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Capítulo 20: ¿NO-cita?

Alex's POV.

Tener a Matt con un sexy traje de nana cachonda era un privilegio, en total le he tomado como treinta fotos.

Mis tripas hicieron un extraño sonido así que caminé hacia la cocina en busca de algo para comer. Encontré pan de dieta y pasta de pollo así que comencé a preparar un sándwich, una vez listo lo empecé a devorar.

Volví a la sala en busca de matt pero no lo encontré por ningún lado. De pronto mi mirada contemplaba el suelo, el sofá, nuevamente el suelo y así sucesivamente. Estaba todo absolutamente limpio y ordenado, mi boca formó una "o" y todo el sándwich que tenía en la boca cayó al suelo — maldición — Chillé.

Me agaché torpemente y tomé los restos de pollo y pan, miré si matt estaba por algún lado pero no lo divise así que caminé hacia el basurero de la cocina y tiré los restos de pan.

Sentí que había mucho silencio así que conecté mi ipod a la radio y comenzó a resonar por toda la cocina thinking out loud de Ed sheeran, como amo esa canción. Menee las caderas rítmica y exageradamente; luego comencé a saltar por toda la cocina imitando pasos dignos de una bailarina de ballet. Me acerqué a la barra de comida y cogí otro sándwich sin parar de bailar, devorándomelo en menos de cinco segundos.

Seguí con mi super baile por varios segundos hasta que me sentí observada. Giro y veo a alguien apoyado en el marco de la puerta.

— Que demo... — dije con mi boca llena de comida, era matt.

— Debo decir que como bailarina te mueres de hambre Alex. Pero no me molestaría en absoluto si me hicieras un baile privado — dijo con una expresión divertida en su rostro.

— Jódete matt — dije aún con mi boca llena. Se escapó un trozo de pollo entre mis labios y me cubrí la boca al instante.

— Es... ¿es eso, pollo lo que sale de tu boca? — Sentí mis mejillas arder.

«Piensa en algo Alex»

— Pues... Sí, ¿Quieres? — dije sacando un trozo de pollo de mi boca ofreciéndole. ¿Joder que he hecho? — digo... que em, no es necesario que comas ¿éste?...hay, hay más sobre... la barra — Cachetazo mental, soy una torpe.

— No gracias — dijo sonriendo enseñando sus estúpidos hoyuelos derrite putas — Em... Te quería proponer algo — dijo nervioso.

Caminé hacia el basurero y boté los restos de pan, luego caminé al fregadero y me apoyé en el.

— Si te quieres acostar conmigo la respuesta es no, y viene con una golpiza de regalo — enarqué una ceja.

— ¡No!, digo... No es eso, es que te quería invitar a salir, como "amigos" claro. He pensado todo esto y, soy el mejor amigo de tu hermano, siempre tendremos que vernos y no es sano para mí que siempre termines rompiendo mi nariz.

Me quedé sin palabras, matt no es el tipo de invitar citas ni mucho menos ser amable. O tiene un hermano gemelo o es bipolar, ayer me besó, luego se rió en mi cara y ahora me pide una cita como, ¿amigos?. 

— Ni creas que voy aceptar salir contigo — Bufé.

Cargó su peso en la otra pierna y luego sonrió.

— Lo sabía, así que lo pondré de otro modo. ¿A qué no adivinas donde está tu motocicleta? — ¿mi motocicleta? No lo entiendo. Levantó su mano como explicándolo y, ¡No puede ser! ¡tiene las llaves de mi moto!

— ¡Dámelas imbécil! — grité dando pequeños saltitos para alcanzarlas.

— Nop, solo si aceptas salir conmigo y de todas maneras aunque tengas las llaves no sabrás donde la oculté — dijo sonriendo.

— ¡Maldito gigolo extorsionador!. Bien, acepto. Pero nada de flores ni cosas estúpidas. ¿Dónde está tu moto? — Gruñí.

Sus ojos se iluminaron.

— Afuera, ¿vamos? — Asentí de mala gana.

Cogí mi móvil, mi bolso y le dejé una nota a papá por si llegaba a la ciudad antes que yo, informándole que iba a llegar tarde. Ya fuera nos montamos en su motocicleta y, como de costumbre aceleró tan rápido que tuve que aferrarme fuertemente a su pecho para no caer al suelo.

Nunca me cansaré de decirlo, idiota.

(***)

Llevábamos veinte minutos y aún no sabía hacia donde nos dirigíamos. Matt tomó una avenida que nos enviaba lejos de la ciudad, ¿Qué planea hacer?. Nos mantuvimos así por unos veinte minutos más hasta que por fin aparcamos en un pequeño pero acogedor pueblo.

Todo era realmente hermoso desde las pequeñas calles, hasta las enormes pero cálidas casas. Se asemeja un poco a París en mi imaginación. Matt hizo un gesto para que bajara de la motocicleta y asentí.

Caminamos hacia un restaurante en donde vendían una cantidad enorme de dulces. Comimos muchos pancakes y unos mini pastelitos con un adorable toque rosa en los bordes que a decir verdad eran realmente deliciosos. Mientras matt pagaba yo salí a tomar aire, es increíble lo distinto que es Georgia de éste lugar.

Caminé por las largas calles y encontré una pequeña librería en una esquina. Sin pensarlo dos veces entré y me dirigí a la sección Clásicos/Romance. Busqué con la mirada orgullo y prejuicio hasta que lo encontré.

—Joder, ¡Como cambian las cosas cuando no lees en pdf! — dije hojeando anonadada el libro.

Estaba hundida en el mundo de elizabeth y el señor darcy cuando un carraspeo me interrumpe.

— Hum... sabía que en el fondo eras una romanticona — susurró matt en mi oído. Me estremecí ante el contacto de sus labios con mi piel.

— Cállate, déjame disfrutar el libro en paz, en unos minutos me correrán por no comprarlo — dije molesta.

— ¿Lo quieres? — preguntó.

— No, osea sí, pero... me basta con la copia que tengo en mi móvil.

— Bueno, es hora de irnos — dijo mandón como de costumbre.

Rodé los ojos y apresuré el paso, tiene razón es hora de irnos. Llegué a la recepción y me dirigí a la salida avergonzada por no haber comprado absolutamente nada pero matt gritó mi nombre. Me giré y lo vi, conversando coquetamente con la recepcionista, ¡Agh! puede ser su... ¡Madre!. Me acerqué a él molesta.

— ¿Es que no te cansas de enrollarte con todo el mundo? — Bufé molesta.

— Se lo dije, tiene un carácter como los mil Demonios... Aquí tienes gracias por el descuento gisella — Matt le guiñó un ojo y le entregó un billete de diez dólares a la recepcionista, ella le entregó una bolsa con... ¿Orgullo y prejuicio?

— ¡Que haces! — dije ruborizada.

— Ten amor. ¡Feliz aniversario! Espero que perdones lo idiota que he sido todo este tiempo — Sus ojos eran cálidos y llenos de amor, matt se acercó a mí y besó mi mejilla dejándome completamente confundida.

Mi estómago parecía un tornado, no. Eso es poco para lo que siento, son mil mariposas asesinas que me apuñalan internamente.

Matt entrelazó sus grandes dedos con los míos y susurró en mi oído — Sigue el juego princesita. Por cierto, me encanta llamarte así — me estremecí nuevamente con el tacto que hacían sus labios al tocar mi piel.

— Como decía, espero que me perdones. Gisella me hizo un excelente descuento por el libro que tanto te gusta — dijo.

Seguía mirándome con ternura y aún no soltaba mi mano. Gisella la recepcionista (que al parecer se llamaba así) me miraba esperando una respuesta.

— Mm... Gracias — Dios no puedo creer que esté haciendo esto — Amor.

Le dí mi mejor sonrisa falsa pero pareciera que Gisella no se daba cuenta porque nos seguía observando con ternura. Si supiera que a penas crucemos esa puerta nos volveremos a odiar no se lo creería.

Nos despedimos de ella y nos dio pequeños consejos para superar nuestra supuesta "crisis" y nos hizo firmar el libro para tener un recuerdo de nuestro "amor", porque aseguró que nuestro amor podría superar todo lo que se nos viniera.

Ahora nos dirigíamos a la salida, yo con un libro entre mis manos que en su portada citaba:

»los polos opuestos aunque los separes vuelven a atraerse, igual que nosotros. Siempre estaremos cerca el uno de el otro, sin importar qué«

»De tu dulce y sexy novio. Con cariño para mi princesita.

Sonreí al recordar la horrible letra de matt y en como el maldito parásito remarcó la palabra novio. En fin, cuando llegue a casa arrancaré esa hoja. Aún no entiendo porqué puso eso, creo que se tomó muy enserio lo de fingir ser pareja.

— ¿Por qué sonríes? — Preguntó matt confundido. Maldición debí poner cara de idiota al recordar la nota.

— ¿A dónde iremos ahora? — Evadí con otra pregunta. Soy un asco cambiando de tema.

— Tú y tus cambios de tema. Respondiendo a tu pregunta, en el camino sabrás — Sus ojos se iluminaron nuevamente, parece un niño de tres años.

Comenzó a dar pequeños saltitos, se acercó a su motocicleta y golpeó el asiento para que yo subiera. Ojalá todo fuera siempre así.

Caminé hacia él y me senté en el asiento. Rodee mis brazos al rededor de su torzo y para ser sincera me sentí muy cómoda. Después de todo creo que mi relación con matt está evolucionando, no se que somos justamente ahora pero tampoco estoy preparada para preguntarlo. Prefiero quedarme con la duda porque lo más probable que pase si lo pregunto es que retrocedemos todo lo que hemos avanzado.

Matt condujo por la carretera hacia las afueras de la ciudad por otros veinte minutos, ahora si que no tengo idea hacia donde vamos. Se giró hacia mí y me observó detenidamente.

— ¿Quieres un poco de adrenalina princesita? — Gritó en medio de todo el ruido del tráfico y me dedicó una de sus tontas sonrisas. Yo asentí pero él hizo una mueca.

— ¡No lo escucho! — Su voz a penas se oía.

— ¡Sí! ¡Quiero adrenalina! — Grité y comencé a reír por lo locos que nos veíamos.

— Me encanta el sonido de tu risa — susurró para él. Iba a preguntar que había dicho solo para volverlo a oír pero aceleró tan rápido que no me dio tiempo de hacerlo.

Son al rededor de las siete de la tarde y el sol comienza a ocultarse, mostrando distintos colores en el cielo. Eso, mezclado con la velocidad a la que vamos es la perfección. Comencé a reír como una niña pequeña y matt también lo hizo.

— Enrosca tus piernas a las mías — Gritó. Al ver mi cara confusa gritó nuevamente— Hazlo y suelta tus brazos de mí — ¿Está loco? ¿Quiere matarme?.

— ¿Es una broma no?, no lo voy a hacer— Grité en su oído para que me escuchara.

— Confía en mí princesita — Decidí no darle más vueltas al asunto y lo hice. Con cuidado enrosque mis piernas con las de él y solté mis brazos.

Al hacerlo sentí que estaba en el cielo y podía volar. Me siento libre por primera vez en años. Nada se compara a esto. Escuché que matt reía al igual que yo, ésto se siente tan bien.

Permanecí así por un buen rato, riendo, agitando mis brazos, respirando el aire puro y gritando que soy libre.

— Estamos por llegar, puedes hacer el favor y abrazarme de nuevo — gritó y me controlé.

Sus palabras azotaban mi cabeza, provocando un gran tornado. Enrollé mis brazos al rededor de su torzo y susurré en su oído.

— Gracias y... No preguntes por qué — Sus músculos se tensaron pero lo ignoré.

Estacionamos a la orilla de un departamentoqueparececastillo.

— ¿Qué... Que es esto? — Pregunté y mi boca formó una "o".

— Tu castillo princesita — dijo con tono irónico. Le golpee el brazo y sonrió.

— Tiene una hermosa vista desde dentro, ven, solo sígueme el juego — Tomó mi mano enviando electricidad a todo mi cuerpo y nos acercamos al departamentoqueparececastillo.

Tiene un enorme portón dorado con una hermosa insignia en el centro color plata. Íbamos a entrar cuando matt me detuvo.

— Dame tu mano — dijo.

No quise preguntar porque probablemente respondería algo estúpido, yo lo golpearía y todo esto acabaría en un desastre.

Fijó la mirada en el anillo que me regaló mi madre. Lo miré confundida y él lo cambió cuidadosamente de lugar, exactamente en el dedo que está a lado del meñique. Ahora pareciera como si estuviera a punto de casarm... Un momento.

— ¿Esto no es lo que yo creo, no? — matt me hizo callar.

— Sh... Solo sigue el juego — Entrelazó nuestros dedos y entramos.

A penas cruzamos el elegante portón una señora al rededor de los cuarenta años nos recibió. Tenía una melena rubia y ojos claros, se veía muy adorable.

— ¡Pero que alegría! ¡Otra pareja! — Chilló — Soy Marissa la encargada de hacer el presupuesto para su boda — ¿Su qué?, Oh no... Esto es una jodida equivocación.

— Hola marissa, ella es mi novia y futura esposa Alex Collins — ¡Joder!, no acaba de decir eso.

Mi estomago se revolvió al escuchar «futura esposa, alex collins»

— Un gusto señorita Collins y...

— Matt, mi nombre es matt Dawson.

Yo aún no podía reaccionar.

— Señor Dawson ¿Ya escogieron fecha? — matt me miro esperando una respuesta. Habla alex, habla.

— Para el término de otoño — dijimos al unísono, ella nos sonrió amablemente.

— ¡Oh vaya, que linda fecha escogieron!, es muy lindo ver parejas tan jóvenes como ustedes que tomen la decisión de pasar toda la vida juntos — Suspiró — Y bueno, como lo desean, ¿En grande o algo más privado?

— Privado — dije yo y matt dijo al mismo tiempo— En grande — sonreí con lo estúpido que sonó eso, fueron ideas totalmente opuestas.

— Algo más privado... — recalqué dedicándole una mirada asesina a matt.

— No se preocupen solo es un presupuesto no tienen que verse obligados a tomar una decisión, vengan por acá.

La seguimos por la recepción todo es muy bonito y fino pero no al extremo. Nos mostró el comedor, la sala principal, el jardín y muchas cosas más. A decir verdad no me concentré mucho porque matt me empujaba y mordía mi mano durante todo el camino. En varias ocasiones marissa nos miraba de reojo pero solo se limitaba a sonreír. Nos comenzó a mostrar el balcón y la cantidad máxima de invitados que podía soportar el lugar.

La vista era realmente hermosa y el cielo estaba perfecto, me dediqué a disfrutar de la vista cuando matt me interrumpió.

— Me encanta esto de ser futuros novios — se apegó a mi espalda y susurró en mi oído — Señora Dawson. Suena muy... ¡Sexy! — reí por lo idiota que sonó y me ruboricé al percatarme que Marissa nos miraba con ternura.

— Bueno, hasta aquí llega mi recorrido si gustan pueden quedarse o bajar conmigo — dijo marissa con una voz muy tierna, en cierta manera me recuerda a mi madre.

— Bajamos con usted — dijo matt.

Sonreí al escuchar el "usted", nunca imaginé a Matt diciendo "usted", suena extraño. Lo más educado que dice es pedazo de mierda.

— Pero...— Me sacó de mis pensamientos, lo miré confusa y luego habló— Antes me gustaría que nos tomara una foto — ¿Qué?, no.

— No es necesario — dije forzando una sonrisa para que Marissa no notara lo molesta que estoy.

— ¡Ay! No se preocupen, ¡Yo encantada! — matt le entregó su móvil, me apegó a su cuerpo y sonreímos como la falsa pareja que fingimos ser.

Marissa nos tomó varias fotos porque aseguró que hacíamos una linda pareja. En la última foto matt mordió mi oreja y yo desordené su cabello y juntos sonreímos como idiotas. Nos acercamos a Marissa, ella le entregó el móvil a Matt, yo sonreí y miré por última vez la hermosa puesta de sol. Al girar descubrí a matt tomándome fotos, le saqué la lengua y luego bajamos a la recepción.

Mi móvil vibró y observé que tenía un mensaje de lily.

Futura cuñada✌

¿Alex donde estás?, fui a tu casa y el señor Collins me dijo que habías salido. Cuando llegues ¿vienes a dormir conmigo?. Pasó algo con Chad, solo... solo ven por favor.

¿Con Chad? Espero que el idiota de mi hermano no juegue con ella. Le devolví el mensaje nerviosa.

Estoy... Estoy con matt, ya nos vamos. En casa te explico todo, Te quiero xx.

Nos despedimos de Marissa y nos dio su número para mantenernos en contacto por la supuesta "boda". Salimos fuera y nos subimos a la motocicleta, matt me tomó las manos y las envolvió al rededor de su torzo.

Esto es tan... confuso, usualmente cuando se comporta "amable" luego comete una estupidez, me trata horrible, lo golpeo y así sigue el patrón. Espero que esta vez sea diferente. Ya lista con mis brazos al rededor de su cuerpo emprendimos rumbo a casa.

Nota de autora:

Procesen con calma lo que acaba de suceder, Hm... Nah, ¡enloquezcan!.

Espero que hayan disfrutado el capítulo, por si no lo notaron fue más largo ❤

IMAGEN PARA LLAMAR LA ATENCIÓN (ok, no hay imagen)

La historia irá tomando un rumbo más serio, sí dije serio. Pero eso no quiere decir que no habrán momentos de risa. Pero necesitamos ser serias >:c

~ domi

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