Capitulo 20
Maraton 1000 lectores 2/7.
Sentía uno de los brazos de Marco alrededor de mi abdomen y el otro por debajo de mi cuello, estaba muy a gusto entre sus brazos no me quería levantar, pero mi vejiga necesitaba ser vaciada en este instante.
Tome su brazo con cuidado y lo levante para poder salir, me senté en el borde de la cama por unos segundos para aliviar el leve dolor que había en mi entrepierna, gire mi cabeza para verlo y suspire; Se veía tan tranquilo, tan hermoso con sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos.
Sacudí la cabeza para salí del trance en el que había entrado al verlo y me encaminé al baño. Cuando termine, agarre la camiseta de Marco y me la puse ya que mi cuerpo aún se encontraba desnudo. Me pare frente al espejo, vi mi reflejo y los recuerdos de esa noche llegaron a mi mente, una risita tonta salió de mis labios.
Apoye mi hombro en el marco de la puerta del baño y me quedo observándolo, estaba espalda arriba, se había dado vuelta. Cruce mis brazos y mi dedo pulgar se puso a jugar con mi labio.
En ese momento pensé en todo, el momento en el que nos hicimos amigos en la infancia, cuando me di cuenta que me gustaba; La promesa que me hiso cuando me dijo que se iba a mudar, el encuentro en la escuela unos meses atrás; Ese día que me dijo de hacer la lista.
Si solo hubieses llegado unos minutos antes piojoso mío, todo sería diferente.
Lo que hizo por mí, los momentos que pasamos juntos, las risas y los llantos, todo. Estos estaban siendo los mejores meses de todo mi año.
Suspire cuando note que mis ojos se habían aguado y volví a la cama. Acaricié su espalda para después dejar un pequeño beso en ella.
-Lo siento tanto piojoso- susurre.
No recuerdo en qué momento caí rendida nuevamente.
*Desperté en una especie de jardín, donde había niños corriendo, personas hablando y riendo. No entendía nada hasta que alguien me extendió su mano para que me levantara del césped.
-¡Querida, tienes que empezar a despertar más temprano!
-¿José? ¿Eres tú?
-Si mi niña, te dije que nos íbamos a volver a encontrar.
-¿Sabes porque estamos acá?
-Como te dije la primera vez, estamos acá porque personas que conocemos están destinadas. ¿Por qué no empezamos por conocernos un poco?
Asentí- Si, me parece bien, ¿si me dices que vamos a estar un buen tiempo aquí supongo que sería bueno que nos conozcamos?
-Me parece una buena idea, ¿Quieres empezar tu?
-Nono, tú eres el que lleva más tiempo aquí- dije con gracia.
-¿Me estás diciendo viejo?- pregunto riendo- Bien arranco yo- se aclaró la garganta para después comenzar a contar- Me llamo José Páez, tengo 45 años, son jefe de edición en una editorial bastante conocida y estoy acá porque tengo cáncer de pulmón, ya está muy avanzado si te lo preguntas. Vivo acá en Madrid, este último tiempo estuve viviendo con mi madre y mi hija, tuvimos que irnos a vivir con ella porque estoy en cama y me cuesta respirar por el cáncer claro, no quise que me internaran, quería pasar mis últimos meses con ella. Estuve casado, pero después de unos años nos separamos por una razón que no hace falta que la cuente- suspiro- Ahora ya me conoces un poco mas querida, es tu turno.
-Bien- me remojo los labios- Soy Bella Sánchez, tengo 17 en unas semanas cumplo 18, vivo en Madrid también. Mis padres están separados- Conte cabizbaja- Y mi hermana murió hace 11 meses en un accidente que tuvimos juntas y creo que ya se porque estoy acá. Estoy en una especie de relación con un chico, él fue mi amigo de la infancia y primer amor, se llama Marco- termine de contar- José.
-¿Si niña?
-¿Sabes cuales son las personas de nuestro entorno que están destinadas?
-Yo creo que sí, ¿Quieres saber?
-Si, por favor.
-Marco y Antonia. Ellos son los que están destinados.*
Me levante sobre exaltada, tenía la respiración muy acelerada.
-¿¡PRINCESA ESTA BIEN!?- pregunto Marco el cual se despertó a causa de mi susto.
-Sisi, solo fue una pesadilla- susurre poniendo una mano en su hombro para calmarlo.
-¿Segura que estas bien? ¿Quieres un vaso de agua o darte una duch...- lo corte?
-Marco, estoy bien solo fue un mal sueño- lo tranquilice agarrándolo de las mejillas.
-Ven aquí- me murmuro dejándome acostada en su pecho- ¿Qué soñaste para que te levantaras así?
No nada, solamente que tu y una chica que se llama Antonia están destinados- pensé.
-Con el accidente- mentí- Soñé con el accidente.
-Shh, tranquila pequeña- susurro apretándome más contra él.
Luego de eso no volvimos a hablar por unos minutos.
-¿Princesa sigues despierta?- pregunto en un tono que casi no se escuchaba.
-Uhum- conteste.
-Te quiero hacer una pregunta ¿Puedo?
Apoye mi barbilla en su pecho y lo mire- Si claro, pregunta.
-Bien- estaba nervioso, eso se notaba de acá a Japón- Yo me...me pre...guntaba si tu- se cortó- Mierda, no puede ser tan difícil- suspiro frustrado.
-Marco solo suelta a pregunta- murmure con gracia.
-Está bien, acá voy.
-Y yo te escucho.
-¿Quieres ser mi novia?- soltó de repente y rápido.
Por un momento me quede en blanco, hasta que mi cerebro proceso la pregunta que me acababa de lanzar
¿Quieres ser mi novia?
MARCO ME ACABABA DE PREGUNTAR SI QURIA SER SU NOVIA.
Por dentro estaba saltando de felicidad, me había olvidado que no le di una respuesta.
-Si piojoso. Quiero ser tu novia- acepte.
Cuando escucho mi respuesta, enseguida nuestros labios hicieron contacto, se separo de mi y miro mi espalda.
-¿Qué haces vestida querida novia?- pregunto agarrando se remera.
-Es que cuando fui al baño me agarro frio querido novio- explique.
-Me gusta como te queda, pero me gusta mas cuando no la tienes puesta- apoye mi mejilla en su pecho porque me había sonrojado- Jajajaja, te amo pequeña princesa.
Y en ese momento me derretí por completo.
-Y yo te amo más piojoso- le conteste.
-Durmamos un rato mas ¿si?- asentí.
Ya temprano por la mañana sonó mi móvil, me desperece hasta que me acorde que había dormido con Marco.
-Mierda mama- susurre despabilándome rápido y saltando de la cama.
Tome mi móvil que estaba en el escritorio y conteste.
*-¿Bella?
-Mama- dijimos al unisonó.
-¿Dónde estás? Me tenías preocupada.
-Lo se y perdón, me quede en lo de Marco y olvide avisarte.
Escuché como suspiro aliviada- Pensé que te había pasado algo hija.
Estaba por contestar cuando la puerta de la habitación se abrió y me dejo ver a un Marco que vestía un pantalón de deporte gris y una camiseta negra. Cuando me vio camino hacia donde estaba y me abrazo por atrás, comenzó a dejar besos en mi cuello.
-Tranquila mama, estoy bien- dije con dificultad.
Mi respiración se encontraba agitada y el chico que estaba atrás empezó a jugar con el borde de la camiseta que tenia puesta.
Estaba todo bien hasta que recordé que no llevaba mis bragas.
-Ma...mama- me aclare la garganta- Te dejo si, voy mas tarde- hable como pude.
No espere respuesta que colgué, tire el móvil al escritorio y me di vuelta.
-¿Qué crees que estabas haciendo?- pregunte con las manos en su pecho.
-¿¡Besar el cuello de mi novia y recordar que no lleva bragas!?- contesto con una ceja levantada.
En mi cabeza solo había una cosa. Quería repetir lo de anoche.
Camine con el haciendo que chocara con el bore de la cama, lo empuje callo en esta y me subí encima, acerque mi boca a la suya y comencé a besarle el cuello, el puso sus manos en mi cintura.
Tome el borde de su pantalón y meti mi mano dentro para poder acariciarlo sobre el bóxer.
-¿Pri...princesa q..que haces?- tartamudeo.
-Esto- dije sin miedo.
Me baje de él, di vuelta la cama para ir a la mesita de donde anoche había sacado un condón, tome uno, cuando me gire vi que sus pantalones habían desaparecido. Volví a subirme sobre él y jadee al sentir el contacto de nuestros sexos, lo quiso agarrar, pero no lo deje.
-Lo quiero hacer yo- le dije.
-Bien, tranquila- me contestó levantando las manos en señal de paz.
Abrí el paquete plateado, pero recordé que no sabia como ponerlo, Marco lo noto y hablo.
El estaba sentado y apoyado en sus manos- Ponlo en la punta- empezó- Aprieta la puntita que tiene y comienza a deslizarlo- explico.
Escuchaba como soltaba pequeños gruñidos cuando bajaba mi mano por su erección, cuando vio que termine me tomo de la cintura y llevo sus manos a mi coño, jugo unos segundos con mis pliegues y no olvidemos que hizo maravillas con mi clítoris.
-Ahh...-gemí al sentir sus dedos.
Ya estaba lista así que me agarre de sus hombros, saco su mano de mi sexo para tomar su polla y guiarla a mi entrada, jadee al sentí el pequeño roce que hizo la punta de esta con mi humedad, vi que Marco estaba por hablar y lo corte cuando me deje caer sobre su erección.
En ese momento un dolor infernal me invadió.
-AHHHH MIERDA...- dije en una especie de gemido con dolor.
-¿PEINCESA TU ESTAS LOCA?- me murmuro preocupado- ¿Cómo vas a hacer eso siendo que es tu segunda vez? Te estaba por decir que en esta posición te podía a llegar a doler un poco- confeso- ¿Te encuentra bien? - me pregunto.
-Sisi- susurré tomando aire- Fue ese momento tranquilo- solté.
-Estas completamente loca- contesto para llevar sus labios a los míos.
Nuestras lenguas jugaban una batalla campal dentro de nuestras bocas, el me acariciaba la espalda por debajo de su camiseta.
Ya me había acostumbrado a su tamaño así que comencé a subir y bajar lentamente, con ayuda de él. Ambos soltábamos gemidos sin parar, note que mi interior se comenzaba a contraer, cuando Marco lo noto bajo sus manos a mi trasero y lo apretó.
-AHH DIOS...-gemí alto.
-Se que estas cerca princesa- y tenia razón- Correte para mi pequeña- susurro mientras seguía apretando mi trasero.
Llevo una de sus manos a mi seno y se encargo de jugar con él, yo acelere los movimientos, empecé a subir y bajar más rápido, estaba agarrada a los hombros de el cuando escuchó un gruñido que sale de su boca, ese fue el detonante para que me corriera.
-MARCO...- me vine gimiendo su nombre.
Segui con mis movimientos unos minutos mas hasta que Marco se corrió entre jadeos y maldiciones. Escondí mi cara en el hueco de su cuello, el deposito un beso en mi mejilla izquierda.
-Eso fue...guau- susurre.
-Y yo que venia a ver si te habías despertado-reí- Mama quería que bajáramos a desayunar.
-OH POR DIOS- saque mi cara de su cuello- ESTAN TUS PADRES- me tape la boca con mi mano.
-Tranquila, abajo no se escucha nada- confirmo- Así que puedes gritar lo que quieras- bromeo
-Idiota- le pegue en su hombro- Tengo hambre- confese.
-Jajajaja, ven vamos- susurro.
Antes de salir de mi agarro mi cara y estampo un beso en mis labios. Fui a su baño, me di una ducha rápida, recordé que no tenía ropa que ponerme. Entonces salí con la toalla alrededor de mi cuerpo.
-¿Me prestas algo de ropa?- pregunte tímida.
El ya estaba de vuelta con sus pantalones deportivos.
-Toma, el bóxer es nuevo- me dije mientras me daba la ropa.
-Gracias- le sonreí y volví al baño.
Un rato más tarde ya estamos listos para ir a desayunar.
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Nota de la Autora.
Déjenme saber si algunx lloro o se le llenaron los ojos de lagrimas, porque a mi si.
¿Les cae bien José?
Síganme en bookstagram (maruchabooks).
Nos vemos mañana.
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