Capítulo 28- El enfrentamiento.
Jihwa estaba extrañamente silencioso cuando Yahwi llegó a recogerlo, le comentó que Jiyu ya se había quedado dormida y Yahwi simplemente le dejó colocar todo en el maletero, porque Jihwa no permitió que este cargase ninguna bolsa, y luego condujo de regreso al apartamento que compartían, uno distinto en esta ocasión, en un nuevo edificio, cortesía de Ae-ri y sus niveles de protección.
Al entrar, Jihwa apreció que la estructura y diseño era bastante similar a la del apartamento anterior, aunque este tenía más uso de colores blancos y cremas en lugar de negro.
— ¿Dónde duermo yo?— preguntó distraídamente, girando a ver a Yahwi cuando notó que este permanecía en silencio por varios segundos.
— ¿Piensas dormir solo?— rebatió el mayor, mirándolo de manera confusa, Jihwa abrió mucho los ojos al notar la idea de Yahwi, sonrojándose violentamente.
— Te lastimé anoche, aunque lo hayas hecho pasar por algo sin importancia— comentó, mirando el suelo de forma interesada— Pensé que podías preferir dormir solo.
— No, prefiero dormir contigo— afirmó Yahwi sin vacilación, apreciando el rojizo color que recorría todo el rostro y las orejas de Jihwa, el menor enfrentó con una mirada avergonzada la mirada amarilla puesta en él y finalmente Yahwi entendió lo que este pensaba— No voy a hacerte nada, Jihwa— aseguró, cerrando la distancia entre ellos y alzando tentativamente las manos, hasta recibir un asentimiento por parte de Jihwa que lo llevó a sostener su rostro delicadamente— No es que no te desee, porque lo hago con cada fibra de mi cuerpo, pero no es lo único en lo que pienso. No voy a tocarte hasta que tú no quieras, hasta que tú mismo no lo inicies, mientras tanto, lo único que quiero es dormir sintiendo tu calor a mi lado.
Jihwa sintió sus ojos aguarse y respiró hondo, conteniendo las lágrimas. Sabía que Yahwi no debía de ser alguien que contuviera sus instintos y deseos sexuales, podías notarlo en la forma segura en la que se desenvolvía, ese tipo de hombres no se contenían, pero la seguridad que transmitían sus palabras era tanta, que Jihwa estaba confiado de que Yahwi decía la verdad. No es que Jihwa no quisiera, había momentos en que también pensaba en Yahwi de esa manera, pero simplemente todavía no estaba listo.
— Me encantaría dormir contigo— afirmó finalmente, sonriendo y mirando a Yahwi con una tranquilidad hipnótica.
Yahwi cerró suavemente la distancia entre ellos, uniendo sus labios con movimientos delicados que Jihwa siguió a la perfección, podía pasarse la vida siguiendo el ritmo lento de los labios de Yahwi sobre los suyos.
— Me alegra saberlo— comentó Yahwi cuando se separaron, incorporándose y dirigiéndose hacia la habitación que ambos compartirían, una estancia amplia de un color gris metálico claro con una cama con cobertores negros encima— Puedes decorar cualquier cosa que quieras a tu forma, como si quieres pegar pósteres de Marvel— indicó Yahwi, queriendo que Jihwa se sintiera tan cómodo como fuera posible.
— No me gustan los pósteres dentro de la habitación— respondió Jihwa, adentrándose y observándolo todo— pero sí hay algo que quiero— comentó, mirando hacia las paredes vacías.
— Lo que sea— aseguró Yahwi, dándole la confianza para que hablara mientras él tomaba asiento en el sillón, necesitaba descansar por su herida.
— Pegatinas del espacio exterior, de esas que son para niños y que al apagar la luz brillan— reconoció Jihwa, señalando todas las paredes blancas y el techo. Yahwi sonrió genuinamente, aquella petición era tan del estilo de Jihwa que era imposible no hallarla adorable.
— Mañana iremos a buscarlas, escogerás las que quieras— propuso Yahwi, inclinándose hacia atrás y haciendo un gesto de dolor que causó que el rostro de Jihwa manifestara preocupación— Duele levemente, pero ya es menos, estaré recuperado totalmente pronto— aseguró Yahwi, notando la tensión en el pelirrojo. Jihwa asintió y procedió a guardar sus cosas en el armario— ¿Me vas a contar que te tiene tan ensimismado?— preguntó Yahwi, notando la expresión contrariada de Jihwa nuevamente.
— Es Jiyu— admitió el menor en un suspiro— Escapó de casa porque está embarazada y el padre brilla por su ausencia desde que ella le contó la noticia— para Yahwi era obvia la preocupación de Jihwa por su prima, acorde a lo que le había contado en una de sus muchas salidas, Jiyu era la única de sus familiares vivos que verdaderamente le quería, era lógico que este se preocupara.
— Mejor así— afirmó Yahwi, captando la atención de Jihwa— No hay nada más malo para un niño que ser criado por alguien que no te quiere, si ese hombre iba a lastimarle con su indiferencia, en el mejor de los casos, es más beneficioso que se haya largado y deje al bebé en manos de quienes sí van a quererle, o sea, su mamá y tú, puede que incluso yo, si Jiyu termina dándome el visto bueno como tu novio, porque no pienses que yo creo que ya pasé la prueba, sé que ella todavía me estará evaluando durante algún tiempo.
Jihwa sintió un nudo en su garganta y una opresión en su pecho ante las palabras de Yahwi, ambos entendían la dura realidad de ser criados por personas que no deseaban tratar contigo, comprendían el sufrimiento que esto llegaba a causar y la manera en que podía marcarte de por vida.
Cuando Jiyu le había dicho lo que había pasado, Jihwa había reaccionado duramente, no la había juzgado, pero cierto era que no había mostrado su mejor lado, la preocupación lo había dominado. Ahora, después de unas palabras tan firmes y confortantes como las de Yahwi, todo había tomado una nueva perspectiva.
Sin desear contenerse, Jihwa avanzó los pasos que lo separaban de Yahwi, quedando de pie delante de este y alzando las manos para sostener su rostro, deslizando los dedos por sus pómulos mientras mantenía la mirada fija en sus intensos ojos amarillos, que cada día se volvían más expresivos. Yahwi se quedó muy quieto mientras veía a Jihwa descender lentamente hasta quedar a su altura, mirándole como pidiendo permiso, a lo que Yahwi simplemente asintió quedo, sintiendo los labios suaves de Jihwa posarse en los suyos.
Los movimientos empezaron delicadamente, siguiendo un ritmo pausado que Yahwi no quería apresurar, pero entonces sintió la lengua de Jihwa tentativamente tocando su labio inferior y entreabrió sus labios, permitiendo que el menor llevase todo a su propio tiempo. Mucho antes de que Yahwi pudiera siquiera llevar su mano hasta el cuello de Jihwa, este se separó suavemente, manteniendo sus frentes juntas y los movimientos circulares con sus pulgares.
— Lo siento— se disculpó Jihwa, había podido sentir la respiración agitada de Yahwi y los deseos de este de profundizar el beso, pero él simplemente no estaba listo.
— No, yo lo siento— rectificó Yahwi, tocando con suavidad su mejilla— En serio no tengo apuro, tranquilo.
No era mentira, Yahwi sentía que podía esperar años si eso era lo que Jihwa necesitaba, claro, eso no significaba que el deseo desaparecía, pero el motivo por el cual había caído hacia el abismo por Jihwa no era un deseo bruto y sexual, era algo mucho más profundo.
—¿Te ayudo a terminar de desempacar?— preguntó Yahwi, permitiéndole a Jihwa incorporarse y respirando tranquilamente al verse lejos de la tentación.
— Necesito que muevas algunas de tus cosas— comentó Jihwa, riéndose ante la expresión de Yahwi al él hacer alusión a su exceso de ropas, pero viendo como este terminaba sonriendo y se ponía de pie para ayudarlo. Sí, Jihwa podía acostumbrarse a ese nuevo ritmo.
oOo
Woo-Bin entró al apartamento, era como todos los otros, al menos ahora tenían un patrón en el tipo de vivienda que a Jung-Hwa le gustaba escoger para su misión psicópata. Mantuvo la cámara que tenía acoplada en su chaqueta encendida, grabando todo para poder revisarlo más tarde, y sostuvo con fuerza el arma cerca de él, prefería pedirle a Ae-ri que gastara millones en solucionar la desaparición de un cadáver antes de permitir que ella terminase enterrándolo a él.
Encendió las luces de la sala, observando las escrituras del nombre de Jihwa en rojo por todas partes y las fotos que mostraban que todavía le había estado siguiendo, aparecía Jihwa con el cabello rojo y se notaban rasgados sobre esto y repetida la palabra castaño en varias partes. Aparentemente Jung-Hwa no había tomado a bien el cambio de apariencia de Jihwa. No había más fotos de Yahwi, lo que significaba que no había vuelto a tenerlo en la mira, por el momento.
Caminó hasta la única habitación de la casa, encendiendo también su luz y encontrándose una colchoneta en el suelo, rodeada de montones de envoltorios de comida chatarra y latas de bebidas energizantes. Era una habitación de un recluido social en toda norma, Woo-Bin podía apreciar como la cantidad de dibujos en la pared y rayones aumentaba, acorde a la descripción de Ae-ri de las primeras dos rentas, este tipo iba empeorando conforme avanzaba el tiempo. Un sonido ligero que apenas fue audible llegó a él, haciéndole prestar atención a la puerta del baño, que no se mostraba totalmente cerrada.
Avanzó sin hacer ruido, con la habilidad que años de práctica te otorgan, sosteniendo el arma hacia el frente, listo para lo que ocurriera. Sabiendo que Jung-Hwa tendría la ventaja al ser el que estaba en un ángulo ciego, Woo-Bin simplemente pateó la puerta con fuerza, viendo la figura de un hombre robusto chocar contra la pared y luego tirarse contra él con un cuchillo. El disparo salió rápido, pero aunque pudo ver la sangre, supo que no había acertado en ninguna zona que lo inmovilizara cuando su espalda golpeó el suelo por evitar el filo del cuchillo dirigido hacia él.
Woo-Bin se incorporó rápidamente, siguiendo a Jung-Hwa y sosteniéndolo por el pulóver para empotrarlo de frente contra la pared. Jung-Hwa metió su mano detrás del aparador que estaba a su lado, el único mueble que tenía la habitación, y lo desequilibró lo suficiente como para que Woo-Bin tuviera que apartarse y evitar que este le cayese encima, pudo notar que había estado preparado para usarlo de esa forma en caso de que lo atraparan cuando vio una de las patas serradas.
Jung-Hwa salió corriendo por el pasillo, dejando un rastro de sangre y una huella de su mano plasmada con el viscoso líquido rojo en la pared, Woo-Bin le siguió el rastro cojeando, pero sin reparar en eso más que para saltar sobre el mueble y poder seguirlo.
Al salir al pasillo, Woo-Bin alcanzó a ver a Jung-Hwa adentrarse en el ascensor, era un edificio pequeño que solo tenía un elevador, por lo que Woo-Bin abrió estrepitosamente la puerta de las escaleras y empezó a descender por estas a una velocidad vertiginosa, saltándose tres escalones cada vez e incluso impulsándose por encima de las barandas para acortar el camino.
Empujó la puerta de salida a tiempo para ver a Jung-Hwa salir del edificio, persiguiéndole tan rápido como podía, gruñendo por lo bajo ante el dolor en su pierna, cuando visualizó la escalinata exterior del edificio, la moto donde Jung-Hwa escapaba ya estaba demasiado lejos.
— ¡Mierda!— exclamó frustrado, sin contenerse aunque estuviera en público, notando finalmente que su pie dolía no porque se lo hubiese torcido, sino porque tenía un pedazo de madera enterrado en este.
La adrenalina le había ayudado a ignorar el dolor, pero ahora la emoción del momento desaparecía y la herida se hacía presente. Se dejó caer al suelo, sintiendo como alguien le tocaba por la espalda suavemente.
— ¿Está bien, señor?— preguntó un muchacho rubio con ojos azules claros y extravagante vestir lleno de brillantina— ¿Quiere que llame a una ambulancia?
— No, gracias— negó Woo-Bin, que estaba recibiendo en su celular la alerta de la policía— La policía y mi mujer vienen en camino— el chico parecía inseguro, pero finalmente asintió y dejó a Woo-Bin solo, quien, negando contra su mejor deseo, marcó el número de Ae-ri.
— ¿Por qué he recibido un parte policial?— protestó ella apenas contestó el teléfono, haciendo a Woo-Bin suspirar, no habría forma de hacerla no darle un escándalo por todo eso.
— Larga historia contada de forma corta— inició Woo-Bin, revisando la herida en su pierna— Jung-Hwa había regresado al apartamento, luchamos, le herí de un disparo, él me tiró el aparador encima, lo perseguí por el edificio, se escapó en la moto y yo tengo un pedazo de madera encajado en el pie que me hace sangrar y cojear.
— ¿Qué demonios, Woo-Bin?— se quejó Ae-ri, quien iba manejando hacia la dirección de Jung-Hwa desde que recibió el parte policial por parte de su contacto para que fuera— Maldita sea, siempre es igual.
— Gracias por preocuparte por mi bienestar— comentó sarcástico el hombre, recibiendo un gruñido de ultratumba por parte de Ae-ri.
— Woo-Bin— intervino Kang-Dae, haciéndole saber que estaba con su hermana y que él había estado hablando en alta voz— Vamos en camino, yo calmaré a Ae-ri, no saques la madera, puedes hacerte más daño y no queremos que pierdas el pie. Nos vemos en unos minutos.
— Muchas gracias, está bien— indició Woo-Bin, colgando y agradeciendo a todos los dioses porque Kang-Dae se hubiese unido a la investigación, Ae-ri solía tener un muy mal temperamento cuando no podía controlar algo, quizás por eso ella y él mantenían una relación intermedio de lo serio y casual. Una sonrisa boba adornó sus labios, aun con todos sus defectos, Woo-Bin no podía negar que estaba totalmente perdido por Go Ae-ri.
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Maldito psicópata que siempre se escapa😡😡😡🤬🤬🤬
¿pero qué digo? Si esto lo hago yo 😶😳🤐
Como sea, ¿Qué les pareció el capítulo? Me dejan saber qué van opinando de la historia y pues...sigan adelante...SIGUIENTE🔜🔜🔜
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