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Capítulo 11- Los recuerdos.

Jihwa se despertó tarde a la mañana siguiente, le había costado mucho lograr dormirse y para cuando lo hizo, fue atacado por pesadillas constantes que lo mantuvieron despertándose y volviendo a dormir de forma alterna, así que cuando finalmente el sueño pacífico llegó, se permitió dejarse llevar durante tanto tiempo como fuera posible.

Estaba algo desorientado al abrir los ojos, el sol ya brillaba afuera y había un olor delicioso impregnando su casa. Caminó por el pasillo hasta la cocina, donde vio la cafetera con café caliente y un plato con huevos revueltos, bacón y ensalada de calabaza.

— Al fin despiertas— la voz tranquila de Yahwi lo hizo sobresaltar, girando bruscamente para ver al muchacho parado en la entrada de la cocina, vestido con un traje azul oscuro a juego y un pulóver blanco debajo.

— ¿No es muy temprano para ir a la oficina?— se burló Jihwa, la verdad era que encontraba la imagen de Yahwi vestido de esa forma muy atractiva, pero no pasaría la oportunidad de burlarse del mayor por nada en el mundo.

— ¿No es muy tarde para vestir como Teletubbie?— rebatió Yahwi, haciendo alusión a lo grande que le quedaba a Jihwa su propia pijama y Jihwa no pudo evitar reírse de lo ridículo de esa contesta, haciendo a Yahwi mostrar una media sonrisa que no dejó que se formase totalmente— Supuse que despertarías pronto, así que preparé esto hace unos minutos.

— Gracias— dijo Jihwa, sentándose en la mesa mienras Yahwi se servía una taza de café para sí mismo y se acomodaba contra la encimera— ¿Cuándo fuiste a casa?— preguntó luego de darle dos bocados a los huevos revueltos, recordaba vagamente que esa no era la ropa que Yahwi había usado la noche anterior.

— Cuando sentí que dejaste de moverte por las pesadillas y finalmente descansaste— respondió Yahwi sinceramente, haciendo a Jihwa sonrojarse y desviar la mirada— Yo no lograba dormir por las mías propias, era más sencillo velar tu sueño— Jihwa alzó la mirada para encontrar la de Yahwi. Podía ver la tormenta en esos ojos amarillos, pero cada día la bruma en ellos era menos.

— Yahwi— inició, Jihwa sin saber exactamente cómo preguntar— ¿Lo que pasó anoche…?— dejó la pregunta en el aire, dubitativo de cómo continuarla.

— Ese hombre es mi abuelo— respondió Yahwi, entendiendo lo que Jihwa quería y respirando profundamente, habían irrumpido en su casa, era justo que este le dijera la verdad— No es alguien de confianza y está acostumbrado a que los demás hagan su voluntad. Vino porque yo no pretendo cumplir ninguno de sus caprichos, es mi vida y la viviré como considere— afirmó Yahwi y Jihwa pudo ver como sus dedos se tensaban alrededor de la taza— Lamento que te hayas visto envuelto en esto por mi culpa.

Yahwi se veía genuinamente preocupado por la intromisión de su abuelo en la vida de Jihwa y este temió ligeramente. Si él, que era su familia, decía que era algo malo, ¿qué podía esperar Jihwa? Sin embargo, no por eso se sintió con menos deseos de seguir como iban.

— Si ganamos el proyecto, ¿acaso no tendrías tu billete a la libertad lejos de él?— consultó Jihwa, terminando su desayuno-almuerzo y bebiendo de su taza con expresión pensativa.

— Esa es la idea— afirmó Yahwi, dejando su taza en la meseta totalmente vacía y mirando a Jihwa intensamente, dejándolo descolocado por unos segundos.

— Vamos— dijo Jihwa, poniéndose de pie y dirigiéndose a la sala.

— ¿A dónde?— preguntó Yahwi, siguiéndole sin comprender qué pasaba por la cabeza del menor.

— Hoy es mi turno— aseguró Jihwa con una sonrisa, mirándole por encima del hombro, y Yahwi vio como el cabello de este había crecido hasta llegar a rozar sus hombros, con un cerquillo adorable que tapaba sus ojos, dejando entreverlos entre los mechones que se movían.

— Adelante— concordó Yahwi, todavía algo hipnotizado por la mirada ligera que Jihwa le había dado. Hasta esa fecha, era la primera vez que lograba ver su expresión sin dolor en el fondo.

Jihwa se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y tomó le esfera de cristal, agitándola rápidamente durante algunos segundos hasta volver a colocarla en la mesa, abriéndola y sacando un papelito.

Su lengua humedeció sus labios y dejó salir un suspiro ansioso antes de abrirlo, riéndose al ver su propia infantil idea escrita y carcajeándose cuando observó a Yahwi mirarlo con una ceja alzada como si se hubiese vuelto loco. En respuesta a su interrogante mirada, Jihwa alzó la mano con el papelito y Yahwi se acercó, estirándose para tomar solamente el papel y no la piel de Jihwa y luego mirándolo incrédulo al leer lo que decía.

— No puedo creer que en serio pusieras entre las actividades “Recorrer todas las heladerías más famosas, probando todos los sabores que jamás he comido”— leyó Yahwi, viéndose impresionado por lo absurdo de la salida que se avecinaba.

— Lo siento, no pensé que fuéramos a escogerla de verdad— negó Jihwa con las manos mientras intentaba contener la risa de forma inefectiva.

— No puedo creerlo— murmuró Yahwi por lo bajo, viendo a Jihwa retorcerse de risa en el suelo— Deja de reírte y vete a cambiar, tenemos un largo día por delante— comentó Yahwi, quien se sentó en el sofá mientras veía a Jihwa irse hacia el cuarto, todavía riendo y quitándose algunas lágrimas que se le habían escapado— Mocoso— comentó cuando se vio solo en la sala, tapando sus labios con su mano para no admitir ni a sí mismo la sonrisa que se creaba al haber visto a Jihwa de esa manera por primera vez desde que lo conocía.

                              oOo

Jooin miraba el techo de su habitación con interés, no había nada llamativo en este, pero le ayudaba a pensar. Se había mudado de su antigua vivienda al día siguiente de haber tenido la conversación con Cain, aprovechando un momento en que el rubio había salido apresuradamente a hacer quién sabe qué. Quizás se estuviera comportando como un cobarde, pero ciertamente no quería enfrentar sus propias acciones.

Recordar esa noche era más de lo que su cerebro procesaba, había cedido por el dolor y el deseo no de no dañar a alguien que había estado a su lado todo ese tiempo, pero la sensación de repulsión hacia sí mismo que lo cubrió al día siguiente mientras interiorizaba lo que había pasado fue superior a cualquier otra cosa.

Intentó hablar con Yahwi en dos ocasiones, pero eso había salido mal y después la conversación con Phill lo había destrozado. Cain seguía insistiendo dentro de su vida y el temor de que este volviera a entrar en su habitación había crecido tanto dentro de él que ya no había tenido paz ninguna ni dentro de las paredes de su hogar. Por eso había buscado escapar como una rata, aunque eso no borrara lo que había pasado.

Había buscado a Phill en tres ocasiones desde que se había ido de casa, con la esperanza de que este le diera el número de Yahwi y poder hablar con él, quizás fuera posible sostener una conversación civilizada si no estaban cara a cara, pero el rubio se había negado rotundamente e incluso acusó con poner una queja en la policía si Jooin volvía a acosarlo para obtener información de Yahwi.

— Maldita sea— se quejó Jooin, sentándose en la cama y mirando el suelo con enojo.

¿Cómo había dejado que todo se descarrilara de esa manera? ¿Si hubiese puesto más de su parte quizás todo hubiese podido evitarse? ¿Por qué no notó las manipulaciones de Cain desde antes? ¿Qué tan ciego podía ser una persona?

La culpa lo corroía por dentro, haciéndolo sentir enfermo. Se puso de pie y salió de la habitación, sintiendo cada vez más que las paredes de la casa se cerraban sobre él, quitándole oxígeno al aire. Corrió tambaleante hacia la entrada principal, saliendo al pasillo externo del edificio y apoyándose en la baranda fría. El viento helado golpeaba su cuerpo y el olor a tierra mojada y lluvia lo llenó por dentro a medida que volvía a respirar.

Abrió los ojos, viendo la lluvia que caía sobre el asfalto con fuerza y la música que esta creaba. ¿Cuánto habrá pasado Yahwi bajo la lluvia? Jooin suspiró, recordando que la lluvia era algo que le traía paz desde chiquito, le gustaba salir con su sombrilla, impermeable y botas para lluvia a jugar bajo esta, caminaba por el vecindario y disfrutaba de los charcos de agua.

En más de una ocasión conoció a niños que les gustaba lo mismo y reían igual que él. Los adultos solían odiar la lluvia y Jooin solía pensar que era porque les recordaban a las lágrimas cuando uno llora, por eso de niño intentaba evitar que los niños lloraran, creyendo que así amarían la lluvia de adultos tanto como él pensaba hacerlo.

Incluso recordaba haber hecho un amigo por ese motivo, cada que lo veía el niño estaba llorando, Jooin se había preocupado porque no quería que este de adulto odiase la lluvia, quizás podría convencerlo incluso de jugar juntos si lograba que dejase de llorar. Podía recordar vagamente haber pasado tiempo con ese niño, divertirse juntos, haber intentado incluso besarlo y haberse despedido un día bajo la lluvia.

— ¿Te vas a mudar?— había preguntado con tristeza.

— Sí— respondió el niño con esa seriedad que lo caracterizaba.

— ¿Vendrás cuando seas grande? ¿Nos encontraremos cuando crezcamos?— era una vaga esperanza, pero su infantil corazón quería creerle.

— Está bien, si me recuerdas— había un trasfondo de un reto allí, pero Jooin había sonreído.

— Eres bonito, no te olvidaré— aseguró con determinación, no quería olvidarle.

Un jadeo se escapó de sus labios mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Aquel niño, su cabello oscuro, sus impenetrables ojos amarillos, su seriedad característica, aquella promesa…todo se había cumplido, pero él no lo recordó.

Sin poder sostenerse, Jooin cayó al suelo entre temblores, con los recuerdos de su más tierna infancia asaltando su mente y dándole sentido a tantas cosas de su vida adulta, mostrándole la realidad que él mismo había querido no ver, derrumbando los muros que había levantado sobre Yahwi para protegerse a sí mismo de alguna manera.

— Oh, no. ¿Qué hice?— un susurro desesperado salió de sus labios, antecediendo a los sollozos que lo continuaron sin contención.

Una realidad aplastante abriéndose paso sobre su cuerpo, creando una herida que él no sabía controlar y causando un dolor superior a su tolerancia. Su vida acaba de derrumbarse y él mismo había guiado la bola de demolición.

                               oOo

Era la cuarta heladería que visitaban, Yahwi no comprendía cómo Jihwa podía comer tanto, él se había rendido en la segunda cuando tuvo que pedir 22 sabores diferentes, pues era una heladería de combinadas y básicamente no había probado casi ninguna de sus ofertas.

Jihwa se había quedado sentado en la mesa del fondo, Yahwi había escogido estratégicamente cada asiento para permitirles una vista agradable, pero proteger a Jihwa de cualquier roce con extraños. Ahora estaba en la fila para recoger el pedido, porque por algún motivo en esta heladería tenías que ir tú a buscarlo en lugar de tener meseros que los trajeran.

— Aquí tiene señor, pase buen día— sonrió amablemente la empleada, entregándole dos bandejas que en total sumaban 11 bolas de helados de diferentes sabores. ¿Quién diría que habían tantos? Ciertamente él no.

— Gracias— respondió cortés, pero sin mostrar ningún cambio facial y se dirigió a la mesa donde Jihwa lo esperaba sonriente, aplaudiendo con sus manos de forma infantil ante la vista de los helados— ¿Cómo es que todavía tienes hambre?— preguntó Yahwi, dejando las bandejas en la mesa y sentándose frente a él.

— Me gusta comer, es algo que disfruto— respondió Jihwa, tomando la cucharilla y tomando un poco de ese helado con un extraño color entre morado y azul con chispas de chocolates blancas.

— No que no te gustaban los dulces— puntualizó Yahwi al verlo poner expresión complacida ante el sabor exótico que probaba.

— Hablaba de los dulces de harina, pasteles y esas cosas— explicó Jihwa, tomando otra porción y dirigiéndola hacia Yahwi— Prueba este, si te gustó el décimo tercero de la primera heladería, este te encantará— señaló Jihwa con su brazo extendido hacia Yahwi.

El mayor lo miró sorprendido a la par de confundido por unos instantes, antes de rendirse a los ojos brillantes de Jihwa e introducir la cucharilla en su boca. Vio la mirada expectante del menor y se deleitó dándose largas para contestarle.

— Oh, vamos, lo estás haciendo a propósito— le acusó Jihwa, a lo que Yahwi lo miró divertido.

— Está delicioso, tienes razón— concedió finalmente, por lo que vio la sonrisa de Jihwa ampliarse mientras seguía comiendo felizmente.

Yahwi apreció la manera en que el flequillo se le metía en los ojos a Jihwa, la forma grácil como sostenía la cucharilla. Las muecas de satisfacción que hacía cuando un sabor le gustaba o por el contrario, las de disgusto cuando no.

— ¿Sucede algo?— preguntó Jihwa, mirando a Yahwi por entre sus flecos.

— Eres lindo— soltó el mayor de repente, sin contenerse ni mostrarse avergonzado.

Para él, estaba simplemente resaltando una realidad obvia, pero vio la mirada de Jihwa abrillantarse mientras sus mejillas se tornaban rojo fuego velozmente y desviaba la mirada hacia afuera. El pensamiento de que era más que solo lindo lo llenó por dentro, hasta que una incertidumbre poderosa se afianzó al ver el rostro lívido de Jihwa y los temblores que se apoderaron de su cuerpo.

Hizo el gesto de tocarlo, pero rápidamente detuvo su mano a medio camino cruzando la mesa, sabiendo que esto solo pondría peor al chico. Vio su mirada perderse, tomando su rostro una expresión de terror y como su pecho subía y bajaba al ritmo de los jadeos de Jihwa en busca de aire. El pánico se apoderaba de él y estaba empezando a hiperventilar, cubriéndose con el mayor miedo que en su vida había sentido. 

********
😭Me duele hacer llorar a mi bebé bello, pero es necesario. Pobre mi amorcito tierno, prometo darte muchos momentos felices en un futuro.

Dichas estas disculpas para Jihwa bebé, ¿Qué les parece el capítulo? ¿Les gustó?  ¿Les parece bien el ritmo de la historia y como se va desarrollando?

Si la respuesta es sí, ya saben, déjenme su estrellita y su comentario para seguir con esta historia que tanto me ha gustado.

En otras noticias, quería comentar por aquí, aunque ya lo dije en mi tablero, que voy a subir un fanfic que hice hace algún tiempo de la pareja de Chad y Ryan de High School Musical. Si alguna de ustedes llegó a ver esa saga de películas y al igual que yo, notó lo poco hetero de la relación de ellos dos, entenderá mi obsesión por ellos. Claro, que en el guión original si fueran algo y Disney haya decidido volverlos hetero y censurar su relación me hizo sentir mal, así que sí, años después, en pleno 2022, voy a subir un fanfic de ellos. Por lo que vi en redes, su Fandom todavía vive y no soy la única loca, así que por si alguna de aquí se acuerda de ellos y les interesa, avisaré cuando lo suba. 😊.

Besitos pequepinkypitufibolas 💖💜💝💙.

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