Capítulo 30- La innegable verdad.
Phill había estudiado arduamente para adelantar sus proyectos finales y poder graduarse, solo porque quería volver a ver a su amigo. Sonaría loco, pero después de pasar días a la espera de que Yahwi se recuperara, sabiendo que no podía solo ir a verle, Phill estaba determinado a hacerle una visita al gato y de paso conocer al Jihwa del que tanto habían hablado.
La forma suave en que se matizaba la voz de Yahwi cuando hablaba de su novio le revelaba que no era una relación pasajera y estaba ansioso por poder conocerlo. Claro, esa situación tenía mucho que ver con querer escapar de sus propios sentimientos, porque estaba casi seguro que el único motivo por el cual empezaba a ceder ante sus crecientes ataduras por Caín era porque estaban en Corea, un pensamiento estúpido incluso para él.
No es que Phill no hubiese pensado reiteradamente qué pasaría si se dejase ir por lo que sentía, pero el recuerdo de las malas acciones de Cain estaba lo suficientemente fresco como para hacerlo receloso.
Caín se había mostrado ante él, aceptando sus errores, bajando la cabeza y no presionando en lo absoluto, se portaba como un amigo y, para su fortuna, no escondía sus emociones y verdadera personalidad, por momentos fría y alarmantemente maquiavélica, al contrario de lo que había pasado con Jooin, pero eso era justamente lo desconcertante.
Para Phill era imposible pensar que un amor que te lleva a ese límite desaparece, y si bien Yahwi era la prueba de que se podía superar, Phill se sentía inseguro. ¿Caín se sentía atraído por él solo porque era más conveniente que Jooin? Phill sabía que si Jooin no hubiese apartado a Caín, este no hubiese llegado a desarrollar sentimientos por Phill, pero torturarse pensando eso no cambiaba nada, sin embargo, todavía no estaba listo para dar lo que Yahwi llamaba el salto de fe del ángel.
— ¿Tienes todo empacado?— preguntó Cain, repasando la lista que Phill había escrito para organizarse.
Cuando Phill le había dicho que iría a visitar a Yahwi, Caín había sonreído y había propuesto ayudarle a empacar sus cosas. No hubo celos, simplemente un amigo ayudando a otro, tal cual Phill quería. Esa madurez extraña en aquel chico tonto que se la pasaba hablando de reencarnaciones y su vida pasada como perro era desconcertante, y uno de los motivos por los cuales Phill se mantenía receloso.
— Sí, todo tachado de la lista— aseguró.
— Entonces puedes relajarte hasta que tengas que volar en la noche— comentó Cain, con una propuesta brillante en los ojos, al parecer quería acaparar el tiempo que a Phill le quedaba en Corea y el mayor estaba de acuerdo con eso.
— ¿Qué planes tienes?— cedió Phill, cerrando la maleta.
— Estaba pensando en palomitas, pizza y películas, no quiero agotarte— admitió Cain, desviando la mirada ante su plan tan poco original, pero Phill sonrió, era considerado de su parte pensar en su agotamiento, en lugar de forzar recuerdos maravillosos que lo sobrecargaran.
— Suena bien— admitió este— Ordenaré las pizzas y pondré las palomitas en el microondas, escoge la película.
Cain sonrió tranquilamente, desplazándose hacia la sala, donde movió el sofá lo suficiente para que sirviera de espaldar y ellos acomodarse en una colcha en el suelo, porque así ambos lo preferían, si se basaba en sus tandas de cine en casa anteriores. Buscó entre las películas disponibles mientras escuchaba a Phill hablar por teléfono encargando las pizzas, decidiéndose por una de fantasía, que eran de las favoritas de Phill.
Suspiró acomodándose en la colcha, no es que no entendiera a Phill y su necesidad de esperar, el chico conocía los defectos de Cain y todo lo malo que había hecho, había presenciado de primera mano el daño que este era capaz de causar, Cain también tendría sus reservas si la situación fuera a la inversa, pero Phill le había dado una oportunidad y él la agradecía.
Esta vez lo haría bien, esperaría, no ocultaría nada y si eso no era suficiente, al menos podría tener la consciencia tranquila, algo que había aprendido desde que había empezado sus sesiones con un terapeuta, bajo consejo de Phill.
— Las palomitas están aquí y las pizzas llegarán pronto— dijo quien atormentaba su pensamiento, entrando con un bol grande, lleno hasta arriba de palomitas y acomodándose al lado de Cain en la colcha— ¿Esta estaba en las recomendaciones?— preguntó, mirando a la pantalla.
— Y entre las que tenían mayor cantidad de comentarios positivos— asintió Cain, tomando un puñado de palomitas y dándole reproducir a la película.
Una de las cosas que Cain había aprendido de Phill era su emoción cuando veía algo que le gustaba, era como si esa actitud infantil de él saliera a flote con toda su fuerza. Más veces de las que admitiría, Cain se encontró prestando más atención a los gestos de Phill que a la película, y eso estaba sucediendo ahora. Phill reía, brincaba en su lugar y arrojaba palomitas al televisor como si pudiese cambiar lo que estaba pasando, y Cain cubría su sonrisa con su mano para no llamar la atención.
Estaba tan sumergido en la película, que Cain no le pidió que la pausara cuando el timbre sonó, anunciando que la pizza había llegado, él la buscó a la puerta, pagándole al muchacho que las entregaba. Phill tanteó a ciegas en busca de su porción de pizza cuando el olor inundó sus fosas nasales y empezó a comer, llegando a embarrarse de salsa, pero sin inmutarse al respecto, más pendiente de si el chico de la pantalla llegaba a montar el dragón o este lo cocinaba hasta las cenizas.
Para cuando la película terminó, Phill gritaba fervientemente de felicidad, las palomitas que no habían sido comidas se encontraban delante de la pantalla gracias a sus ataques y la pizza hacía mucho que había sido terminada.
— No esperaba que me dieran un final feliz— comentó Phill, bebiendo su refresco y mostrando una sonrisa vivaz.
— Admito que yo tampoco— concordó Cain, pensando en los pocos fragmentos de la película que recordaba.
— Definitivamente extrañaré esto todos los viernes durante el mes que pasaré allá— expresó Phill de forma involuntaria, sin procesar lo que decía sino hasta que fue tarde, con un rubor cubriendo sus mejillas y mirando de reojo a Cain, quien se había girado totalmente hacia él y sonreía tranquilamente.
— No me iré a ninguna parte, podemos retomarlas cuando regreses— aseguró, dejándole saber su convicción respecto a aquello que Phill no le decía, pero que Cain sabía que estaba allí.
Iluminados solamente por la luz del televisor en aquella sala de luces apagadas, Phill detalló la silueta de Cain, la profundidad de sus ojos verdes y la forma en que el cabello iba creciendo. Estaban demasiado cerca, solo entonces Phill fue consciente de que había sido él quien se había movido en busca de Cain, pues el chico seguía con la espalda apoyada en la misma esquina del sofá desde que se había sentado.
La idea surgió y el impulso había sido más poderoso que el razonamiento, antes de poder controlarse, o pensar que era una mala idea, se vio apoyando una mano en el suelo para inclinarse hacia Cain, que solo lo miró con ojos muy abiertos mientras se Phill acercaba.
— Quédate quieto— susurró Phill cuando sus narices se rozaban y Cain tragó grueso, pero no se movió.
Al inicio era un simple roce, ambos con los ojos abiertos y fijos en el otro, manteniendo un estudio constante de sus expresiones a medida que los movimientos de sus suaves labios se compenetraban y adquirían un ritmo más allá de la timidez.
Cuando Cain rozó con su lengua los labios entreabiertos de Phill, este tuvo el último pensamiento consciente que tendría durante las próximas horas, se estaba marchando un mes para estudiar y reevaluar su situación con Cain, que mejor forma de hacerlo que llevar consigo las memorias de todo lo que este podía darle, de todo lo que podían tener, era un experimento…quizás.
La lengua de Phill fue quien tomó ventaja, adentrándose en la boca de Cain mientras su mano subía hasta la nuca del más alto, presionándolo hacia el beso, volviéndolo más errático y desesperado. Phill separó su palma del suelo y se impulsó con sus piernas, sentándose a horcajas sobre Caín y apurando los movimientos desenfrenados de sus labios y lengua hacia los del contrario, y finalmente Cain reaccionó, tomando vida y control de su cuerpo.
Las manos grandes de Cain se aferraron a los muslos de Phill, deslizándolas en un firme agarre, sintiendo la tensión de los músculos bajo su caliente tacto mientras sus labios parecían dispuestos a despedazarse con hambre. Las manos de Phill tiraron de la parte de atrás del suéter de Cain, quien a regañadientes separó sus manos y labios para permitirle al otro quitarle la prenda de su cuerpo, metiendo sus propias manos debajo del suéter de Phill tan pronto como el suyo yació lejos de ellos, en el suelo.
La energía brotaba entre ambos cuerpos mientras Phill movía sus caderas contra la entrepierna de Cain, que se mostraba dura y dolorosa entremedio de la parte baja de Phill. Finalmente, Phill se separó de él lo suficiente para que Cain lo despojara de su suéter y tuvo delante suyo la imagen más excitante que podía reconocer, Phill, con las mejillas sonrojadas, sus pezones de un color crema oscuro erectos, su definido torso expuesto, su pecho subiendo y bajando por la jadeante respiración y de repente Cain lo entendió. Eso era la verdadera pasión, así se veía alguien que genuinamente le deseaba, esa era la diferencia real.
Dentro, fue como si su cuerpo estuviese en llamas, y se encontró a sí mismo haciendo un giro brusco que puso a Phill de espaldas contra el suelo y a Cain entre sus piernas, descendiendo hasta que sus labios volvieron a impactar con voracidad, sintiendo como las uñas de Phill marcaban su espalda cuando sus caderas de molieron juntas, haciendo que sus duros miembros se friccionaran.
Sus manos recorrieron cada centímetro del cuerpo debajo suyo, deleitándose con los duros pezones, con su lengua degustando el sabor de la piel suave de Phill mientras sus dedos se encargaban de tirar del elástico de los pantalones de ejercicio, llevándolos junto con la ropa interior lejos del cuerpo de Phill, quien quedó desnudo y totalmente expuesto ante Cain, pero en su mirada solo se mostraba fuego puro, no había duda ni vacilación y sus ojos no se despegaban de los de Cain.
En un movimiento poco coordinado y bastante desesperado, cuatro manos lucharon por bajar el cierre del pantalón de Cain y conseguir quitárselo sin que este tuviera que alejarse de Phill, de alguna forma lograron su objetivo, deshaciéndose también de la ropa interior, y Phill tragó en seco cuando vio el miembro erecto y goteante de Cain, mordiendo su labio inferior ante la sensación de la saliva acumulándose en su boca.
Alzó sus manos, una la enrolló alrededor de la muñeca de Cain, llevando los dedos de este hacia su boca para darle algún uso útil a su salivación deseosa, sintiendo como este movía los dedos contra su lengua, que se enroscaba lujuriosamente entre estos para humedecerlos totalmente. La otra se deleitó con el pulsante calor del miembro de Cain en su poder, haciendo movimientos lentos, pero firmes, que causaron un gruñido bajo en la garganta de Cain, quien apretó su agarre en uno de los muslos de Phill, alzándolo y haciéndolo abrirse más ante él.
Cuando pensó que sus dedos estaban lo suficientemente mojados, los sacó de la boca de Phill, apreciando el hilo de saliva que quedó suspendido allí durante unos segundos, y llevándolos a su estrecha entrada. Un primer dedo se adentró con cuidado, moviéndose circularmente para ir aflojando la entrada y Cain se perdió en la forma en que el rostro de Phill se deformaba en una expresión placentera, no era difícil notar que no era su primera vez. Luego de percibir que su estrechez cedía, Cain adentró otro dedo, haciendo a Phill alzar las caderas contra él, moviéndose sobre sus dedos mientras él mantenía los movimientos circulares.
— Mierda— protestó Phill— acaba de meterlos todos.
Cain no se quejó, siguiendo las palabras de Phill, adentró sus cuatro dedos ensalivados dentro de él, sintiendo como se contraía a su alrededor, y empezó a moverse en círculos, entrando y saliendo de su interior, que cada vez parecía más reacio a dejarlo ir, sintiendo como su propio miembro latía ansioso con expectación. Sin que pudiera contenerlo, Caín sintió las manos de Phill presionar su pecho y con un giro de caderas se vio rodando sobre sí mismo, quedando él con la espalda contra el suelo y Phill encima suyo, a horcajadas nuevamente.
— No soy un jodido virgen— bramó Phill con la voz gruesa, tomada por el deseo— No me jodas más.
Antes de que Cain pudiera decir algo, Phill había tomado su miembro y lo había llevado a su entrada, dejándose caer totalmente sobre la extensión de este, sin parar hasta que tocó la pelvis de Cain, sintiéndose lleno más allá de lo que consideraba posible mientras percibía el gemido ronco de Cain y sus manos apretando sus muslos, dejaría marcas por un tiempo y esa idea lo hizo contraerse alrededor de Cain.
Lo siguiente que ambos llegaron a percibir fueron los gemidos, gruñidos y gritos que llenaron la habitación mientras Phill bajaba y subía sobre Cain, quien elevaba las caderas contra sus movimientos, encontrándose con él en cada bajada y llegando tan dentro que podía percibir la marca ligera en su abdomen bajo.
Caín se incorporó, quedando sentado y pasando sus manos a la parte baja de Phill, haciéndolo seguir el ritmo que desenfrenado que él quería mientras este rastrillaba su espalda, dejando marcas rosáceas con sus uñas. La sensación de plenitud era indescriptible y la estrechez que lo envolvía había hecho que su cerebro dejara de pensar siquiera.
Pudo sentirlo, las contracciones a su alrededor, la tensión de los músculos del cuerpo de Phill, sus uñas penetrando su piel, sus temblores descontrolados y cuando los dientes de Phill se cerraron en su oreja, mordiendo con fuerza y gruñendo. Cain registró el caliente líquido que bañó su abdomen, llegando hasta su pecho, haciendo que tres embestidas después él mismo alcanzase su máximo, llenando todo el interior de Phill.
Sus respiraciones eran erráticas, sus mentes se negaban a volver a la realidad y ambos simplemente permanecían allí, aferrados uno al otro, intentando ubicarse en situación, sintiendo totalmente la presencia del contrario. La realidad finalmente les golpeó de lleno, esa pasión abrumadora no provenía solo de un deseo de la carne, el primer pensamiento que ambos pudieron hilvanar fue el mismo.
Oh, mierda, estoy jodidamente enamorado de él.
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AVISO DE LEMON HARD...ah, no, que ya lo puse 😂😂😂.
Sé que no era el lemon que esperaban, pero yo desarrollo ambas parejas a la vez y tenía más sentido que estos tuvieran hard primero, dado que Jihwa tiene una situación difícil con el tema sexo y me niego a explotar la temática de violación si no voy a usar la veracidad detrás de esos traumas.
En fin, ¿qué opinan del capítulo y de esta shipp? ¿Les ha gustado? ¿Cahill? Creo que Cahill suena bien 🤔 pues eso #Cahill.
Pese a lo emocionante que es esto, hasta aquí dejo el maratón de MvY (iniciales del libro por vagancia) por favor déjenme en comentarios sus opiniones de la historia y nos leemos cuando vuelva a tener chance para actualizar.
Besitos pequepinkypitufibolas 🥰😍😘💕💕💕💕💕
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