Capítulo 7- El comienzo.
Jihwa había pasado una noche pesada, las pesadillas lo habían atormentado y apenas si había dormido, se empezaba a acostumbrar a ese sistema destructivo de sueño.
Luego de darle el desayuno a Makki, pasó un largo tiempo en el baño, desde aquella noche dedicaba más de media hora a restregar su cuerpo muy a consciencia, varias veces y usando la esponja dura, restregando hasta que su piel se tornaba roja y ardía. Cuando salió del baño se secó el cabello, haciendo que sus ondas algo rebeldes se mostraran, se vistió con unos pantalones negros, una camisa de mangas largas azul y encima un suéter negro.
Le regaló varias caricias a Makki antes de salir corriendo con su bolso, colocándose los zapatos por el pasillo. Iba tarde, todavía tenía que alcanzar un taxi y ni siquiera había desayunado, tenía que llegar a tiempo para pasar por la cafetería del campus.
Su cuerpo empujó la puerta del edificio, sintiendo el viento frío pegarle de lleno, motivo por el cual su piel se erizó aún bajo las capaz de tela. Respiró profundo el olor a humedad antes de prestar atención a su entorno. El aire escapó de sus pulmones, su pulso tembló y la expresión de sorpresa en su rostro no era nada disimulada.
Aparcado frente a su edificio se encontraba el auto de Yahwi, con él apoyado contra la puerta del piloto, vestido con unos pantalones negros, un suéter ligero blanco, una chaqueta gris clara y unos tenis blancos, con unas gafas de sol que no permitían que Jihwa viera sus ojos y el cabello siendo movido por el viento. Jihwa descendió lentamente por las escaleras hasta llegar delante de él, mirándolo todavía impresionado.
Para Yahwi no pasaron inadvertidas dos cosas, la primera eran las ojeras debajo de los ojos cafés que lo observaban como si él fuera un fantasma, y la segunda era que Jihwa inconscientemente se había parado a un metro de Yahwi, sin una puerta de por medio, eso era lo más cerca que habían estado, ya que aquel día en el banco ambos se habían sentado en extremos muy lejanos.
— Tú… ¿Qué…?— Jihwa intentaba hacer una pregunta coherente, pero su cerebro parecía haberse embotado.
— Buenos días— saludó Yahwi en su tono frío de siempre— Pensé que sería mejor venir a buscarte, no fuera que volviera a pasar algo como lo de ayer. De todas formas, tenemos que hablar del proyecto.
Jihwa procesó lentamente el tono defensivo, que se forzaba por llegar a la indiferencia, con que Yahwi hablaba. No pudo evitar volver a notar su forma de encubrir con sus palabras sus verdaderos motivos y con eso, sonrió afablemente.
— Muchas gracias, muy gentil de tu parte— respondió Jihwa con suavidad.
— Como sea— murmuró Yahwi, abriéndole la puerta de atrás y dejando que Jihwa pasara, entrando luego al auto y arrancando rumbo a la Universidad.
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Phill acaba de salir de su bar favorito, había logrado sacar una nota buena en un examen y se había ido a festejarlo con algunos compañeros de aula. Le envió un mensaje a Yahwi contándole las buenas nuevas, sabía que este fingiría que no importaba, pero que igual estaría aliviado.
Salía por la puerta cuando vio a Jooin parado, apoyado contra la pared y con la mirada perdida en el suelo. Decidió ignorarlo, no sabía qué hacía él allí y no le importaba. La verdad era que el chico nunca le había dado muy buena espina, peor que Caín incluso, independientemente de cómo se haya comportado con ellos, y después de lo de Yahwi, tenía motivos suficientes para mantener la distancia.
— Phill— maldijo mentalmente cuando la voz del chico llamándolo lo hizo detenerse, giró lentamente hacia Jooin, observándolo con el rostro serio— ¿Puedo hablar contigo un momento?— se veía preocupado y la verdad era que a Phill le picaba la curiosidad.
— Que sea rápido— exigió mientras caminaba hacia un lado, siendo seguido por Jooin hasta el parque con asientos que se hallaba a unos metros de ellos— ¿Qué sucede?— preguntó Phill de forma seria.
— ¿Qué tal está Yahwi?— preguntó Jooin, observando con ojos de cachorro hacia Phill, quien se negó a caer en ese engaño.
— No creo que esa respuesta te competa— respondió con firmeza, viendo al chico desviar la mirada.
— Yo solo…me preocupo por él— repuso Jooin en voz baja.
— Sí, se nota— rebatió Phill sarcásticamente— Tu forma de preocuparte por otros, es altamente preocupante— aseguró Phill, metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón blanco.
— Tú no lo entiendes— aseguró Jooin, negando con la cabeza y frunciendo el ceño de forma frustrada.
— ¿Sabes lo que sí entiendo, Jooin?— preguntó Phill de forma desafiante— Que Yahwi cometió errores, pero tú también. Jamás te importó saber o comprender a Yahwi, solo querías una relación acorde a tus pautas e ideales, y lo que no comprendes es que cada relación es diferente acorde a la pareja que la componga. Te dejaste embaucar por Caín y sus mentiras, y no me vengas ahora con que no sabes ya que son mentiras, te dejaste manipular, y no te diste una oportunidad a ti mismo, ni a Yahwi.
Phill se había ido exaltando, ahora mostraba en todo su rostro la expresión de dolor y rabia que tenía. Ese chico de mirada angelical había destrozado a su amigo, alguien que ya había sufrido mucho en la vida y que tenía demasiado en su cabeza como para sufrir ese proceso, por culpa de un inmaduro que no veía más allá de su propia nariz.
— Yahwi cometió errores, pero tú solo viste eso, jamás viste sus avances y si llegaron a ese extremo, tú también tienes la culpa. No te mereces saber qué tal está, ni qué está haciendo, ni nada sobre él. No lo mereces.
— Phill— Jooin lloraba, susurró el nombre de Phill atónito, jamás creyó que el chico le diría cosas tan duras.
— No vuelvas a buscarlo, Jooin, ve a arreglar tu vida, que bastante patas para arriba que está— con esas últimas palabras, Phill se marchó, dejando atrás a un Jooin lloroso y pensativo, que sentía un gran dolor en el pecho.
Caminó unos minutos sin mirar a nadie en particular, deteniéndose finalmente en la esquina de una calle que se mostraba casi desierta, esperando a que el semáforo cambiara a verde para los peatones.
— Y dime ahora, Caín, ¿valió la pena?— preguntó Phill sin girarse, lo había visto entre los árboles escuchando la conversación entre él y Jooin y lo sintió seguirlo, probablemente con la idea de reclamarle sus fuertes palabras.
— ¿Qué cosa?— preguntó Caín, sin fingir hacerse el desentendido, se había dado cuenta una cuadra atrás de que Phill sabía que lo estaba siguiendo.
— Mentirle, meterte entre ellos, manipularlo, usarlo en el momento más vulnerable posible, tenerlo en esas condiciones y prestarte a ti mismo como un mero objeto desechable.
Phill fue listando las cosas, mientras mantenía la mirada fija en el semáforo, nadie le había dicho nada, pero bastaba ver el rostro de Caín y Jooin cuando estaban juntos para adivinarlo. No es que el sexo estuviese mal, pero Phill no comprendía que placer podía obtenerse de hacerlo de esa manera, había algo más allá de lo físico en disfrutar plenamente del cuerpo de alguien, y en circunstancias así, para Phill no podía haber placer en lo absoluto.
— ¿Valió la pena todo eso por estar con alguien que no te ama y no te amará jamás de esa manera? Que cada vez que te vea, serás siempre la segunda opción con la que tuvo que conformarse por sus malas decisiones, el sustituto que estaba allí disponible y la única salida para no afrontar la culpa que tiene. ¿Vale realmente la pena estar al lado de alguien de esa manera?
Caín seguía mirando fijamente a Phill, que permanecía dándole la espalda. Ninguno dijo más nada y el semáforo cambió a verde en menos de diez segundos, y así, Phill siguió su camino, dejando atrás a un Caín que se mostraba sumido en sus pensamientos.
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Estaban sentados almorzando, nuevamente cortesía de Jihwa. Luego de que Yahwi le dejara en la Universidad, cada uno había ido a sus respectivas clases, quedando en reunirse para el almuerzo y así hablar tranquilamente. En esta ocasión comían unas rebanadas de pizza y bebían unas sodas, nada saludable, pero al menos era algo delicioso.
— Jihwa— Yahwi pronunció su nombre, captando su atención, mientras bebía de la soda y miraba hacia los estudiantes que iban y venían en diferentes direcciones— Sé que no hemos empezado bien, ni tampoco mal, simplemente ha sido todo muy inusual, pero de igual manera aquí estamos. Para bien o para mal, somos compañeros de proyecto, creo yo que ambos necesitamos ganar a como dé lugar y esto solo ocurrirá si empezamos a relacionarnos. No estoy en mi mejor momento y no puedo asegurar nada, pero te prometo que daré mi mayor esfuerzo si tú lo das conmigo.
Era la primera vez que Jihwa escuchaba a Yahwi hablar tanto, aun sin que este lo mirase, con la distancia de una mesa de por medio y de acompañamiento el bullicio estudiantil, Jihwa pudo percibir perfectamente el nerviosismo en Yahwi mientras hablaba, era algo leve, apenas perceptible, pero estaba allí.
Se preguntó entonces qué le había ocurrido a ese hombre que se mostraba tan fuerte y capaz, como para que su vulnerabilidad se viera expuesta de esa manera. No eran tan diferentes. Jihwa le debía mucho a Yahwi en muy poco tiempo, y su ayuda en tantas ocasiones le había demostrado que había más en él que lo que mostraba la superficie. Tenía miedo, estaba aterrado, pero igual pronunció las palabras que sellaban su decisión.
— ¿Quieres venir a mi casa?— Yahwi lo observó, sin comprender totalmente lo que decía— Creo que es el único ambiente en el que me siento cómodo por ahora, puedes ver mis cosas, quizás así te hagas una idea— se explicó Jihwa de forma suave y lenta.
— Entiendo— dijo Yahwi, analizando la propuesta, soltó un suspiro decidido y miró a Jihwa— Vamos.
El silencio cómodo en que se movían se mantuvo hasta que llegaron al edificio, por cada paso que daban dentro, Jihwa iba sintiendo más nervios, su corazón latía con fuerza, sus manos temblaban y estaba sudando. Era exponerse demasiado, pero a la vez era una prueba de resistencia para sí mismo.
— Toma el ascensor, esperaré al siguiente— comentó Yahwi cuando el ascensor se abrió, mostrándose vacío para ambos.
Jihwa observó su reflejo en el espejo del ascensor, se veía con miedo y débil, observando a Yahwi a su lado, quien lo miraba directamente a los ojos a través del reflejo, él también había visto lo mismo, por eso le sugería separarse.
— No, entraremos juntos— Yahwi lo observó dubitativo, se veía a punto de tener una crisis en cualquier momento y, sin embargo, había una determinación en sus ojos cafés que Yahwi no pudo ignorar.
Asintió con la cabeza, dando los primeros pasos dentro del ascensor y volteándose a mirar a Jihwa, no era un desafío, pero sabía que el chico se lo había tomado como tal. Un paso tras otro, Jihwa también se adentró en aquel pequeño espacio, marcando su piso en los botones y enfocando toda su mente en controlar su respiración mientras contaba en sus pensamientos, una técnica de relajación y control que la terapeuta le había indicado.
Cuando las puertas se abrieron, a Jihwa le tomó cinco segundos dar el primer paso fuera, pero luego de eso todo fue más fácil. Podía percibir sus pisadas detrás de él, su presencia abarcándolo todo, pero de alguna manera eso lo tranquilizaba. Abrió la puerta lentamente, adentrándose y dejando pasar a Yahwi, que cerró una vez estuvo dentro.
— Puedes ponerte cómodo— dijo Jihwa, quedándose de pie en medio de la sala.
— Lo mismo digo— rebatió Yahwi, haciendo referencia al nerviosismo vibrante de Jihwa, este solo sonrió, respiró profundo un par de veces y finalmente empezó a relajarse.
— ¿Deseas algo de beber?— ofreció, buscando ser un mejor anfitrión.
— No, estoy bien así— aseguró Yahwi, que se dedicaba a observar todo. Era un salón común, con colores beige y casi ningún adoro, nada que le transmitiera algo de Jihwa— Esto no me dice nada de ti— comentó luego de un par de minutos de caminar por la estancia.
— Bueno, al menos fue un buen primer intento— repuso Jihwa, alzando los hombros en rendición, Yahwi tuvo que darle la razón, para la manera en que habían manejado la situación hasta el momento, era el mejor intento posible.
Un audible maullido llamó la atención de ambos, observando a la entrada de la sala, donde un somnoliento Makki venía a recibir a su dueño, pero al ver a Yahwi, el gato cambió su rumbo hacia el de ojos amarillos, restregándose por sus pies hasta que Yahwi lo cargó, acariciándolo y escuchándolo ronronear. Una risa ligera hizo a Yahwi dejar de mirar a Makki y atender a Jihwa.
— Lo siento, es que recién me doy cuenta de que ambos se parecen demasiado, parece tu versión felina— comentó Jihwa sin dejar de reír.
Sus mejillas se habían puesto rojas, sus ojos se mostraban ligeramente aguados y mordía su labio inferior para no carcajearse al ver a Yahwi mirarlo fijamente, con la misma expresión seria que Makki tenía mientras era sostenido por el mayor. Allí, en ese instante, Yahwi lo supo.
No tenía ni idea de qué sería lo que haría para su proyecto, pero lo que hiciera, quería que fuera algo que hiciera a Jihwa verse así de feliz, lleno de juventud, humano y, sobre todo, vivo. Esa determinación, en medio de lo que se avecinaba, sería determinante.
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El vibrar de su teléfono interrumpió su lectura, tranquilamente lo sacó del bolsillo interior de su saco y contestó la llamada.
— Mi señor— dijo su hombre de confianza desde el otro lado de la línea— pasó 30 min dentro del apartamento del chico nuevo, luego se fue, no ha habido más novedades.
— Siga vigilándolo— ordenó con la voz firme, observando a la nada unos segundos antes de colgar. Alcanzó su bebida y le dio un trago a aquel whiskey importado— Yahwi, Yahwi, Yahwi— repitió parsimoniosamente en un tono intrigado— ¿Qué crees que estás haciendo?
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Epaaaaa, inicia el drama mis queridos lectores.
¿Ahora quién será este? ¿Qué estará pasando?
Sugerencias, dudas, opiniones y comentarios al respecto, aquí ➡️➡️➡️➡️
Recuerden dejar su estrellita y su comentario sobre el capítulo, me interesa mucho saber qué piensan.
Besitos, nos leemos mañana amores míos.
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