Capítulo 27- La aprobación familiar.
El aeropuerto era una zona de guerra ese primer día del año, inconscientemente Jihwa se había refugiado detrás de Yahwi, quien le sostenía la mano entrelazada mientras hacía función de escudo a través de la multitud. Cuando finalmente llegaron al área de espera, se dieron cuenta que el avión de Jiyu era el que acaba de aterrizar, lo que significaba que no habían llegado tarde, por lo que Jihwa soltó un suspiro de alivio mientras Yahwi tomaba asiento, su herida le dolía.
— ¿Te molesta mucho?— preguntó Jihwa preocupado, no había tenido cuidado usando a Yahwi de pantalla contra el mundo, recién notando que este seguía herido y esa actividad era muy peligrosa.
— Estoy bien, solo me he movido demasiado— aseguró Yahwi, palmeando el asiento vacío al lado suyo para que Jihwa se sentara. El pelirrojo sonrío, acomodándose a su lado y mirando de reojo a cada persona que se le acercaba, era obvio que todavía no se acostumbraba al tacto humano— ¿Cómo te pintaste el cabello si todavía no puedes tocar a más nadie?— preguntó repentinamente Yahwi, había tenido esa duda desde Navidad. Jihwa sonrío divertido ante el recuerdo.
— Llegué al salón y especifiqué que tenía fobia al tacto humano, por lo que el lavado de cabello y demás me lo hice yo, y la estilista lo único que hizo fue sostener mi cabello con pinzas y el peine mientras iba pasando la brocha con el tinte— explicó, mirándole con diversión— Admito que fue entretenido verla teniendo cuidado de no rozarme siquiera, porque advertí que si pasaba no pagaría.
— Que malote— comentó Yahwi, sonriendo cuando Jihwa se rio— pero tocarme no es un problema, ¿cierto?— inquirió, percatándose de que tal vez tanto contacto era demasiado para Jihwa.
— No— admitió el menor, entrelazando nuevamente sus manos y colocando su cabeza en el hombro de Yahwi— Tocarte no es un problema— Yahwi giró la cabeza, enterrando la nariz en la mata de cabello rojo y oliendo el acondicionador de coco que Jihwa usaba.
— ¡JIHWA!— el grito resonó por encima del bullicio, captando la atención de varios y haciendo respingar a Jihwa, quien rápidamente se puso de pie y recibió el abrazo impulsivo de Jiyu.
Para Yahwi fue obvia la forma en que Jihwa se tensó, todavía no estaba listo para eso, por lo que delicadamente e intentando no llamar la atención se colocó detrás de él y dejó su palma reposar en la espalda baja de este, tranquilizándolo.
— Al fin llegas— reclamó Jihwa, calmándose ante el familiar tacto de Yahwi.
— Lo lamento, putos aeropuertos— se quejó Jiyu, apartándose de Jihwa y mirando a Yahwi— ¿Así que tú eres el famoso compañero de piso?
— El novio, en realidad— corrigió Yahwi, viendo como Jiyu y Jihwa lo miraban atónitos.
Era cierto, él no le había pedido con todas las letras a Jihwa ser novios, pero estaba asegurándose de que no hubiesen malos entendidos esta vez, cuando vio la sonrisa traviesa de Jiyu, acompañada de la mirada feliz de Jihwa, supo que había tomado la decisión correcta.
— Me gusta, determinado y firme, además de obviamente apuesto. Bien, lo apruebo— afirmó Jiyu.
Alzó una mano en dirección a Yahwi, quien le estrechó con la suya con un gesto seguro que hizo sonreír a la chica de cabellos oscuros y mirarlo intensamente con sus ojos cafés, ocultos tras unas gafas redondas. La verdad era que ella y Jihwa eran físicamente bastante parecidos.
— Tienes buen gusto, primo— comentó, haciendo a Jihwa sonrojarse, desviando al mirada y colocando un mechón rojo tras su oreja— Vámonos, me muero de hambre— indicó ella, caminando adelante mientras arrastraba una maleta de ruedas.
Yahwi y Jihwa la siguieron pasivamente, tomados de la mano en todo momento, sintiendo que ese contacto era imprescindible ahora que podían tenerlo. Llegaron al auto azul que Yahwi sabía que tendría que devolverle a Kang-Dae en algún momento, Jihwa tomó la maleta de Jiyu y la colocó en el maletero mientras Yahwi se acomodaba en el asiento del conductor y Jiyu en los asientos traseros, cuando Jihwa estuvo sentado en el del copiloto, Yahwi arrancó el auto.
— ¿Quieres ir a comer a algún lado o prefieres comida a domicilio?— preguntó Jihwa, mirando a su prima por encima de su hombro.
— Domicilio, estoy agotada— aseguró ella, por lo que Jihwa sacó su teléfono para marcar por unas pizzas, recordándole a Yahwi que también necesitaba un teléfono nuevo— ¿Dónde me quedaré por fin? No me dijiste si lograste conseguirme apartamento.
— De hecho— intervino Yahwi antes de que Jihwa hablara— Jihwa estuvo esta semana residiendo en el apartamento que te conseguimos mientras yo convalecía en el hospital, ahora que estás aquí, él recogerá sus cosas y vuelve conmigo, dejándote el apartamento para ti sola.
Jiyu asintió varias veces de forma enérgica mientras Jihwa miraba atónito a Yahwi, no habían hablado al respecto, pero el mayor se limitó a guiñarle un ojo, algo que Jihwa ni sabía que Yahwi supiera hacer, haciéndolo reír y aceptando que esa acomodación era la que más quería.
El viaje en auto fue rápido, con Jiyu contando su terrible experiencia de un viaje en avión y luego adentrándose con Jihwa en un debate sobre sus nuevas responsabilidades en el trabajo que Jihwa le había conseguido en el proyecto investigativo de la Universidad para los graduados.
Al llegar al edificio, Jihwa sacó la maleta de Jiyu y ambos se bajaron del auto, notando que Yahwi permanecía dentro. Jihwa se le acercó, viendo como Jiyu mantenía la distancia para darles privacidad, y se inclinó sobre la ventanilla, quedando cerca de Yahwi.
— ¿No vienes?— preguntó suavemente, Yahwi alzó su mano para apoyarla en la mejilla de Jihwa, moviendo su pulgar y acariciándolo suavemente.
— Tengo que devolverle este auto a mi primo y comprar un teléfono nuevo, estallé el otro contra la pared de la frustración cuando pensé que algo te había pasado y no sabía nada de ti— explicó, sin dejar de apreciar la imagen de Jihwa girando el rostro para descansar en la mano de Yahwi.
— Lo lamento, debí de haber sabido que te pondría nervioso— se disculpó Jihwa.
— No te preocupes— aseguró Yahwi entre susurros— Nada de eso importa ya. Nos vemos más tarde, vendré a llevarte conmigo al nuevo apartamento, así que ten todo recogido— indicó, a lo que Jihwa asintió suavemente antes de inclinarse y dejar un beso corto y dulce en los labios de Yahwi, quien se mantuvo quieto y dejó que Jihwa actuara, no queriendo presionarlo en nada.
— Nos vemos— se despidió Jihwa, incorporándose y viendo como Yahwi se iba en el auto antes de girar hacia Jiyu y ver la expresión arrogante de esta— Cállate— ordenó, entrando al edificio rojo de la vergüenza.
— No he dicho nada— reclamó Jiyu, siguiéndole.
Sostuvieron una conversación que se basaba en Jihwa quejándose de que Jiyu no necesitaba hablar para expresar sus pensamientos y Jiyu protestando sobre que Jihwa no leía mentes y no tenía cómo saber lo que Jiyu había pensado.
Entraron al apartamento y luego de un corto recorrido, Jiyu dejó todas sus cosas en la habitación que originalmente había sido de Jooin y acompañó a Jihwa a recoger las suyas.
— ¿En serio prefieres vivir con él?— preguntó Jiyu cautelosa, no olvidaba los malos tratos por los que había pasado Jihwa la última vez que había vivido con alguien.
— Sí, con él me siento…más yo mismo— admitió Jihwa, doblando algunos pantalones y colocándolos en la maleta. Sin que este la viera, Jiyu sonrió ante el cambio visible de su primo, Yahwi le había hecho mucho bien. Una expresión triste cubrió sus facciones de repente.
— ¿Por qué nunca me dijiste todo lo que había pasado con esa bestia?— soltó de golpe, haciendo a Jihwa detenerse a medio camino de guardar sus pulóveres, lo sintió suspirar dos veces profundamente antes de que este girase a verla.
— No quería admitírmelo ni a mí mismo, decirlo en voz alta lo haría real y quería que fuera lo más irreal posible, quería fingir que no había pasado— confesó Jihwa, una firmeza y sinceridad en su voz que hinchó el pecho de Jiyu, su primo era alguien distinto ahora.
— No quiero que te pase nada— afirmó ella, la preocupación marcando sus palabras.
— No me pasará si estoy con Yahwi— aseguró Jihwa para tranquilizarla, mostrando cuanta confianza tenía él en su novio. Jiyu sonrió, dándole la razón y prosiguiendo a doblar sus suéteres para aminorarle el trabajo a Jihwa.
— Por cierto, hay algo que no te he dicho— comentó ella, alcanzando los zapatos y metiéndolos en bolsas de plástico, Jihwa la miró expectante unos segundos antes de que ella volviera a hablar— Huí de casa.
— ¿!QUÉ!?— Jihwa no pudo evitar que su voz saliera como un grito, pero es que Jiyu había aguantado toda serie de abusos verbales y psicológicos por parte de sus padres, siendo su casa una cárcel sin barrotes para ella, él jamás esperó que ella huyera— Quiero decir, no es que no me alegre que te hayas ido finalmente, pero…— el pelirrojo ni siquiera sabía cómo explicarse.
— Está bien, lo entiendo, pero tenía mis motivos y antes de decírtelos— añadió rápidamente Jiyu, anticipando la reacción de Jihwa— no me juzgues, por favor— Jihwa dejó de doblar abrigos y se quedó mirándola seriamente, sabía que nada bueno saldría de su boca en esos instantes— Estoy embarazada.
oOo
Yahwi aparcó el auto delante del edificio donde actualmente residían Kang-Dae, Ae-ri y su novio-no novio Woo-Bin, la verdad era que Yahwi no mediaba en esa relación, pero sabía que su prima se veía mucho más feliz cuando estaba con ese hombre, por más que pasara horas dedicadas solo a quejarse de que era un vago con aspecto de vagabundo. En lo último Yahwi tenía que estar de acuerdo, pero igualmente no podía importarle menos.
Subió por el ascensor hasta detenerse delante de la puerta, tocando dos veces y esperando a que alguien le abriera, claro, no contaba con que fuera Ae-ri vestida en ropa interior roja y con un albornoz negro encima totalmente abierto.
— La decencia intenta alcanzarte, pero tú corres más rápido al parecer— comentó Yahwi, ignorando la imagen y pasando por su lado, no es que no la hubiese visto con algo incluso más revelador antes, como había comentado, su prima no era muy dada al recato.
— No hay motivos para ocultar nada cuando los presentes ya lo han visto todo— afirmó ella, haciendo que Yahwi y Kang-Dae, que estaba sentado en el sofá, voltearan los ojos. En ese momento Woo-Bin salió de la cocina, usando unos pantalones de pijamas nada más y con cuatro tazas de café, dejándolas en la mesa del centro.
— Feliz año nuevo— dijo el hombre mirando a Yahwi, quien farfulló la misma respuesta en dirección a todos y se limitó a tomar su café.
— Supongo que devolverme mi auto y recoger un teléfono nuevo no es tú único motivo de visita— inquirió Kang-Dae, poniendo encima de la mesa otro teléfono para Yahwi.
— Quiero saber si ha habido avances en el caso de Jung-Hwa— explicó Yahwi, tomando el teléfono y activándolo con su línea, tenía que cuidar este al menos. Woo-Bin se puso de pie y caminó hasta su habitación, tomando una carpeta y regresando para dársela a Yahwi.
— Esto es todo lo que hemos recogido— expuso el hombre, rascándose ligeramente la barba corta— En un momento voy a salir hacia una nueva dirección donde parece estarse escondiendo, no es seguro, mi contacto quedó en llamar cuando lo viera irse para que yo pudiera entrar.
— Tenemos que apurar esto, no puede seguir suelto mucho más— alegó Yahwi, tenso ante la libertad de la que gozaba ese bastardo.
— Lo tendremos— aseguró Ae-ri— El abuelo se fue, por cierto.
— No preguntaré cómo lograsteis eso— comentó Yahwi, poniéndose de pie y estirando la mano con las llaves hacia Kang-Dae.
— Quédatelo, el tuyo me gusta más— indicó el hombre, Yahwi no protestó al respecto, no es como si un auto le interesara y básicamente eran modelos parecidos, el mayor cambio era el color.
— Avísenme si pasa algo— dijo, guardando las llaves y saliendo del apartamento.
Tenía que regresar con Jihwa lo más pronto posible, le ponía demasiado nervioso perderlo de vista mientras Jung-Hwa estuviese suelto, porque de alguna manera no lograba quitarse la impresión de que alguien lo observaba constantemente.
Por más atento que estuviera, no podía notar todo a su alrededor, por eso no percibió la moto que arrancó a los pocos segundos de él incorporarse al tráfico desde dos cuadras más atrás, mientras que en el apartamento Woo-Bin recibía la llamada esperada, indicándole que la casa llevaba veinte minutos sola.
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Bueno, bueno, bueno, aquí regreso, haré otra mini maratón, porque este contenido viene con muchos giros y básicamente, quiero leer vuestras reacciones, así que por favor, no me dejen solita en esta experiencia y déjenme en comentarios sus opiniones, ¿si?🥺🥺🥺
En fin, ya saben cómo funciona conmigo, SIGUIENTE🔜🔜🔜
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