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Capítulo 50: Desgracias.

[Capítulo 50: Desgracias]

El capítulo va dedicado al primero comentario :)

alex's Pov.

La bocina de Kate suena fuera de casa. Cojo las llaves de casa, mi móvil y mi bolso para salir disparada por la puerta. Grito adiós a papá y Ángel que por extraña razón amanecieron de muy buen humor hoy. Al parecer todos amanecimos así, luego de descubrir el pasado de Matt no sabría explicar qué sucedió pero algo cambió en nosotros, para mejor.

Quito el seguro de la puerta pero la voz de papá me interrumpe.

  — Alex, recuerda llegar temprano hoy. Necesito...informarte algo— musita nervioso.

Las tripas se me revuelven. Papá jamás está nervioso, y cuando lo está es por algún asunto extremadamente delicado. Asiento con debilidad y lo observo curiosa pero un segundo bocinazo me indica que Kate no está de buen humor. Abro la puerta y lo primero que mis ojos divisan es la cabellera rubia de Kate con un extraño tic nervioso.

 —  ¡De prisa, necesito mi descafeinado ya! si no mueves tu culo en veinte segundos, juro por mi vida que te arrollaré con wanda — vociferó la rubia sacando la cabeza por la ventana.

Observo el susuki reno rojo de segunda mano apodado wanda y sonrío. Cuando subo observo a Lily en el asiento delantero tarareando una extraña canción, que según ella, quita el estrés a las madres primerizas y hambrientas.

 —¡Mis hormonas y yo deseamos con urgencia, un descafeinado en el café de tobby y tú canción no ayuda para nada Lilyan!—susurra Kate fingiendo tranquilidad.

 — ¿Me acabas de llamar Lilyan? ¡a mi abuela la llaman Lilyan!

Rompo en carcajadas cuando Lily finge indiferencia hacia Kate.

— Bien, vamos a contar hasta diez...Kate estás manejando debes tranquilizarte o lo más cercano a un descafeinado que tendrás, será al que tomemos en las maquinas dispensadoras del hospital al que llegaremos si tenemos un accidente por esta estúpida discusión—digo.

Kate asiente y observa a Lily—¿me perdonas por llamarte Lilyan? es que juro que no he dormido desde las tres de la madrugada por estar pensando en ese estúpido descafeinado...

 —Perdonada...— Lily hurguetea en su bolso con frenesí hasta que nos enseña un cd—ayer busqué en internet terapias para embarazadas y leí que este cd sirve para realizar técnicas de relajación, ¡mira! este es el canto del cisne, este es el despertar del puma y...—así continuó durante veinte minutos. A ratos hacía pequeñas demostraciones de cada canción para que Kate se animara a escucharlas en casa.

Cuando Kate pone el freno de mano el olor a café me indica que hemos llegado. El café de Tobby es reconocido por servir los cafés más deliciosos de Portland y su aroma lo percibes aunque te encuentres a un par de metros del lugar. Ingresamos al local, afortunadamente no está repleto, así que en menos de diez minutos tenemos en nuestras manos nuestros cafés listos para llevar. Devuelta al instituto el camino se hace más corto de lo esperado y cuando el timbre anuncia las ocho, ingresamos.

Nos separamos cuando Kate camina a química y Lily también, pero antes me entrega un libro.

  — Matt ha venido esta mañana y lo ha dejado en casa para que te lo entregara—vislumbro la portada y distingo que es yo antes de ti—ha dicho que no vendrá hoy a clases pero que te verá por la tarde. Creo que tenía asuntos que resolver—añade cuando nota mi cara de confusión.

Camino a trigonometría con una sensación extraña, pero rápidamente la desecho. Matt no podría estar ocultando cosas, no ahora que me ha revelado su pasado y sus secretos. Ingreso al salón y lo primero que mis ojos divisan es a Kyle, sentado en el último asiento cerca de la ventana. Me observa con detención hasta que su mirada llega a mis ojos y luego de forma abrupta la aparta.

«¿A qué ha venido eso? ¿sabrá que Matt me ha contado su historia?»

Tomo asiento un par de cubículos más adelante del suyo, hasta que el profesor finalmente ingresa. Luego de una hora termino los ejercicios indicados en la pizarra, agendo las fechas de los exámenes finales y también la graduación. Aún no creo que falte solo un mes para la graduación y a penas semanas para navidad. Una sensación de alegría invade mi cuerpo cuando pienso en navidad y en lo especial que será este año con Matt a mi lado.

El timbre suena y el chirrido de una silla eriza el bello de mis brazos y el de toda la clase. Giro rápidamente mi cabeza para averiguar al proveniente del espantoso ruido y observo que es Kyle. Pasa por mi lado rápidamente y bota un par de mis lapices al suelo.

— Disculpa— dice evitando mi mirada y corriendo hacia la salida.

Ruedo los ojos irritada mientras guardo mis cosas. Cuando camino hacia biología me entran ganas de ir al baño así que rápidamente corro hasta el lavabo más cercano para no perder minutos, Morrison odia que lleguen tarde a su clase. Ingreso al lavabo y distingo la última cabina disponible así que no lo pienso dos veces y me meto en ella. Una vez que termino de orinar echo mi bolso al hombro para salir pero el chirrido de la puerta me alerta.

— Revisa si está vacío Ashley— susurra la voz aguda de Lindsey.

 Oigo los tacones de Ashley caminar a lo largo de las cabinas y en un ágil movimiento me subo al inodoro con la precaución de no producir ruido. Se tarda un par de segundos más en mi cabina y yo aguanto la respiración con nerviosismo hasta que finalmente su tediosa voz da aviso de que no se encuentra nadie mas que ellos en el lugar.

— Muy bien bonito, no dirás nada y me ayudarás o conocerás lo peor de mí. Quiero que sepas que no soy solo una cara bonita querido Kyle.

¿Kyle? ¿Lindsey está con Kyle?

— No diré nada pero no te ayudaré, estás demente y es demasiado peligroso ¿no crees que están yendo demasiado lejos?— musita la voz de Kyle con aversión.

— No lo suficiente lejos, me temo admitir. Además tengo un par de trucos bajo la manga y se podría decir que alguien desde el más allá me está echando una mano con todo esto— podía imaginar como Lindsey podría estar retocándose en el espejo y sonriendo con malicia al momento de decir aquellas palabras.

De solo visualizarlo en mi mente, me causa náuseas.

Se oye abrir la puerta pero luego un golpe seco a ella.

— No he terminado. Te puedes marchar pero confío en que no harás nada estúpido, no necesitamos tu ayuda, no necesitamos gente cobarde así que puedes olvidar todo aquello que te he revelado. Te estaré vigilando, cariño— sentencia la voz de Lindsey.

Oigo sus tacones cada vez más lejos y luego como Kyle maldice antes de salir del baño. Quito el seguro de mi puerta y me miro al espejo. ¿Qué demonios ha sido todo aquello? ¿qué es lo que trama esta vez Lindsey? ¿será ella la causante de las notas en mi casillero? ¿será Logan el que la esté ayudando? miles de hipótesis se mezclaban unas con otras en mi cabeza produciendo resoluciones incoherentes. Era como construir un puente con piezas faltantes sin explicación. 

Lavo mi cara con agua fría y me repito a mí misma que solo deben ser tontas suposiciones. Cuando camino a biología estoy más calmada y por fortuna Morrison parece descifrar mi cara de desconcierto porque no se opone ni emite ningún tipo de sanción en cuanto a mi atraso. 

Dos horas lentísimas sobre las leyes mendelianas por fin culminan. Guardo las seis hojas con apuntes gracias a Morrison y camino hacia la salida pero su voz me detiene.

— Señorita Collins— grita Morrison. 

Deja sus apuntes de lado y camina hasta mi lugar.

— Verá...hace días que no veo a Dawson y lo he llamado pero no atiende mis llamadas, ¿se encuentra bien?

¿Morrison preguntando por Matt? ¿Y eso, a qué ha venido?

— Ustedes... ¿son amigos? 

— Oh, no por supuesto que no. Es solo que me debe unos exámenes y necesito con urgencia que los dé o no me quedará otra opción que reprobarlo y ya sabe, es su último año...no querrá repetir el último periodo.—se excusa.

— Claro, le daré la información y para su consuelo se encuentra bien, es solo que tenía unos asuntos que resolver.

—Me parece perfecto, que tenga una excelente semana curricular Collins— dice y camina hacia su escritorio.

Mientras camino por los pasillos anonadada en dirección a mi casillero, aún no se me quita la cara de desconcierto. Eso sí que ha sido extraño, jamás había visto a Morrison tan...no-furioso con todo el mundo. Mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mis vaqueros, así que lo cojo rápidamente para ver al proveniente de la llamada y distingo el rostro de Kate en ella. Debe estar hambrienta. Ingreso el código a mi candado y lo guardo en mi bolsillo mientras intento guardar mis libros pero me veo obligada a lanzarlos al suelo en cuanto observo su interior. El vello de mis brazos se eriza y mi pecho se contrae. Un flash-back fugaz se reproduce en mi mente destruyéndome en pocos segundos.

Esta vez no me importa observar a cada lado para ver si algún espectador disfruta de mi patética reacción, solo me enfoco en coger lo que queda de las fotografías de mamá. Aquellas que se llevaron de mi habitación hace un par de noches, aquellas que atesoré durante todos estos años temiendo verlas cada noche, aquellas que ahora son tan solo trozos de papel rasgados. Cojo cada uno de ellos mientras las lágrimas que contuve sin notar caen sin consuelo, esto es demasiado. El recuerdo de las palabras de Lindsey me sacan de mis auto-destructivos pensamientos, así que uno cabos sueltos. Quizás sí es ella quién está detrás de todo esto, porque después de todo ¿quién podría causar tanto daño sin tener la más mínima pizca de arrepentimiento?

Cierro mi casillero de un golpe y camino hasta la cafetería con lágrimas en los ojos. Estoy harta de ser paciente y cortés, harta de convertirme en esta chica débil que no es capaz de dar cara a sus problemas, estoy harta de toda esta mierda. Ingreso con las fotografías de mamá en mis manos mientras mis ojos buscan en la habitación el pelo anaranjado de esa víbora. Observo como Kate se me queda mirando con horror en una esquina, mientras Lily se le suma, mejor dicho, todo el mundo se le suma, de hecho, yo también lo haría si veo entrar así a una chica; con el maquillaje corrido y el odio contenido en sus ojos.

Kate se me acerca pero con un gesto le digo que es mejor que no lo haga, llego hasta el centro de putas, mejor llamado la mesa de las porristas y toco el hombro de Lindsey. La pelirroja menea su cabellera, me observa con desprecio y luego vuelve a darme la espalda. Toco su hombro por segunda vez, pero esta vez consigo que la venenosa se ponga de pie y me observe.

— ¿Qué quieres? para tu información no reparo maquillaje en rostros como el tuyo, cariño contigo sí que no hay solución...— bufa y todas sus amigas se ríen, incluidos algunos imbéciles de mesas cercanas. 

— Ya sé que eres tú quién robó las fotos de mamá y me las ha dejado en el casillero rotas, ¿es que acaso te pagan para ser tan horrible? ¿qué te sucede? ¿es tanto el despecho porque Matt me escogió a mí en vez de a ti? — elevo la voz en la última oración y todos susurran un ohhh por lo bajo.

Su rostro enrojecido solo puede verificar que mis palabras surgieron efecto.

— Parece que alguien tendrá que ir al psicólogo, no he sido yo las de las fotografías ¿crees que eres tan importante en mi vida como para hacerlo? y, ¿crees que Matt en verdad te escogió a ti? por favor, te desechará como lo hace con todas, excepto conmigo. Siempre vuelve a mí, porque somos idénticos. Ahora, hazme el favor y ve a llorar a una esquina por tu difunta mami.

Las carcajadas de sus amigas solo pueden envenenarme más.

— Te he oído en el baño, me parece que la que tendrá que ir al psicólogo no soy yo. Estás enferma, no...lo tuyo no es una enfermedad, eres patética por naturaleza. No sabes lo que es sentir amor por los que te rodean, ni siquiera puedes amarte a ti misma, razón de ello es que siempre estás intentando atraer la atención de todos y haces miserable a todas las chicas que puedan ser un poco mejor que tú, porque, está claro que cualquiera podría ser mejor que una serpiente venenosa como lo es la gran patética ¡Lindsey Crawsford! 

— ¡Cállate! ¡tú no sabes nada acerca de mí! y lo que oíste en el baño solo era para salir a esquiar en navidad con amigos, pero el imbécil de Kyle no tenía la valentía para hacerlo ¡estúpida! y, ¿sabes? al menos el que te destrozó las fotografías te hizo un favor, he oído que no te gusta hablar de ella, cuéntanos tu secreto Collins ¿era una auténtica zorra al igual que...

No soporto otra palabra más. Cojo los tallarines con salsa pesto de Ashley y los refriego en su rostro y cabello. Chilla en un principio e intenta imitarme pero jalo su cabello con fuerza y la alejo de la mesa. A lo lejos oigo como todos gritan ¡pelea, pelea! pero mi mente solo puede concentrarse en arrancar los cabellos ahora verdes de Crawsford.

— ¿Todo esto es por tu madre muerta? ¡vamos! pelea mejor, eso quiere decir que sí fue una vil zorra como tú— grita Lindsey y yo solo puedo aumentar mis golpes.

Su camiseta se rompe y cuando lo nota una de sus uñas artificiales me araña el rostro. El escozor pronto se hace presente pero lo ignoro mientras la empotro contra una mesa vacía. El bullicio a nuestro alrededor aumenta y luego siento como unos brazos grandes me apartan del cuerpo flacucho de Lindsey.

  — Alex, viene Smith cálmate por favor— susurra Logan contra mi espalda.

Rompo en llantos y lo aparto de mi cuerpo.

— ¡Vete, no vuelvas a tocarme! ¡tú también estás de su lado, no?— observo como Ronald nariz sucia grita que he ganado la pelea pero solo aumenta más mi frustración— ¿qué hacen todos aquí mirándome? ¡váyanse todos!— grito.

Kate y Lily llegan hasta mí mientras Logan me observa con frustración desde lejos.

— Cariño, oh cariño...— Kate llora a mi lado y Lily se le une— no digas nada...¿quieres recuperar las fotografías? aún podemos recuperarlas si enviamos los trozos a un centro fotográfico.

Asiento, no tengo fuerzas para responder. Camino hasta la mesa en la que hace apenas unos minutos me encontraba y recojo lo que queda de los recuerdos de mamá. A medida que los voy recuperando el llanto aumenta y me siento inútil por no poder detenerlo. Cuando tengo todos los pequeños trozos oigo un bufido de la multitud y luego la voz de Smith.

— Collins, acompáñeme a mi despacho.

Camino entre la multitud y noto que Lindsey ya no se encuentra en el lugar, tampoco Logan, para mi suerte. Cuando ingreso al despacho de Smith mido las consecuencias de mis acciones

— Debo admitir que dio un espectáculo grandioso, estoy anonadado... ni siquiera las peleas de Dawson durante el año anterior han superado el escándalo que ha ocasionado el día de hoy— dice con disgusto— ¿sabe que esto significa al menos una suspensión por tres días o hasta la cancelación de su matrícula? —asiento con debilidad pero añade— quiero escuchar que ha sucedido, sé que mi sobrina puede ser clasista y muy hiriente a la hora de discutir y no quiero que nuestro parentesco la beneficie. Soy todo oídos.

¿Smith el tío de Lindsey? eso explica quizás el porqué ha tenido tanta paciencia con Matt, de seguro ella le ha pedido innumerables veces que no lo expulse. Comienzo explicándole todo, desde las notas en mi casillero hasta las ofensas de Lindsey en la cafetería. Le di detalles de porqué es un tema tan delicado para mí y pareció comprenderlo. 

— Tus notas no son malas, y no tienes constancia de otras peleas acá pero eso no quiere decir que saldrás ilesa de esto, citaré a los padres de ambas para comunicar lo sucedido. Enviaré a mi secretaria para que recoja tus cosas mientras esperamos a tu padre.

Lo que faltaba para completar este día horrendo. Llama a su secretaria y le da las indicaciones pertinentes, luego me pide el número de papá y lo llama. Por desgracia, se encontraba en casa y en cuanto le mencionó la causa de la discusión, notificó que vendría lo más rápido que pudiera.

Luego de tormentosos cuarenta minutos papá sabía todo. Supo que robaron las fotografías de mi habitación, se enteró del hostigamiento durante este último periodo, básicamente se enteró de todo lo que he estado ocultando. De camino a casa texteo a Kate y Lily, prometiéndoles que por la tarde les contaría todo.

— ¿No dirás nada en tu defensa?— el gran Adam Collins enarca su ceja acusadora— creí que estábamos avanzando Alex, creí que esta barrera que me has impuesto hace años se estaba quebrando poco a poco...creí que al fin me estabas viendo como tu padre y no como un desconocido— su voz se quiebra en la última oración y me siento doblemente horrible.

— Lo lamento ¿sí?, no quería que te enteraras porque no quería darte más problemas, tienes suficiente responsabilidad con Ángel y con Chad que aún se comporta como un niño de tres años. No quería ser la chica que necesitaba de su padre, quería enfrentar esto sola.

— Alex...te amo, soy tu padre y quiero lo mejor para ti. Ahora me siento horrible porque mi propia hija me ocultaba que la hostigaban con respecto a la muerte de su madre y yo no estuve ahí cada noche que ella lloró por aquello, no estuve ahí para ser yo quien te defendiera.

El maldito sentimentalismo nuevamente, se me escapan un par de lágrimas pero las seco rápidamente.

— Lo sé, pero es que hay cosas que no te he dicho por temor, tal vez...

Gira una curva en dirección a nuestra calle y me debato si estoy lista para contarlo, si estoy lista para decirle lo que me ha perseguido durante todo este tiempo y me ha vuelto en esta cosa.

— Yo...otro día te lo diré ¿vale?, necesito un poco más de tiempo—sentencio.

Muy bien Alex, escapas de tus recuerdos nuevamente. 

Estaciona fuera de casa tras un jeep compass y mi estómago se contrae.

—  ¿Tenemos visita?— pregunto deseando porque la respuesta sea un no.

— Respecto a eso... ¿recuerdas cuando te dije por la mañana que debía informarte algo? esto era a lo que me refería, tu abuela me llamó hace un par de días y me ví en la obligación de invitarla a cenar para que conociera a Martha...

— No...no me puedes pedir algo como esto en un día como el de hoy, sabes lo horrible que ha sido ella conmigo durante este tiempo y no tengo las fuerzas suficientes como para soportarla ni mucho menos su odio.

— Alex...cariño, sabes que la he apartado de nuestra familia por sus actos pero ella llamó, quizás ha cambiado y si no lo ha hecho te aseguro que no permitiré que te insulte en mi casa.

Me observa con desesperación, sé que se la he puesto difícil. Decidir entre ser cortés con la madre de su difunta esposa o el bienestar de su hija no debe ser fácil. Asiento con fatiga mientras le envío un texto a Matt pidiéndole que venga a cenar, lo más presentable posible. Cuando la pantalla cita «enviado» suspiro rogando que llegue pronto, porque sin él no podré sobrevivir a la horrible noche que me espera.

Bajamos del auto y a medida que nos acercamos a la puerta las tripas se me revuelven. Cuando papá toca el timbre los nervios me han comido por completo y cuando la puerta se abre mostrando su esbelta figura y su peinado de cincuenta dólares, estoy a punto de desmayarme frente a ella. Saluda a papá con una falsa sonrisa y luego me observa tras su hombro.

—Abuela— digo con fingida amabilidad.

—Alex— responde con seriedad y lucho contra las lágrimas que se agolpan en mis ojos.

n/a:

Espero que les haya picado este capítulo jeje vengo con avisos avisones.

¿Desean algo nuevo y original en sus bibliotecas? o mejor dicho, ¿escrito por un chico en vez de una batichica? entonces les recomiendo las obras de diegodefen que están ¡buenísimas! es embajador de BSH y es chileno jaja (atención chilenas) 100% recomendado ;) (sus novelas, no él por supuesto jaja)

Aviso avisón namber two: Feliz cumpleaños atrasado a jareldydelaCruz y LisbelSanchez17 que cumplieron años el domingo :) ¡Nos leemos! 


  


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