CAPÍTULO ÚNICO
Cuando Solange vio a su nuevo vecino casi muere del gusto. Un hombre en toda su expresión... Hombros anchos, alto, rubio y de ojos claros. Todo su ser rezumaba un erotismo que ella anhelaba.
Pero ella era apenas una muchacha insignificante. A sus 20 años no había tenido nunca un novio y ese hombre se veía tan experimentado... Era una lástima.
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-Solange, ¿por qué no estás abajo con los demás? - mi madre me preguntó desde la puerta de mi habitación.
-Es que no me siento bien madre.
Este plan lo había estado armando desde que descubrí que mi nuevo vecino era doctor. Ahora, si me sentía mal, mis padres le pedirían a él que me viera.
-Vamos, seguro se te quitará cuando estés abajo con los invitados. Además, está el vecino nuevo y quiero que lo conozcas, es muy divertido.
-Está bien madre. Vamos- dije tratando de no sonar muy feliz.
Cuando iba bajando las escaleras lo divisé. Su hermoso cuerpo estaba en envuelto en un traje de noche; pantalón, saco, zapatos negros y una camisa de vestir blanca. Se veía tan sexy... Tantos pensamientos bailaron por mi cabeza, tenía que hacer algo ya.
De pronto se me ocurrió él plan perfecto, solo espero que funcione.
Al terminar de bajar, mi madre se fue hacia el comedor y yo me dirigí a la sala, donde lo vi por última vez. Al entrar, me encontré con una amiga. La saludé y entonces lo vi volverse al oír mi nombre. Me miró fijamente durante unos segundos, fue como si me desnudara con la mirada, luego se disculpó con algunos hombres, y salió al jardín. Esperé dos minutos, mientras saludaba a los demás invitados que se encontraban ahí y luego salí yo.
Lo vi recostado contra la valla del balcón. Estaba con la cabeza baja, me acerque a él.
-Hola, mucho gusto, Solange Kheen.
-Hola, señorita Kheen. El placer es mío. Soy Chris Hemsworth.
-Wow, que nombre. Debe ser usted el nuevo vecino.
-En efecto ese soy yo- dijo tomando mi mano y besando el dorso de mi palma.
-Veo que mis padres lograron convencerlo de venir esta noche- dije mirando el jardín.
-Bueno su madre es una mujer insistente- dijo riendo un poco.
¡Oh por Dios! Tiene la sonrisa más perfecta del planeta. Sensual y con unos dientes perfectamente blancos. Casi me desmayo.
No sé cuándo me volví tan atrevida, ya que por lo general soy muy tímida. Simplemente este hombre me vuelve otra mujer.
-Así que oí decir que usted es doctor...
-Pues sí, no le mintieron hermosa señorita. ¿Por qué, necesita una consulta privada?- dijo dándome una tarjeta.
-Puede ser que sí. No lo sé. ¿Usted encuentra algo mal en mí? - dije con voz de fingida preocupación.
-No, todo lo contrario- dijo en un susurro- la encuentro sencillamente perfecta.
-Si sigue pensando así al final de la noche veremos que pasa- dije volviéndome para entrar en la casa.
Así paso la cena. Todos comieron y bebieron y cuando todos se fueron subí a mi habitación y me quedé mirando por la ventana.
La ventana de mi habitación daba hacia la ventana de la habitación de él. Así que cuando lo viera subir y entrar, le mandaría un mensaje.
En pocos minutos vi la luz de su habitación encenderse. Vi su silueta entrar y entonces le mandé el mensaje.
"Si todavía piensas que soy sencillamente perfecta, deberías saber que soy virgen. Así que ahora que sabes en lo que te estas metiendo. Llámame si sigo interesándote". -S
Sé que fue un poco directo, pero ese hombre tenía algo... Solo quería que no le importara y que me hiciera suya esta misma noche.
Mire por la ventana, con la luz apagada, para que no supiera que estaba ahí. Su cara fue de asombro y luego sonrió. Dios... creo que sentí alegría. Lo vi teclear algo en su celular y luego un mensaje llegó al mío; que estaba en silencio.
"Me importa muy poco si eres virgen. Lo único que quiero ahora es hacerte mía y nada más que mía... Así que sí, sigo encontrándote muy perfecta y ahora más que antes. Como quieres que lo hagamos" -C
"Voy a esperar a que mis padres suban y voy a tu casa"-S
Espere a que mis padres subieran y se encerraran en su cuarto. Luego me cambié de ropa y me puse una falda corta, una blusa de tirantes sin sostén y me fui sin zapatos. Bajé y salí por la puerta de la cocina. Luego me fui por el patio trasero de Chris y toqué la puerta.
Cuando me abrió iba sin camisa y en un pantalón de mezclilla que le quedaba demasiado sexy. Dejaba ver la "v" de su torso... que estaba para chuparse los dedos.
De una vez me cogió de la cintura y me hizo entrar en la casa... que tenía todas las luces apagadas. Subimos hasta su habitación, donde se ocupó de acostarme en la cama y luego cerrar la puerta.
-Esta va a ser la mejor noche de tu vida, Solange y de eso me voy a encargar yo. Nunca podrás olvidarla- dijo con una sonrisa en su cara.
Apago las luces y encendió una pequeña lámpara. Así el cuarto estaba un poco más oscuro. No tengo miedo, lo que tengo es otra cosa, algo que me llena el estómago de mariposas, es como un tornado de ellas dentro de mí. Creo que es la mezcla de ansiedad y expectativas.
Chris se quitó el reloj de oro y lo dejo en el espejo, luego camino hasta la cama y me levanto con cuidado. Una vez de pie me quito la blusa despacio, cogió el borde y la fue levantando mientras con sus dedos tocaba mi piel; la cual sentía como si fuera fuego. Cuando termino de sacarla, y descubrió que no estaba usando sostén, su sonrisa se amplió.
- ¿Así qué, andamos atrevidos hoy? - dijo sonriendo.
-Pensé que te ahorraría trabajo- dije sonrojada y en un susurro.
-Pensaste bien. Además, me excita saber que no tenías nada debajo.
Con la mirada recorría todo mi torso y mis pechos. Los veía y se lamia los labios. Se veía tan erótico que sentí una descarga eléctrica viajar por mi cuerpo. Se acercó a mí y bajo su cabeza, hasta la altura de mis pechos y se metió uno a la boca.
Dios pensé que me iba a desmayar, solo de la sensación tan rica que experimente. Su lengua jugaba con mi pezón derecho, mientras el succionaba el resto del pecho, además su otra mano tocaba mi pecho izquierdo y con la punta de los dedos rodeaba el pezón que estaba duro.
- ¡Dios, Chris! - dije con la voz ronca.
- ¿Te gusta? - dijo soltándome.
-Sí...- dije en un susurro.
-Bueno prepárate, porque estamos apenas empezando.
Se dejó caer de rodillas frente a mí y desabrochó el único botón de mi falda. Me dio la vuelta, así que quede de espaldas a él. Sentí como su mano acariciaba mi trasero, sobre la falda.
-Eres una niña provocadora...- dijo con la voz cargada de sensualidad.
- ¿Por qué lo dices? - dije inocentemente.
Claro que sabía que lo decía por lo corta que era la falda, pero la idea era que este hombre me deseara, no que me viera como una niña virgen...
-Esta falda, me provoca tantas cosas... Quisiera arrancártela de un tirón y azotarte por usarla.
Ufff... eso sonó tan erótico, tan sexy... sentí como mi vagina que contraía de la expectativa.
- ¿Eso quieres hacer? - pregunte.
-Sí, eso quiero Solange. Pero no hoy- dijo pasando la mano por mi trasero, hasta llegar al borde de la falda y deslizarla hasta mis pies, con la falda trajo mis bragas, así que ahora estaba totalmente desnuda frente a este hombre que transpiraba sexo, por todo lado.
-Recuéstate en la cama, y no quiero que contengas tus reacciones, solo hay una primera vez y quiero que la disfrutes.
-Está bien.
Me recosté en la gran cama y las sabanas se sentían frías al lado de mi cuerpo. Chris comenzó quitándose los zapatos y luego sin dejar de verme desabrocho el botón de su pantalón; donde ya se veía un bulto enorme.
Comenzó a bajar la prenda, hasta que quedo solo con un bóxer pegado al cuerpo, que dejaba muy poco a la imaginación. Me lamí los labios y dirigí mi mirada hasta su mano, que se disponía a bajar el bóxer. Cuando se deshizo de aquella única prenda, todo su cuerpo perfecto quedó al descubierto. Mis ojos recorrieron aquel cuerpo escultural y pararon en aquella GRAN cosa que colgaba gruesa y larga entre sus piernas. Su miembro ya erecto era ENORME. Por un momento casi sentí ahogarme.
¿Cómo rayos entraría eso dentro de mí? Era imposible eso jamás cabría en mi interior, no sin romperme.
- ¿Te gusta lo que miras? - dijo mientras se acariciaba el miembro con fuerza.
-La verdad me asusta un poco, pero me encanta.
-No tienes que tener miedo, te gustará ya verás.
Asentí y lo dejé continuar. Se acostó a mi lado y comenzó a besarme, nuestras bocas se unían con pasión y deseo. Su lengua y la mía danzaban desesperadas y se entrelazaban buscándose.
Estaba tan perdida en el beso que no me cuenta cuando bajo su mano hasta mi sexo y empezó a acariciarme con delicadeza el clítoris. Sentí una descarga eléctrica que me recorrió todo el cuerpo hasta mi centro.
Gemí con fuerza cuando uno de sus dedos entro en mí. Mientras otro seguía atendiendo mi clítoris. Dejó de besarme y con una mano acarició uno de mis pechos desnudos. Su dedo empezó a estimular mi pezón hasta que este estuvo totalmente duro y yo estaba totalmente excitada.
-Estas tan mojada- dijo con la voz ronca.
Yo me puse roja y quise quitar mi cara de la suya.
-No te preocupes, no es malo. Al contrario, es bueno... me encanta que te mojes toda para mí.
Siguió acariciándome hasta que ya no pensaba del todo... mi mente estaba en blanco y mi cuerpo se retorcía de placer. Mi piel ardía y yo simplemente quería sentir más.
-Necesito más- dije con la voz ronca.
Chris parecía complacido ya que sonrió. Luego se puso sobre mí y cubrió mi cuerpo con el suyo, abrió mis piernas y se arrodillo entre ella, su gran miembro brillaba y se paraba orgulloso hasta su ombligo.
-Te gustara, solo tienes que relajarte y sentir.
Acercó su pene a mi entrada y empezó a empujar con delicadeza. El dolor era mucho, casi insoportable, sentía como la cabeza de su miembro me abría y después llegaba a un obstáculo; mi virginidad.
-Relájate, te dolerá pero solo por unos segundos, después sentirás tanto placer que todo habrá valido la pena.
De pronto sentí como se retiraba un poco, y sin advertencia empujo con fuerza su pene dentro de mi vagina y el dolor que sentí casi me mata. Por un momento vi todo negro...
-Eres tan apretada, Dios, se siente tan bien- dijo con la voz ronca- solo relájate, no me moveré hasta que pase el dolor.
Solo asentí con mi cabeza, tenía miedo a que mis palabras fallaran al tratar de salir de mi boca.
Se quedó quieto como dijo, hasta que el dolor disminuyo y mis paredes vaginales comenzaron a ceder, entonces comenzó a moverse, despacio. Entraba y salía con un ritmo lento, sabía que se estaba conteniendo, todo su cuerpo me lo decía. Necesitaba mucho control para ir tan lento.
-Chris, más rápido, por favor- pedí sin la más mínima vergüenza.
-Todavía no, podría lastimarte - dijo con la mandíbula apretada.
-Lo quiero ya- dije.
-Está bien, pero luego no digas que no te lo dije- dijo parando un momento.
Después de unos segundos comenzó a moverse de nuevo, pero esta vez más rápido, más fuerte, más impecable. Sus grandes estocadas se sentían tan bien. Sentía el placer crecer dentro de mí, y su cara de placer era un regalo para mí.
-Si Chris, sigue- gemí.
-Dios... eres tan perfecta- dijo entre dientes.
-No pares, no pares.
Siguió y aumentó el ritmo, luego hizo que rodáramos y entonces quedé yo encima de él.
-Quiero que lo hagas tu sola... Quiero que calmes tu propia sed de lujuria- dijo admirando mi cuerpo desde la cama.
-No sé cómo hacerlo- dije con algo de vergüenza.
-Yo te guiaré hasta que aprendas.
Tomó mi cintura y me subió, sentí como su miembro se deslizaba fuera y luego me bajo y lo sentí entrar de nuevo. Así continuó hasta que estaba excitada y lo hacía yo sola, sin pena ni nada.
Subía y bajaba, mientras lo veía a los ojos... esos ojos que se oscurecían de placer, mientras acariciaba mi estómago y subía hasta mis senos. Yo solo gemía de placer y mientras no paraba de moverme. En un inesperado momento me dio la vuelta de nuevo.
-Necesito tocarte, necesito sentir mis dedos dentro de ti- dijo mientras metía dos dedos dentro de mi y con la otra mano acariciaba mi clítoris. Sus dedos expertos masajeaban mi punto G, y me hacían suplicar por más.
-Más, más... necesito más.
Al oír esto Chris metió dos dedos más dentro de mí y sentí como el orgasmo atravesaba mi cuerpo. No podía dejar de contraerme mientras aquella deliciosa sensación me llevaba fuera de este mundo.
Luego agarre el miembro de Chris y me lo lleve a la boca, lo chupe con ganas mientras lo acariciaba con mi mano, y con la otra acariciaba sus testículos. Lo metí en mi boca, hasta que casi rozaba mi garganta. Chris me cogió el pelo y me urgió a tomarlo más profundo, sentía que me ahogaba, pero él merecía correrse también y me encantaba lo que estaba haciendo.
Pasé mi lengua por el frenillo de la punta y lo sentí convulsionarse, repetí la acción y Chris empezó a follarme la boca, con fuerza y rapidez, y continuó hasta que sentí como su semilla se regaba dentro de mi boca... y lo tragué todo.
-Solange eres demasiado.... no sé ni que decirte. Eres demasiado buena, si no te hubiera quitado la virginidad esta noche, pensaría que tienes práctica.
Después de eso lo hicimos tres veces más... en la bañera, en la cocina y en el comedor. Simplemente no podíamos estar sin hacerlo ni un minuto. Esa madrugada, al volver a casa, nadie sospecho nada.
Los meses pasaron y Chris y yo nos veíamos a escondidas para tener sexo, todo el tiempo... me había vuelto una experta y Chris decía que me adoraba, que amaba tenerme para el solo. El sexo era cada vez más salvaje y apasionado, amo tener sexo con mi vecino.
Fin
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Bueno esta es la historia, sé que es un poco sosa, pero es la primera historia que escribo de este tipo y les prometo que mejoraré.
Gracias por leerla y dejar sus comentarios y votos. Además de leer las historias que publicaré pronto. Besos.
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