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CAPÍTULO 20

La campanita que colgaba de la puerta sonó, anunciándole a Suni que una persona había ingresado a la biblioteca. Dejó su taza al lado de la pava y se acercó al mostrador para atender al cliente que había entrado.

—¡Ey! Qué bueno verte... hace mucho no vienes por aquí —comentó la anciana con una gran sonrisa.

—He estado muy ocupado, pero ya estoy aquí de nuevo y con más libros para donar a esta hermosa biblioteca —respondió Mingi.

—De verdad agradezco mucho su colaboración —respondió ella mientras recibía la caja.

—Sabes que nos encanta ayudar, con los chicos hemos recolectados muchos de nuestros libros de la infancia y te los hemos traído.

La anciana sonrió enternecida mientras abría la caja y observaba los libros nuevos.

—¿Necesita que le ayude? —sugirió Mingi.

—No te preocupes, hoy vino Akira a ayudarme.

—¿Akira? —preguntó curioso.

—Si, es una niña muy simpática, hace un par de semanas comenzó a ayudarme en la biblioteca. Ella es escritora, así que es feliz cuando está aquí rodeada de libros.

—Ya veo... —respondió el idol, mientras dirigía su mirada a los pasillos e intentaba encontrarla —¿te molesta si veo algunos de los libros que tienen?

—Para nada, para eso está la biblioteca, puedes elegir el libro que más te guste, me dices y te lo llevas —dijo Suni.

—Gracias —respondió el idol y se adentró al primer pasillo.

Caminó por la sección de novelas juveniles sin tener rastros de Akira, pasó al siguiente pasillo, la sección de libros románticos y allí la encontró sentada concentrada en su lectura. Le fue inevitable esbozar una sonrisa, ella hacía latir su corazón a gran velocidad. Se detuvo a unos metros de su fan mientras admiraba esa escena tan hermosa, el largo cabello de Akira descansaba sobre su espalda y algunos mechones rebeldes invadían su rostro, Mingi la observaba y también comenzaba a sentir esas mariposas revolotear en su interior, la vio sonreír a la par que le decía unas palabras al personaje del libro, parecía estar disfrutando de su lectura. Tomó su teléfono y le sacó una foto, fue el sonido del mismo junto con el flash que hizo a Akira desconcentrarse, volteó hacia donde estaba Mingi, su aparición la sorprendió, provocando que cayera de la silla.

—¡Akira! ¿estás bien? —preguntó el idol, preocupado.

—Estoy bien —dijo ella mientras se sobaba la parte inferior de la espalda.

Se puso de pie con ayuda de Mingi, que intentaba corroborar que ella estuviera bien. Akira se acomodó la ropa y volvió a mirarlo.

—¿Qué haces aquí, Mingi? —preguntó luego.

—Vine a dejarle unos libros a Suni y me di con la sorpresa que tú también estabas aquí.

Ella sonrió mientras asentía, volvió a acomodarse la ropa intentando pensar cómo actuar frente a él. Luego de unos segundos se agachó y tomó su libro, << ¿Por qué tenías que aparecer ahora?>> pensó.

—¿De verdad te encuentras bien? —preguntó nuevamente el idol —no quise asustarte, perdón.

—Estoy bien, no te preocupes —dijo ella sonriente.

—Entonces, me quedo más tranquilo si estas bien ¿qué leías?

—Emm... —respondió ella mientras miraba el libro en sus manos —Ami, el niño de las estrellas —agregó enseñándoselo.

—Es un hermoso libro, lo leía cuando era pequeño —respondió el idol recorriendo sus hojas.

—¿Verdad que sí? Es tan tierno —exclamó ella mientras se acercaba a él y observaba ese correr de páginas.

El idol la miró embelesado al ritmo que su corazón gritaba por ella. Akira levantó la cabeza notando esa mirada fija en ella, rápidamente se alejó de él algo nerviosa y le dijo:

—Debería ir a ayudarle a Suni.

Pero su plan de escapar de las miradas penetrantes de Mingi no habían dado resultado ya que la anciana apareció en dicho pasillo y les dio un gran susto a los dos.

—Pero... —refunfuñó —¿por qué se asustan así? ¡cómo si hubieran visto al mismísimo Lucifer! —¿me ayudarían a guardar los libros de este carrito? —dijo después.

—Nos agarraste de sorpresa, por eso el susto —dijo Akira divertida mientras se paraba al lado de ella —te ayudaré.

Dicen que los ancianos a veces tienen memoria de pececito y que se olvidan rápidamente de las cosas, pero Suni tenía la virtud de recordar las cosas en los momentos menos indicados.

—Mingi.... ¿tú eres de Ateez? ¿verdad? —dijo la anciana —y tú... Akira no... —ella la interrumpió.

—Suni, deja que nosotros te ayudemos, ve a prepararte algo para tomar.

—¡Oh! Sí, mi té, no terminé de prepararlo, iré a ello —respondió la anciana mientras a pacitos cortitos caminaba hasta el mostrador.

Akira suspiró aliviada, nadie podía enterarse que ella iba a salir con Seonghwa y menos sus compañeros de grupo.

—¿Qué sucede con Suni? ¿quería decirnos algo? Iré a preguntarle —preguntó Mingi mientras se acercaba a ella.

Akira lo miró preocupada, necesitaba que él se olvidara de lo que intentaba decir Suni.

—¡No! —exclamó ella sujetando su brazo. Mingi volteó a verla confundido —Suni está cansada, no ha dormido bien estos días y se le cruzan las cosas por la cabeza —inventó ella —el otro día que, paso algo parecido, necesita estar tranquila y no agobiarse tanto con el trabajo, por eso vengo a ayudarla.

Al parecer la excusa de Akira había funcionado y el idol se la había creído, ella volvió a suspirar de alivio mientras intentaba calmar sus pensamientos.

—Bueno... entonces la ayudaremos con estos libros —dijo Mingi sonriente.

Akira asintió y los dos recorrieron los pasillos mientras iban guardando los libros en sus respectivas secciones. El tiempo comenzó a correr y la hora de encontrarse con Seonghwa iba llegando. Luego de esa casi confesión de Suni a Mingi, las cosas se habían calmado y los dos conversaban sobre algunos libros y otros nuevos que aparecían en el carrito y que no conocían. Mingi también era un gran lector y disfrutaba tanto como Akira de un buen libro.

—¿Ya viste? ¿de verdad esto se hace llamar libro? —le comentaba Akira mientras le enseñaba el libro.

Él le hizo una cara graciosa, provocando que ella diera un par de carcajadas, guardó el libro cuando notó que Mingi había movido el carrito que los separaba y se había acercado a ella. Akira lo miró preocupada.

—¿Qué haces? —preguntó.

Mingi estaba a unos centímetros de ella y su mirada penetrante la intimidaba. Él levantó su mano y ella hizo su cuerpo hacía atrás.

—Tienes polvo en la nariz —comentó el idol mientras se lo limpiaba.

—¡Oh! ¿de verdad? —exclamó ella mientras se alejaba de él e intentaba limpiarse por su cuenta. Había dejado su bolso en el mostrador.

—No seas terca, Akira —dijo Mingi —deja que yo te limpie —agregó tomándola del brazo y acercándola más a él, volvió a pasar su dedo por la curva de su nariz mientras quitaba el polvo.

Acercó sus labios a la nariz de su fan, le dijo que cerrara los ojos para soplar lo que había quedado, ella obedeció. Akira sintió el calor de ese soplido en su nariz al mismo tiempo que el olor a menta de su aliento invadía sus fosas nasales. Mingi se mordió el labio inferior intentando calmar sus ganas de besarla, respiró hondo y se alejó de ella. Akira abrió los ojos y tiernamente le agradeció su ayuda.

—¡Estas muy linda hoy! —le dijo mientras colocaba unos libros en la estantería.

—¿Qué? —preguntó ella confundida.

—Que estás muy linda hoy —repitió seguro mientras la miraba a los ojos.

—Que tonto eres...deja de mentir... —respondió divertida.

—¿Tonto yo? No estoy mintiendo, Akira.

—¿Y quién es el más mentiroso del grupo? —agregó mientras le daba una palmadita en el brazo.

Él idol, dio una carcajada.

—Tal vez sea el más mentiroso del grupo, pero ahora no estoy mintiendo —expresó coqueto.

Ella sonrió, cuando se percató de la hora, miró el reloj que colgaba por encima de las estanterías, descubriendo que llegaba tarde a su cita.

—¡No puede ser! —exclamó alterada —es tarde, debo irme, pero ya.

—¿Todo bien? ¿debes ir a algún lado? —preguntó el idol.

—Sí, es tarde... ¡por Dios! Me quiero morir... —dijo alterada mientras comenzaba a correr hacía el mostrador.

Mingi la observó marcharse, algo triste porque su tiempo con ella se había acabado. Akira tomó su bolso, se despidió de Suni y a toda velocidad salió hacía la locación en la que había quedado con Seonghwa.

El idol agachó su cabeza algo triste, cuando descubrió que ella se había olvidado su libro, lo tomó y a toda velocidad salió de la biblioteca tras ella. 

NOTA DE AUTORA: Hola queridos lectores, ya tenemos nuevo capítulo. Vaya momento en la biblioteca. ¿Qué sucederá después? nos enteraremos en el siguiente capítulo. Quería contarles que ya tenemos booktrailer de "Mi única estrella", si me ayudan a que esta historia llegué a más personas, lo subiré prontito, para que también lo puedan disfrutar. Gracias por seguir las aventuras de nuestros personajes.

Abrazo de oso.

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