Capítulo 43- El reencuentro.
—Ni siquiera sé para qué demonios quiere el viejo tenerme aquí, ya no estoy vinculado a la compañía —se quejó Yahwi por teléfono, Jihwa suspiró del otro lado de la línea.
—Kang-Dae y Ae-ri también te lo pidieron, nos han ayudado mucho Yahwi, no puedes simplemente no ir —explicó suavemente el pelirrojo, quitándose los espejuelos que había tenido que empezar a usar hacía un año debido a las jornadas extensas de horas frente a un ordenador, y reclinándose hacia atrás en la silla.
—Sí, lo sé, me lo repetiste tanto que es el único motivo por el que estoy aquí —se quejó Yahwi, Jihwa sonrío ante la idea de que a veces Yahwi se comportaba como un niño mimado.
Después de la premiación por el proyecto se avecinaron tiempos revoltosos para todos. Yahwi había tenido que viajar a Corea con Ae-ri y Woo-Bin, dejando a Jihwa y Myeong-Suk con Phill y Cain, algo que no le daba mucho consuelo, solo porque su abuelo exigía su presencia para cerrar todos los vínculos de Yahwi con la compañía, dándole el poder absoluto a Kang-Dae.
Si bien el viaje no fue tormentoso, y su abuelo no se opuso ni protestó ante nada, Yahwi sintió que aquella semana había sido una tortura por estar lejos de Jihwa y su bebé, motivo por el cual no dudo en regresar a casa tan pronto como todo estuvo cerrado, siendo recibido por un Jihwa muy cariñoso que no se contuvo en demostrar cuánto lo había extrañado, aprovechando que Phill y Cain cuidaban a Myeong-Suk en su apartamento como regalo de bienvenida para Yahwi.
Los meses que siguieron a esa separación de la compañía Go consistieron en reuniones con los inversionistas, planeamiento y papeleo para la construcción del hospital, muchas protestas y discusiones con los ingenieros y estrés, sobre todo, mucho estrés.
Jihwa apoyaba en todo lo que podía y había aprendido a lidiar con cuidar a Myeong-Suk solo, pues al mes de haber pasado la premiación Phill viajó con Cain a Londres para conocer a su familia, llenando la bandeja de entrada de Yahwi y Jihwa de fotos de ellos dos recorriendo el lugar, con Yahwi asustándose ante la vista de Cain y sus hermanos, todos casi idénticos, comentario que causó que el mentado hiciera una llamada de más de dos horas protestando sobre el comportamiento de Yahwi y su mala educación.
Para su buena fortuna, el hospital llegó a construirse y el inversionista que lo financió, siendo su propietario, le propuso a Yahwi que se convirtiera en accionista de este, siendo su idea y creación, algo a lo que el joven no se opuso. Usando el dinero del premio, además del bono por la construcción del hospital y los ingresos como accionista, Yahwi decidió cambiar su enfoque, creando su propia compañía constructora.
Inició en pequeño, contratando a sus compañeros de proyecto para que obtuvieran residencias por trabajo y que pudieran desplegar su increíble talento. Esto lo llevó a tener su casa invadida por el efusivo grupo durante las cenas en más de una ocasión, pues eran los encargados de llevar a Yahwi a casa a una hora adecuada cada noche por petición de Jihwa.
Jihwa, por su parte, se había dedicado durante el primer año a Myeong-Suk, siendo esa su única labor, cuidar a la niña durante su crecimiento era toda una odisea y él lograba realizarla dignamente. Más de una ocasión Yahwi se vio lamentando su exceso de trabajo, porque no estaba allí para todas esas primeras veces espontáneas de Myeong-Suk, pero Jihwa siempre se había asegurado de grabarlo todo, enviándoselo justo después de que ocurriera, como aquella primera vez que la pequeña gateó, o cuando se apoyó en la pared y empezó a caminar tambaleantemente.
El recuerdo grabado más preciado para Yahwi había sido el momento en que Myeong-Suk había llamado papá a Makki, apuntando al gato, que había adquirido un gran tamaño, y luego apuntando a la foto de Yahwi que Jihwa tenía en la sala. El video consistía en ciento treinta segundos de Myeong-Suk llevando su dedo de Makki a la foto de Yahwi mientras seguía diciendo papá, cuando Yahwi llegó a casa aquella noche, ella repitió esa acción, pero esta vez decía papá apuntando de Makki al Yahwi real.
Jihwa se incorporó al trabajo como jefe de diseño gráfico de la compañía Park-Go cuando Myeong-Suk cumplió el año y medio, llevándola a la guardería recién abierta de la empresa y retomando el ritmo de trabajo. Esto trajo consigo diferentes discusiones entre ellos, pues ninguno estaba acostumbrado a ese estilo de vida y ambos pasaban tanto tiempo separados entre ellos y de la niña que la tensión se acumulaba hasta hacerse insoportable.
Ae-ri literalmente tomó un vuelo hacia Estados Unidos para cuidar a la pequeña y mandarlos a los dos a un viaje vacacional no opcional, con todo pago, que los ayudó a volver a poner las cosas en perspectiva. Después de eso nunca habían vuelto a dejar que el estrés los afectara de esa forma, tomando unas vacaciones cada que sentían que la carga era demasiada.
La empresa se desarrollaba bien, y pasados tres años de haber sido iniciada, Yahwi había logrado elevarla al más alto nivel entre las compañías constructoras de Norteamérica, volviéndose uno de los empresarios más jóvenes en obtener semejantes logros.
Fue por esa época por la que pidió encarecidamente a Cain y Phill que vinieran a Estados Unidos, para lo cual tuvo que pasar treinta minutos de su valioso tiempo convenciendo al chucho pulgoso, como todavía le llamaba aunque ahora se llevasen bien, pues él dijo que no iría si Yahwi no se lo pedía apropiadamente. Quien aceptó al final fue Phill, que le dio un golpe a Cain en la cabeza con un periódico y le dijo a Yahwi que volarían.
La llegada de Phill y Cain tenía como objetivo dos cosas, la primera fue Yahwi proponiéndole a Phill que dejase su trabajo en la compañía que lo había aceptado apenas se graduó y trabajase con él, una oferta tentadora, pero que Phill no podía simplemente aceptar cuando toda su vida estaba en Corea.
Yahwi había sonreído traviesamente mientras Jihwa colocaba delante de Phill los papeles del contrario, apreciando como los ojos de Phill se llenaban de lágrimas mientras leía. Yahwi no le estaba dando trabajo como arquitecto, lo estaba haciendo socio de su compañía, volviéndolo el encargado general de la sucursal que abriría en Corea, con toda intención de ser la competencia de la Compañía Go, algo que su primo se había tomado muy felizmente, sintiéndose motivado ante el desafío.
El segundo motivo por el cual Yahwi había necesitado a Phill y Cain era para que cuidaran apropiadamente de Myeong-Suk durante una semana de vacaciones especiales que él quería hacer con Jihwa. La pareja aceptó sin preocuparse, igualmente la pequeña pasaba mucho tiempo con ellos, quienes siempre estaban viajando a Nueva York a verlos o hacían largas horas de videollamadas. Yahwi les agradeció infinitamente y después se llevó a Cain con él por la ciudad, dejando a Phill y Jihwa sorprendidos.
Cain no le dijo a Phill el motivo de su salida con Yahwi, limitándose a sonreír con diversión mientras los veía irse a su viaje especial, esto significó que vivió una semana con un Phill determinado a hacerle confesar la verdad, pero sin importar que sexy artimaña erótica Phill usara, Cain no habló. Eso fue bueno, porque pudo ver a Phill casi desmayarse entre gritos de felicidad al ver a la pareja regresar de su viaje, con Jihwa teniendo un anillo con un grabado especial en su dedo anular.
Obviamente, Phill hizo a Yahwi relatar cómo había llevado a Jihwa a un viaje hacia lo natural, parando en un complejo para retirados que estaba en lo que Yahwi describía como un bosque, pero que tenía una atención increíble y las habitaciones eran únicas.
Al final de la maravillosa semana que habían pasado juntos, Yahwi había llevado a Jihwa al lago con los ojos vendados, descubriéndole los ojos para que viera la petición escrita en el lago con velas que flotaban en pequeñas barquitas perfectamente alineadas, cuando Jihwa se giró para encararlo, Yahwi estaba sobre una de sus rodillas, una cajita dorada abierta en sus manos y el anillo grabado en el centro.
Phill lloró a lo largo de toda la historia y después golpeó a Cain con un cojín por no decirle que él había ayudado a Yahwi en la elección del anillo. Todos rieron ese día.
La pareja esperó dos años más para casarse, porque la boda de Ae-ri había sido un año después y, tal cual la mujer era, podía haberse considerado más un movimiento nacional que una boda. La prensa había recogido todo el evento, la propaganda había durado dos meses y el derroche de dinero fue abismal, pero Ae-ri no tomaría menos que eso.
El viaje a Corea para la boda fue la primera visita de Jihwa desde que se había retirado hacía tres años atrás, por lo que Yahwi se encargó de que viajaran con dos semanas de antelación, permitiéndole adaptarse nuevamente al país y enfrentarse a sus recuerdos antes de poder festejar una extravagante boda innecesaria, en las palabras de Woo-Bin.
Kang-Dae había hecho que la Compañía Go compitiera con las Empresas de Construcción Park-Go en su sucursal coreana dirigida por Phill, pero cuando quedó claro que ambos seguirían compitiendo eternamente le ofreció a Yahwi un trato, viajando a Estados Unidos para cerrarlo permanentemente, volviendo sus compañías socias con restricciones, ambos crecieron muchísimo más después de aquello, aunque el abuelo Go estuviese totalmente en contra, opinión que Kang-Dae no tomó en cuenta en ningún momento.
Yahwi tenía que admitir que sus vidas iban bien, seis años después de todos aquellos eventos desafortunados y de la premiación que cambió sus vidas, todo parecía encajar perfectamente. Por eso estaba tan enojado, su abuelo y primos le habían prácticamente exigido que asistiera personalmente a la premiación de las compañías por la creación de un monumento civil en Corea. Él sabía que era un evento importante, pero estaba a una semana de su aniversario de bodas y tenía demasiadas cosa que organizar para celebrarlo como para andar en fiestas de ese tipo.
Pese a todo, Jihwa mismo había insistido para que fuera y allí estaba, vestido de traje y corbata, sentado en la limusina conducida por uno de los choferes de su compañía mientras se dirigía a el salón de la fiesta, hablando por teléfono con Jihwa, quien él sabía que no había descansado lo suficiente sin importar cuántas veces este le asegurara que sí. Un bostezo se escuchó del otro lado de la línea, haciendo a Yahwi reír mientras se imaginaba a Jihwa frotándose los ojos y estirándose como un gato.
—Tienes que descansar, te lo he dicho —le reprendió Yahwi suavemente, sonriendo cuando Jihwa dijo exacto lo que él sabía que diría.
—He descansado, solo estoy aprovechando que Myeong-Suk está en el kínder para avanzar la presentación del proyecto de California —respondió Jihwa, Yahwi percibió el sonido de la cafetera colando y Jihwa sirviéndose otra taza.
—Lo que deberías hacer es aprovechar que ella está en el kínder y dormir algo —rebatió Yahwi —ambos sabemos que cuando no estoy duermes con ella y esa pequeña bestia se mueve demasiado de noche.
—Ya sé, pero en serio quería avanzar mientras tenía la inspiración —discutió Jihwa, su tono cansado llegando hasta Yahwi, quien ya veía la entrada al salón delante de él mientras la limosina se detenía.
—Escucha, ya tengo que dejarte, hemos llegado al salón y tengo un infierno que pasar —habló Yahwi en un tono de disculpa —pero en serio quiero que duermas algo, considera que si no descansas apropiadamente no estarás completamente atento a Myeong-Suk cuando llegue y puede ocurrir algo malo —era consciente que eso era una manipulación dura, pero era por un buen motivo y además, había pasado ya antes.
—Eso es injusto —repuso Jihwa, acordándose de lo mismo que Yahwi, aquella tarde en la que el cansancio los había vencido y se habían despertados casi asfixiados porque Myeong-Suk se había entretenido jugando en la cocina y sin querer había abierto el gas. Nada malo había pasado, pero la historia bien pudo haber sido muy diferente en otras circunstancias —pero tienes razón, aprovecharé para dormir un rato. Llámame cuando todo terminé, por favor.
—Lo haré y espero despertarte de un agradable sueño en nuestra cama —aseguró Yahwi, algo que para otros parecería sádico, pero que Jihwa entendía era su forma de decirle que durmiera por favor.
Yahwi salió de la limosina y caminó decididamente hacia la entrada del salón, pasando más allá de los guardias sin que nadie lo detuviera, ignorando lo mejor posible los flashes de los fotógrafos. El ambiente dentro era todo lo que él sabía que seria y que a la vez detestaba, muchas personas elegantes fingiendo que tenían vidas perfectas y exceso de dinero por todas partes, después de haberse adaptado a su vida más sencilla y familiar, lugares así lo hacían sentir sofocado.
Su mirada encontró la de Ae-ri, quien asintió como saludo para hacerle saber que estaba satisfecha con su aparición, tal cual Yahwi pensó, Woo-Bin no asistió al evento, algo lógico si conocías al hombre. Observó atentamente en derredor, decidiendo que si iba a pasar horas dentro de aquel ambiente asfixiante, necesitaba hacerlo con un trago más fuerte que el champán que los meseros llevaban en sus bandejas a todas partes.
Caminó hacia la barra, escabulléndose por las esquinas e intentando activamente que nadie le viera. Su cuerpo se relajó cuando pudo sentarse en uno de los asientos apartados de la barra y el barman se acercó a pedir su orden, un whiskey fuerte que le ayudase a sobrellevar la noche.
Le acaba de dar dos tragos a su bebida cuando sintió la presencia de alguien más muy cerca de él, su cuerpo tensándose cuando escuchó su voz como años antes había sucedido. Giró aun sentado en la silla, enfrentándose a la imagen más madura del joven que él había conocido. Ahora un hombre se mostraba delante de él, uno que le sonreía afablemente y le saludaba con facilidad, así que Yahwi se las arregló para hundir los nervios y la impresión dentro de él, su voz saliendo clara y precisa.
— Hola, Jooin.
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Amo hacer capítulos de adelantos temporales, son una de mis partes favoritas.
¿Qué piensan del capítulo? ¿Les ha gustado? En serio quiero saber sus opiniones, por fis no me dejen con la duda que me deprimo🥲.
En fin, el final se acerca pequepinkypitufibolas, espero que estén preparados.
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