Se anunciaba en la universidad una gran fiesta ese sábado, con el objetivo de recaudar fondos, en beneficio de hogares de adultos mayores.

Esos días, Sofía estaba distinta, algo más triste de lo habitual, así que Jorge pensaba, que ir a una fiesta le alegraría.

— Pilluela, ¿por qué no vamos?

— Pero es sábado en la noche. Tú trabajas los sábados. — contesta Sofía, mirando el tablón de anuncios de la biblioteca.

— Pero sabes que mis horarios son flexibles. Anda, ¿qué dices?

— Bueno, creo que sería divertido — le regala una sonrisa.

— Entonces, tenemos una cita — Jorge comenzó a reír.

Jorge se reunía con la tal Patty todos los sábados de ese último mes, y le comentaba a Sofía sobre sus mañanas de tutorías, notando esta, como él hablaba con cariño sobre ella. Sofía trataba de controlar sus celos con respecto a esa situación, pero nunca fue buena mintiendo, así que estaba desanimada la mayor parte del tiempo, lo que provoca en Jorge una serie de interrogantes con respecto a lo que le estaba pasando, y suponía que, serían nuevamente problemas con su familia.

Sofía se sentía pésimo consigo misma, sabía que algo así ocurriría tarde o temprano. Estaba distanciando a Jorge y lo estaba lastimando. Así que había tomado una determinación, esa noche de la fiesta, debía confesarle sus sentimientos. Él era su amigo y la entendería.

El sábado por la noche, la fiesta se llevaba a cabo en un salón de eventos enorme. Jorge y Sofía captaron la atención del resto de sus compañeros de clases, que se cuchicheaban al verlos pasar, hasta que tomaron asiento en unas de las mesas.

Para los amigos, no era secreto lo que se decía sobre ellos, ya sabían que eran la pareja de ñoños del tercer año de economía, además que, siempre alguno con una supuesta buena voluntad, se acercaba a Sofía, para contarle lo que se decía sobre ella, advirtiéndole que chicos como Jorge, solo buscaban fortuna en chicas ricas e ingenuas.

— Creo que esos ya están hablando que soy la peste. — comenta Jorge, mirando de reojo a aquellos que le observaban de manera despectiva.

— Bueno, ya tendrán muchos chismes de que hablar en lo que queda del año — reía Sofía, sin mirar al resto.

— Deberíamos darle más para que hablen. Vamos a bailar.

Sofía sobreactúa una reacción de desconcierto.

— Ay... no lo sé... usted puede quitarme toda mi fortuna por solo un baile...

Jorge ríe y le sigue el juego.

— Tengo una vida costosa. Necesito de niñas ingenuas que paguen mis lujos...

Ambos se toman de la mano y caminan riendo hasta la pista de baile.

Sofía había recuperado su risa característica, y estaba decidida a hablar con Jorge al finalizar la fiesta, pero por mientras, disfrutaba de bailar con Jorge.

— Voy a los baños, ¿me puedes pedir un trago? — dice Sofía, cuando ambos regresaron a la mesa, después de haber bailado varias canciones.

— Por supuesto, mi señora. Sus deseos son mis órdenes — Jorge seguía actuando en burla a sus compañeros.

Sofía, al llegar al baño, se miraba en el espejo y sonreía, estaba muy contenta, porque algo dentro de ella le decía que todo saldría bien con Jorge esa noche. Acomodó su cabello, se aplicó más labial y estira su vestido, sentía que estaba hermosa, porque deseaba que Jorge la viera hermosa.

Cuando sale de los baños y regresa a la mesa, Jorge no estaba ahí, mira en dirección a la pista, y lo encuentra bailando con la chica de las tutorías. Trata que aquello no la perturbe, así que toma asiento y cuándo comienza una segunda canción, él no regresó, ya que la muchacha lo retuvo y le pedía bailar otra vez.

A pesar de tratar de mantener su autocontrol, Sofía estaba enfurecida, puesto que la segunda canción, era una bachata. No podía entender por qué él bailaba algo tan íntimo y coqueto con esa chica, además de sonreírle y darle miradas cariñosas. Como un balde de agua fría, Sofía comprende que, era porque a Jorge le gustaba.

Al terminar esa última canción, ve que los dos se acercan a la mesa riendo.

— Sofía, te presento a Patty — Jorge lo dice con buen humor.

— Hola Sofía, qué alegría conocer a la amiga de mi tutor — saluda la joven que tenía unos hermosos ojos color esmeralda, y que acomodaba de forma delicada un mechón de cabello castaño detrás de su oreja.

Ambos se sientan en la mesa, lo que irritó aún más a Sofía, puesto que ahora sentía, que era ella la que sobraba en ese lugar.

— Hola Patty. Ni imaginas el gusto que tengo de conocerte — Fuerza una sonrisa, pero le arrojaba rayos de disgusto por los ojos. ¿Cómo se podía atrever la muy descarada, a toma asiento con ellos? Quizás porque Jorge la invitó.

Patty le toca el brazo a Jorge y vuelve a hablar de forma coqueta.

— Eres increíble, podrías darme clases de baile, eres multifacético.

Jorge se sonroja y comienza a reír nervioso.

— Creo que con economía será más que suficiente.

— Mis amigas también quieren tutorías, pero no te quiero compartir.

— Quizás, sea bueno que se unan al grupo.

— No, porque solo quieren coquetear contigo. Ya las escuché decir que eres lindo, ¿Verdad Sofía?, supongo que en tercer año también se corre ese rumor

— No tengo idea. — Sofía responde de mala gana, puesto que se sentía incómoda con ese coqueteo que tenía ambos. Deseaba con todas sus fuerzas, tomarla del pelo y golpearla contra la mesa.

— Yo opino que sí, vamos a tener que proteger a Jorge esta noche, ya muchas lo vieron bailar. A todas nos gustan los chicos silenciosos que tienen secretos.

Jorge estaba muy avergonzado por lo que decía Patty.

— Ah Patty. Tú y tus bromas. Estoy seguro de que varios chicos quieren bailar contigo también.

Patty toma del brazo a Sofía y le habla a Jorge, pero como si le contará un secreto a Sofía, con actitud provocadora.

— También creo que varios chicos quieren bailar contigo Sofía, pero ya hemos decidido que seremos tu cita de esta noche.

Sofía ya no soportaba más a esta chica, y no aguantaba a Jorge que le seguía ese coqueteo. Lo mejor, era retirarse y dejarlos solos, así que se levanta rápidamente de la silla y se suelta de Patty.

— Me tengo que ir. — Toma su chaqueta de la silla y camina a la salida.

Mientras Sofía estaba afuera del salón de eventos, caminando por un pasillo a los estacionamientos, Jorge la alcanza corriendo, antes de que llegue hasta la puerta.

— Espera Sofía, ¿qué fue eso? ¿Te molesta lo que estaba diciendo Patty?. Porque todo lo que ella habla, siempre lo hace en forma de broma, tiene un sentido del humor muy característico.

— Solo quiero regresar a casa, tengo un fuerte dolor de cabeza — responde de forma molesta.

Jorge la toma por los hombros y la detiene, acercándose de forma provocadora y regalándole una dulce sonrisa.

— ¿Estás celosa?

— Solo quiero irme a casa. Quédate, estoy segura de que Patty, puede llevarte a tu departamento.

Jorge le presiona los brazos con mayor fuerza, para que no se vaya.

— Si tú te vas, yo me voy. No me interesa estar en una fiesta en donde no estés.

— No seas ridículo, solo quiero regresar, porque me sentía mal de antes. Además, la música es muy fuerte aquí. De verdad quédate, ya tienes otra amiga adentro...

— Dame un minuto, voy por mi chaqueta y me despido de Patty. — dice Jorge y entra rápidamente al salón.

Sofía se marcha apresuradamente al estacionamiento, se sube a su vehículo y pone en marcha el deportivo. No quería que Jorge la viera en ese estado, porque había comenzado a llorar y no sabía cómo parar, no sabía por qué lo hacía, solo que se sentía tan tonta al no poder controlar esos celos enfermizos.

Ya estaba doblando a la esquina del estacionamiento, cuando ve por el retrovisor a Jorge, que salía corriendo del lugar, pero ella no se detuvo y siguió su camino.

Cuando Sofía llega a casa, mira que su teléfono tenía muchas llamadas perdidas de Jorge, y que volvía a llamar, lo que le hizo volver a llorar, no quería hablar con él, así que lo apagó.