Capítulo 34- El sueño entre nosotros.
Temeroso de que sus próximas palabras hiciera más daño, Yahwi esperó la reacción de Jihwa, quien parecía estar luchando una batalla interna agotadora y dolorosa, hasta que este finalmente tomó distancia, caminando más dentro de la habitación y deteniéndose al lado de la cama. Su mirada se perdió entre las sábanas perfectamente arregladas y la tensión en sus hombros era visible, cuando el silencio se prolongó, Yahwi volvió a hablar.
— Lo lamento— dijo suavemente, su vos mezclándose a la perfección con el silencio— Lo que dije fue insensible y solo se me escapó, pero no significa nada Jihwa, todo puede seguir igual— sus palabras eran sinceras, con Jihwa jamás había sentido que el sexo era una necesidad imprescindible, si había dicho que lo deseaba había sido porque su cerebro rompió el filtro pensamiento a lengua.
— Yo también te deseo— la voz de Jihwa tenía un matiz tembloroso de miedo que bloqueó a Yahwi de comprender lo que este decía sino hasta segundos después, pero solo esperó, porque podía notar que Jihwa no había terminado— pero cuando me hago consciente de lo que eso significa mi mente se bloquea y recuerdo aquella primera vez— su semblante no parecía atormentado, solo se veía triste— Desearía poder olvidarlo todo, reescribirlo.
Esas palabras se adentraron en Yahwi haciendo eco, creando una idea que lo llevó a avanzar hasta Jihwa, quien sintió sus pasos y se giró lentamente para enfrentarlo. Yahwi alzó sus manos, deslizando cariñosamente sus dedos por las mejillas de Jihwa, haciéndolo sentir el calor que estas transmitían y sus miradas se enfocaron uno en el otro.
— ¿Confías en mí?— preguntó Yahwi suavemente, a lo que Jihwa asintió sin querer romper la forma hipnotizadora en la que Yahwi se mostraba— Dime si es demasiado, me detendré de inmediato— aseguró.
Llevando su mano a su corbata, tomando del nudo y tirando de este en un movimiento fluido que hizo que la negra seda se deslizara fuera de su cuello, Yahwi se aproximó más a Jihwa, estirando la corbata entre sus manos y haciéndole saber sus intenciones. El pelirrojo asintió levemente antes de sentir como la seda se adaptaba a su piel y su visión quedaba totalmente a oscuras, los dedos hábiles de Yahwi cerrándolo en un nudo en la parte posterior de su cabeza y su respiración golpeando sobre la suya.
— Voy a lanzar un hechizo— habló Yahwi suavemente, haciendo que sus pasos sonaran en el silencio a medida que orbitaba alrededor de Jihwa y se detenía detrás de él— Aquella noche nunca pasó, nunca hubo novios antes de mí, ni yo conocí a nadie antes de ti— susurró en el oído de Jihwa, llevando sus manos a las solapas del abrigo y deslizándolo fuera de los tensos hombros que empezaban a relajarse— Vivimos concentrados en nuestros estudios, enfrascados en el futuro, puede que incluso hubiesen habido ocasiones donde visitamos los mismos sitios, pero nos ignoramos uno al otro.
Su voz causaba un efecto de cápsula en Jihwa, quien se sentía ajeno al mundo mientras Yahwi depositaba un beso detrás de su oreja y su cuerpo volvía a moverse a su alrededor hasta quedar frente a él, con sus manos deslizándose por los hombros y brazos de Jihwa, enganchándose luego en las caderas y subiendo hasta el borde del suéter, tirando suavemente de este hacia arriba hasta que pudo percibir el lento ascenso de los brazos de Jihwa que lo ayudaron a deshacerse de la prenda, mostrando su piel blanca y perfecta por doquier.
— Ambos aceptamos el proyecto porque era una oportunidad única— continuó hablando Yahwi, tomando las manos de Jihwa entre las suyas y llevándolas a su cuerpo, sintiendo al menor hacer movimientos torpes para ir deshaciéndose de sus ropas, que caían al suelo en un ruido sordo.
Yahwi no lo apuró ni lo ayudó, Jihwa tomaba su tiempo y él se lo permitía, disfrutando de cada gesto, de cada temblor, de cada momento en que el menor se mordía el labio inferior cuando una prenda más desaparecía de su cuerpo, hasta que su torso también estuvo desnudo y entonces los dedos de Jihwa recorrieron suavemente toda la piel delante suyo, sintiendo cada parte de Yahwi debajo de sus yemas y como el calor aumentaba en sí mismo.
— Nos conocimos cuando entraste por la puerta del Decano, quedando ambos totalmente prendados del otro, como si toda la vida hubiésemos estado buscándonos, esperándonos— pronunció Yahwi, cerrando la distancia entre ellos y deslizándose hacia abajo en un camino de besos húmedos que hacían a Jihwa contraerse y jadear, con sus manos aferradas a los hombros de Yahwi, hasta que este estuvo arrodillado totalmente delante del pelirrojo— Pusimos en marcha el plan de salidas para conocernos y poder ganar, pero a medida que nos abríamos uno al otro, íbamos cayendo más fuerte en un sentimiento desconocido para los dos— Yahwi arrastró sus manos por las piernas de Jihwa, llegando hacia sus pies y quitándole los zapatos suavemente, besando el dorso de cada pie cuando lo liberaba de su presión— Hasta que finalmente me rompí y te pedí una cita.
Sus manos ascendieron por las piernas de Jihwa lentamente, manteniéndose pegado a la tela hasta que el cinturón apareció, Yahwi depositó besos alrededor del ombligo de Jihwa mientras sus hábiles dedos quitaban el cinturón y abrían el cierre, quedando solo la necesidad de deslizar la prenda hacia abajo.
No dudaba, pero por si Jihwa pudiera retractarse, le dio prioridad a quitarse los zapatos con sus propios pies y permitirle unos segundos al otro donde solo su aliento y sus manos quietas sobre el borde el pantalón los conectaba, hasta que percibió el ligero movimiento de las caderas de Jihwa hacia adelante, entonces la lengua de Yahwi se adentró en el ombligo de Jihwa, haciéndolo curvarse hacia adelante y usando eso para sacarle totalmente el pantalón.
— Las salidas se volvieron todas citas y pronto nos dimos cuenta que nos habíamos enamorado— volvió a hablar, notando su voz mucho más ronca que antes y deslizando un camino ascendente por el torso de Jihwa con la lengua mientras él se incorporaba, adorado la piel que se erizaba a su paso— Hasta que finalmente, en Fin de año juntamos nuestros labios por primera vez, en un primer beso algo tardío para nuestras edades, pero perfecto en todos los sentidos para nosotros.
Sus últimas palabras quedaron susurradas sobre los labios de Jihwa, quien voluntariamente se inclinó hacia adelante y cerró el espacio entre ellos. Las manos de Yahwi bailaban sobre la piel de su espalda, sus manos en cambio se aferraban a sus hombros lisos y espalda alta, mientras sus lenguas se dejaban llevar una contra la otra, guiadas por los movimientos voraces de los labios, hasta que Yahwi sintió la confianza de descender las manos y colocarlas en la parte más baja de Jihwa, quien gimió contra su boca al sentirlo presionar allí, pegándose más a su cuerpo y percibiendo su propia erección moverse contra la de Yahwi.
El pensamiento de que Yahwi lo deseaba era poderoso, cobrando vida por todo su cuerpo y estremeciéndolo hasta que sus labios se separaron y Jihwa gimió de la impresión, pues Yahwi había bajado hasta sus muslos y en un movimiento fluido lo había cargado, haciendo que Jihwa enrollase las piernas alrededor de sus caderas.
Dio unos pasos firmes hasta que sus rodillas tocaron la cama, entonces hizo uso de toda su fuerza para depositar a Jihwa en el centro de esta, embebiéndose en la imagen de un Jihwa sonrojado y tembloroso, cuya piel erizada se veía marcada por las contracciones involuntarias de los músculos, su respiración jadeante y labios hinchados por los besos, todo en él era una provocación al pecado.
— Después del primer beso siguieron muchos más— prosiguió Yahwi, quitándose su cinturón y viendo a Jihwa respingar ante el sonido de este cayendo al suelo, seguido del cierre de su pantalón siendo abierto— pronto, despedirme de ti resultaba ser un martirio, así que te pedí que vinieras a vivir conmigo, porque simplemente tu cercanía era suficiente para calmar cada demonio de mi mente— Jihwa tembló, su respiración se aceleró y por primera vez en mucho tiempo, eso era algo bueno— pero esa noche, el beso de buenas noches se transformó en algo más, el deseo superó todas las barreras y solo quedamos tú y yo, juntos.
Yahwi quedó totalmente desnudo y lentamente se subió a la cama, colocándose sobre el cuerpo de Jihwa, pero sin tocarlo, haciendo fuerza con sus brazos a cada lado de la cabeza pelirroja para descender hasta que sus labios estuvieron encima de los de Jihwa.
— Amándonos— agregó en un susurro.
El espacio se cerró cuando Jihwa alzó los brazos, pasándolos por detrás del cuello de Yahwi y tirando de este contra sí mismo. Yahwi se dejó caer sobre el cuerpo de Jihwa en un impacto de sus labios, dejando que su beso los desinhibiera, sintiendo la forma en que sus labios se acompasaban a los movimientos voraces del otro y sus lenguas danzaban juntas por el control. Todo su cuerpo estaba en contacto con el otro, piel ardiente contra piel ardiente, el calor aumentando mientras ambos realizaban movimientos descontrolados producto del deseo ciego que se apoderaba de ellos.
Las manos de Yahwi descendieron por el torso de Jihwa, disfrutando de como este se estremecía ante su tacto mientras él mismo iba bajando, repasando con sus labios y lengua todo el recorrido de sus dedos, hasta que su boca se cerró sobre un pezón rosado en una succión firme que hizo a Jihwa arquear la espalda, alzando el pecho contra Yahwi mientras sus piernas se abrían y se aferraban a la cuerpo entre ellas.
Los dientes de Yahwi presionaron levemente el pezón, sintiendo los gemidos de Jihwa mientras su mano se deleitaba torturando el pezón contrario y su otra mano descendía por todo el costado de Jihwa, disfrutando de la sensación de sus costillas marcándose en su piel cada que este se arqueaba de placer.
Sus uñas barrieron suavemente la piel de Jihwa, pasando por su ingle hasta seguir el recorrido por sus muslos y Yahwi se incorporó sobre sus rodillas, dejando que su mano bailara por la cara interior de la pierna de Jihwa hasta su tobillo, donde su agarre se cerró y él alzó la pierna del contrario hasta subirla a su hombro, girando al cabeza y depositando una leve mordida que hizo que el miembro erecto de Jihwa se marcara más aun contra su húmeda ropa interior.
El mayor deslizó su lengua sobre la mordida y luego más allá, en un camino ascendente que iba siendo replicado por sus dedos en la pierna contraria, dejando besos por toda la piel y continuando con la lengua, disfrutando de la tensión del cuerpo de Jihwa, que se mostraba totalmente a su merced.
Depositó una mordida mayor cuando su boca alcanzó el nivel del muslo, haciendo que Jihwa soltara un gemido retumbante en el silencio que hizo a Yahwi latir con su parte más baja, pero el objetivo era Jihwa primero. Su boca siguió subiendo hasta que la tela negra que quedaba se interpuso en su camino, pero Yahwi trazó la forma del miembro de Jihwa sobre esta, sintiéndolo latir debajo de sus labios y cuando sus manos se aferraron al borde de la prenda, volvió a hablar.
— ¿Estás seguro?— preguntó roncamente, con la voz pastosa para sus oídos. Jihwa se tomó unos segundos en encontrar su propia voz.
— Sí— cuando habló, por más que su voz fallara debido al deseo, se notaba firme y segura, Yahwi no necesitó más.
Sus manos despojaron de la prenda a Jihwa, haciendo que perdieran el contacto por unos segundos, pero Yahwi rápidamente volvió a la misma posición, dejando besos por la ingle derecha de Jihwa mientras lograba presionar suavemente sus muslos, haciéndolo abrirse más para él.
Cuando su aliento rozó el goteante miembro de Jihwa, las manos del menor se cerraron entorno al cabello de Yahwi con fuerza y este dejó salir una sonrisa petulante antes de hacer lo que Jihwa quería. Deslizó su lengua por toda la extensión de Jihwa, sintiéndolo latir contra su lengua y las caderas de Jihwa se elevaron mientras este dejaba escapar un gemido más alto, haciendo que Yahwi no pudiera contenerse.
Su boca se cerró alrededor de la rosada punta y Yahwi descendió en una succión firme que lo llevó hasta el final del miembro de Jihwa, sacándolo lentamente mientras su lengua creaba espirales sobre todo el tronco, llegando a la punta nuevamente, la cual perfiló con sus dientes, presionando la lengua en ella antes de volver a succionar totalmente, repitiendo le proceso hasta sentir su boca pastosa por el líquido preseminal y a Jihwa al borde.
Sus gemidos habían aumentado, sus temblores estaban descontrolados y sus dedos se cerraban firmes alrededor del cabello de Yahwi, tirando de él mientras su propio cuerpo se movía más profundo en su boca.
Yahwi sintió la presión de Jihwa aumentar, pero era muy pronto y no quería eso, por lo que dio una última succión antes de liberar el miembro de Jihwa, quien se mostró sudoroso y dejó que su cuerpo se quedase desmadejado sobre la cama, haciendo a Yahwi perderse en la visión más erótica que conocía durante unos segundos.
Recuperando la compostura, Yahwi se inclinó sobre el cuerpo de Jihwa hacia la mesita de noche, abriendo la gaveta y sacando el pomo de lubricante y los condones que allí estaban. Al Jihwa escuchar el sonido del pomo abrirse, su cabeza giró como si pudiera ver qué pasaba, pero el olor afrutado de la uva llegó a su nariz y pudo suponer lo que era.
Yahwi descendió hasta él, dejando un rastro de besos por todo su hombro, su cuello, el borde de su mandíbula, y cuando sus labios volvieron a conectar, un dedo de Yahwi se adentró en Jihwa, haciéndolo jadear de la impresión en medio del beso, el momento decisivo era ese.
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Y hasta aquí, no habrá más actualizaciones por dos semanas, lo lamento mucho.
¿Sí se la creyeron? 🤣🤣🤣
Nah, adelante, el otro capítulo también está disponible. En fin, ¿qué les pareció la técnica de Yahwi? Todas sus técnicas 😏😏😏.
Ya me dirán pequepinkypitufos, besitos.
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