Capítulo 47 parte dos: Cambios.
Alex POV
El camino a las Cabañas a las afueras de Georgia fue peor de lo que esperé. Martha preguntó como estuvo la noche anterior y fue inevitable rogarle con la mirada que se detuviera con las preguntas, afortunadamente comprendió mi discreta mirada. Le envío un texto a Lily y luego dirijo mi vista a Ángel y su emoción al derretir un mashmelow en la fogata.
Derrito el mío y hago un choque de mashmelow con el de Ángel. Sabe a quemado y luego lentamente se deshace en mi boca.
— ¡Creo que podríamos comenzar esta fogata con un cuento de terror!—exclama papá como un niño de cinco años.
Martha lo acompaña en su acción de niño pequeño y Ángel de igual manera.
— Yo comienzo—se ofrece Martha y se acerca a nuestros cuerpos para hacer énfasis en cada palabra—Había una vez un horrible bestia que...
Y comienza contar cómo una madre abusada en un bosque cobra venganza con cada hombre que camina sólo en el. La historia termina y ángel sonríe disfrutando el aura tenebrosa.
—Mi turno—dice papá— esta historia trata de vampiros...—todos le préstamos atención— se dice que en Vancouver existían dos clanes de vampiros; los puros y los impuros...
La historia me resulta atrapante ya que no es el típico crepúsculo actualizado. Termina contando la fatal historia de un amor imposible y luego, una voz nos interrumpe.
—Creo que es mi turno—mi mirada se encuentra con los ojos de Matt e inmediatamente baja hacia sus pómulos magullados y sus nudillos rotos.
— ¡Matthew!—exclama Martha y todos se ponen de pie para saludarlo. Cuando termina diviso a Lily y Chad llegar tomados de la mano.
—Ha venido en son de paz, creo que ambos se deben una explicación—susurra Lily en mi oído y luego saluda a los asistentes.
Me disculpo de todos y camino hasta la cabaña con Matt, una vez que la acogedora habitación nos encierra en sus cuatro paredes, hablo.
—Creo que no hace falta preguntar qué te ha sucedido en el rostro...
Camino hasta el botiquín y busco alcohol y algodón. Recuerdos del repulsivo momento que pasé con Logan invaden mi mente pero los ignoro y le pido que tome asiento en la mesa. Me gano frente a él y aún así quedo varios centímetros bajo su mentón, pero los suficientes como para poder curarlo. Limpio sus heridas en completo silencio y el lo respeta. Pareciera que ambos tememos tocar el tema. Termino de curarlo y por fin soy capaz de hablar.
— Debes evitar meterte en peleas Matt. Sé que lo que viste en casa no fue agradable pero no puede ser posible que cada vez que tengamos una discusión corras a ofrecer golpes.
Suspira y luego aparta un mechón de cabello sobre su frente.
—No lo entiendes...—suspira. Elevo su mentón y dejo que sus ojos busquen los míos.
—¿qué es lo que no entiendo?
—No entiendes que me enloquece la idea de que...olvídalo.
Se levanta rápidamente de la mesa y me enseña su espalda. Camino hacia el y lo observo.
—Dilo.
Vacila un momento pero luego me observa nervioso.
— Me enloquece la idea de que ya no me quieras Alex.
Lo observo desconcertada y sin pensarlo dos veces lo estrecho entre mis brazos y le susurro que eso nunca sucederá. El grosero chico de ojos grises no es más que uno frágil, inseguro y roto. Acaricio su cabello y medito sobre mi vida. Mi vida no es nada comparada con la suya, mi sufrimiento no es nada en comparación al de él. Sigo acariciando lo por un par de minutos y me pregunto si alguien lo conocerá con todos sus fantasmas, si alguien conocerá al pequeño Matt Dawson, ese que es el ser más adorable cuando lo desea y el más frágil cuando algo le asusta.
Podría asegurar que nadie conoce por completo a este chico, nadie más que yo. Aunque no sepa qué es exactamente lo que le sucede, siento como si con el sólo hecho de observarme, me lo revelara. Es una sensación tangible, palpable, como si dijera: estoy aquí, sálvame.
Se aparta de mi lado y pregunto más allá de lo permitido.
—¿Te gustaría explicarme qué es lo que te atormenta?
Niega con su cabeza y expulsa un suspiro. Lo respeto.
—¿Vamos fuera?—dice de pronto des colocándome. Asiento.
Cuando llegamos a la fogata Chad, Lily, Martha y papá tienen una carta sobre su frente.
— Papá tiene un as, Chad un tres de trébol y Martha un siete de diamantes. El juego es todo tuyo amiga— le guiño un ojo a Lily y todos maldicen.
— ¡Alex!— bufa Chad y yo sonrío.
— ¡Nos unimos!— digo y me siento junto a Matt en el tronco de ángel.
Jugamos por al menos una hora y finalmente la ganadora es Martha. Papá camina hacia la cabaña para hacer dormir a ángel a la vez que los parlantes que están ubicados en cada proyector de luz resuenan.
— Les rogamos que caminen hacia el muelle para comenzar el mes de leonidas.
¿Leonidas? Recuerdo que leí un artículo sobre el mes de noviembre, más conocido como el mes de leonídas. Se dice que un día específico del mes, ocurre la mayor lluvia de estrellas del año.
— ¿Matt? ¿qué día es hoy?
Me observa confundido.
— Diecisiete, ¿por qué, ha sucedido algo?
Niego con la cabeza y lo arrastro rápidamente hacia el muelle.
— ¡Date prisa, date prisa!— tropiezo con la raíz de un árbol pero Matt me coge de forma ágil para evitarlo.
— Joder, recuérdame no involucrarme con chicas dementes...
Sonrío y lo arrastro por otros metros más hasta que llegamos. Centenares de personas se encuentran sobre la arena y un hombre varios metros lejos de nosotros regala pequeños fuegos artificiales manuales. Tiro del brazo de Matt hasta él y pido dos. EL hombre enciende mi fuego artificial y yo corro hasta el muelle agitándolo.
— ¡Es fantástico! ¿no crees?
Matt me sigue varios metros más atrás pero ni se inmuta en mover su perezoso brazo para divertirse un poco.
— ¡Ven aquí, señor soy-muy-rudo-para-esto!— lanzo el mío al agua y me quedo atrás de Matt para ayudarlo a que se divierta un poco.— eso es, solo debes agitar el brazo y gritar lo que desees— digo en su oído cuando juntos, agitamos el fuego artificial.
— Estás como una cabra Alex...
— ¿y qué? siendo estúpido serás feliz, y vaya que la mayor parte del tiempo lo e...
— Vale, vale, lo pillo— dice agitando su fuego artificial y luego lanzándolo al agua.
Nos quedamos de pie en el muelle durante un par de minutos hasta que la gente a nuestro al rededor comienza a contar hasta tres. No comprendo la euforia de todos hasta que mis ojos lo ven, el cielo iluminado por una lluvia de estrellas fugaces. Todo parece tan irreal que a penas puedo disfrutarlo, nada se le asemeja a esto, parece sacado de alguna película o del cuento más perfecto. Matt coge mi mano entre sus ásperos dedos magullados mientras me apoyo en su hombro.
— Debes pedir un deseo— susurra Matt a mi lado.
— Tu también debes hacerlo.
Niega con su cabeza— No, el mío ya se ha cumplido. No necesito más.
Sonrío a su lado sin ser capaz de responder. Chad y Lily llegan hasta nuestro lugar y luego de un par de minutos la gente a nuestro al rededor va de regreso a sus cabañas. Cuando no queda nadie en el muelle y la lluvia de estrellas ha acabado Matt susurra algo en el oído de Chad y de pronto comienzan a quitarse la ropa.
— ¿Qué hacen?— pregunto alarmada. Ambos sonríen.
— Pues lanzarnos al lago, ¿no es obvio?— musita Matt bajo su camiseta. Una vez que se la quita por la cabeza me apunta con su dedo acusador— deberías quitarte la ropa si no quieres arruinarla con agua.
— No, nada de eso. Ni de broma me meteré al lago de noche.
Lily sonríe a mi lado y comienza a quitarse su vestido coral.
— ¿También harás esto?—pregunto consternada. Sonríe y se acerca a Chad que ya está en calzoncillos.
— No lo deseo pero creo que me lanzarán al agua de todas formas si hago esto.
Todos la observamos confundidos hasta que lo comprendo. Lily deposita un beso en la mejilla de Chad y luego lo lanza al agua. Río por unos segundos e intento hacer lo mismo con Matt pero en un ágil movimiento toma mi mano y me deja colgando de espaldas al agua.
— ¿Con qué querías ser una chica mala, eh?— dice divertido— pide disculpas y promete que te lanzarás al agua junto a mí...
Asiento y me levanta hasta estar de pie, pero soy más rápida que él y lo lanzo al agua antes de que pueda reaccionar. Cuando sale a la superficie choco mis puños con los de Lily.
— Joder, lo admito...no me esperaba eso.— me tiende su mano— ¿me ayudas a subir? está jodidamente helada el agua.
Tomo su mano y lo intento elevar, pero su mano me atrae bruscamente hacia el agua. Cierro los ojos antes de entrar a ella y luego expulso un grito por lo fría que está.
— ¡Eres un tramposo!
chapotea en el agua como un crío de cinco años y luego comienza a nadar de espaldas como si no acabara de lanzarme al agua, y con ropa.
— Niñata...
— Bruto...
— Marimacho...
— Bestia horrible...
Su risa se apodera del lugar no comprendiendo el por qué— ¿bestia horrible? ¿es enserio Alex?
Asiento totalmente segura de mis palabras hasta que llega a mi lado y me toma entre sus brazos. Su cuerpo mojado se pega a mi ropa y su rostro a mi rostro.
— ¿Con que bestia horrible, eh?
— ¡hey! estamos aquí, ¡recuérdenlo! —grita Chad desde algún lugar, la verdad es que no me importa ni interesa. Oigo como Lily salta al agua y luego como sus voces se alejan.
— Yo...
— ¿Tú...? — acerca sus labios a los míos. Lo asesino mentalmente por hacerme esto.
— Tú...horrible...bestia...
Me besa. Olvido que hayamos peleado hace solo unas cuantas horas, o que mis zapatillas están completamente mojadas, ignoro todo lo que no se refiere a Matt cada vez que me besa. Se apodera de todos mis pensamientos y de mis reacciones, es como si estuviera diseñado para ser mi debilidad, para manejarme a su antojo. Envuelvo mis brazos al rededor de su cuello e intensifico el beso. Todo se esfuma; cada problema, cada fantasma de mi pasado, cada advertencia de que lo nuestro pueda desaparecer en cualquier momento. Hasta que se aparta.
— Como una polilla atraída por las llamas—susurra tan despacio que a penas soy capaz de escuchar.
•••
Al siguiente día cuando llegamos a casa Matt me envía un texto para que nos juntemos en el supermarket que queda en el centro de la ciudad. Llego hasta allí y lo observo apoyado en la vitrina con su aire de todos me importan una mierda. Observo sus pantalones negros rasgados y distingo que son nuevos. Cuando me ve sonríe y muerde su labio.
— Necesito de tu ayuda.
Entramos al lugar. Matt toma mi mano y me lleva hasta la sección de pinturas y tapices. Lo observo confundida hasta que llegamos junto a un señor calvo.
— Enséñele todo lo que tenga a ella, como hemos acordado— dice Matt con voz dura.
El pequeño hombre luce nervioso. Es exactamente la misma reacción que todos tienen cuando están junto a Matt, le temen. El hombre me entrega una carta de colores, demasiados como para escoger mi preferido.
— Sé que aún no tienes decidido mudarte junto a mí pero quiero que tú elijas el color para las paredes, después de todo mantengo la esperanza de que algún día aceptes.
Aparta un poco la mirada avergonzado. Cojo su mano y la acaricio para darle tranquilidad. Luego de un par de minutos debatiéndome entre el RAL 9000 y el 9016 , por fin decido que me quedaré con el último. Es increíble como puedes tardar tanto en escoger entre un blanco y un blanco más claro. Cuando caminamos por el pasillo con nuestro bote de pintura escogido y un par de brochas, Matt me lleva hasta un pasillo donde están ubicados los implementos de cocina. Sonríe nervioso y musita un es todo tuyo no tengo ni puta idea de qué llevar.
Cojo un par de ollas y otro par de sartenes, añado un set de servicios y por último un juego de vasos. Cuando vamos de camino añado unos guantes de cocina y un desodorante ambiental. Matt roda los ojos pero no dice nada. Cuando tenemos todo lo necesario vamos a pagar. Mientras esperamos en la fila Matt me pide que cuando tenga tiempo haga una lista con (lo cito con sus propias palabras) todas las mierdas que se necesitan para cocinar.
Una señora y su pequeña hija obstruyen el tiempo en la fila para pagar, ya que al parecer la pequeña no decide entre un snickers o un m&m's. La madre insiste en que no los lleve pero continúa decidiendo entre ambos dulces. Matt resopla por lo bajo y comprendo a la perfección que no es un hombre paciente.
— Ten.— dice entregándole un billete a la pequeña— solo compra las dos jodidas cosas y ya.
La madre de la pequeña lo observa con un brillo especial en sus ojos pero luego de pagar, se va. Mientras Matt paga me entretengo observando las lindas decoraciones de navidad que hay a un lado de la caja y pienso en la idea de sorprender a Matt con un árbol de navidad para su nuevo departamento. Imagino a Matt con una bufanda roja bebiendo chocolate caliente o solo con una nariz roja fingiendo ser Rudolph, el reno. Me divierte la idea de imaginar que no siempre será el amargado-Matt-Dawson y que algún día logrará disfrutar todo lo que le rodea.
Cuando salimos del supermarket regaño a Matt por no dejarme cargar ninguna bolsa pero por supuesto, don bocota gigantesca me ignoró. Giramos por la avenida para encontrar su coche pero la señora que hace un rato estaba en la fila con su pequeña hija, nos detiene.
— Hola— mis ojos viajan hasta sus manos ásperas y rotas y luego a sus ojos color avellana. Su mirada luce como la de una persona honesta— quería agradecerles por el gesto que hicieron con mi hija, la verdad de las cosas es que yo no tenía dinero para comprarle el dulce que ella quería pero ya saben, solo es una niña y no comprenderá que a veces no se puede obtener todo lo que se desea...—observo a Matt que agita su bota contra el pavimento una y otra vez, nervioso— solo deseaba darles las gracias por lo que hicieron, muy pocas veces un desconocido va y le entrega dinero a una niña desconocida—asiento y acaricio la mano de Matt— Que tengan una linda tarde.
— Igual para usted.—musito mientras Matt la observa desconcertado.
La pequeña se aleja tomando con su pequeña mano el bolsillo de su mamá pero luego se detiene y corre hasta Matt.
— Gracias — la pequeña estrecha entre sus pequeños brazos a Matt y éste se le queda observando inmóvil.— mami dice que papi hizo un viaje muy largo, esa es la razón de que jamás lo he visto pero si no lo tengo a él, al menos me gustaría tener un hermanito como tú.
Mi vista se empaña pero aparto la mirada antes de que las lágrimas caigan. Matt se separa de la pequeña niña y le sonríe nervioso.
—No es para tanto, en realidad no fue nada— dice rascando su nuca.
— ¿Mami?— la señora se acerca hasta llegar a nuestro lugar y la niña le susurra algo al oído. Luego de un par de minutos la madre busca algo en su bolsillo hasta que coge una pequeña muñeca de trapo, tan diminuta que caía a la perfección en la mano de la pequeña.
— Ten— le entrega la muñeca de trapo a Matt que luce aún más pasmado.— Me tengo que marchar ¡pero fue un gusto conocerte!— deposita un beso en su mejilla y luego uno en la mía. La madre la observa sonriendo y nos susurra que siempre ha tenido una personalidad deslumbrante. Se alejan por la avenida y nos tarda un par de minutos recomponernos. Toco la mano de Matt para ver si todo anda bien pero la aparta hasta que llegamos al auto.
El camino transcurre en silencio. No sé exactamente qué decir o cómo actuar, esa niña a la vista resalta que produjo algo en Matt pero no sabría decir qué. Siempre ha dicho que no le agradan los niños pero con ésta se ha quedado...no lo sé, desconcertado. Llegamos a su apartamento y lo ayudo a bajar las bolsas, cuando tenemos todo en la sala de estar me atrevo a hablar.
— ¿Todo anda bien?
Aprieta sus puños y camina hacia la habitación. Lo sigo.
— Matt, te he hecho una pregunta.
Se detiene frente a la cama y se gira exaltado.
— ¿Es que acaso no puedes cerrar la boca y ya está, Alex? siempre tienes que exigir más de lo que deberías.
Me quedo observándolo, pero no me molesto en lograr lo que él desea. Mandar todo a la mierda y luego regresar al punto de partida.
— Pues discúlpame si preocuparme por ti es una estupidez. Creo que mejor te dejo para que ni mi boca ni yo, te estorben.
Camino hacia la salida pero antes de llegar a la cocina Matt me atrapa entre sus brazos. Se queda así durante un par de segundos.
—Lo lamento— dice. Me giro incrédula y sus ojos avergonzados se dirigen al suelo— no era mi intención ofenderte, es solo que...no lo puedo controlar. Esa niña...esa niña me recordó tanto a mí joder...
Lo abrazo. Puedo verlo, puedo ver como sus muros se derrumban mostrándome al verdadero Matt Dawson. Al que teme, al que vive aterrado de la soledad. Te quiero, dice, lamento cargarla contigo, añade antes de besarme.
Tres horas más tarde terminamos de pintar la sala de estar.
—Que sexy luces pintando— pincha mi hombro y sonrío.
— Que carismático estás hoy— bromeo.
Mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mis vaqueros y al desbloquearlo leo un texto de papá.
— Me debo ir, tu hora junto a Alex ha acabado.
Frunce el ceño como un bebé mimado y lo abrazo. Se rehúsa en un principio pero finalmente cede y me aprieta contra su pecho.
— Desearía que no fuera siempre la misma mierda. Desearía tenerte siempre para mí— confiesa pegado a mi cuello.
— Créeme, a mí también me encantaría pero ya sabes...
— Ven a vivir conmigo, te prometo que aprenderé a cocinar y me quitaré la camiseta para que disfrutes de mi bendecido cuerpo, pero ven a vivir conmigo.
Me separo de él y elevo una ceja.
— ¿Te quitarás la camiseta para que disfrute tu...bendecido cuerpo?— asiente seguro de si mismo— eres muy engreído...
—Nadie dijo que sería perfecto— se defiende sonriendo.— vamos nena, antes de que el anciano de tu padre me castre.
— ¡Matt!
— Vale, vale...antes de que yo castre al anciano de tu padre.
Entorno los ojos y Matt sale disparado por la puerta cogiendo su chaqueta de cuero.
El camino ha casa transcurre más rápido de lo que podría soportar, los minutos vuelan cada vez que estoy junto a Matt y pareciera que cada vez necesito más de él. Estaciona fuera de casa y apoya su brazo en el respaldo de mi asiento.
— ¿Quieres que te deje dentro? — pregunta.
— Matt, son menos de seis metros hasta la puerta de casa, creo que puedo ir sola.— eleva una ceja y sonríe— a propósito, no me has dicho de dónde has sacado este coche.
Su mirada se dirige a la calle, indicándome que no le agradó mi pregunta.
— Larga historia...— suelta entre dientes. Luego de que me le quedo observando curiosa, responde— he cambiado mi antiguo coche por el Jeep.
— ¿Y eso, a qué ha venido?— pregunto curiosa.
— A nada, a penas me mostraron el commander pensé en ti y supuse que te agradaría la idea de no estar de allá para acá con mi motocicleta.
Lo observo con ternura y Matt me enseña su tercer dedo. Sonrío ante lo infantil que es y abro la puerta del Jeep. El clic me advierte que mi tiempo con Matt ha acabado, por muy triste que sea.
— Cuídate, nos vemos mañana.— dice y me besa. Me toma desprevenida un momento pero luego sus labios se vuelven cálidos y familiares. Cuando se aparta es inevitable observar sus ojos.
— Me encanta ser el único que te hace sentir así— acaricia mi mejilla y luego su brazo baja al espacio de mis caderas.— como tu cuerpo tiembla junto al mío— eleva su mano bajo mi camiseta hasta la parte alta de mi espalda.— como tu pulso se acelera cada vez que siente el contacto con mi piel.
— Matt...
— ¿Qué sucede princesita?—su voz es lujuria pura.
Se que es inadecuado manosearnos fuera de casa pero controlarse con Matt es casi imposible.
—Nos vemos mañana— susurro en su cuello.
—Mañana—susurra— jamás me había puesto tan feliz la idea de levantarme temprano.
Sonrió pegada a su cuello y luego me aparto. Cuando quitó el seguro de la puerta bajo y lo observo desde fuera.
—déjame tu ventana abierta, dulces sueños princesita.
Cierro la puerta de su coche ocultando la sonrisa que cruza mis labios. Cuando su coche da media vuelta en la última calle mis pies se quedan detenidos sobre el suelo observándolo hasta que una luz seguido de una bocina me alarman.
Observo el mini cooper rojo convertible que baja su ventanilla. No hacía falta más.
— Deberías poner más atención en tu camino—chillaba la voz de Lindsey— por poco y casi te paso el coche encima, una lástima que te haya visto antes de frenar—suelta lo último con odio.
—Pues que suerte que no ha sido así—bufo.
—¿Esta es tu casa?—dice cambiando drásticamente de tema— nada mal para una huérfana de madre—añade despectiva—¿la visitas a diario en el cementerio, o no porque fue una madre vil y zorra, como tú?
— Tu no sabes nada acerca de ella así que vete a donde sea que vayas o tendré que replantearme la idea de hacerle unas pequeñas modificaciones a tu coche.
Sonríe— Hey, pero que ácida estas hoy, cero sentido del humor.
—Vete, Lindsey.
—¿Matt ya te ha manoseado lo suficiente como para hartarse de ti?
—Es todo— cojo una piedra del jardín y camino hacia el coche.
— ¡que ya me voy, salvaje! procura decirle a Matt que aún está el espacio en mi cama, aquel que tanto le gustaba.
Agito mi mano para lanzarle la piedra pero acelera antes de que pueda hacerlo.
¡Agh, como la detesto!
Me dirijo furiosa hasta la entrada de casa pero una nota llama mi atención. La cojo pensando que es correo pero mi nombre escrito en la parte delantera me incitan abrirla.
Deberías ser más cuidadosa con tu habitación. Linda fotografía, lástima que se haya arruinado. Nos vemos pronto, más de lo que tu crees, vil zorra.
Observo hacia todos lados desconcertada. Un nudo en mi garganta se forma provocándome ganas de llorar. La incertidumbre sobre quién es el dueño de las cartas me aterra aún más. Sólo una persona podría saber todo aquello y no estoy preparada para hacerle frente.
¿Vil zorra? ¿Será Lindsey? ¿Cómo podría ser ella si no hay forma de que sepa sobre mi pasado?
Abro la puerta de casa y corro hacia mi habitación antes de alguien me pueda hablar. Cuando estoy en ella mis ojos se dirigen a mi cama. Sobre ella un montón de cristales destrozados y la fotografía de Matt y yo en mil pedazos, reposan. Camino hasta ellos e intento recomponerlos pero es inútil. Busco en mi medirá de noche las fotos de mama y yo pero no hay nada en el, se las han llevado todas.
Ahogo un sollozo y caigo sobre mi cama exhausta. Nada tiene sentido, nadie tiene una razón para hacer esto. Nadie tiene el derecho a robar todo lo que más quiero.
Nota de autora:
Mucho tiempo desaparecida pero por fin un nuevo capítulo y repleto de problemas.
¿Creen que Lindsey es la de las notas?
Mención: lamento haber tardado tanto pero no me encuentro bien anímicamente y sufrí una especie de «trágame tierra, no quiero saber nada sobre nada»
Este capítulo es doble, el 48 lo más probable es que lo suba mañana, así que sus dudas se resolverán dentro de poco.
Besos y les dejaré el link del especial Alex & Matt, acá abajo.
https://m.youtube.com/watch?v=LpOw-ERAJls&feature=youtu.be
Besos❤️
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