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CAPÍTULO 18

La mañana había anunciado su llegada, Akira despertó feliz, tomó su cuaderno y redactó un par de oraciones en él. Tomó su teléfono descubriendo que Namoo la invitaba a una barbacoa con su familia y un amigo que quería que ella conociera. Sonrió e inmediatamente se levantó de la cama para prepararse para esa reunión familiar.

Por otro lado, Mingi convenció a su manager y a su líder de salir ese día, poniendo la excusa que intentaría hacer las pases con su familia. Por lo que el permiso fue otorgado. Mingi sonrió victorioso y se preparó para la ocasión.

Akira llegó primero, saludó a su hermano y su esposa con mucha alegría, para luego dedicar su completa atención a su sobrino Duyon, quién celebró la llegada de su tía favorita.

—Qué bueno pudo venir tu hermana, cariño. Duyon la esperaba tan ansioso —le decía Luna a Namoo.

—Claro que iba a venir. Sabes hace cuanto que no la veo y Akira ama a Duyon, así que no iba a perder la oportunidad de verlo. Creo que lo quiere más que a mi que soy su hermano, pero estoy tranquilo con eso, mientras sea mi pequeño el único hombre en su vida, todo estará perfecto para mí.

—Ayy cariño, tienes que dejar de ser tan celoso, Akira es grande ya, puede enamorarse.

—Para mí, ella sigue siendo mi pequeña Kiki y la protegeré de todos los hombres que se le acerquen.

Luna sonrió al ver que Namoo no parecía dar el brazo a torcer.

—¿Qué harás ahora cuando venga tu amigo? Es un hombre que estará cerca de ella.

—Es diferente, yo conozco a Mingi, es mi amigo, además yo estaré pendiente todo el tiempo. No habrá problemas.

—Menos mal estoy casada contigo y no soy tu hermana, porque no soportaría tener un hermano tan celoso como tú —exclamó Luna mientras terminaba la ensalada.

Namoo sonrió para luego besar los labios de su dulce esposa.

Akira jugaba en el balcón con su sobrino. La carrera de autos voladores había dado inicio.

—Mi auto es el más veloz de todos —exclamó sonriente Duyon mientras daba un par de vueltas por el balcón.

—Pero el mío también lo es —respondió Akira mientras iba detrás de él.

La carrera parecía estar en su punto más importante por lo que los conductores estaban muy concentrados, la meta estaba próxima.

Namoo se acercó al balcón y sonrió al ver esa escena tan tierna, tomó su teléfono y les sacó una fotografía, cuando de repente el timbre del departamento sonó. Imaginó que se trataba de su amigo por lo que se dirigió a la puerta y lo recibió.

—Mingi que bueno volver a verte —expresó mientras le daba la mano.

—Lo mismo digo, gracias por la invitación —respondió el idol.

Caminaron hasta el salón principal, cuando Mingi notó a Akira jugando en el balcón con el hijo de Namoo, sonrió enternecido cuando ella percató su presencia haciendo que la carrera de autos voladores diera su fin. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, que hacía Mingi en la casa de su hermano. Tragó saliva, se puso de pie y agachó su cabeza a modo de saludo mientras su sobrino le tironeaba el vestido para que siguieran jugando. Ella lo miró y le dijo que habían llegado visitas y que debían ir a saludarlos. Duyon tomó la mano de su tía y los dos ingresaron a la sala.

Duyon corrió a los brazos de su padre una vez que entraron al living, mientras Akira lentamente se acercaba a donde estaban ellos.

—Kiki, ven, quiero presentarte a mi amigo —le decía Namoo.

—No tienes que presentármelo Namoo, es Mingi de Ateez —dijo ella rápidamente.

—Claro, que tonto soy, tú eres su fan, obvio lo conoces —respondió el hermano —pero nunca lo viste personalmente y mira de quién es amigo tu hermano —alegó orgulloso.

Akira dio una risa nerviosa.

—Y ustedes... ¿cómo es que son amigos y yo no sabía nada?

—Éramos amigos desde muy pequeños, solo que mi familia no me dejaba juntarme con él, siempre lo hacíamos a escondidas, por eso nunca me conociste —respondió Mingi.

—Es una larga historia, ya tendremos tiempo para que te la cuente —agregó Namoo —Mingi es muy importante para mí y quería que tú lo conocieras.

—Estoy feliz de conocerlo, es como un sueño tenerlo parado frente a mí —respondió Akira fingiendo que era la primera vez que lo conocía —gracias por el autógrafo —agregó luego.

—Un placer, me gusta hacer feliz a mis fans —respondió Mingi con una gran sonrisa.

—Bueno voy a ver si Luna necesita ayuda, pueden esperarme aquí, vuelvo en seguida. Mingi tengo los ojos puestos en ti —expuso Namoo.

Los dos rieron ya que sabían lo celoso que era Namoo.

—Vaya coincidencia, encontrarte aquí —le dijo Akira una vez que se quedaron solos.

—La verdad que sí, aunque para mí fue una sorpresa cuando me enteré que tú eras su hermana. Que pequeño es el mundo.

—Demasiado pequeño.

Mingi la miraba de una forma diferente a como miraba a sus demás fans, había algo en ella que lo hacía cuestionarse algunas cosas, no entendía que era, pero quería averiguarlo.

—¿A qué jugabas con tu sobrino?

—A los autos voladores, es su juego predilecto.

—Yo también soy muy bueno en ese juego —alegó orgulloso —en realidad soy bueno en todos los juegos.

—No lo creo, no hay nadie mejor que el pequeño Duyon —respondió ella con una sonrisa.

—Eres muy linda cuando estas con los niños —dijo Mingi casi sin pensarlo.

Ella lo miró sorprendida por sus palabras, Mingi le estaba diciendo que era linda, ¿era posible eso? Se relamió los labios sin saber que responder.

—Me haces acordar a Seonghwa cuando haces eso —agregó luego.

—¿Qué cosa? —preguntó curiosa.

—Cuando te relames los labios —respondió sonriente —me gusta.

Akira comenzó a jugar con sus manos estaba algo nerviosa, esa situación era extraña, Mingi se estaba comportando de una forma que no entendía y le asustaba. Namoo y su familia aparecieron en la sala con la comida lista, cortando ese ambiente de tensión que se había generado. Todos se sentaron a la mesa y disfrutaron del delicioso almuerzo en familia. Duyon se refregaba los ojos en señal de sueño, era hora de su siesta, Luna se disculpó y llevó a su pequeño a la habitación para hacerlo dormir mientras tanto Namoo, Mingi y Akira aún permanecían en la mesa.

—Finalmente conociste a mi pequeña Kiki —agregó Namoo orgulloso de presentar a su hermana.

—No me digas así delante de él, que vergüenza —exclamó ella.

—Él ya sabe que te digo así desde pequeños, conoce muy bien tu apodo ¿no es así? —dijo Namoo dirigiéndose a Mingi.

—Así es —respondió él —Siempre te llamó Kiki, es un lindo apodo, queda muy bien contigo.

—Qué vergüenza —expuso sonrojada.

Pasaron una tarde muy amena y en familia, poco a poco la tensión que se había generado entre Mingi y Akira había desaparecido y se divertían como si se conocieran de toda la vida. Luna se acercó a ellos y le dijo a su esposo que debían ir a visitar a su hermana por lo que la reunión dio por finalizada.

—De verdad lo siento, no quiero que se vayan, pero mi hermana está internada y recién esta semana autorizaron que se puede ir a verla —les comentaba Luna algo angustiada por tener que pedirles que se vayan.

—No te preocupes cuñada, es más que entendible —respondió Akira —de hecho, yo también ya tenía que irme porque tengo mucho trabajo que hacer.

—Por mí tampoco se preocupen, debo regresar a la empresa, siempre estamos ocupados —respondió Mingi.

Luna les agradeció su comprensión.

—Te acompañaré a tu casa Kiki —le decía Namoo —cariño, te alcanzo en el hospital.

—No, puedo irme sola, acompaña a tu esposa —respondió ella.

—Yo puedo acompañarla —agregó Mingi.

—No dejaré que se vaya sola contigo, sabes eso.

—Tranquilo Namoo, no haré nada, es tu hermana, confía en mí.

El hermano mayor respiró hondo y confió en las palabras de su amigo.

—Si me llegó a enterar de algo, puedes dar por hecho que te mataré, mi hermana no puede tener novio —dijo celoso.

—Namoo, que tóxico eres —respondió Akira mientras se despedía de la familia y salía de la casa junto a Mingi —No es necesario que me acompañes —le dijo al idol una vez abajo.

—Se lo prometí a tu hermano. Te acompañaré.

—Puede ser riesgoso para ti.

—Tengo mi barbijo, aunque no lo creas tiene un gran poder —agregó divertido.

Ella sonrió y aceptó que la acompañara. Caminaron unos metros en silencio.

—¡Eyy es una de esas máquinas para sacar peluches! —exclamó feliz Akira mientras corría hacía ella —hace mucho que no juego en una de estas —agregó mientras colocaba una moneda en la máquina —déjame mostrarte lo buena que soy en este juego —alegó. Mingi sonrió enternecido.

Akira estaba concentrada en el juego, movió la garra hacía adelante y luego hacía la izquierda, presionó el botón para que la misma capturara al peluche, pero la garra no logró atraparlo, se quejó y volvió a intentarlo. Mingi la observaba y le era inevitable mirarla como tonto embobado, ella era tan dulce y tierna que hacía latir su corazón.

—Eres malísima en ese juego —agregó él divertido.

—¿Cómo? —respondió ella mientras volteaba a verlo —claro que no, solo que esta máquina no funciona.

—Déjame mostrarte como se hace —respondió Mingi mientras se paraba delante de la máquina y comenzaba con la captura del peluche, logrando agarrarlo.

Los dos festejaron de felicidad y chocaron sus palmas. Mingi tomó el hipopótamo bebé que había atrapado y se lo entregó a Akira. Ella lo recibió feliz y le agradeció.

—Supongo que tengo que reconocer que eres mejor que yo en este juego —agregó algo decepcionada de ella misma.

—Te dije que era muy bueno en los juegos —respondió él orgulloso.

—Algún día tendrás que enseñarme tu truco —dijo Akira mientras comenzaba a caminar.

El corazón del idol comenzó a latir a gran velocidad, algo le decía que ese era el momento exacto para acercarse más a ella. Sostuvo su muñeca y la empujó hacía él haciendo que sus cuerpos se chocaran.

—Te enseñaré —le susurró al oído.

Ella tragó saliva nerviosa, se alejó de él rápidamente y le dijo que no era necesario.

—¿De verdad vas a rechazar la oportunidad de conocer el truco? —le sugirió Mingi.

Ella lo miró dudosa, no sabía que responder.

—¡Ven! —expuso él mientras la tomaba del brazo y la colocaba delante de la máquina.

Mingi se posicionó detrás de ella y se agachó para quedar a la altura de su fan, colocó sus manos encima de las de Akira, las cuales estaban ubicadas sobre los mandos de la máquina y comenzó a mostrarle los movimientos. Akira estaba nerviosa, podía escuchar su respiración y sentir su perfume, sus manos se sentían tan cálidas y la hacían desconcentrarse. Miraba esa situación confusa, algo no estaba bien, por lo que rápidamente levantó las manos de los controles de la máquina haciendo que el peluche cayera. Se alejó de Mingi unos centímetros y le dijo:

—Ta vez... puedas enseñarme en otro momento... —dijo con las palabras trabadas —debes tener cosas que hacer, no quiero quitarte mucho tiempo.

—Lo haremos, aunque te perdiste una gran oportunidad —respondió Mingi mientras tocaba su nariz con su dedo tal y como si ella fuera una niña pequeña.

Ella dio una carcajada y asintió. Caminaron un poco más hasta la casa de Akira.

—Gracias por acompañarme... y por el peluche —agregó ella una vez que llegaron.

—De nada, para lo que necesites, puedes contar conmigo —respondió el idol mientras la miraba a los ojos.

Ella agachó la cabeza y ambos se despidieron. El objetivo de Mingi de asistir a esa reunión había solventado todas sus dudas, quería pasar más tiempo con Akira, quería conocerla y que eso los llevara a algo más que una amistad.

NOTA DE AUTORA: Hola queridos lectores, pido disculpas por la demora en la actualización del capítulo, pero fechas de fiestas y fue complicado sentarme a escribir, pero ya estamos de nuevo, hoy conocimos los sentimientos de Mingi ¿Qué hará nuestra querida Akira? los leo.

Espero hayan pasado una hermosa navidad y que este 2023 este lleno de amor y cosas bonitas.

Abrazo de oso.

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