba agotado y solo era cuestión de tiempo para que su cuerpecito también colapsará.
—Dioses...que hago...—Todo se salió de control, no tenía donde quedarse y ni siquiera un poco de agua para darle a sus hijos—¡Ayuda por favor!—Pidio ya desesperado.
Todos pasaban sin tomarlo en cuanta ya que no entendían en absoluto su idioma, a excepción de un rubio que lo hablaba a la perfección.
—¿Estás bien?
Nuevamente el idilio se presentó acompañado de un ángel de cabellos rubios.
~🌿~
—Admite que quieres besarme.
En la finca Versau en uno de los muchos pasillos de la hermosa estructura de antaño Manigoldo tenía atrapado a Albafica contra la pared.
—No Quiero—Una gran mentira, moría por probar esos gruesos labios de ese sujeto que movía cada fibra de su interior, pero no lo admitiría, era muy orgulloso para hacerlo.
—Demonios Albafica—Se alejo enojado—Llevo más de un año intentando algo contigo pero tú no me permites avanzar.
Dijo ya arto, durante meses pretendía un acercamiento más significativo pero el sueco era muy testarudo y orgulloso, por su parte Albafica se sentía atraído por Manigoldo pero era muy complicado para el canalizar sus emociones y demostrar sus sentimientos.
—¿Que pretendes eh? ¿Que te bese y que deje que me hagas tuyo aquí y ahora? ¡No! Eres un bruto, por lo menos invítame a almorzar o cortejame—Ladeo el rostro y junto sus labios en un puchero, le gustaría el italiano fuera más romántico.
—Lo siento hermoso, pero no soy tanto de esas cosas ni de cartas o labia, me gusta demostrar con acciones mis sentimientos.
—Pues yo lo siento más Manigoldo, hasta que no me hagas sentir verdaderamente especial no vas a tener de mi ni una mirada—Se fue alejándose pero de inmediato el mayor lo alcanzó y caminaba a su lado.
—¡Pero si te hago sentir especial! Desde que Kardia y Degel se volvieron amigos hemos pasado mucho tiempo juntos, pero tú orgullo e indiferencia no nos permite progresar.
Las cosas con Hades cada vez se ponían más serías y peligrosas, Kardia le dijo a Manigoldo que había perdido el interés amoroso en Degel y este le dijo lo mismo a su amigó, ambos quedaron sorprendidos con su repentino cambio, un día andaban enloquecidos de amor y al otro eran "amigos" lo que ellos no sabían es que ya estaban hasta casados.
Kardia y Degel no querían involucrarlos más en sus riesgosas acciones, el que Manigoldo supiera que el heleno era el enmascarado era un gran problema ya como para que supieran lo que a diario se hablaba en el consejo, creían que ahora ambos pasaban mucho tiempo en el consejo, ahora siempre estaban ahí y solo se les veía poco mientras ellos hacían los mandados.
La verdad es que mandaban a los chicos a hacer recados en la mansión Antares cuando querían estar en la finca Versau y viceversa, era complicado tener que llevar una doble vida ocultando su matrimonio y su amor pero era lo mejor para todos...al menos hasta que Hades cayera.
—¡No lo haces! Ya no quiero que te me vuelvas a acercar—Se alejo como todo un divo esperando que Manigoldo lo fuera a buscar como siempre hacía.
—¡Bien! Ya no te voy a rogar más.
También se alejó de él completamente enfurecido, no entendía por qué con Albafica tenía que ser todo tan complicado...tal vez no era el destino de ellos estar juntos.
~🌿~
Hades bajo de su carruaje y una vez tuvo la puerta al frente suyo la comenzó a tocar, le comentaría el personalmente a Antares de los planes que tenía para atrapar al enmascarado y de paso le reclamaría su ausencia en la reunión, al ver que nadie salía a abrir volvió a tocar está vez exasperado, el era el gobernador y nadie lo podía hacer esperar.
Los dedos de Kardia recorrían facinados esa piel blanca que tanto amaba poseer, sus sueños se hicieron realidad y bajo el estaba el amor de su vida mirándolo con deseó y amor, sus labios saboreaban la esencia de su ser y deleitaba sus oídos con los suaves suspiros que escapaban de la boca de su amado, su retina tenía la imagen de Degel sonrojado perdido en el líbido y en ese momento supo que mientras lo tuviera a el no necesitaba más nada para ser feliz.
En medio de su líbido el timbre de la mansión sonó indicando que alguien había llegado, ambos ignoraron el sonido y se dedicaron a seguir amándose, sin embargo la insistencia era tal que suspiraron resignados.
—Ve a ver quién es...
—Ya vuelvo—Se puso su toalla de baño y salió de la habitación, sin embargo algo en su interior le hizo estar alerta y haciéndole caso a su presentimiento no abrió de inmediato si no que miro a través de la mirilla, su sorpresa fue inmensa al notar que el mismísimo Hades estaba ahí—Maldita sea...—Se alejo de inmediato y corrió hacia su habitación donde lo esperaba Degel con las piernas abiertas.
—Hola guapo...¿Seguimos en lo que estábamos?—Kardia se mordió el labio inferior completamente excitado, amaba cuando su esposo se ponía caliente.
—Dioses Degel...me pones mal—Reunio su auto control para no caer en la tentación—Mi amor Hades está afuera.
—¿¡Que!?—De inmediato su deseó se esfumó—¿Y ahora?
—No lo sé...sabe que estoy aquí por qué mi carruaje está estacionado—Dijo con preocupación.
—Tienes que atenderlo—Expresó con firmeza, era necesario saber todo lo que fuera referente a Hades.
—Lo sé...pero ayúdame a recoger todo lo de la sala—El galo salió de la cama y desnudo junto a Kardia comenzaron a recoger todas las piezas de ropa que dejaron en el suelo, Degel volvió a entrar a la habitación y el mayor le dió un beso antes de ir a abrir la puerta—Te amo, ya vuelvo. No hagas ruido.
Abrió la puerta y Hades lo miro con molestia—Antares...que descortés de su parte hacerme esperar.
—Mis sinceras disculpas gobernador, estaba en el baño apunto de darme una ducha, lamento mis fachas—Hades lo observó más y vio que efectivamente estaba el toalla, su abdomen marcado y fuertes hombros le hicieron preguntar al pelinegro como tenía tan buena condición física si se supone no hacia ejercicio.
—Vengo de paso, tengo muchas cosas que hacer así que seré directo—Se adentro el mismo sin esperar a ser invitado y tomo asiento, estaba por decirle sus planes para atrapar al enmascarado utilizando a Degel Versau pero cuando estaba por abrir la boca algo llamo su atención...
Se trataba de unos anteojos.
Le extraño ver aquello si en esa casa se supone solo vivía el y el heredero de Antares no tenía problemas visuales, Kardia noto dónde el mayor tenía puesta su vista y maldijo internamente, olvidaron recoger los lentes de Degel.
—No pude asistir hoy pues últimamente me mareaba y al ir con el curandero me dijo que se trataba de problemas con la vista—Mintio esperando sonar convincente.
Sin embargo Hades no era tonto, esos anteojos los había visto muy seguido en Versau, a su mente llegó cada uno de los bailes y la manera en como se ofendió el Heleno cuando dijo las verdades de ese desvergonzado, podían ser unos anteojos cualquiera pero lo mejor era no proceder a revelar sus planes hasta estar completamente seguro de la lealtad de Kardia, ese enmascarado había sacado al peliverde del altar y ahora había algo que podía ser de ese mocoso en casa de uno de sus aliados...el no confiaba en nadie y tampoco lo haría en Antares.
Ahora era uno de sus principales sospechosos.
Pobre del que fuera el enmascarado.
—Ya veo...—Dijo tratando de parecer desinteresado—Venia para invitarlo a cenar, mi sobrina llegó de su viaje y desea verlo.
—Estare encantado de ir—Kardia sudaba frío, si Hades no lo había matado lo haría Degel.
—Ya es tarde, alístate y nos vamos juntos, Sasha ya está esperando en los aposentos privados de la gobernación por nosotros.
—Si Señor espere un momento...—Se retiró de ahí y al entrar a la habitación lo esperaba su esposo ya vestido con las mejillas infladas, los brazos cruzados y los labios unidos en un puchero demostrando así su indignación—Deggie mi amor...—Susurro.
—¡Shh! No hables que Hades está en la sala, alístate para ir a esa cena a la que tan encantado estás de ir—Dijo susurrando también.
—Prometo portarme bien, sabes que a este sujeto no se le puede negar nada y que mi corazón es solo tuyo mi amor. No te pongas celoso que te ves mas lindo y no creo poder resistirme.
—Ten mucho cuidado—Dijo relajando sus facciones otorgándole una sonrisa sincera.
—Claro que si—Le dió un beso en la frente y se adentro a la ducha dónde tomo un baño rápido, se visto velozmente y volvió a la sala dónde lo esperaba el azabache con impaciencia—Listo gobernador.
—Bien vámonos.
Ambos desaparecieron de la mansión Antares dejando a un preocupado Degel, el galo se sentía ansioso...no es que fuera celoso pero no le gustaba para nada la idea de que esa restrega pechos estuviera tan cerca de SU esposo, sabía muy bien que Kardia no la podía rechazar y eso lo ponía molesto.
Pero no son celos.
Se decía a si mismo mientras daba vueltas en la cama sin saber cómo matar el tiempo hasta que su esposo volviera, no estaría tranquilo hasta tenerlo a su lado y sobretodo lejos de esa mujer, así que una idea cruzo por su mente.
—Valla... casualmente tengo unos papeles que le debo entregar a Hades, sería buena idea ir a llevárselos hoy mismo como el señorito responsable que soy—Dio una risita divertida y se comenzó a alistar para ir a la gobernación dónde casualmente vería a Kardia y al gobernador.
Después de unos minutos el carruaje por fin llegaba a la gobernación, ambos hombres bajaron con el porte y elegancia que los caracterizaba y después de darle sus abrigos a las mucamas se adentraron a la parte privada de la edificación dónde esperaba la hermosa joven en la sala.
Sasha dejo de peinar su sedoso cabello cuando los vio entrar, se acercó hasta los hombres e hizo una breve reverencia.
—Buenas noches querido tío y joven Antares, que gusto volverlo a ver después de meses, me imagino lo difícil que tuvo que ser su vida sin mi presencia—Dijo poniendo su mano para que la besará.
Kardia como todo el caballero que era y sobretodo exelente actor beso su mano con elegancia.
—Tiene razón mi bella dama, fueron días difíciles.
Esperaba estar disipando las dudas de Hades, tomaron asiento y el gobernador decidió darles privacidad. Aún le parecía conveniente que Kardia fuera el esposo de Sasha por su inmensa fortuna, en medio de la charla tocaron la puerta y las mucamas fueron a abrir.
—Buenas noches vengo a hablar con el gobernador—Llegaba Degel.
—Buenas noches joven, creo que en estos momentos está ocupado—Dijo apenada.
—Oh tranquila, solo le daré esto y me iré...con permiso.
Se adentro sin importarle los reclamos de la sirvienta y valla sorpresa que se llevo...
Kardia y Sasha estaban besándose apasionadamente en medio de la sala.
Gifer1710🌟
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