Después de la última vez que vi a Chris, pasaron años. Ahora estoy a dos meses de mi graduación universitaria. Seguía yendo cada verano a casa de mis padres, pero Chris y su mujer nunca se acercaban por ahí.

–Mamá, ¿qué estás haciendo? –dije al verla en la cocina con un montón de invitaciones.

–Bueno son para la fiesta que tu padre y yo organizamos por tu graduación.

–Madre, te dije que no quería una de esas, ¡lo prometiste!

–Bueno tu padre insistió, así que ahora te aguantas.

Estos padres míos. Nunca respetan mis decisiones, me llevan la contraria cuando tienen la menor oportunidad.

Mi padre llego desde el patio, con su raqueta de tenis en la mano.

–Cielo nunca adivinaras quien volvió antes de tiempo– dijo dirigiéndose a mi madre.

–No me digas que los Stating, ¡No soporto a esa mujer! –dijo mi madre asomándose por el ventanal de la cocina.

–No, es Chris. Dice que tuvo un percance en Alemania y tuvo que regresar antes de tiempo. Pero viene sin Stele.

Wow, eso es nuevo, no sabía que estaba en Alemania. Seguro por eso no venía nunca a casa.

–Solange, ¿Por qué no vas y saludas? De paso invítalo a tu fiesta de graduación.

–Sí mamá– dije. Esta es mi oportunidad para saber que paso y para verlo de nuevo.

Salí al patio trasero y cruce hasta la valla que divide las propiedades. Hace unos veranos papá construyó una puerta que da hacía el patio trasero de Chris. Entre por ahí y camine hasta la puerta de la cocina.

–¿Hola? –la puerta estaba abierta, así que entre con cuidado.

– Señora Kheen, en este momento no necesito nada, puede estar tranquila– su voz sonó algo triste y distante, pero venía de la sala de estar.

–Em, no soy mamá, pero le diré en cuanto vuelva a la casa– grite para que me escuchara.

Silencio; eso fue todo lo que recibí. Ni un hola y nada, seguramente debe estar hablando por teléfono con su mujer. Me di la vuelta para salir de la casa, pero me detuve en la cocina para dejarle la invitación a mi fiesta de graduación, si no mamá me reprendería y no tenía ganas de escucharla.

–¿Solange? –su voz débil me atravesó el corazón. Me di la vuelta y estaba de pie en el arco de la cocina. Su aspecto era horrible, descuidado... se veía destrozado y triste.

–Hola Chris– dije al fin. Me sorprendía ver a este hombre en este estado.

–Lo lamento, creí haber escuchado una fantasía. Pero eres realmente tú, ¿Qué haces en casa de tus padres?

–Bueno estoy en un pequeño receso antes de mi graduación, vine porque mis padres organizarán una fiesta para mí, además no tengo que volver hasta la graduación.

–Eso me parece excelente. Te felicito, espero que estés contenta de graduarte.

–Sí, mucho. Pienso volver a la ciudad, quedarme un tiempo con mis padres y trabajar aquí.

–Eso suena maravilloso– dijo con una sonrisa en la cara.

–Bueno tengo que irme, pero mamá te invita a comer esta noche, así que los esperamos.

–Solo seré yo– dijo en tono serio.

–¿Dónde está Stele? –me aventuré a preguntar.

–En Alemania, seguro que follándose a todos mis compañeros de la clínica– dijo sentándose en uno de los taburetes de la cocina.

–¿Te engaño? –pregunté incrédula. ¿Quién engañaría a un hombre como Chris? El lo tiene todo; clase, belleza, educación, modales, sentimientos, dinero...

–Sí, por eso regrese solo. Nos vamos a divorciar.

–Esto... lo siento Chris. Ni siquiera sabía que estabas en Alemania.

–Me fui, porque el hospital me ofreció un puesto en una clínica, donde sería el jefe de cirugía. Acepte porque no estabas y necesitaba despejar la mente y cambiar de aires.

–Te entiendo. Pensé que te había cansado de mí y por eso no te veía cuando venía.

–Jamás me cansaré de ti Solange. Eres la mujer perfecta para mí.

Me quede sin palabras, ¡y vaya que eso era difícil! La mujer perfecta para él, eso era exactamente lo que siempre había querido ser y a lo que renuncie el día que se casó.

–Gracias Chris, yo también pienso que tú eres perfecto para mí.

En una fracción de segundo estaba besándome, sus brazos me rodearon y me levantó del piso en un solo movimiento. Me subió hasta su habitación y cerró la puerta. Su modo salvaje estaba encendido.

–Chris... no deberíamos hacer esto con mis padres al lado.

–Vas a tener que ser muy silenciosa cariño, porque te quiero aquí y ahora.

Como siempre sus palabras son suficiente para excitarme por completo y entregarme a él.

–Quiero que te desnudes para mí– dijo con la voz ronca de deseo.

Empecé a quitarme la ropa que llevaba, como era verano, era poca. Primero cayó la falda a mis pies y luego la blusa de tela fina. Así quede en mi ropa interior; que era solo las bragas.

–Traviesa, con esas braguitas pequeñas cualquiera querría comerte ese pequeño coñito tuyo.

–Sí, pero es solo tuyo Chris.

Se levantó de la cama y se quitó la camisa, luego el pantalón y los bóxers cayeron en algún lugar de la habitación. Ese cuerpo escultural solo estaba mejor de lo que recordaba. Me hacía babear de solo verlo, quería lamerlo completo.

–¿Te gusta lo que ves? –dijo en tono burlón.

–Siempre– le conteste con lujuria.

–Quiero que te arrodilles en el suelo y me muestres ese culito tuyo– dijo.

Obedecí de inmediato, me arrodille en la alfombra y pegue mi cara al suelo, después abrí las piernas y le mostré lo que quería.

No tarde en sentir su erección pegada a mi entrada. Era más grande de lo que recordaba y sabía que iba a doler.

–Estas tan apretada que siento que me explota el pene.

Eso me excitaba muchísimo, no había estado con nadie desde Chris. Sé que suena cursi pero no podía tener sexo con nadie más.

–Tócate para mi Solange– dijo mientras su miembro entraba y salía de mí con lentitud.

Comencé a tocarme y sentía como se ponía cada vez más duro dentro de mí, sentía que iba a romperme en dos.

–No has estado con nadie más– no fue una pregunta, sino una afirmación. Él sabe lo mucho que estoy conectada a él.

–Eres mía Solange, solo mía– algo en su manera de marcarme me hacía sentir viva y atrevida.

–Sí Chris, soy solo tuya.

Entonces comenzó a moverse de verdad, ya no era lento sino rápido y con estocadas fuertes. Me azotaba y me masajeaba el trasero. Luego me levantó y me pegó a la pared, ahí de pie siguió follándome, mientras masajeada mis pechos. Logré hacer que me soltara y entonces de rodillas metí su miembro a mi boca, mientras él recogía mi cabello y le guiaba con sus manos. Lo volvía loco que chupara su pene, y los sonidos de placer que salían de su boca me volvían loca a mí.

Me hizo soltarlo y me guío hasta la cama, donde me acostó sobre mi espalda. Después subió y metió dos dedos en mi vagina.

–Voy a hacer que te riegues y explotes como nunca antes Solange.

Vi cómo se agachaba y metía su cara entre mis piernas para lamer mi vagina, y con la otra mano, le pellizcaba un pezón. La electricidad viajo en forma de placer hasta hacerme enloquecer, era demasiado.

–Chris, para... voy a regarme– dije desesperada.

–Eso es lo que quiero Sol, riégate para mí– dijo autoritariamente.

Sentí a mi cuerpo obedecer su orden, y el orgasmo me atravesó como fuego.

Luego lo vi masturbarse hasta que sintió su propio orgasmo avecinarse y entonces me penetró y deposito todo su semen en mí.

Creo que perdí en conocimiento después de eso. Me levante y eran las 5 según el reloj que había en la mesa de noche. Mis padres iban a matarme, tenía que salir e inventar una buena excusa para que no sospecharan nada.

Les inventé a mis padres, que ayudé a Chris a empacar las cosas de su ex mujer en maletas, porque él no se sentía capaz. Esa noche comimos en mi casa y dos meses después mis padres y Chris fueron a mi graduación. 

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Bueno Chic@s!

Aquí está la tercera parte de este Shot. Espero que les guste.

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Gracias de todo corazón por alentarme a escribir este Shot. Sus tres partes son mi bebé. Gracias por el apoyo!!!