Capítulo 31- La aceptación de un amigo.
Yahwi estaba en el aeropuerto por cuarta vez desde que había llegado a Nueva York, en esta ocasión esperaba por Phill, quien había avisado con tres días de antelación que pretendía invadirle el apartamento, algo que alegró a Jihwa por la posibilidad de conocer a la persona que Yahwi consideraba como su amigo.
Por eso Yahwi no se negó cuando Jiyu y Jihwa se apoderaron de su cocina en la mañana, preparando una comida de recibimiento para Phill, quien había hablado con ellos por teléfono en altavoz y ya era obvio para Yahwi que se llevaría de maravilla con la loca embarazada que estaba regando su cocina al máximo, diciendo que sabía usarla, aunque Yahwi pudo oler claramente algo quemándose antes de salir de la casa.
— ¡YAHWI!— el grito alegre del rubio le llegó rápidamente, pero no lo suficiente para evitar el abrazo que lo desequilibro unos instantes al que se vio sometido por parte del rubio— Te extrañé tanto, cabezota— pronunció Phill con una sonrisa gigante, separándose de Yahwi, que mostraba el ceño fruncido— Oh, mira eso— comentó este, llevando su dedo índice hacia la arruga en la frente del de cabello oscuro— Ya casi ha desaparecido su marca, significa que no frunces el ceño tanto como antes.
— Idiota— protestó Yahwi, pero Phill solo se rio, sabiendo que tenía la razón.
Ambos amigos se desplazaron hacia el auto de Yahwi, con el rubio quejándose del viaje, del cansancio, del esfuerzo extra en la escuela para graduarse y de cómo al regresar tendría que empezar a buscar trabajo de forma exhaustiva. Yahwi lo escuchó pacientemente, sonriendo en ocasiones ante el colorido lenguaje que usaba Phill para referirse al proceso de búsqueda de trabajo.
— De hecho— intervino Yahwi cuando Phill terminó de despotricar— necesito que me des tu opinión sobre un diseño.
— ¿El diseño del proyecto de abril?— preguntó Phill, repentinamente interesado— Te queda menos de un mes.
— Lo sé, lo tengo casi terminado y Jihwa, pese a sus protestas, ha logrado armar una presentación increíble con las pistas que le di solamente, tiene un talento nato— Yahwi no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios al recordar los colores pasteles que se mesclaban sin forma en medio del diseño de Jihwa para la presentación y Phill distinguió ese brillo en sus ojos, uno que desconocía en su amigo— pero necesito tu opinión.
— Es extraño que dudes de algo que tú hagas— comentó Phill, sintiéndose orgulloso de saber que si Yahwi iba a pedir la opinión de alguien, en lugar de pagar a un profesional experimentado, lo prefería a él.
— Pero los sentimientos no son mi punto fuerte y esto es más bien un regalo para Jihwa— explicó Yahwi en su defensa, haciendo a Phill estremecer, los sentimientos no eran su fortaleza tampoco.
— Te ayudaré en lo que pueda— aseguró Phill, dando el tema por zanjado cuando el auto se detuvo.
Subieron hasta el apartamento de Yahwi, siendo recibido por el maullido de un gato que hizo a Phill empezar a gritar a todo pulmón las mil similitudes entre la negra bola de pelos y Yahwi, escuchando al risa genuina de Jihwa y Jiyu ante la reacción del rubio y la expresión descontenta de Yahwi.
Luego de unas presentaciones que distaban mucho de ser formales, Jiyu y Phill empezaron a compartir anécdotas y comentarios sobre el embarazo, llevándose tan bien como Yahwi había previsto, mientras Jihwa se limitaba a hacer comentarios por momentos y Phill se reía. Yahwi podía percibir la aprobación de su amigo ante su novio y viceversa, no es que algo cambiara si estos se odiaran, pero una tranquilidad que le era ajena se posó en sus hombros.
— Al final, todo en mi embarazo va de lujo— aseguró Jiyu, frunciendo el ceño rápidamente— Exceptuando por este tonto con cabellos de fuego.
— ¿Por qué?— preguntó Phill sin entender mientras Jihwa soltaba un suspiro y Yahwi se limitaba a comer, él no iba a mediar más en ese tema, si Jihwa no quería, Yahwi no lo forzaría.
— La universidad les otorgó a todos los del proyecto un viaje para esquiar con todo pago en Heavenly Mountain Resort, en California y mi tonto primo se niega porque no quiere dejarme sola— explicó en tono acusador Jiyu, ganándose una mirada enojada de Jihwa.
— Te dije ya que no puedo irme y dejarte sola— reafirmó Jihwa firmemente, con Yahwi a su lado limitándose a comer.
— ¿Por el maníaco que anda suelto?— soltó Phill de repente, haciendo a Yahwi casi atragantarse y a los otros dos presentes en la mesa mirarle impactados— No sabía que era tema tabú— dijo en tono de disculpa, visiblemente apenado ante la mirada asesina de Yahwi, pero relajándose cuando Jiyu estalló en carcajadas.
— Me encanta este chico— aseguró ella, limpiándose las lágrimas de risa— Sí, es por eso. Jihwa tiene miedo de que algo me pase si él no está, es suficientemente extraño que me deje ir al trabajo sola— explicó Jiyu, quejándose en un gesto de frustración, Jihwa iba a defender nuevamente su punto, pero entonces Phill habló.
— Pues déjala conmigo— propuso seguramente— Váyanse a esquiar y disfruten de unas vacaciones gratis, me dejan el gato y me mudo esos días con Jiyu a su apartamento, prometo que si Yahwi me deja su auto incluso la llevo y recojo al trabajo y a donde sea— declaró Phill tranquilamente— Todos ganan de esa manera.
— No sé yo— comentó Jihwa dubitativo, pero Jiyu ya había tomado la desición.
— No, tú sí sabes— afirmó ella— Vais a ir porque tu negativa era por no dejarme sola y ya no estaré sola, así que ahora mismo estáis haciendo las maletas, porque el avión sale mañana en la mañana y me niego a que lo pierdan— Jiyu se puso de pie, pese a su abultado abdomen seguía viéndose igual de imponente, con un aire de mamá mandona que nadie podía ignorar— Yahwi, ahora mismo estás llamando al decano y le avisas que sí vais a asistir.
Jihwa intentó protestar, pero otra mirada de Jiyu lo hizo callar y asentir mirando a Yahwi, quien se disculpó para alejarse de la mesa y realizar la llamada correspondiente, bajo los ojos divertidos de Phill.
El resto de la tarde Phill se la pasó durmiendo y Yahwi llevó a Jiyu a su apartamento mientras Jihwa recogía sus ropas en las maletas, riéndose solo por el relato de Yahwi del decano disculpándose debido a que, si bien podía reservar dos boletos de avión más, solo podía asegurar una habitación en el hotel, ya que habían avisado demasiado tarde. Phill se había carcajeado ante eso por la ironía, pues aunque hubiese reservado dos habitaciones, Yahwi y Jihwa solo hubiesen usado una.
— Ya llegué— anunció Yahwi suavemente, buscando permitirle a Phill dormir tanto como pudiera, a fin de cuentas sus habitaciones no eran tan lejanas.
— ¿Todo bien con Jiyu?— preguntó Jihwa, doblando algunos abrigos más.
— Se pasó todo el viaje dándome lecciones de comportamiento apropiado, tales como no mirar con mala cara a los demás y no gruñir a cualquiera que se te acerqué— contestó Yahwi en tono angustiado, haciendo a Jihwa sonreír.
— Ella sabe que no le harás caso— aseguró el menor, cerrando la maleta de Yahwi.
Solo era un viaje de tres días, llegarían en la noche del viernes, se quedarían el sábado, domingo y lunes, regresando en la noche del lunes, para amanecer el martes de vuelta en Nueva York. Yahwi había comentado un par de veces que si quisieran vacaciones, él podría pagarlas y se quedarían más, pero Jiyu había insistido alegando algo sobre espíritu universitario y un sabor distinto de victoria al ser un viaje merecido por el esfuerzo dedicado en el proyecto, así que la pareja había desistido de insistirle en más ningún aspecto. Además, Jihwa seriamente quería ver a Yahwi desenvolverse en clase media en un avión, cuando estaba acostumbrado a primera clase.
— Pero eso no la detiene— protestó Yahwi, estirándose y sintiendo como su espalda traqueaba ruidosamente.
— Deberías descansar— sugirió Jihwa, que ya estaba usando un pijama de ositos cariñositos y preparaba la cama para ambos.
— Me uniré a ti en un momento, solo necesito revisar unos detalles que se me ocurrieron en el camino de regreso— aseguró Yahwi, cambiándose a un pijama gris con cuadros azules y dándole un suave beso a Jihwa— Descansa, vendré en poco.
— Asegúrate de venir— reafirmó Jihwa antes de caer en la almohada, totalmente agotado por el día tan movido que habían tenido.
Yahwi se dirigió a su estudio, entrando y dejando la puerta entreabierta, porque sabía que Jihwa ya dormía, e incluso si no fuera así, él jamás llamaba sin tocar y esperar una respuesta afirmativa. Desenrolló los planos en papel, porque Yahwi realmente necesitaba ver las cosas en vivo y no solo a través de la pantalla de un computadora, por más fácil que fuera trabajar en ella.
El detalle que estaba agregando no lo había pensado antes, pero cuando conducía de regreso a casa había visto un cartel en uno de los puestos de negocios, de tantos que abundaban en esa ciudad, que le dio la inspiración para eso que él sentía que faltaba. Realizó los cambios pensados, mostrando líneas corregidas y notas por el borde el plano, el cual tendría que rehacer en una lámina nueva para verlo limpio.
Escuchó la suavidad de la puerta abriéndose y giró para ver a Phill parado detrás de la madera, vistiendo su pantalón blanco y un suéter azul oscuro, con un bostezo en los labios y revolviéndose el cabello.
— ¿Te desperté?— preguntó Yahwi, pensando que tal vez su llegaba hubiese podido perturbar a Phill.
— No, acabo de despertar e iba a buscar agua a la cocina cuando vi la luz encendida y la puerta abierta— explicó Phill, adentrándose en la habitación y caminando hacia Yahwi— ¿Es ese?— inquirió el rubio, parándose al lado de su amigo y observando los planos, tanto en físico como virtuales, con las nuevas anotaciones por el borde, realizado con la minuciosidad que caracterizaba a Yahwi, incluso por encima de otros arquitectos.
— ¿Qué opinas?— preguntó el de ojos amarillos, dejando que pasaran unos minutos en silencio para que Phill estudiara el diseño.
— ¿Cómo te inspiraste para esto?— indagó el rubio, ignorando a propósito la pregunta de Yahwi.
— Es una larga historia— respondió sin compromiso el mayor, manteniendo la ansiedad por el veredicto final de Phill lo más bajo posible.
— Es magnífico— afirmó Phill, lacónico y exacto, no encontraba otra forma de decirlo, si era sincero.
— ¿En serio? ¿Nada que cambiar?— continuó Yahwi, y Phill se hubiera reído el día anterior de alguien haberle dicho que vería a un Yahwi inseguro sobre sus acciones y determinaciones.
— Nada, absolutamente nada— aseguró Phill con vehemencia— Yahwi, esto es maravilloso en todos los sentidos— su mirada se perdía en los trazos y columnas, en las pequeñas creaciones y correcciones. Todo en aquel diseño gritaba amor verdadero y Phill alzó la mirada, mostrándole a Yahwi cuánto le afectaba lo que había escrito— Es perfecto.
— Me alegra— comentó Yahwi con una mirada relajada, como si hubiese estado en tensión hasta ese momento, dudando de sí mismo por miedo a decepcionar las expectativas de Jihwa.
— Realmente lo amas, ¿cierto?— la voz de Phill se había vuelto suave y dulce, apreciando la felicidad de su amigo.
— Sí, lo hago— afirmó Yahwi, devolviendo su mirada a Phill— ¿Me vas a decir ahora por qué viniste de verdad?— preguntó, haciendo a Phill reír tristemente. Claro que a Yahwi no se le pasarían las excusas de Phill para visitarlo, notando que había algo más en el fondo.
— Me enamoré de Cain— soltó Phill, su voz retumbando como un susurro en el silencio de la noche y sus ojos evitando a toda costa fijarse en Yahwi, no quería ver la mirada decepcionada de su amigo.
— Me contaste que estaba cambiando— inicio Yahwi, dudando de cuáles palabras podía usar sin ofender o asustara Phill, el rubio se limitó a asentir, aun rehuyendo de su mirada.— No hagas nada que te lastime y no te calles nada si él te lastima— dijo Yahwi, acercándose a Phill y alzando una mano en su dirección, haciéndolo girar para mirarlo de frente con la sola presión de sus dedos en el mentón del contrario— No quisiera tener que matarle por hacerle daño a mi mejor amigo.
— ¿No estás molesto?— preguntó Phill, desconcertado ante la pasividad con la que todo estaba ocurriendo.
— Tú…tienes el derecho a ser feliz— respondió Yahwi, restándole valor a su apoyo en la elección de Cain, como si él y el hombre jamás hubiesen peleado.
Así Phill supo que su amigo seguía siendo único, sintiendo su corazón martillear con emoción ante la idea de que sus sentimientos no serían negados por nadie, ni siquiera por él mismo.
— Gracias— dijo Phill, una sonrisa sincera cruzando sus labios.
**********
Phil está en Nueva York, Phil está en Nueva York y todo va maravilloso. Bien, ahora, les tengo sorpresa, pero la respuesta está en el próximo capítulo, para eso tienen que responder:
¿QUÉ ES LO QUE MÁS DESEAN QUE PASE EN EL FANFIC?
En fin, siquiente😉.
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