CAPÍTULO 22
Dicen que "la verdadera amistad, resiste el tiempo, la distancia y el silencio". Akira y Misaky habían estado distanciadas por mucho tiempo, incluso el silencio se había vuelto su compañero, hasta aquel día que todo cambió.
Akira se despidió de Seonghwa y a toda velocidad ingresó a la clínica. Misuk, la hermana mayor de Misaky, estaba allí esperando fuera de la habitación donde la estaban atendiendo.
—¡Misuk! —exclamó Akira —¿qué pasó?
—Un maldito paso en rojo y la atropelló —respondió ella con rabia.
—No lo puedo creer, ¿qué te han dicho los médicos?
—No sé nada todavía, sigo esperando que salgan de esa habitación.
—Misaky es fuerte, se pondrá bien —dijo Akira intentando darle ánimos a Misuk —tenemos que ser positivas y darles las mejores energías para que se ponga bien.
—Esperemos que ella este bien —respondió mientras colocaba sus manos en sus ojos para ocultar las lágrimas.
Misuk, era una persona muy fuerte, nunca la habían visto llorar, ni siquiera cuando sus padres murieron, o por lo menos no lo había hecho en público. Desde ese momento tan trágico, Misuk se había hecho cargo de su hermana menor, trabajando día y noche para que a ella no le faltará nada. Se llevaban diez años de diferencia y como Misuk ya era mayor de edad el día que sus padres murieron, tomó las riendas y toda la responsabilidad a sus hombros y sacó adelante a su pequeña hermana. Ahora el terror de perderla como sucedió con sus padres había invadido su corazón, no quería despedir a su hermana.
Pasaron unos minutos y por fin el médico salió de la habitación, dándoles la noticia que ella estaba bien, no tenía ningún hueso roto, solamente algunos golpes y raspones que ya habían sido tratados. Las dos festejaron de felicidad al escuchar esas palabras, Misuk fue la primera en pasar a verla. Akira esperaba su turno afuera, deseando que Misaky quisiera verla y no la echara. Cuando finalmente llegó su momento, entró con algo de nervios, pero su amiga al verla, derramó un par de lágrimas y le extendió los brazos para que Akira fuera a abrazarla y así lo hizo.
—Perdóname, perdóname por haberme alejado tanto de ti. Soy una tonta —dijo Misaky entre lágrimas.
—No digas eso, todos sabemos que eres bien orgullosa —ambas rieron —lo importante es que ahora estas bien, eso es lo único que importa ahora.
Luego de un momento bien emotivo de reconciliación, las conversaciones eternas volvieron a invadirlas.
—Cuéntame que ha pasado todos estos días sin hablarnos ¿ya te pusiste de novia con Seonghwa? —dijo entre carcajadas. Pero al ver que su amiga sonreía de manera extraña reformuló su pregunta —¿eres la novia de Seonghwa?
—No, no somos novios, pero nos gustamos, acabamos de confesarnos, fue hace un par de horas —le dijo algo sonrojada.
—¿Qué? Seguro estoy teniendo alucinaciones por mi accidente.
—No son alucinaciones, te enseñaré pruebas —le dijo Akira mientras le mostraba las fotos que se habían tomado juntos cerca del estanque.
Misaky se sentó toda sorprendida sin acordarse de sus heridas, provocando que diera un par de quejidos después.
—¡Tonta! No te levantes así, no ves que necesitas hacer reposo —la reto.
—Lo sé, es que me sorprendió tanto lo que me acabas de contar —dijo mientras volvía a recostarse en la cama —Necesito que me cuentes más.
Estuvieron hablando un buen rato, como esas veces que pasaban horas y horas conversando, extrañaban tanto esos momentos.
—Pero hay algo más... —dijo Akira.
—¿Qué más? Falta que me digas que hay otro que también te confesó su amor —Akira se quedó callada —Dime que no es cierto —agregó sorprendida.
—No, no me confesó su amor, pero lo siento muy raro cuando está conmigo, es muy dulce y tierno, me dice cosas bonitas y siento que tal vez podría sentir algo por mí.
—Dime por favor que no es San —agregó la amiga preocupada.
—No, San es solo tuyo. Se trata de Mingi, el otro día en la biblioteca... —respiró hondo —por un momento sentí que quería besarme, no sé a lo mejor estoy loca y él es así con todos, pero si fue raro.
—¡¿Qué es lo que comes que tienes tanta suerte?! Necesito esa suerte y que San me confiese su amor.
—Hablando de San —comentó Akira.
—No, no me digas que también siente algo por ti.
—Que no, te lo acabo de decir, tonta —Misaky suspiró aliviada —te conseguí una cita con él.
Misaky volvió a sentarse rápidamente impactada por esas palabras, provocando otra vez, quejidos de dolor.
—Tienes que dejar de hacer eso o la enfermera me matará por no cuidarte —volvió a retarla.
—Es que te das una idea de lo que me acabas de decir. ¡Una cita con San! ¿es verdad? —dijo emocionada.
—No está confirmada aún, pero Seonghwa me dijo que haría todo lo posible para conseguirte una cita con él.
—¡Dios! Necesito que eso suceda ya, de hecho, tengo que ir a ver que ponerme, como maquillarme... —comenzó a decir mientras tenía intenciones de bajarse de la cama.
—¡No! Tú no te mueves de esa camilla. Tienes que recuperarte para estar con energías, sino no podrás disfrutar de la cita —intentó convencerla.
—Tienes razón, necesito estar con todas mis energías para poder enamorar a ese hombre. A ver si me das algunos tips, que parece que tú tienes el don de enamorar idols.
—¡Que tonta eres! —respondió Akira mientras la tomaba de las manos y agradecía que ella estuviera bien.
***
Habían pasado tres días luego de aquel momento, Misaky iba bastante bien con sus recuperaciones y completamente motivada, quería estar sana y salva para cuando llegara el momento de su cita.
Por otro lado, Seonghwa intentaba pensar como convencer a San para que vaya a esa cita. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta que Hongjoong le estaba hablando
—¡Hola... llamando al planeta Seonghwa! —exclamó mientras le hacía señas con sus manos frente a su cara.
—¿Qué? —preguntó el idol volviendo en sí.
—¿En qué mundo estas viviendo ahora, Seonghwa? —preguntó mientras se cruzaba de brazos.
—Perdón, estaba pensando en unas cosas.
—¿En qué cosas? ¿qué sucede contigo? Siempre me cuentas todo.
—No es nada, tonterías mías.
Hongjoong se sentó en la cama frente a él y lo miró fijamente.
—Sabes que puedo leer tu mirada y tú estás enamorado ¿no es así?
—Claro que no. Estaba pensando en mi familia Hongjoong, solamente eso, los extraño.
—¿Y por qué no me dices eso desde un inicio?
—Por qué a veces no quiero decirte todo, necesito estar solo y pensar.
—¿Qué pasa con ustedes dos? ¿Ya están discutiendo? —dijo San que había entrado a la habitación —¡de verdad parecen esposos!
Hongjoong chitó y salió enfadado de la habitación.
—¿Qué pasa con el capi? —preguntó San mientras se acercaba a su hyung y se sentaba en la cama al lado de él.
—Esta enfadado porque dice que ya no le cuento las cosas como antes.
—Nuestros papis tuvieron una discusión —dijo divertido. Seonghwa le dio un pequeño golpe en la cabeza por su comentario —ya... es broma... no me maltrates —volvió a bromear.
—La próxima te pegaré de verdad —lo amenazó el idol —ya que estas aquí quiero hablar contigo —le dijo luego de un suspiro.
—¿Qué sucede?
—Tengo una amiga... —San lo interrumpió.
—No voy a ir a citas con sus amigas, Yunho me hizo lo mismo el otro día.
—Oh vamos, ¿cuándo te he pedido algo yo? Te prometo que esta amiga no es para nada tóxica ni intensa.
—No me importa, no lo haré.
<<Las cosas que tengo que hacer por ti, Akira>> pensó.
—Si sales en una cita con ella, te regalaré uno de mis juegos de Lego ¿qué opinas?
—¡Vaya! Debe ser una amiga muy importante para que pongas en juego tus amados legos... pero como siempre quise uno de los que tienes y nunca me lo prestas, acepto.
De esa manera, organizaron el día y horario de la cita. San no tenía idea de que su cita era Misaky y cuando la viera seguramente no dudaría en escapar. A él no le gustaban las mujeres tan intensas como lo era ella y sería todo un desafió tenerla al frente.
Mientras tanto, Akira estaba en la biblioteca ayudando a Suni como solía hacer cuando su trabajo no la atosigaba. Luego de unos minutos, la anciana le pidió que se hiciera cargo de la misma lo que restaba del día, ya que debía ir al médico. Claramente ella aceptó y se sintió como una niña pequeña volando entre tantos libros.
Estaba muy concentrada organizando la recepción, mientras escuchaba y bailaba la música de ateez, cuando de repente una sorpresa ingresó a la biblioteca.
—¿Akira? —dijo su nombre y ella volteó totalmente avergonzada al notar que la habían encontrado bailando.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó mientras su cara se ponía toda roja.
—Veníamos a traer unos libros de mi mamá —dijo Yunho —Mingi nos dijo que aquí cuidan muy bien de los libros —agregó mientras volteaba a verlo.
—Si, es la mejor biblioteca donde los pueden traer.
—No te digo, que Akira aparece incluso sin nombrarla —le susurró a su compañero, al verla como encargada de la biblioteca.
Los idols habían visitado el establecimiento, claramente con objetivos diferentes. Mingi quería verla y Yunho quería darles un lugar especial a los libros de su mamá. Akira tomó los dos libros que el idol le había entregado, sorprendiéndose por sus títulos.
—Lovecraft ¿tu mamá lee terror? —preguntó intrigada.
—Sí, siempre fue fanática del terror, libros, películas, festividades, absolutamente todo.
—¿Y por qué ha decidido donar estos libros?
—Ya casi no puede leer por problemas en la vista, así que va designándole lugares a sus libros y a estos dos quiso donarlos.
—Ya veo... yo no soy muy fanática del terror, pero si me ha tocado corregir historias de ese género y la he pasado mal, soy muy miedosa.
—Eres igual que Mingi, entonces —exclamó mientras le daba una palmadita a su compañero.
—Yo no soy tan miedoso —se defendió él.
Akira y Yunho se rieron al mismo tiempo.
—¿Y por qué las risas? —preguntó molesto.
—Todos sabemos que eres el más miedoso del grupo, Mingi —argumentó Yunho y Akira asintió —en fin, te molesta si voy a ver alguno de los libros que tienen—agregó el idol.
—Claro que no, puedes verlos con toda libertad —respondió ella.
—Mingi ¿vienes conmigo?
—Si, ahora en breve, dame un minuto —Yunho asintió y se encaminó al pasillo de terror.
—¿No vas a ir con él? —preguntó curiosa.
—No, porque quería darte algo primero.
Ella lo miró confundida.
—Tu libro —respondió Mingi mientras lo sacaba de su campera donde lo tenía guardado.
—¡Oh! Pensé que lo había perdido... gracias por traérmelo.
—Fui detrás de ti ese día para dártelo, pero te perdí de vista, estabas muy apurada.
—Sí, estaba llegando tarde a una cita muy importante.
—Ya veo... ¿una cita romántica?
—Qué curioso estás últimamente —respondió ella con una linda sonrisa.
—Soy una persona curiosa —agregó el idol —y más si se trata sobre ti.
Ella sonrió nerviosa mientras pensaba que responder.
—Dices tantas locuras —respondió mientras salía del mostrador para colocar unos libros en la sección de fantasía.
Akira los llevaba en sus brazos y la pila era tan alta que le impedía ver lo que había delante de ella, provocando que tropezara con otra pila de libros que estaban en el suelo. Rápidamente intentó sujetarse del brazo de Mingi para no caer, mientras los libros que traía en sus brazos habían terminado todos desparramados sobre el suelo. Akira no logró mantenerse de pie, incluso sujetándose del brazo de Mingi, provocando que los dos cayeran al suelo. El idol cayó encima de su fan luego de que Akira lo empujara hacia ella en ese intento de no perder el equilibrio. Rápidamente colocó sus antebrazos a los lados del cuerpo de su fan para que el peso de su cuerpo no la golpeara. Fue una situación un tanto caótica, pero al mismo tiempo muy especial, por lo menos para Mingi que la tenía tan cerca de sus labios. Sus miradas se conectaron, Akira tragó saliva mientras el idol se contenía las ganas de besarla. Ella comenzó a ponerse nerviosa e inmediatamente intentó ponerse de pie, pero claramente no podría hacerlo sino le pedía a Mingi que se levantara primero. Dicen que cuando los nervios se apoderan de tu cuerpo actúas sin pensar y exactamente eso sucedió con Akira en ese instante. Hizo el envión para ponerse de pie, provocando que sus frentes se golpearan. Mingi se sentó en el suelo mientras se tocaba su cabeza, Akira hizo lo mismo, cuando el idol se acercó a ella y le preguntó si estaba bien.
—Sí, sí, estoy bien ¿y tú? —Mingi asintió mientras con su mano tocaba la frente de su fan —estoy bien, que caída más tonta, no vi la pila de libros, perdona por traerte conmigo en este lio —agregó mientras se ponía de pie.
—No te preocupes, cosas que pasan —dijo el idol, poniéndose de pie y acercándose a ella.
Yunho había escuchado el sonido de la caída y de todos los libros impactar sobre el suelo, rápidamente corrió hasta el mostrador cuando descubrió lo que estaba sucediendo. Decidió no intervenir y observar lo que acontecía, escondido en uno de los pasillos. Fue cuando descubrió el motivo por el que su compañero le había insistido en acompañarlo a la biblioteca.
—Tienes toda la frente roja —le dijo Mingi.
—¿De verdad? —respondió ella mientras nerviosa intentaba buscar su bolso para tomar el espejo.
—Detente —le dijo el idol, mientras la tomaba de la muñeca. Ella lo miró intranquila —se cómo quitarte ese color de la piel.
De esta manera, Mingi la paró frente a él, la miró a los ojos totalmente nervioso por lo que iba a hacer, tragó saliva y besó la frente de su fan. Akira sintió la calidez de esos labios sobre su piel y un escalofrió recorrió su cuerpo.
—Oye Akira... —se escuchó a unos metros. Rápidamente Mingi se alejó de ella al notar que se trataba de su amigo —¿podré llevarme este libro? —agregó Yunho.
—Claro, déjame lo anoto en la computadora. —respondió ella mientras rápidamente volvía detrás del mostrador.
—Gracias, lo devolveré pronto —respondió el idol —ya debemos irnos. Un placer verte nuevamente.
—Lo mismo digo, que les vaya muy bien —respondió ella.
—Adiós Akira —agregó Mingi.
Una vez fuera de la biblioteca, Yunho enfrentó a su compañero, ya había comprendido todo.
—¿Qué onda contigo?
—¿Eh? —preguntó Mingi confundido.
—¿Te gusta Akira?
—¿Qué? Claro que no.
—No me mientas, acabo de ver toda esa escena, esa niña te tiene loco.
—Que tonterías.
—Así que un beso en la frente ¿eh?
—¿Qué?
—No sabía que con un beso en la frente podías curarte de la rojez que sale en la piel luego de un golpe —dijo irónico.
Mingi se quedó callado.
—No soy tonto, sé qué te gusta. Mingi, puedes ser sincero conmigo.
—Si, me gusta, me gusta mucho. No puedo evitarlo, me vuelve loco.
—Es una niña muy linda, pero has pensado en las consecuencias que podemos tener si estamos en pareja. Somos figuras públicas, recuérdalo.
—Ya lo sé, pero nadie manda en el corazón y cuando se enamora es muy difícil detenerlo. Pero tengo miedo, tengo miedo que ella no sienta lo mismo, por eso aún no le he confesado mis sentimientos —Mingi suspiró —por favor, no le digas a los chicos, que esto quede entre nosotros.
Yunho asintió y le dio su total apoyo cuando de repente vieron algo.
—¿Ese no es Seonghwa? —dijo Yunho.
—Sí, ¿pero a dónde va?
—¿Lo dejaron salir solo? Que extraño —comentó intrigado Yunho.
—Bueno nosotros también salimos solos.
—Sí, pero porque estamos a una cuadra de la biblioteca —justificó el idol.
—¿Lo seguimos? —preguntó Mingi.
NOTA DE AUTORA: Hola queridos lectores, finalmente tenemos capítulo nuevo, luego de un par de días sin actualizaciones. Ha sido una semana un poco intensa, pero ya estamos de nuevo con más capítulos y más aventuras de nuestros protagonistas. Ahora tenemos nuevas interrogantes ¿Qué hará San en esa cita con Misaky? ¿Yunho y Mingi habrán seguido a Seonghwa? ¿A dónde estará yendo el idol? los leo.
Nos vemos en el próximo capítulo.
Abrazo de oso.
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