1.
La mañana había llegado a la habitación de Chaeyoung. Los ojos de la escritora eran muy débiles, y más cuando su cabeza estaba apoyada en su escritorio, que estaba junto a la venta.
- Uhm... Mamá, aún no me quiero levantar... Dile a mi hermano que te ayude...- Chaeyoung ocultó su rostro con su antebrazo pero solo ganó caerse de la silla.- ¡Joder!
La coreana se levantó lentamente y agarró su cabeza con fuerza, le dolía bastante pero más era por haberse trasnochado.
Salió a su balcón y quitó su playera, somnolienta. Quitó su pantalón quedándose en boxers e iba a quitarselos pero sintió dos ojos mirando fijamente.
Sus ojos se abrieron perezosamente, encontrando a una rubia viendo su cuerpo como si fuera carne cocida.
- ¿Buenos días?.- Chaeyoung miró fijamente y se dio cuenta que estaba tan distraída que su cereal se estaba por caer.- Eh, se te está cayendo la comida.
- Ah si, no te preocupes.- La rubia sonrió, esperando a que Chaeyoung le dijera algo morboso y eso se notaba en su cara.
Pero la coreana estaba tan somnolienta que solo estiró sus brazos y volvió a su cuarto.- Vaya loca, nunca la había visto más que para botar la basura los sábados.
El celular de Chaeyoung vibró al recibir un mensaje. La coreana tomó su celular y vio el nombre de Jeongyeon en su pantalla.
- Comer... Bueno, no me puedo quejar. Jeongyeon es muy exitosa así que me puede invitar más cosas de las que me puedo permitir.- La escritora bostezó y comenzó a vestirse.
[°]
- Así que tu vecina es ninfómana... Que gracioso.- Jeongyeon probó de su café mientras Chaeyoung mordía su sándwich.
- No es gracioso cuando comienza a gemir en la noche mientras quieres concentrarte a escribir tu obra.- Chaeyoung tomo un poco del jugo de frutas que se había pedido y dejó el sándwich en el plato.- No tendría ningún problema pero es muy ruidosa, además debe tener un novio muy bueno en la cama porque todas las noches gime como si no hubiera un mañana.
- Solo dile que se grabe y te lo muestre después, igual escribes novelas eróticas. Además, tus obras merecen algo más de emoción, es como si las escribiera una virgen.- Jeongyeon tomó un gran trago pero Chaeyoung casi se atora, pues era cierto.
Ni siquiera sabía cómo vendía tanto, no como Jeong pero si para vivir cómodamente. Sus obras eran escritas por alguien que sólo había dado su primer beso.
- Tal vez... No sé, después le diré. Igual dejé un pequeño letrero pidiéndole respeto por mis horarios de trabajo.- Chaeyoung estiró su mano y le sonrió a Jeongyeon.- ¿Qué tal vas con Nayeon?
- ¿La editora? Ayer me pidió comprarle un pastel pero no me devolvió el dinero.- Chaeyoung sintió como Jeongyeon le daba un poco de dinero en la mano estirada y la retiró.- Ya se lo diré después, ahora vete Chaeyoung. Tienes que terminar tu obra o no creo que Nayeon acepte tus bromas.
- Lo sé, dile lo siento a Nayeon y que se lo enviaré en unos días.- Chaeyoung salió corriendo dejando a una Jeongyeon comiendo.
- A veces me preocupa esa actitud.- Jeongyeon miró a su amiga yéndose pero solo levantó los hombros.- Que rico café.
[°]
La coreana iba a entrar a su apartamento cuando una mano la jaló un poco. Chaeyoung iba a golpear al intruso pero solo vio que su vecina rubia le sonreía y tomaba su mano con algo de posesión.
- ¿Tú fuiste la que escribió el cartel?.- La rubia se acercó más a Chaeyoung que solo la miraba con algo de miedo.
Ella era más alta que la coreana por lo que la pudo acorralar contra la puerta.
- Si... Fui yo.- Chaeyoung empujó un poco a la rubia con las sobras que se trajo del restaurante.- No me dejas trabajar en la noche, ni mucho menos me dejas dormir.
- ¡Lo lamento! Pensé que había filtros entre los cuartos, nunca pensé que podías escuchar lo que mi novia me hacía.- Chaeyoung asintió, aunque por alguna razón quería escapar de una vez.
La rubia vestía un escote bastante apretado y se le notaba todo. Aunque Chaeyoung no lo quisiera admitir, quería tocar sus senos.
- "¡¿Qué demonios estás pensando, Son Chaeyoung?!".- Pensó la coreana. Con un rápido movimiento, volteó a Mina y entró a su departamento como pudo.
- ¡Hey! Creo que deberíamos de conocernos más, estoy interesada en ti.- Chaeyoung sintió que había sido dura pero no quería hacer una estupidez y ser corrida del apartamento por ello.
Menos cuando medio mundo tenía desconfianza en ella por su miembro.
- ¡Creo que mejor no! ¡Solo intenta ser callada cuando venga tu pareja y nunca más no veremos las caras!.- La coreana cerró los ojos tratando de relajarse.- Que fastidio.
- ¿Sabes que te puedo oír verdad?.- La japonesa aún seguía detrás de la puerta.
- ¡¿Aún no te fuiste?!.- Chaeyoung decidió ir a su cocina, escuchando la risa de su vecina.- Que loca...
Notó que los platos aún estaban sucios por lo que comenzó a lavarlos mientras pensaba en su obra.
Lo había intentado todo pero aún no salía de ese agujero creativo, ni siquiera masturbarse la hizo pensar en algo mejor para escribir.
- Ah, es cierto. Mi serie se transmite a esta hora.- Chaeyoung se acostó en su sofá y prendió el televisor que empezó con ruidos raros.- Bien, es hora de relajar los músculos antes de seguir escribiendo y ganándose la vida.
Lo que no contaba Chaeyoung es que se dormiría profundamente en el sofá.
[°]
Eran las 6 de la tarde y ya estaba dando un documental de animales. La coreana se levantó con la cabeza doliendo y con ganas de matar a alguien.
Y encima los gemidos volvieron a hacerse presentes.
- ¡PUTA MADRE!.- Chaeyoung se levantó y tomó sus sandalias. Salió de su departamento echando fuego por los ojos.- ¡Abre la puerta maldición!
Chaeyoung se paró lo más que pudo pero nunca esperó que su vecina apareciera como dios la trajo al mundo, cosa que le hizo olvidar el odio que estaba sintiendo en ese momento.
- ¡Ponte algo de ropa maldición!
- Acabas de llamarme en plena sesión de masturbación, ten algo de compasión conmigo.- La rubia se acercó a la coreana con una sonrisa seductora, cosa que hizo crecer al mini Chaeng en sus pantalones.
- Al menos baja la voz... Estaba tratando de hacer mi trabajo.- La rubia rió y se pegó aún más a ella.- ¡Muy cerca!
- ¿Qué tal si vienes tú y me la quitas? Estoy caliente.- Chaeyoung negó y la empujó lejos de ella.
- Sólo mantén la boca cerrada, ni yo hago tanto ruido.- Chaeyoung salió casi corriendo del pasadizo.
Por otro lado, la rubia sintió a una chica atrás suyo. Era Momo, su amante.
- ¿Ibas a hacer que te follen mientras yo estaba en el armario? ¿Porqué eres así Mina?- Momo acarició el cuello de Mina con suavidad y lo besó.
- Sabes que no tenemos una relación estable, Momo. Si yo quiero me puedo follar a mi vecina y tú no tendrías nada que decir.- Mina besó los labios de Momo y sonrió.- Lo haría tan bien, esas piernas que se carga y los abdominales que tiene pese a solo ir al gimnasio los fines de semana. Es muy sexy.
- Pues más te vale no hablar de ella por ahora. Te voy a follar para que te olvides de esa enana.- Momo volvió a jalar a Mina hacia dentro de la casa, haciendo los mismos ruidos que Chaeyoung vino a quejarse.
La coreana solo se quedó en su cama, tratando de dormir sin escuchar los ruidos nocturnos.
- ¿Qué te hice dios para merecer esto?.- Chaeyoung solo atino a la autocompasión.
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