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{13} Impactante Encuentro

 'Cuando la luz se apague al igual que la esperanza

Lucha contra la oscuridad, evita que absorba tu alma'


Vislumbré por la ventana del automóvil rentado las escaleras del antiguo edificio. El Castillo de Windsor era enorme y aún cuando no podía apreciar toda su extensión, su fachada gótico perpendicular me tenía maravillada. Había sido construido en la edad media y servido como hogar de un largo linaje de monarcas. Su estructura arquitectónica era digna de admirar, sin embargo, no era aquella residencia real la que habíamos ido a visitar.

Justin continuó conduciendo por el camino hasta rodear el impetuoso castillo y otra solemne construcción apareció ante nosotros. Era la capilla de San Jorge. Hecha de arcilla y piedra, sus colores apagados contrastaban con el resplandor celeste del despejado cielo. Tres arterias de grava que conectaban a la entrada de la iglesia interrumpían el reluciente color verde del césped que las rodeaban. Mi acompañante aparcó el coche a unas pocas cuadras de allí y, pocos minutos después, estuvimos caminando por una de ellas.

Mientras más nos acercábamos, los grandes ventanales y las torres que a primera vista me habían resultado hermosos, iban adquiriendo, a mi parecer, un aspecto sombrío, pues sabía lo que me esperaba allí dentro.

Antes de cruzar el umbral de la puerta gigante, mi vecino detuvo su andar y giró su cuerpo para observar mis ojos.

—No te separes de mí — Advirtió —Esta capilla es propiedad de los vampiros arcaicos, muchos de ellos Ancest. Todos se percataran de tu presencia en cuanto pises este lugar. Si es posible, mantén tu mirada en el suelo y, aunque tengas el impulso de alzar la vista, no prestes atención a nada ni a nadie...

Asentí, y tal vez en aquel gesto tembloroso quedaron evidenciados mis nervios, pues Justin agregó:

» —No te preocupes. Estaré contigo en todo momento. Nada permitiré que nada malo te suceda.

Colocó su brazo sobre mis hombros y me apretó contra su cuerpo. Apoyé mi perfil contra su pecho y miré al piso cuando nos adentramos en la capilla. Veía nuestros pies moverse en línea recta, hasta que él nos guió en otra dirección. Capté, por la periferia de mi visión, varios movimientos alrededor de nosotros en aquella nueva habitación en la cual habíamos ingresado, mas me esforcé por mantener mi atención en nuestros pasos.

Nos detuvimos frente a una puerta doble, de un color caoba desgastado. Mi vecino la empujó y los goznes chirriaron cuando cedieron y se abrieron, revelando un cuarto sumido en la oscuridad. Ejerció más presión en mis hombros y me acercó aún más a su costado, mientras avanzábamos a través de las espesas sombras. No era capaz de vislumbrar absolutamente nada, pero mantuve mi cabeza inclinada hacia abajo de todos modos.

De repente, él se detuvo, provocando que yo hiciera lo mismo. Eché un vistazo alrededor, encontrando solo negrura. Sabía que los ojos del vampiro que me sostenía debían estar brillando en ese momento, habilitados a ver en esa umbría.

—Petzat — Murmuró Justin, cortando el silencio.

—Eres tú, Justin — Pronunció de forma lenta una voz pastosa, cuyo tétrico sonido ronco aceleró los latidos de mi corazón debido al miedo.

Aunque no era una pregunta, el aludido confirmó.

— Sí. Soy yo.

—Has llegado... — Exhaló la voz —... y esta es Alessia Setter.

Sentí una gélida presencia frente a mí y no pude evitar elevar mi vista hacia las dos orbes azules que brillaban a escasos centímetros de mi rostro. Aquellos ojos pálidos lucían vacíos y expelían un aire despiadado. Sin embargo, nuestro contacto visual no duró mucho, Justin hizo presión en mi nuca, obligándome a esconder mi cara en su cuello.

La voz de Petzat volvió a irrumpir en el cuarto, inquiriendo:

—¿Es tu corazón el que late con tanta fuerza?

Tragué saliva, consciente de mis latidos desbocados. Sin embargo, pronto descubrí que no se dirigía a mí, sino a mi acompañante, cuyo pulso también latía acelerado.

» —Justin Bieberian... — El Ancest articuló su nombre con un tono leve de incredulidad —¿El primogénito de Aldous ha desarrollado sentimientos? — Un ensayado suspiro dramático escapó de sus labios.

—Requiero su ayuda — Masculló Justin —Necesito sellar un pacto para que Alessia evada su esencia Venandi...

—No puedo concebirlo — Continuó Petzat, ignorando la petición y retomando su discurso —Muchos de nosotros han desplegado emociones, pero en su mayoría cediendo ante el odio y la sed de venganza... — Relató —... Por otro lado, han sido menos de cinco los casos en los cuales han cedido por... amor — Enunció la última palabra con asco.

—Necesito el maldito pacto — Espetó mi vecino, impaciente.

—Por supuesto que sí — Se mofó el vampiro Ancest, la sonrisa era audible en su voz —Así que pretendes que selle mis palabras para que la heredera de Alessandra Setter no se convierta en lo que está destinada a ser.

—Si logra equilibrar su naturaleza y así evitar el enfrentamiento entre nosotros, posiblemente podamos estabilizar también a las razas — Expuso Justin.

La inesperada risa rasposa de Petzat rebotó contra las paredes, produciendo un escalofriante sonido.

—¡Pero tú sabes que eso no es cierto, muchacho! Sabes que eso nunca pasará. Nunca se hallará paz entre nosotros. No hasta que uno de los dos bandos gane esta guerra.

—Debe haber una manera, las cosas son diferentes porque ella está entregándose a sí misma... Si usted sellara el pacto...

—¿Por qué quieres evitar el enfrentamiento ahora? — Lo interrumpió Petzat —Lo has esperado durante toda tu vida... No se te olvide que yo te vi nacer, Justin. Te vi luchar contra Setter cientos de veces y te vi sortearla en todas y cada una de las ocasiones. Sin embargo, tú siempre supiste que su heredera llegaría y siempre esperaste con ansias ese momento, porque al fin enfrentarías un rival digno de ti. Este condenado vacío que nos deja la eternidad, tú lo llenabas con la expectativa de aniquilar a la futura descendiente mujer de tu hermana y querías que aquello fuera un verdadero acontecimiento... Por eso no la asesinaste cuando era ella una recién nacida, porque querías tener una batalla épica. Bueno... ahora la tendrás — Sentenció.

Ante aquellas incriminantes declaraciones, erguí mi temblorosa postura e intenté alejarme de mi vecino, pero él me lo impidió. Me sentí mareada, tanto por las tinieblas circundantes como por las palabras del vampiro Ancest.

—Hago lo que me place, cuándo me place y cómo me place — Propinó Justin, enardecido —Y he decidido que no me place pelear contra Alessia. Quiero que usted me diga si puede hacer el maldito pacto o debo buscar ayuda en otro lugar.

—No puedo sellar un pacto respecto a esta guerra ¿No crees que, de ser posible, lo hubiera hecho hace tiempo?

—Eso pensé, pero esta vez ella está dispuesta y...

—No puedo, Justin. No puedo hacer eso — Afirmó con severidad —Lo único que puedo ofrecerte, es ver en su destino si será capaz de resistir el empoderamiento.

Un instante de silencio prosiguió a aquella oferta. Luego, percibí que mi acompañante asentía.

—Hazlo, entonces — Ordenó, mas su voz sonó resquebrajada.

Los círculos azules se acercaron a mí, tanto que, gracias al resplandor irrandiando de ellos, pude vislumbrar algunos rasgos del rostro que los portaba. El rostro de Petzat era juvenil, inmaculado, lo que disentia por completo con su voz rasposa. Una sonrisa de blancos dientes adornó su porte justo antes de sentir su tacto en mi sien. Por instinto, di un paso atrás, alejándome de él.

—Está bien — Susurró Justin en mi oído, tocando mi mejilla —Solo absorberá un poco de tu energia. Estoy cuidando de ti — Aseguró para tranquilizarme.

Una vez más, Petzat estiró sus dedos y los posó sobre mi sien. La luminiscencia celeste desapareció y conjeturé que había cerrado sus ojos. Nada ocurrió en mí o conmigo, no tuve siquiera una mínima sensación que delatara lo que sucedía, pero cuando el vampiro frente a mí volvió a abrir sus párpados, sus brillantes irises estaban llenos de estupefacción, incluso pude oir que ahogaba un grito.

—¿Qué sucedió? — Inquirió mi vecino rápidamente, percatándose de la reacción del Ancest.

—Increíble — Murmuró éste, mas no ofreció otra explicación.

—¡¿Qué ocurrió?! — Insistió mi acompañante.

—Debe ser transformada — Concretó Petzat —Debes dejar que los Venandi la lleven para entrenarla. Debe convertirse en una de ellos.

—¡No! — Vociferó Justin, tomando mi codo y acomodándome detrás de su cuerpo —¡Viste algo más! ¡Te ordeno que me lo digas!

—Va a convertirse, Justin. Eso es lo que vi. Va a empoderarse en cuanto una sus fuerzas con las de Setter y esa unión será... letal — Reveló, tanto su tono como su voz aún guardaban aquel ápice de asombro.

Pronto, Justin sobre su propio eje y yo lo imité para comenzar a dirigirnos a la salida con pasos sonoros debido a la tensión de nuestros músculos. Al abrir las puertas, la repentina luz que entraba por los ventanales logró enceguecer mi visión debido a la falta de costumbre en mis pupilas. Él, quien aún mantenía el agarre sobre mi codo, volvió a acomodar su brazo sobre mis hombros para hacer nuestro camino devuelta a la salida. Nuevamente, mantuve la vista baja hasta que ambos salimos al aire libre, donde me sentí (por primera vez desde que había llegado a ese lugar) a salvo.

Enseguida, empleé mi fuerza para soltarme del agarre de Justin y alejarme de allí, caminando precipitada por una de las arterias de grava, justo la que conducía al lado izquierdo de la capilla. Él, por supuesto, me siguió hasta posicionarse a mi lado.

—¡¿En cuántas cosas me has mentido?! — Interpelé, antes de poder detener mi voz.

—Juro que pensé que esto funcionaría — Me explicó, creí oír un atisbo de angustia desbordando sus palabras —Pero todavía hay otras opciones que...

—No me refiero al hecho de que no vayamos a eludir mi destino — Aclaré —Creo que tú y yo sabíamos en nuestro interior que estábamos en una misión imposible — Confesé, deteniendo mi andar y girando mi cuerpo para enfrentar al del vampiro —Me refiero a lo que ese Ancest dijo ahí adentro... Tú me dijiste que me habías permitido vivir cuando era una bebé porque lograste sentir cuando me tuviste en brazos y eso te abrumó. Pero no era cierto ¿o sí? Solo querías esperar a que creciera para tener tu estúpida guerra de película.

—Eso fue lo que dije a los otros, y me convencí a mí mismo de que era cierto — Admitió —Pero no lo era. La verdad es la que te dije a ti. No pude matarte esa noche por mucho que aquella era mi intención.

—¡No sé si creerte, Justin! Ya no sé qué diablos creer. He pasado toda mi ordinaria y tranquila vida sumida en una mentira... Y ahora ¡Un maldito vampiro acaba de ver mi futuro! Y acaba de decirme que voy a convertirme en algo letal ¡En algo letal, maldita sea!

—¡Puedes confiar en mí, Sia! Sé que parece como si todas las verdades que conoces estuvieran tambaleando, pero esto es real.

—¿Qué es "esto"? — Cuestioné, dejando que mi voz se elevara a causa de los nervios.

Vi la dubitación en el semblante de Justin por una fracción de segundo, mas su postura adoptó firmeza para responderme. Aunque no fuera una respuesta tradicional... En un gesto rápido, él tomó mi rostro entre sus manos y estampó bruscamente su boca contra la mía.

Me mantuve en la misma posición, inmóvil debido a la sorpresa. El pasmo era tal que ni siquiera era capaz de reaccionar ante su ansioso beso.

Lo escuché gruñir y luego murmurar:

—Este es mi primer beso. No lo arruines.

Y entonces, fui capaz de responder a los movimientos de sus suaves labios, uniéndolos con los míos. Cerré mis ojos y me dejé llevar por las sensaciones que últimamente Justin despertaba en mí, entendiendo, finalmente, de qué se trataban.


¡Gracias a todos por los votos! ¡Y gracias por sus comentarios!

-TatianaRomina-

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