Capítulo 10- La visita
Le había dicho que observara y Yahwi había observado. Jihwa solía pasar sus dedos por su cabello, recogiendo los mechones rebeldes detrás de su oreja cada que tenía que inclinarse sobre alguna estantería o repisa para observar el material. Llevaba el dedo índice a la boca cuando se quedaba pensativo observando algo, tocando suavemente sus labios en un movimiento horizontal que demostraba a la vista lo carnosos que eran.
Se concentraba tanto que perdía noción de los alrededores, teniendo Yahwi que interponerse entre su cuerpo y algún idiota que pretendía acercarse en más de una ocasión, una mirada furibunda bastaba para alejarlos de inmediato.
Percibió también la manía de torcer los labios hacia la derecha mientras leía, o como en los diálogos más importantes movía los labios casi como si estuviera leyendo en voz alta.
Cada que soltaba un cómic pasaba su mano derecha por toda la extensión de su manga izquierda, y juntaba amabas manos en un gesto de aplauso sin sonido antes de tomar un cómic que realmente le gustase de las estanterías. De esa forma también descubrió que sus favoritos eran Ironman, Spiderman y Thor y que tenía una aversión malsana hacia el universo de DC contra todo lo que no fue Batman, por algún motivo.
Yahwi no comprendía mucho del tema, pero Jihwa le explicaba cuando notaba la mirada de Yahwi sobre él durante mucho tiempo, quizás para evitar que el mayor se sintiera aburrido, aunque lejos estaba Yahwi de aburrirse.
No fue sorpresa para este que al final del recorrido, Jihwa apareciera contento con 30 comics distintos en sus brazos, dispuesto a comprarlos todos. Yahwi había alzado una ceja en incredulidad, pero luego había señalado hacia la fila para pagar en la que solo se encontraban tres personas. Por un instinto de protección, Yahwi fue quien esperó en la fila, indicándole a Jihwa que pusiera los comics en el mostrador cuando fue necesario y pagando él, contra todas las protestas que el menor había dado.
Pese a sus dudas iniciales sobre ese sistema, Yahwi tenía que admitir que había funcionado, ese primer día abrió el paso a las otras tres semanas de encuentros que los ayudaron a conocerse uno al otro.
Ahora Yahwi sabía que a Jihwa le encantaban los espectáculos de luces, que era un amante de los reptiles, contrario a su tierna apariencia, que prefería comer frutas y que tenía una obsesión extraña por la música clásica. Lo había visto tomar café amargo, odiaba los dulces excepto el maní y el chocolate y tarareaba por lo bajo las canciones de la radio cuando Yahwi conducía hacia los diferentes sitios.
Sí, había funcionado, pero el tiempo seguía corriendo y nada de lo que sabía le ayudaba para diseñar algo, sin embargo, no se sentía tan mal por ello.
— ¿A qué te refieres con que no estás apurado?— preguntó Phill desde el otro lado de la línea, estaba parando para almorzar y le había marcado a Yahwi para saber de él.
— No sé explicarlo exactamente— comentó Yahwi, exhalando el humo de su cigarro mientras mantenía la vista fija en la computadora, había intentado varios bocetos cada día acorde a lo que iba descubriendo de Jihwa, pero no obtenía nada seguro— simplemente siento que cuando descubra de él lo que necesito, la inspiración vendrá sola. No lo sé, quizás sea una tontería.
— De hecho…— inició Phill mientras tomaba un trago de su soda— suena bastante lógico— hubo un silencio nada incómodo unos segundos antes de que Phill añadiera— Te noto distinto.
— ¿Distinto cómo?— preguntó Yahwi un poco a la defensiva.
— Más centrado, tal vez— dijo Phill, inseguro de explicar su percepción— como sea. ¿Sigues ignorando las llamadas de tu abuelo?— preguntó cambiando totalmente de tema.
— Sí— dijo Yahwi, quitándose los espejuelos y presionando con sus dedos en el puente de la nariz. Las llamadas habían comenzado después de la primera salida con Jihwa y sinceramente, Yahwi no tenía deseos ningunos de hablar con su abuelo, así que seguía ignorándolo.
— Puede ser algo importante— comentó Phill, por lo que Yahwi le había comentado, su abuelo llamaba entre tres a cuatro veces al día.
— Realmente no me importa— aseguró Yahwi, sirviéndose un vaso de whiskey.
— Entiendo— Phill no presionaría a su amigo si así este lo quería, levantó la mirada cuando sintió la presencia de alguien acercándose a su mesa, adoptando una expresión seria en cuestión de segundos— Yahwi, hablamos mañana, mantenme informado de todo.
Yahwi no tuvo tiempo de responder, solo escuchó como la línea se caía y supo que Phill había colgado. Le dio una mirada extrañada al celular antes de dejarlo sobre la mesa y darle otro sorbo a su bebida, inclinándose hacia atrás y dejando que su mente vagara totalmente en blanco.
El sonido de su celular sonando lo hizo fruncir el ceño, a esa hora nadie debía de llamarlo. Estiró la mano para alcanzarlo, sintiendo su pulso dispararse cuando vio el nombre de Jihwa en la pantalla.
— ¿Sucede algo?— preguntó de inmediato que contestó, sabía que Jihwa no llamaría a una hora como esa por gusto.
— Este…yo…no estoy seguro— comenzó Jihwa con voz vacilante, y Yahwi podía imaginárselo jugando con el borde de su manga y mirando nerviosamente hacia la izquierda. La revelación de que ya lo conocía lo suficiente como para saber eso lo dejó frío durante unos segundos antes de regresar a la realidad, sabiendo de que algo malo pasaba.
— Jihwa, ¿qué sucede?— preguntó más firmemente mientras se ponía de pie y deslizaba dentro del vestidor, sacando unos jeans y un suéter verde oscuro para cambiar su pijama negro.
— Tengo a...alguien que quiere verte— comentó Jihwa, tragando grueso ante la tensión— se coló en mi apartamento— continuó y a Yahwi le temblaron las manos ante la impotencia de estar tan lejos. Ya se había deshecho de su pijama, había dejado el celular en altavoz y se estaba anudando los cordones de los zapatos, vistiéndose tan rápido como podía— dice ser tu abuelo.
Con esa frase Jihwa había logrado dejar congelado a Yahwi por unos segundos, sintiendo su respiración volverse espesa y sintió una rabia ciega correrle por las venas. Tomó el celular nuevamente, retirando el altavoz y llevándoselo al oído.
— ¿Te hizo algo?— su voz había bajado varios tonos, sonando grave y oscura, extrañamente serena incluso.
— N…no— negó Jihwa— solo me pidió que te llamara y se quedó en la sala. Yo…— Yahwi lo escuchó inspirar profundamente antes de continuar— le dije que sí, y me encerré en el baño con el teléfono para llamarte— una sensación de alivio recorrió el cuerpo de Yahwi, Jihwa había sido inteligente para huir a tiempo.
— Estaré llegando en diez minutos, no salgas hasta que yo te busque— sentenció, colgando antes de escuchar a Jihwa protestar sobre la seguridad al conducir, algo que había tenido que oír mucho desde que le hacía función de chofer, pues el menor consideraba que Yahwi conducía como un loco.
En esos momentos, lo que menos le importaba a Yahwi era la posible multa, o si en realidad el tiempo estimado entre su apartamento y el de Jihwa era de 35 minutos. Salió de su casa dando un portazo y descendió por las escaleras, considerando el ascensor desesperadamente lento.
Llegó a su auto, entrando rápidamente y arrancando a conducir como una ráfaga, tomando cada desvío y corte de camino posible a una velocidad atroz, sabiendo que si se dejaba atascar en el tráfico no habría forma de llegar a tiempo. Sus nudillos estaban blancos de la fuerza que ejercía apretando el volante, su corazón latía desaforado y su mente se mantenía en calma, buscando las mejores opciones para salir bien de aquella situación.
Frenó casi en seco, derrapando ligeramente sobre el asfalto antes de saltar fuera de su auto y correr en dirección al ascensor que se encontraba abierto en ese instante, marcando como desesperado el piso de Jihwa y sintiendo una ligera claustrofobia estando dentro de la caja que se movía.
Al abrirse las puertas metálicas, Yahwi corrió hasta el apartamento de Jihwa, encontrando dos guardaespaldas de su abuelo en la puerta. Sin molestarse en llamar, Yahwi simplemente se adentró en la casa, encontrando a su abuelo sentado en el humilde sofá de Jihwa, bebiendo té en unas tazas que obviamente él mismo había cargado.
— Esa velocidad al conducir es muy irresponsable, Yahwi— comentó el señor al verlo entrar hecho una furia. Yahwi respiró varias veces de forma disimulada tratando de calmarse, en ese juego guiarse por las emociones era perder.
— Tenía prisa por verte, abuelo— comentó, caminando hasta sentarse en el sillón frente al sofá.
— Seguro que sí, querido nieto— aseguró el señor Go con la mirada fría que Yahwi tanto conocía— ¿Té?—Yahwi negó con la cabeza, acomodándose en el sillón para verse más relajado— Me vi en la necesidad de venir hasta aquí porque mi nieto no contestaba mis llamadas— comentó con finido dolor, haciendo que a Yahwi se le secara la boca.
— Quizás pudiste haber entendido la indirecta— rebatió Yahwi, sosteniéndole la mirada a su abuelo.
— Yahwi, nunca lo entenderás— dijo el señor Go con una sonrisa condescendiente— Es hora de parar esta tontería, vine para llevarte a casa y que aceptes mi propuesta de antes.
— La respuesta es no— afirmó Yahwi antes de que su abuelo siguiera hablando, pudo apreciar como el rostro del mayor se transformaba a uno recio.
— Pensé haberte criado mejor— sentenció por lo bajo, haciendo el ambiente tensarse— Primero con ese chico y ahora este. ¿Cuándo dejarás de tomar malas decisiones en base a tus conquistas pasajeras? Es hora de que vayas por el buen camino muchacho.
— Te equivocas, abuelo— interrumpió Yahwi, agravando su voz— Estoy aquí por mí, no por nadie más. Niego de tu oferta porque no deseo pertenecerte, y eso sería lo que pasaría si trabajase contigo, y contrario a lo que piensas, estoy en el buen camino, el mío. Es solo mi elección lo que pase y si vas a desheredarme, te estás tardando— Yahwi mantuvo su voz paciente, pasando como una suave lija sobre la consciencia del señor Go.
— Sí eso quieres— cedió finalmente el hombre, poniéndose de pie y colocándose la gabardina beige con rayas negras y un sombrero— Quizás debas antes saber mejor con qué tipo de personas te relacionas— agregó, tirando sobre la mesa del centro un sobre amarillo que hizo tintinear las tazas que dejó allí— Nos vemos, nieto.
Sin mediar más palabra, Yahwi dejó escapar un suspiro cuando sintió la puerta cerrarse, levantándose de inmediato para cerrarla con seguro antes de regresar a la mesa. El sobre no tenía nada escrito, Yahwi lo tomó en sus manos y revisó antes de decidir abrirlo, manteniendo una expresión pétrea a medida que leía poco a poco cada documento dentro.
Tragó grueso y volvió a colocar todo dentro, cerrándolo y dejándolo nuevamente en la mesa antes de ir directo hacia el baño del apartamento, había estado allí cada día para escoger una salida diferente, por supuesto que ya conocía la casa como la suya propia. Se detuvo delante de la puerta y tocó dos veces firmemente.
— Soy yo— anunció con tranquilidad, escuchando los pasos dentro y el sonido del pestillo siendo quitado.
— Yahwi— su nombre salió con alivio de los labios de Jihwa cuando abrió la puerta y lo vio allí de pie, con expresión tranquila.
— Ya se ha ido, puedes salir— avisó el de ojos amarillos, por lo que Jihwa asintió, saliendo finalmente del baño. El pasillo era más estrecho de lo que Yahwi había notado, por lo que retrocedió hasta la pared para no invadir el espacio de Jihwa— ¿Te hizo algo?— repitió la pregunta, no muy convencido de la primera respuesta que había obtenido. Jihwa negó con la cabeza, entrelazando sus dedos al frente.
— Tocó la puerta insistentemente, le abrí por eso, dijo ser tu abuelo y que mejor lo dejara pasar y te llamara— contó Jihwa, pasando su lengua por sus labios en un gesto nervioso— cuando vi a sus guardaespaldas armados pensé que sería mejor obedecerlo, por lo que te llamé escondiéndome en el baño.
— ¿Eres idiota?— preguntó Yahwi bruscamente, haciendo a Jihwa alzar la cabeza para mirarlo impresionado— si alguien te toca la puerta a las 12 de la noche NO LE ABRES— finalmente el miedo que había abrazado su cuerpo, escondiéndose en lo más oscuro para permitirle actuar, salía a flote y le mostraba el montón de cosas horribles que pudieron haber pasado— No le abres— volvió a decir más bajo esta vez, como si le doliera— Me llamas a mí, pero no le abres— se desplomó contra la pared, sintiendo el efecto de la adrenalina pasar.
— Lo lamento— la voz suave de Jihwa lo hizo alzar la mirada, encontrándose con la imagen del chico arrepentido y algo triste.
— Disculpa, perdí los papeles— lamentó Yahwi, notando que Jihwa también había estado aterrorizado, fue solo entonces que reparó en que el chico temblaba y esa sensación de escozor en sus manos por tocarlo volvió, pero no podía permitirse eso— ¿Quieres un café?— ofreció, decidido a dejar atrás lo que acaba de pasar.
— Me encantaría— aceptó Jihwa, por lo que Yahwi emprendió su camino hacia la cocina, disponiendo de todo como dueño del apartamento hasta que tuvo la cafetera conectada.
— Viniste rápido— comentó Jihwa, sentándose en una de las butacas dispuestas y recogiendo sus pies sobre esta. Yahwi lo miró y reparó en el pijama gris que Jihwa traía. Había notado eso también, el chico siempre usaba colores oscuros o depresivos, aunque últimamente había empezado a usar tonos más claros y Yahwi no pudo evitar pensar que podía deberse a él.
— …— tragó nerviosamente, observando la cafetera colar el café mientras en su mente se movían los engranajes. Su error en el pasado había sido no hablar, si quería verdaderamente deshacerse de la sombra de su abuelo, tenía que cambiar— Yo tenía miedo de que él te hubiese hecho algo— logró pronunciar y Jihwa contuvo la respiración unos segundos antes de asentir con la cabeza.
— No me hizo nada— aseguró, por si las dos primeras veces no hubiesen sido suficientes y Yahwi pudo respirar tranquilo, esta vez sí le creía. El sonido de la cafetera llamó su atención, apagándola y sirviendo el café en dos tazas grandes con gatos dibujados en ellas.
— Se parece a Makki— comentó cuando entregó una de esas tazas a Jihwa, sosteniéndola por abajo aun con lo caliente que estaba para que Jihwa no se viera en la obligación de rozarlo.
—En realidad, creo que se parece a ti— repuso el menor, desviando la mirada y dándole un sorbo al café. Yahwi lo observó unos segundos antes de sonreír suavemente.
— Es posible— concordó, mirando en otra dirección cuando Jihwa fijó su vista en él, le dio un trago a su café y observó detalladamente el gato de su taza. Era blanco con manchas marrones, cafés y pardas por el rostro y algunas partes del cuerpo, terminando en la cola y dejando el hocico blanco que resaltara, por segunda vez se encontró sonriendo— Este se parece a ti.
Jihwa lo miró impresionado, jamás lo había visto relajado ni sonriente. Yahwi no lo miraba, pero confiaba en él lo suficiente como para mostrar un lado totalmente diferente y Jihwa lo agradeció en silencio.
Agradeció que Yahwi se relajase a su alrededor, que hubiese conducido como un loco por intentar protegerlo, aun si Jihwa todavía no comprendía el motivo de la visita del familiar, ya preguntaría en otro momento. Agradeció la paciencia con la que lo trataba, respetando su espacio y nunca forzándolo, lo cooperativo que se había mostrado con su idea de las salidas, poniendo de su parte para mostrarle a Jihwa tanto como Jihwa se vio capaz de mostrarle a él.
Agradeció las casualidades que hicieron que Yahwi estuviera allí aquella noche para salvarlo de los cuatro matones, que ambos fueran a la misma universidad, que coincidieran en el mismo proyecto. Agradeció que Yahwi lo hubiese ayudado con el taxi en aquel aeropuerto y que, aun con prisa, se hubiese tomado el trabajo de devolverle a Makki.
Por encima de eso, agradeció que jamás hubiese mencionado que se conocían de aquella nefasta noche en el hospital, porque sí, Jihwa lo había recordado una tarde de esas en las que se sentaba a observar a Yahwi, ya que era su actividad del día.
Agradeció mucho más cuando esa noche, el azabache le dijo que dormiría allí en el sofá, fingiendo estar muy cansado para conducir a casa cuando era obvio que lo que no quería era dejar a Jihwa estando tan débil y finalmente, agradeció a cualquier dios que estuviese escuchando por haber hecho a Go Yahwi entrar a su vida.
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PROGRESOOOOOOOOOOO
Y también una visita un tanto tensa señores, 😬, pero...PROGRESOOOOOO.
Me dicen sí les gustó el capítulo y de ser así, por favor dejen su estrellita y su comentario para que esta escritora novata pueda saber qué tal lo está haciendo. En un rato debo de actualizar otro capítulo de esta historia, mi internet está malisimo y eso hace que me demore en esto aunque tenga todo listo.
Nos leemos preciosuras de pequepinkypitufibolas, os amo🥰😍.
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