5. Déjame
Toque el timbre de la casa de Kate, no sin antes ver si estaba el auto de sus padres ¿Por qué? Pues simplemente ya se me había hecho una costumbre.
-hola - sonrio abriéndome la puerta - pasa - me abrio paso. No dije nada tan solo asentí.
-que... - Me interrumpió, a penas pude pronunciar aquello debido a que sus labios empezaron a a atacar mi cuello a la vez que poco a poco me acorralada contra la pared.
Y si, estaba jodido.
No hice nada, estaba en shock, altener los labios de Kate besándome así, pero hoy había venido a acabar con todo ello, no más.
- se que lo quieres - dijo contra mi cuello - tanto como yo lo quiero - volvió a besar haciendo un camino hasta llegar a mis labios.
- Kate...- suspire - necesitamos hablar, es importante - agregué en apenas un jadeo, Kate sonrío y siguió frotandose en mi entrepierna.
- ¿tiene que ser ahora? ¿no puede esperar? - hizo un puchero. Rodé los ojos, ya estaba perdiendo la cordura.
Tome una bocanada de aire.
- es importante - dije serio olvidando todo lo que en realidad quería y debería estar haciendo.
- bueno, hablemos - se sento encima de mí.
- bien, te quería decir que ya no nos podemos estar viendo - dije. Soltó una carcajada. - es en serio - agregué, al ver que ella seguía riéndose.
- si claro y yo soy virgen - volvió a reír y yo la acompañé.
- Kate ya no podemos seguir siendo.... Esto - nos señalé. Ella pareció pensarlo un poco, pero al final lo captó. Asintió con la cabeza.
- pero podemos ser amigos - sonreí tratando de bajar el ambiente de incomodidad. Sonrío.
- claro, solo amigos - asentí con la mejor sonrisa.
- bien "amigo"- hace comillas con las manos - ¿una despedida? -
Sin esperar una respuesta de parte mía, se abalanzo sobre mis labios. La tome de la cintura y sin esperar nada yo la acorralé contra la pared, Kate soltó un gemido que tal vez era de dolor, pero no me importó. Seguí besándola como si mi vida dependiera de ello, la tomé por el trasero y la levante llevándola hasta su habitación.
Sabia el camino de memoria así que no había problema en la subida. Una vez que ya estuvimos en su habitación ella me ayudó con la ropa al igual que yo con la suya, estábamos completamente desnudos.
-solo una vez mas - susurro con la voz entrecortada.
Solo una vez más...
Aquello era lo más raro que alguna vez me había pasado en mi vida ¿Por que no podía sacarme de la cabeza a ese chico? Volví a cerrar los ojos, no entendía que es lo que me pasaba, todo lo relacionaba con él, todo era él.
Dudé un momento, pero al final me decidí por hacerlo, saqué mi celular y llamé a Mili.
-hola - dijo Mili - ¿que paso? -
- te necesito - dije en apenas un susurro, me daba vergüenza llamarla a pesar de todo lo que habíamos pasado.
- ¿donde estas? - pregunto sacándome de mis pensamientos.
- en Michelle Belaü - respondí a la vez que me acercaba a una falda que sinceramente me encantó.
- ve al patio de comidas nos encontramos en media hora - dijo y sin más colgó.
~•~
Mi mirada volvió a barrer el lugar, no había ni una señal que Mili había llegado. Volví a sentarme en la pequeña mesa de Starbucks esperando a mi mejor amiga.
-holas - escuche a mis espaldas, al instante volteé, sabía que era Mili.
- hola - salude. Ella después de darme un beso en la mejilla se sentó junto a mi en la mesa.
- ¿para que soy buena? - dijo pidiendo su café a una camarera que se encontraba cerca.
- es que... - apenas empecé la oración, mis mejillas y todo mi rostro se tornaron de color rojo.-... quería que fuésemos al cine - sonreí tratando de hacer más creíble mi mentira.
- Mer tu no me engañas,en serio, ¿para qué has llamado?
- es una estupidez - me sincere con ella. Le di un pequeño sorbito a mi café y proseguí: - hoy vi un chico... - sus ojos se le iluminaron apenas dije la frase.
- amiga y dices que no es interesante - respondió sonriendo.
- pero.... No sé si lo voy a volver a ver - dije un poco triste. Era verdad, no sabía nada de aquel chico y ya estaba fantaseando con todo.
- ¿como era? - pregunto, parecía una niña pequeña cuando le cuentan un cuento. Sonreí al tan solo recordar su rostro y ni que hablar de su sonrisa.
- sus ojos son color caramelo, hermosos, perfectos; su cabello es medio castaño o negro, no lo vi bien, es... guapo y su sonrisa es la más hermosa que alguna vez he podido ver en mi vida.
- esto es completamente nuevo para mí desde... - no termino la frase - lo siento no quería...- no comprendía porque decía ello hasta que sentí como una lágrima bajaba por mi mejilla.
Genial, mi mente aún recordaba a Zayn.
- no te preocupes ya paso - le doy una sonrisa triste. Era verdad ya había pasado,pero aquello no lo entendía mi corazón.
- bueno ¿sabes de donde es? - pregunto volviendo al tema principal.
- por eso te llame - dije encogiéndome de hombros. No tenía ni la más mínima idea de dónde era aquel chico.
- pero con lo que me has dicho no vas a conseguir mucho, solo se que es guapo.
- creo que lo debo olvidar - dije resignada.
- puede, pero si te lo vuelves a cruzar le tienes que hablar ¡Sí o sí! - dijo dando pequeños saltitos.
- con suerte, lo encontramos ahora - me pare de la mesa y empecé a caminar, ella me siguió por atrás mientras que terminaba de tomar su café.
- vamos a tu casa - sugirió.
- tal vez lo vuelva a ver- sonreí y camine aún más rápido para poder llegar a casa lo más pronto posible, tenía una pequeña esperanza de encontrar al chico misterioso.
Abrí los ojos y al instante los recuerdos invadieron mi mente, trate de creer que todo había sido un sueño, pero mis esperanzas desaparecieron en el momento que me di cuenta que me encontraba completamente desnudo en la cama de Kate y a ella en mis brazos.
Me removí incómodo, no me gustaba dormir con las chicas, siempre lo había odiado. Kate al ver que me estaba apartando de ella, soltó un pequeño suspiro.
- me voy - me pare de su cama y empecé a recoger mi ropa para luego colocármela.
- ¿tan rápido? - se quejó - si ni siquiera...
Rodé los ojos ¿Acaso no entendía?
- te dije bien claro que ya no vamos a hacer nada de esto - la interrumpí antes que pudiera seguir hablando. Ella me fulminó con la mirada.
- pero igual lo hiciste - sonrió juguetonamente. Se levantó de cama y empezó a gatear hasta llegar a mí. Estaba desnuda, completamente desnuda, dejando al aire sus pechos y todos sus atributos haciendo más difícil mi decisión de irme.
- tu no me puedes dejar - me tomo del polo y se acerco un poco más a mi.
- así ¿Por qué? - pregunté retándola, pero la verdad era que quería follarla en ese mismísimo instante.
- siempre vuelves a mi - susurro cerca de mi oído.
- si te recuerdo tu eres la que me busca.
- y tu aceptas - sin esperar nada más me alejé de ella y continué con mi labor de cambiarme.
Una carcajada resonó en el lugar.
- no te acuerdas que cuando te di la oportunidad que vayas detrás de la zorrita de Meredy nunca fuiste y preferiste quedarte conmigo.
- no le digas así - dije serio. La única zorra aquí era ella.
- yo puedo hacer lo que quiera con ella y contigo - en un movimiento rápido ella ya se encontraba a tan solo unos centímetros de mis labios.
- déjame - la aparte de mi. Ella ni se inmutó solo dijo: - volverás como la primera vez... -
Tire la puerta de su casa, en realidad, no tenía pensado volver con ella, mi única meta ahora era llegar al corazón de Meredy.
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