Capítulo 9
Micaela
---- No, ¡No quiero!----.Reí, escapándome de Erick.
----¡No seas cobarde!- Rió, mientras trataba de alcanzarme- ¡Es sólo agua!----.
----¡Agua congelada!
---- ¿Congelada?
---- ¡No te hagas el tonto!
----¡Es para una beneficiencia!
----¿Y por qué vos no hacés el reto?
----Porque ya lo hice. Además te nominé y debes hacerlo----.
----Estás bien----. Erick sonrió, colocándo la cámara para grabar.
----A la cuenta de tres, ¿bien?----.
Asintiéndo con la cabeza, cerré los ojos.
----Uno, dos y....----.Cuando pensó que iba a tragarme el cuento de la beneficiencia, lo sorprendí tomando el balde para mojarlo pero no calculé bien y me mojé también.
----¡ERICK!----.Grité, sintiendo cómo mis huesos se congelaban.
----¡Siéntelo!----. ¿Sentir qué? ¿Acaso está loco?.----Cierra los ojos y ve el mundo del cual muchos están privados----.Esperé por varios segundos creyendo que era una broma, pero al ver que no lo era, terminé por hacerle caso. Al cerrar mis ojos, una ráfaga de viento traspasó mis fríos brazos, provocando que sintiera mi piel erizarse. Pero lo más sorprendente no fue eso sino escuchar la melodía que sonaba a lo lejos. ¿Acaso estaba demente?
----¿Puedes escucharlo? Es la melodía de un alma rota----. Abriendo los ojos, lo miré absorta.----No solo bailo porque me gusta sino que también lo hago porque así curo mis heridas y siento a mi hermana más cerca de lo que jamás lo tendré----. Tragando saliva, pensé en un pobre niño que además del amor de unos padres necesitaba el de una hermana que le fue arrebatada.
----Lo siento mucho----. No sabía por qué pero sentía su dolor.
----Yo más---- Su voz quebrada resonó en mi mente por mucho tiempo.
Dos días después
----Te dije que no era buena idea----.
----¿Puedes ir a comprar chocolate caliente?- Preguntó, tapándose los ojos----Ten compasión de este enfermo----. Sí, ¡se engripó! Y vaya gripe que le tocó...
----Está bien.
----¡No te olvides de traer caramelos de miel y los bollitos de dulce de leche!----. Gritó a lo lejos, con su ronca voz. Cerrando la puerta, me encaminé hacia el ascensor y al traspasar la puerta que daba a la recepción, me encontré con Melisa.
----¡Hola, Mica!
----¡Hola!
----¿Cómo estás?
----Bien, ¿vos?---- Contesté sin agregar muchos detalles.
----Contenta porque en dos semanas me graduó----Chilló, dando pequeños saltitos.
----¡Felicitaciones! Reí, dándole un corto abrazo.
----Me pregunto si no sería mucha molestia que ustedes asistieran como mis invitados de honor- Sonrió, un poco sonrojada al mencionar indirectamente cuánto valía para ella la presencia de Erick.
----No quiero comprometerme ni tampoco a Erick, pero ojalá podamos----.
----Estas son las invitaciones así que espero que puedan asistir----. Asintiendo, se despidió antes de tomar el ascensor. Observando las invitaciones, me dirigí hacia la puerta de salida y una vez en la calle, las guardé antes de dirigirme hacia el supermercado Maxweel.
Caminando con cierta pereza y cuidando mi tobillo, pensé en la graduación de Melisa. Me encantaba la idea de asistir y más por Erick, quien no le quitaría el ojo de encima.
Tomando un canasto, entré al supermercado y sacándome esas ideas de la cabeza, la utilicé para recordar lo que debía llevar.
Poco después, agarrando una bolsa de caramelos de miel, me dirigí a pagarlos, pero como soy torpe, tropecé con una persona, tirando su canasto al suelo.
----Lo siento... Lo siento mucho----. Repetí, observando el desastre que había ocasionado.
----No te preocupes, yo también venía distraido----.Levantando la mirada, me quedé embobada al verlo.
----Soy Marcos---- Se presentó, ayudándome a levantar con el desastre entre ambos----Marcos Iñaqui----. Asintiendo con la cabeza, seguí hipnotizada por sus dulces y alegres ojos azules.
----Soy Micaela... Micaela Hale, mucho gusto.
----El gusto es mío----. Sonrió, mostrando unos preciosos hoyuelos.
Suspirando, comencé a juntar sus cosas.
----No hace falta.
----Claro que sí, es lo menos que puedo----. Al cabo de unos minutos, todo parecía volver a la normalidad.
Pagando mi compra, me despedí de él y lamenté la idea de no volverlo a ver.
Parando en la cafetería de Starbucks, compré chocolate caliente y los bollitos que tanto amaba y cargándolos como podía, me dirigí hacia la puerta para encontrarme nuevamente con Marcos.
----¿Necesitas ayuda o espero a que me derrames el café para poder usarlo de pretexto?----.Preguntó, provocando que me sonrojara.
----No quisiera quemarte, así que acepto tu ayuda----. Contesté nerviosa.
----Entonces, espérame aquí. Compraré un café y luego te acompaño----. Aguardando algunos segundos, él volvió y gentilmente lo hizo.
----¿Estás resfriada?----. Indagó, al observar los caramelos de miel.
----No, es para otra persona.
----Ya entiendo----. Rió, acomodándose el cabello.----Es para tu novio----. Negando con la cabeza, reí modestamente, aunque hubiera querido reirme a carcajadas.
¿Se imaginan que esté de novia con Erick? Sería raro, ¿no creen?
----No, es un amigo----.Volví a repetir.
----Entonces....----.Tomó un sorbo de su bebida.----¿No tienes novio?
----No.
----Eso es bueno... Es decir, uno así se evita que lo lastimen----. Justificó, haciendo una mueca. Lo que él no sabía era que el daño ya me lo habían hecho. Cuando pensaba preguntar más acerca de él, lamentablemente, llegamos a la entrada de mi edificio.
----Bueno, llegamos- Expliqué, acomodándo un mechón de mi cabello.
----Es hora de despedirnos- Asintió para darme un beso en la mejilla- Este es mi número, espero volver a verte----.
----Eso espero, adiós---- Agité mi mano, despidiéndome de él. Segundos después, una tos falsa, me paralizó casi al instante.
---Así que ¿tienes un nuevo novio?----.
Girando sobre mis talones, pude verlo de pies a cabeza, esperando con el ceño fruncido una respuesta.
Acercándome a él, con una rabia contenida, susurré cerca de su rostro lo siguiente:
----Y si tengo, ¿Qué?----. Sonriendo, me alejé de él. Era hora que empezara a probar una cucharada de su propia medicina.
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