Capítulo 17: "Nuevamente frente a ti"
Los rayos de sol entraban por una lujosa habitación donde una bella pelinegra dormía junto a un hermoso bebé.
El reflejo de la luz del sol daba sobre el rostro el rostro de una bella pelinegra que abrió sus parpados lentamente y lo primero que vio fue a su pequeño bebé junto a ella profundamente dormido.
Mi pequeño Gohan, aún duermes, me gustaría quedarme más tiempo contigo pero hoy empieza mi búsqueda del culpable y de pruebas en la empresa, pensaba la pelinegra mientras se levantaba de la cama con cautela para no despertar a su bebé.
Iré a darme un baño, aprovechando que aún duermes, pensó Milk mirando a su bebé.
Casa Ox:
La familia Son desayunaba junta mientras platicaba.
Y el negocio se concreto padre, decía Raditz con orgullo.
Lo sabía hijo, por eso te envié a ti, decía Bardock mientras Gokú desayunaba en completo silencio igual que su madre.
¿Papa y como es el asistonto del señor Dieciséis?, decía Raditz riendo.
¿Asistonto?, decía Gine intrigada.
Bueno asistente, decía Raditz riendo.
Es una chica, hoy día te la presento y hablando de presentaciones, ¿Gokú irás hoy a la empresa, verdad?, dijo Bardock mirando a su hijo menor.
Si papá luego de mi práctica en el gimnasio voy por ella, dijo Gokú con calma.
¿Una chica?, dijo Raditz.
Si una chica y muy bella y refinada, dijo Bardock mientras el joven de cabello alborotado miraba a su padre.
¿En verdad padre?, decía Raditz.
Si, es más seria bueno que te hagas su amigo y le averigües que clase de relación tiene con Dieciséis, él me dijo que era una persona muy especial para él pero no me la presento como novia ni nada de ello por lo tanto tal vez sea la chica ideal para ti, decía Bardock.
¿Y cómo es?; decía Raditz.
Ya te lo dije muy bella, dijo Bardock sonriéndole a su esposa.
¿Blanca, morena, rubia, peli roja, pelinegra...?, decía Raditz.
Hijo no seas impaciente ya la conocerás pero es castaña y su piel es blanca como la porcelana, dijo Bardock.
Gokú al escuchar ello entristeció mientras pensaba: Como la piel de Milk.
Pues entonces apurémonos padre, ya siento curiosidad por conocer a esa belleza, dijo Raditz sonriendo.
Hay hijo, tú siempre tan expresivo, dijo Gine sonriendo.
Horas después: "Mansión de Dieciséis"
Milk se encontraba terminando de dar de lactar a su bebé mientras platicaba con la nana de su hijo.
No se te olvide darle la mamila si tiene hambre, yo solo estaré un par de horas fuera, decía Milk.
No se preocupe señora vaya tranquila, decía la mujer.
Empresa:
¿Aún no llega la belleza padre?, decía Raditz al entrar a la oficina de su padre.
No hijo, aún no llega, dijo Bardock sonriendo.
Pues entonces tendré que continuar con mis labores pero avísame padre en cuanto sepas que ha llegado, decía Raditz.
Así será hijo, dijo Bardock.
Gimnasio:
Un grupo de jóvenes se encontraban en una camerino platicando.
¿Y porqué tanta formalidad en tu manera de vestir?, decía Vegueta mirando a su amigo de cabello alborotado que vestía ropa muy formal.
Papá me dijo que al menos hoy vaya vestido así pues me presentara con la representante de su nuevo socio, porque si por mi fuera me voy con mi gi de entrenamiento, decía Gokú.
Claro comprendo, ¿entonces vas y vuelves al gimnasio?, decía Vegueta.
Si, tal vez solo esté una hora fuera, solo para que papá vea que me estoy interesando en mi patrimonio, decía Gokú tomando unas llaves de su maletín.
Gokú salió del gimnasio y partió en su auto a la empresa de su padre.
Minutos después:
De una lujosa limosina bajaba una bella jovencita castaña que vestía un bello vestido color azul que reflejaban su bella figura y zapatos de tacón del mismo color.
Milk camino hacia la empresa mientras la limosina partía y tras de ella llegaba el auto del joven de cabello alborotado.
Gokú estaciono su auto y bajo rápidamente del mismo para dirigirse a la empresa.
Dentro de la empresa:
Una bella pelinegra esperaba que se abriera las puertas del ascensor que había solicitado bajar cuando a los pocos minutos esta se abrió y ella ingreso al mismo justo cuando iba a cerrar la puerta una mano detuvo el cierre del mismo.
¡Disculpe¡ pero yo también subiré, dijo una voz que escarapelo el cuerpo de la jovencita.
Milk giro lentamente su rostro y se encontró con el rostro del joven de cabello alborotado que la miraba confundido.
¿A qué piso va?, dijo Gokú.
Al décimo, dijo Milk levantando su rostro con arrogancia tratando de mantener la calma sonando indiferente ante la pregunta que le había hecho el joven de cabello alborotado.
Yo también voy a ese piso, dijo Gokú con la misma indiferencia.
El viaje en el ascensor pareció eterno para la pelinegra que miraba por momentos al joven de cabello alborotado que estaba en completo silencio a unos metros de ella.
Luego de unos breves minutos la puerta del ascensor se abrió.
Pase, dijo Gokú con calma.
¡Gracias¡ dijo Milk con arrogancia y con la cabeza en alto mostrando seguridad caminando delante del joven de cabello alborotado.
Que mujer tan arrogante, de nada le vale ser tan bella, se parece a Milk, que idiotez estoy diciendo, esa mala mujer ya no existe para mí, se reprochaba mentalmente Gokú mientras caminaba tras la castaña.
Luego de algunos minutos de caminata para sorpresa del joven de cabello alborotado esta detuvo sus pasos frente a la oficina de su padre.
Señorita Saiya, ¡bienvenida¡ ahora le informo al señor Bardock que esta aquí decía una amable mujer mientras la castaña sonreía.
¿Ella es la representante del nuevo socio de mi padre?, se preguntaba mentalmente Gokú cuando vio salir a su padre junto a su secretaria.
Señorita Saiya, ¡bienvenida¡ esta son las llaves de su oficina, decía Bardock entregándole las llaves de la misma a la pelinegra mientras veía a su hijo de cabello alborotado a unos metros de él.
Papá, ¡buenos días¡ dijo Gokú con calma.
Hijo que bueno que ya estés aquí, ella es Milka Saiya la representante de nuestro nuevo socio ella compartirá oficina contigo, Milka él es mi hijo menor Gokú, dijo Bardock sonriendo mientras la pelinegra sintió su cuerpo desfallecer al escuchar ello.
Mucho gusto señorita Saiya, dijo Gokú estirando su mano para que la castaña la tomase.
Mucho gusto, dijo Milk con frialdad tomando la mano del joven de cabello alborotado mientras Bardock llamaba a su otro hijo.
Antes de que vayan a la oficina a conocerse un poco mejor, le presentare a mi otro hijo, dijo Bardock sonriendo al ver a Raditz aproximarse.
Padre aquí me tienes, dijo Raditz.
Señorita Saiya, él es Raditz mi hijo mayor, vicepresidente de esta empresa, cuando yo no este cualquier cosa que necesite lo verá con él, decía Bardock.
Mucho gusto, dijo Raditz tomando la mano de Milk y dándole un beso en ella mientras esta lo miraba con rabia.
El gusto es mío, dijo con ironía Milk.
Estoy a tú disposición para lo que necesites hermosa, dijo Raditz.
¡Gracias¡ pero ya quiero ir a mi oficina, dijo Milk.
¿Cuánto tiempo estarás en la empresa?, dijo Raditz.
No lo sé, yo no tengo un horario aquí, dijo Milk.
Si quieres ver las finanzas yo estoy dispuesto a mostrártelas a cualquier hora, decía Raditz mientras el joven de cabello alborotado veía a su hermano y movía su cabeza de un lado a otro.
Voy a la oficina unos minutos padre, dijo Gokú.
Esta bien hijo, ve, dijo Bardock.
¡Gracias¡ pero creo que ahora no es necesario que muestres el estado económico de la empresa pues como la estamos recibiendo para invertir en ella ya lo sé, creo que las finanzas me las mostrarás fin de mes ahora si me disculpas voy a mi oficina, dijo Milk.
Espera, antes de que te vayas podríamos comer algo, dijo Raditz.
Hoy no tengo tiempo, tal vez otro día, dijo Milk con arrogancia.
Está bien, dijo Raditz ocultando su molestia mientras la veía alejarse.
Milka Saiya está hecha para mi, su carácter de fiera es cautivante, esa mujer será para mí, para mí, pensaba Raditz viendo alejarse a la pelinegra.
Milk camino hacia su oficina, abrió la puerta y entro en ella, al hacerlo encontró al joven de cabello alborotado sentando en un sillón mirando unos documentos.
¿Desde cuando le interesa los negocios de su padre?; el siempre me dijo que lo suyo eran las artes marciales y que de ello viviríamos pues no se veía entre documentos, pensaba la pelinegra mirándolo desde el umbral de la puerta.
¡Ah¡ ya llego, dijo Gokú con calma, guardando los documentos en un sobre.
No te tienes que incomodar por mí, ese es tú espacio y este es el mío, dijo Milk con firmeza.
Pues me parece bien que empecemos delimitándonos nuestro espacio, dijo Gokú con indiferencia.
¿Te incomoda mi presencia?, dijo Milk ocultando el dolor que sentía al ser tratada con tanta indiferencia por el joven de cabello alborotado.
No, claro que no, además yo no vengo aquí muy seguido, solo dos veces a la semana, dijo Gokú.
Tan pocos días, dijo Milk sin darse cuenta.
¿Qué?, dijo Gokú.
Que son muy pocos días para poder apoyar a su padre como se debe, ¿no?, dijo Milk con firmeza.
Pues si, pero para apoyo de mi padre esta mi hermano mayor, yo solo vengo aquí para conocer un poco más de la empresa pero no es de mi interés dedicarme de lleno a ella por ahora, dijo Gokú con calma.
Claro, ya entendí, dijo Milk con frialdad.
Si gusta le presto lo que estuve leyendo, es sobre la empresa para conocerla más, dijo Gokú.
Me gustaría leer ello, dijo Milk.
Entonces se lo prestaré en cuanto acabe de leer los documentos, dijo Gokú.
¿Puedo pedirte un favor?, dijo Milk con calma.
Si claro, ¿dígame?, dijo Gokú.
No me trates como si fuera una anciana tengo 19 años y tú debes estar de mi edad, ¿o me equivoco?, dijo Milk con calma.
No, no te equivocas, es solo que no me pareció correcto tratarte de tú, no me gusta incomodar a las personas, tú aquí eres la representante del socio de mi padre y debes ser tratada con respeto, dijo Gokú.
Pues si en verdad quieres que me sienta cómoda, dime de tú, dijo Milk con calma.
Está bien Milka, dijo Gokú.
Así esta mejor, dijo Milk mientras tomaba asiento en su pupitre.
En la computadora también hay datos de la empresa, sus sociedades a que nos dedicamos, decía Gokú.
Que bueno, eso me interesa, dijo Milk cuando el celular del joven de cabello alborotado sonó.
¡Disculpa¡ dijo Gokú antes de tomar la llamada.
Milk escuchaba la platica de Gokú mientras sentía su corazón quebrársele al oír que el se ponía de acuerdo con una chica para una cita.
Entonces así quedamos Lunch, fue lo último que dijo Gokú antes de dar por concluida la llamada.
Milk al escuchar ese nombre empuño sus manos mientras sentía todo quemarle por dentro.
¿Tú novia?, dijo Milk con molestia.
Si, dijo Gokú sin darse cuenta del tono de voz de la jovencita.
¿Llevas mucho tiempo con ella?; dijo Milk con molestia.
¿A qué viene la pregunta?, dijo Gokú intrigado.
Curiosidad, compartiremos una misma oficina así solo sea por dos días, me gustaría saber más de ti, es todo, dijo Milk con calma.
Llevo algunos meses con ella y ¿tú tienes novio?; dijo Gokú con calma.
No, esposo, dijo Milk con rabia.
¿Esposo?, dijo Gokú sorprendido.
Si y un hijo, dijo Milk en su dolor.
Tan joven te casaste, dijo Gokú sonriendo mientras pensaba: Cuando lo sepa Raditz le dará un ataque.
¡Eh¡ si, si, dijo Milk con calma al darse cuenta de su error.
¿Y qué edad tienen tú bebé?, dijo Gokú llevado por la curiosidad.
5 meses, dijo Milk con calma.
Pues eso si no me lo esperaba, eres muy joven y bella debes estar muy enamorada de tu esposo para haberte casado tan joven con él, decía Gokú sonriendo.
A veces hay circunstancias de la vida que nos impulsan a tomar decisiones que nunca imaginamos, dijo Milk con nostalgia dejando intrigado al joven de cabello alborotado.
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