Capitulo 2 [editado]
Leer con la canción Eres tu de Morat.
29 de enero de 2019.
Bella
Poco tiempo después de la muerte de Sara mis padres se separaron y han pasaron 7 meses desde que Sara murió. Cada día que pasaba me sentía más culpable de su muerte, si tan solo no hubiese insistido en que vayamos a la playa ella seguiría aquí conmigo.
Seguía viviendo con mi madre, a ella no le hacía mucha gracia que siga estando en la misma casa que ella. Después del accidente todos los días se encargaba de recordarme de múltiples maneras, que la muerte de Sara había sido culpa mia. Mi padre se mudó a la casa de su amigo, por esa misma razón yo me encontraba aquí y no con él, no había lugar, ni siquiera un pequeño espacio en el que cupiera, esas eran las palabras de papá, aunque sabia que solo eran excusas. Chiara sigue conmigo, nos vemos en sus momentos libres o cuando no está con Leo, con ellos deje de salir, quería que tuvieran tiempo de pareja sin tener que estar yo metida entre los dos, a fin de cuenta lo necesitan.
—Ay, Sara, no sabes lo que me haces falta es este momento...— susurre mirando la lápida de mi hermana.
"Sara Sánchez.
12 de diciembre del 2000- 29 de junio del 2018"
—Me tengo que ir, debo terminar unos trabajos, la profesora Rodríguez nos sigue matando con ellos— me levante del césped y sacudí mi trasero antes de volver a hablar—Sara, yo... lo siento tanto, si solo hubiera dejado de insistir o no se me hubiese ocurrido poner música ese día, seguirías conmigo, todo esto fue culpa mia, lo lamento tanto —susurre sorbiendo mi nariz.
Me despidiéndome de mi difunta hermana y emprendí el viaje de regreso a casa.
—Te amo hermana y siempre lo hare— murmure a la vez que le tiraba un beso a su lapida.
...
Luego de 30 minutos en bus, llegue a casa, bueno al lugar donde vivía mejor dicho, porque desde la muerte de Sara ya no se sentía como tal.
—¡¡MAMÁ, LLEGUEEEE!!— grite como ilusa esperado que ella me respondiera, pero ni siquiera me dirigía la palabra, desde ese día, todo cambio.
Fui a la cocina me preparé un sándwich, para después subir a mi habitación y terminar lo que estaba haciendo antes de haber ido al cementerio a ver a Sara. Cuando se hicieron las 21:30 deje de hacer el trabajo que había empezado a adelantar. Baje a la cocina donde encontré a mi madre comiendo, ya no comíamos juntas, no hacíamos nada, básicamente deje de existir para ella.
—¿Qué estas comiendo, mamá?
—Pizza de anoche— contesto de manera seca.
—¿Quedo alguna porción para mí?— abrí la nevera.
—No. No quedaron— asentí, se notaba que no tenia ganas de hablar conmigo.
—Vale— susurre.
Cerré la nevera y volví a encerrarme en mi habitación. Ya no tenía ganas de cenar, el hambre había desaparecido. No quería hacer nada. No me hice mucho problema porque a la hora de la merienda había ido a buscar algo para comer. Busqué mi pijama en el closet y fui al baño para darme una ducha. Abrí la regadera esperando que el agua se fuera calentando y mientras tanto me fui desnudando para poder meterme cuando el agua estuviera caliente. Estuve un rato bajo el agua, dejando que corriera por mi cuerpo, cuando sentí que había sido suficiente cerre el grifo, me envolví en la toalla y sali, me estaba cambiando cuando levante la mirada y observe mi reflejo.
—Todo es culpa tuya, Bella— susurre señalándome con el dedo— Tu eres la culpable de que Sara no esté en este aquí, en la habitación de al lado y de que tus padres se hayan separado— me mire fijamente y note que como los ojos se me habían empezado a llenar de lágrimas, termine de cambiarme antes de volver a mi habitación.
Me tome las pastillas que me había recetado el psiquiatra. Ya me iba directamente a dormir. Dentro de mi cama agarre mi móvil que había sonado, era un mensaje de Chiara.
*—¡¡Te tengo una noticia!!
—Mañana comienza un chico nuevo a la escuela. Está en el mismo curso que nosotras.*
Leí los mensajes que me había mandado y me reí al imaginarme como estaría saltando por todos lados con una sonrisa en la cara si tuviera que contármelo de frente.
*—Guau, eso...eso será bueno para la escuela. Sera genial que hay gente nueva.*
Envié el mensaje. Revisar mis redes sociales, apague el móvil mientras me tapaba, estaba lista para dormir cuando comenzó a sonar el móvil de nuevo, pero esta vez no eran mensajes, era mi padre que me llamaba, le respondí inmediatamente.
*—Hola papá, ¿Cómo estás?— le pregunte mientras me sentaba y apoyaba mi espalda en el respaldo de la cama.
—Hola hija... bien, va como se puede estar, ¿y tú como estas? ¿Fuiste a ver a tú hermana hoy?
—Sip, como todos los 29, ¿y tú?
—Sí. Me pude escapar un rato antes del trabajo y pasé a verla.
—Papá— le dije luego de unos largos segundos sin hablar.
—Dime, cariño, ¿Qué sucede?
¿—Cuándo me podre ir a vivir contigo?—le solté sin mas.
—Bella, yo... no lo sé hija, estoy en búsqueda una casa o departamento propio, pero todavía no conseguí nada— suspiro— Mientras tanto vas a tener que seguir viviendo con tu madre.
—Claro, papá— suspire sonoramente —¿Me prometes que me voy a ir a vivir contigo antes de que termine el año? —volví a decir.
—Lo prometo hija— me respondió mi padre —Te amo tanto, Bella. Solo tienes que aguantar un poco más— murmuro.
—Y yo a ti— sentí como los ojos se me llenaban de lágrimas, otra vez— No sabes todo lo que estoy aguantando y todo por ti —confesé sin pensar, era verdad, vivir con mi madre era una tortura, aguantaba solo por él.
—Hija te tengo que dejar, ya me tengo que ir, mañana entro temprano a trabajar y tú tienes escuela— soltó despidiéndose.
—Si, te dejo que descanses, seguro que hoy tuviste un día muy duro— dije recordando cómo era los días que volvía del bufete de abogados donde trabajaba.
—Bella...— volvió a hablar antes de que cortar— Nada de lo que sucedió fue tu culpa, deja de cargar con esa culpa, hija— me susurro y sin más colgó.*
Me quede mirando el móvil, sin ninguna expresión en mi cara, no podía reaccionar, hasta que por fin solté la respuesta que había creado en mi cabeza segundos antes de que cortara.
—Si lo fue, papá— dejé el móvil en la mesa de noche, dándome vuelta dispuesta a dormir, no sin antes poner las alarmas para mañana.
30 de enero de 2019.
Como puede saque la mano de las sábanas y apague la alarma que indicaba que ya eran las 6:30am, me levante y me dirigí a mi closet, esa mañana no me iba a bañar, ya lo había hecho la noche anterior. Me puse lo primero que encontré, un simple jean, un crop top con los hombros caídos y mis famosas converse de color negro, me fui al baño, me lave la cara y los dientes, me hice una media cola soltando unos cuantos mechones de mi flequillo. Al terminar fui en busca de mi mochila, el móvil y mis lentes que sin ellos no podría distinguir lo que escribían en la pizarra. Llegue a la planta baja donde escuchaba ruido en la cocina, me dirigí a ver si mamá se había levantado, y si, ya estaba despierta, la salude, pero el saludo nunca fue devuelto como todas las mañanas. Suspire derrotada, agarre una manzana y le dije que ya me iba a la escuela, para mi sorpresa me respondió con un "bueno, adiós", era lo máximo que podía esperar de mi madre. Salí de casa y emprendí el camino hacia la escuela que estaba a unas diez cuadras de mi casa.
Cuando llegué a la escuela, comencé a buscar a la pelirroja que tenía como amiga y por supuesto a su novio. Luego de unos minutos buscándolos y no encontrarlos con la mirada me di por vencida, no estaban por ningún lado, fui a mi locker para guardar los libros que no necesitaba en la primera hora. Estaba tan concentrada en mi taquilla que no vi venir unas manos que rodearon mis ojos impidiéndome ver, reconocería esa fragancia de perfume a kilómetros, era Chiara.
—¿¡Quién soy!?— hablo mientras trataba de cambiar la vos.
—mmm, ¿Una chica muy hermosa que no sabe jugar este juego?— pregunte con una sonrisa.
—Tienes que dejar de adivinar, ya es aburrido si siempre sabes quien es— comento riendo.
—Y tú tienes que cambiar el perfume si no quieres que adivine quién eres.
—Ya, mierda siempre lo olvido— giro los ojos.
—Por eso te quiero— reí.
—Oye, cambiando de tema, ¿leíste los mensajes que te mande anoche?— cambio rápidamente de tema mirándome con una sonrisa pícara.
—Sí y te respondí, ¿lo olvidaste?— respondí cerrando mi locker.
—Pfff, no...— murmuro intentando disimular su olvido.
Chiara era una chica que podía hablar de mil cosas diferentes en menso de un minuto y al rato olvidarse de lo que hablo.
—Pues... lo que no te dije es el nombre— miro a su costado y saludo con corto beso a su novio.
—Hola, hermosa— le susurro Leo— Hola, Bella— dirigió su mirada a mi.
—Hola, Leo —respondí observando la hermosa pareja que hacían ambos. Ellacon su cabello pelirrojos, sus ojos grises y su figura perfecta que hipnotizaban a cualquiera o a su novio. Un chico alto de cabello castaño, ojos verdes y cuerpo trabajado gracias a los entrenamientos—¿Bueno me vas a decir el nombre del nuevo?
—Cierto...— se enderezo para contarme— Se llama Marco...
—¿Marco qué? ¿Marco polo? — bromee— O no sabes el apellido— la mire.
—¡¡GARCIA!!— grito el novio de mi mejor amiga mirando hacia la puerta con una gran sonrisa en su rostro.
—¡Mierda!— solté de repente.
—¿Qué sucede?— Chiara frunció el ceño al escucharme.
Y en ese momento Marco García, el chico que había sido mi amigo, mi primer amor y vecino en mi infancia, se acercó a nosotros para saludar a Leo. No se en que momento saludo a la pareja que tenia frente a mi, pero si se que termino por girarse y quedar frente a mi. No tuve mejor idea que levantar la mirada hasta sus ojos, que me observaron de arriba-abajo, deteniéndose en cada parte de mí, mis pensamiento eran un desastre.
¿Sabia quien era? ¿Se acordaría de mí? ¿ Seguiría siendo el mismo niño que alguna vez conocí?
—Bella...— su voz me descoloco por completo, ya no tenia la voz de un niño.
—Marco...— dijimos al unísono.
Cuando Marco estaba por hablar, el ruido del timbre me salvo indicando el ingreso a clase. Sin pensarlo dos veces me di vuelta y salí disparada hacia el salón donde me tocaba la primera clase, mientras caminaba escuchaba la voz de mi mejor amiga que me llamaba.
—¡BELLLAAA!
—¿Qué?— me hice la desentendida.
—¿Lo conoces?— indago.
Por un momento se me paso por la cabeza mentirle, pero a ella no podía hacerle eso, así que me decidí y le dije la verdad.
—Sí— tomé aire y solté— Fue... fue mi amigo, vecino y... — me detuve en la última parte de la oración al darme cuenta de lo que iba a decir.
—¿Y...?—alzo las cejas.
—Y... mi primer amor— me solté de su agarre y entrando a clase de geometría.
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Nota de la Autora.
Ya se reencontraron diosss, estoy muy feliz ahre. En el próximo capitulo van a poder conocer un poco mas a Marco, porque una parte del mismo va a estar narrado por el. Amores les quería avisar que al prologo le agregue una canción, así que vayan y vuelvan a leerlo con la canción o solo escúchenla y vean la letra, porque ese tema grita Bella.
Si les gusto el capitulo no se olviden de votar y de seguirme para que se enteren cuando actualizo. Igualmente siempre les voy a recordar el día que suba el siguiente capitulo.
Les mando muchos besitos, nos vemos el Viernes con la nueva actualización.
maruchasofi
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